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DEPORTES
06 de noviembre 2012
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El Sie7e de Chiapas
El homenaje, más que merecido
Era tiempo de hacer sentir a Salvador Cabañas en casa y vaya que la afición chiapaneca se la brindó, cuando el delantero entró al medio tiempo la afición no dudó en hacerle sentir el cariño. Tú puedes protagonizar este espacio, envía tus fotos a sie7edeportes@hotmail.com. No se publicarán fotos anónimas.
LA COLUMNA
Espacio Rosa La tarde de revivir sentimientos
Annete Lewis sie7edeportes@hotmail.com No pueden apreciarse a primera vista todos los detalles, hay muchas cosas que distraen y que obligan a revisar una y otra vez momentos, desde distintas perspectivas, que exhiben situaciones y que ayudan a comprender momentos. El pasado viernes, cuando Salvador Cabañas ingresaba al césped del Víctor Manuel Reyna, el cúmulo de emociones puso a flor de piel los recuerdos de aquel “mariscal” que era letal con el balón en los pies, que despertaba temor en los defensores cuando había que enfrentarlo en desventaja, él sabedor de lo que se hace con la redonda frente al marco, habiendo elegido su acción, pero abierto a improvi-
sar para sorprender. Ellos buscando adivinar, como cuando se pretende descifrar movimientos, terminado siempre con el sentimiento de culpa por adelantarse a la simple definición. En lo que a la afición respecta, se pudo revivir aquellas ovacion es en las que se entregaba el cariño al ídolo, justo premio después de las faenas que sacudían las redes para alimentar la pasión y los números que por momentos fueron perfectos. Un sueño que se pretende revivir, que es recurrente, pero que se ahoga en la mediocridad de las circunstancias y del falso apoyo. A estas alturas los aplausos sólo cobran validez en este tipo de homenajes en un futbol sometido por el dinero. Y finalmente, los medios, que podemos guardar posturas objetivas, pero
que se terminan por cargar con una dosis de parcialidad, dependiendo del estado de ánimo se hará para bien o se utilizará como instrumento visceral de la venganza en respuesta a un mal gesto, a una palabra fuera de tono, a una mala tarde común en un deportista. La delgada línea entre la ovación del primer recuerdo, a los aplausos de la actualidad parece abismal; pero se reduce a milímetros cuando se toman decisiones erradas. Las lágrimas de un padre que no pudo proteger a su hijo, la vuelta sobre un coche, que unos años atrás se hacían sobre piernas fuertes y coordinadas mientras se festejaba un gol. El viernes se pudo palpar de cerca uno de esos tantos casos en los que una historia que puede terminarse con letras doradas, se tiñen para enseñar lo
complicado que es lidiar con la fama, más en un mundo como el futbol que eleva el talento, lo maximiza, pero no procura su conservación poniendo en riesgo la extinción de éste. Se habla mucho de que, a lo largo de las últimas décadas, la precocidad en el futbolista no le permite contar con argumentos para decidir de forma correcta en una situación difícil, no analiza su entorno y justifica todo con sus argumentos en cancha, cuando fuera de ésta se expone a las circunstancias que en el rectángulo verde no van más allá de un silbato ejecutor o la excesiva fuerza de un defensor que intenta ser el antagónico. Fue difícil ver a Cabañas el viernes, como será difícil no pensar en esta historia cada vez que algún talentoso se ocupe en la cancha de alegrar la grada.