Di tullio angela manual de gramatica del espanol

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Ángela Di Tullio

Manual de gramática del español

XII EL SINTAGMA ADVERBIAL Y EL SINTAGMA PREPOSICIONAL Como vimos en el capítulo ocho, una de las críticas puntuales más frecuentes a la clasificación de las partes de la oración se refería a la vastedad y heterogeneidad de la clase de los adverbios, el "cajón de sastre" al que iban a parar todas las palabras que quedaban excluidas de las otras clases. Para evitar tal objeción, se han propuesto diversas clasificaciones tendientes a reconocer, subclases1 con comportamientos gramaticales específicos. En este capítulo esbozaremos algunas de estas distinciones. Nos referiremos, en particular, a algunas de estas subclases: los adverbios en -mente, los adverbios adjetivales y los adverbios preposicionales. En relación con éstos, trataremos algunas de las cuestiones relativas al sintagma preposicional. El adverbio Al ser una palabra invariable, el adverbio no puede ser definido a partir de propiedades flexionales.2 La definición tradicional se ciñó, de hecho, a criterios sintácticos: el adverbio es la palabra que modifica al verbo, al adjetivo o a otro adverbio. Esta definición, inobjetable en tanto sólo apela a criterios estrictamente distribucionales. no da cuenta, sin embargo, del comportamiento de algunas palabras de (1), como además, lamentablemente, incluso, que se incluyen en la clase de los adverbios: [203] (1) Además, lamentablemente, incluso ayer merodeaba muy secretamente fuera de aquí. Nótese que en (1), salvo el verbo y la preposición de, todas las palabras son adverbios. Sin embargo, no todas se comportan del mismo modo. Modifican al verbo, a nivel V’, los dos últimos sintagmas adverbiales: muy secretamente, fuera de aquí. El otro Sadv –incluso ayer– se inserta a un nivel más alto, como adjunto extraclausular, que sitúa temporalmente al resto de la cláusula. Más arriba, lamentablemente funciona como un modificador de la modalidad –disyunto–, que indica la valoración del hablante con respecto a la cláusula en su conjunto. En cada una de las proyecciones (V’, SFL, SCOMP), el adverbio funciona como un modificador. Además de su función de modificador, el adverbio puede ocupar los otras posiciones – especificador y complemento– en la estructura de varios tipos de sintagmas. En efecto, por una parte, la posición de Especificador –del SAdv, del SA y, con mayores restricciones, del SP– es la que corresponde a los adverbios de grado como muy, tan, más, menos, poco, demasiado, bastante, qué y algunos adverbios en -mente. Por la otra, pueden ser complementos. Algunos verbos seleccionan un complemento de manera: Se portó muy bien, La trataron cortésmente, Se 1

De hecho, el adverbio no es considerado dentro de las clases léxicas mayores por Chomsky en su formulación de la teoría de la X con barra. Emonds (1985) los reparte entre las varias clases: nominales (los adverbios identificativos), preposicionales (como formas intransitivas de las preposiciones, cf. infra) y adjetivales (los adverbios en -mente). 2 Por otra parte, tampoco la morfología léxica ofrece pautas generales a toda la clase. El sufijo -mente caracteriza a un grupo, el prefijo a- a otro (abajo, adelante, atrás, adentro, afuera).

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