Shangay 455

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En clave gay

Cuando me fui a Cuba Se ha hecho de rogar su segunda película, y en esta ocasión el atrevimiento del director es de distinta naturaleza. Si en Clandestinos se acercaba al cine quinqui y bordeaba sin temor el ridículo, para su segundo largo optó por una historia ambientada –y rodada– en La Habana, en un tono naturalista, en ocasiones poético, y desprovista de artificio. Toni Cantó, que interpreta a uno de los secundarios destacados, afirma que le encantó cuando Hens le dijo que se proponía rodar un Brokeback Mountain a la cubana... De nuevo plantea una historia de amor gay en la que los implicados no lo tienen fácil para sacar adelante su relación. “Si en la primera el amor terminaba siendo más que posible, en la segunda está deformado por las carencias y limitaciones de la sociedad en que viven los protagonistas”. La partida cuenta el amor que surge entre Reinier (Reinier Díaz) y Yosvani (Milton García), que pasan de matar el tiempo libre jugando juntos al fútbol a ser incapaces de controlar la atracción que sienten el uno por el otro. Ambos tienen pareja –femenina–, Yosvani está a punto de casarse y Reinier –chape-

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“Yo hago cine gay”. Así de rotundamente lo afirma el andaluz Antonio Hens. Y sus actos lo corroboran, tanto en sus facetas de director –desde que se diera a conocer con el cortometraje Malas compañías en 2000– como de productor –su compañía se llama como aquel corto, y, entre otras películas, ha producido la reciente ganadora del Goya a la mejor película iberoamericana, Azul y no tan rosa–. La decisión de especializarse en historias con fuerte contenido homosexual la tomó pronto en su carrera “Cuando intentaba levantar mi primera película, tenía las dudas propias del debutante que tiene que elegir qué proyecto sacar adelante. Como vengo de la ‘generación del armario’, no quería contar una historia gay para no encasillarme. Mi amigo el productor Douglas Wilson me aconsejó que lo que debía hacer era precisamente encasillarme, dado lo bien que se me daba el cine gay y lo que me interesaba contar conflictos de gente como yo. Así es como salí del armario como director y productor”. Lo hizo a lo grande, en 2007, nada menos que con Clandestinos, la controvertida historia de amor entre un chico que quiere entrar a formar parte de ETA (Israel Rodríguez) y un capitán de la guardia civil retirado (Juan Luis Galiardo). “Soy muy freakie”, afirma superserio. “Debutar así como director... Si quiero seguir haciendo películas en este país quizá debería enmendarme”, bromea. A pesar de su limitada exhibición, levantó ampollas e indignó a algunos sin haberla visto siquiera. “No se la trató con respeto”, se queja Hens. “En un país con un gran sentido de la ironía, la boutade no suele ser bien recibida. Y su componente irreverente no gustó, así que muchos empezaron a denigrar una película que no habían visto y que se construyeron en la cabeza, una película que no existía, en la que terroristas violaban a guardia civiles y disparos de semen les manchaban la cara”.

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“La partida” NACIONALIDAD: Hispano-cubana.

FECHA DE ESTRENO: 21 de marzo.

Milton García [izda.] y Reinier Díaz son las jóvenes revelaciones de La partida, en la que interpretan a dos colegas que empiezan a sentir una irrefrenable pasión el uno por el otro, que les obliga a replantearse su vida y a enfrentarse a prejuicios varios, propios y ajenos.

LO QUE CUENTA: La complicada e intensa historia de amor de dos jóvenes en La Habana, incapaces de liberarse de ataduras, prejuicios y miedos y vivir abiertamente y con plenitud el amor que sienten el uno por el otro. La pasión compartida por el fútbol desemboca en una atracción irrefrenable que les obliga a enfrentarse a prejuicios propios y ajenos en busca de respuestas. ¿POR QUÉ NOS INTERESA? Porque es la nueva propuesta de un francotirador como Antonio Hens, que cambia de registro tras Clandestinos (2007) y apuesta por una visión neorrealista de un amour fou gay, además de poner sobre la mesa cuestiones como la prostitución masculina, el turismo sexual y la homosexualidad en el fútbol. Cuenta con un impecable reparto en el que junto a las dos jovenes revelaciones que la protagonizan interpretan jugosos personajes secundarios Toni Cantó o Mirtha Ibarra.

Con mi personaje se plantea un tipo de homosexualidad especial, reprimida” (Toni Cantó) ro de noche con la bendición de su suegra (Mirtha Ibarra)– incluso tiene un hijo. Abrumados por lo que sienten el uno por el otro, comienzan una relación clandestina –otro punto de conexión con la anterior película de Hens–. Si en Clandestinos apostó por Israel Rodríguez, aquí lo hace por dos jóvenes actores cubanos, Reinier Díaz y Milton García. “Siempre me ha interesado el paso de la adolescencia a la madurez, me gusta mostrar la inocencia, la fragilidad y las dudas de esos hombrecitos desvalidos, con cuerpo de adulto, que todavía se están formando”. Los dos actores cubanos elegidos tuvieron que enfrentarse a sus propios miedos y vencerlos para no dejar pasar una gran

oportunidad profesional, su primer largometraje como protagonistas. “Los dos vivimos en La Habana y tenemos edades parecidas a las de nuestros personajes”, explica Reinier. “Poco más tengo yo en común con el mío, además del nombre. No soy homosexual, nunca me he prostituido, nunca había ido al Malecón de noche, tampoco había jugado al fútbol...”. A Toni Cantó no le extrañó que necesitara ‘autoafirmarse’ de vez en cuando durante el rodaje. “En ocasiones veía esa necesidad suya de machito de dejar bien claro que lo que hacía era una mera interpretación”, cuenta entre risas. “Para un chaval de su edad, dado cómo funciona la sociedad cubana, sé que no era fácil”. Díaz y García ya habían coincidido en la serie juvenil cubana Mucho ruido, pero este era un reto más importante. “Esta vez teníamos que mostrar que estábamos enamorados”, recuerda Milton. “Prejuicios no tengo, pero al principio sí sentí cierta indecisión. Pero, como a mi personaje, me gusta luchar por lo que pienso y deseo, aquello que me haga sentir mejor”. Vio claro que esta era una oportunidad que no podía dejar pasar. Para él las secuencias de desnudo y sexo no supusieron mayor problema, al contrario que para Reinier, que asegura que el machismo imperante en la sociedad cubana le hizo agobiarse al saber que tendría que aparecer sin ropa y simular sexo con otro actor. “Era un gran reto que mi

primera película fuese tan cruda, pero los retos me encantan”, afirma. Antonio Hens les dejó claro que debían trabajar a flor de piel en todos los sentidos, y les explicó que las escenas de sexo y desnudos se tratarían con tacto. “Toni Cantó me ayudó mucho”, apunta el director.

De armarios y fútbol Cantó regresa al cine interpretando a un turista español que no duda en contratar los servicios sexuales del personaje que interpreta Reinier Díaz, y al que ayuda a conseguir una oportunidad para que se intente labrar un futuro como futbolista profesional. Un personaje que le sirve a Hens para poner sobre la mesa cuestiones como el turismo sexual y la homosexualidad reprimida en el mundo del fútbol. Nada más y nada menos. “Además de que me parece un actor fabuloso”, afirma Hens, “elegí a Toni porque necesitaba a un tipo de mediana edad en buena forma física que resultase creíble como ex futbolista y entrenador de un equipo nacional, y que además iba a mostrar en escenas de cama”. Cantó –que nos recibió para la entrevista que realizamos en su despacho del Congreso de los Diputados, dado que está completamente centrado en su faceta como político– asegura que no dudó un segundo al recibir la oferta. “Antonio Hens me parece un tipo con una cabeza privilegiada, y tiene un sentido del humor estupendo, algo que para mí


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