El Mundo Espiritual de los Selk’nam de Martín Gusinde (Volumen II)

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Martín Gusinde

eco; es decir: suena algo menos fuerte y más suave. Entonces _álpen se tranquiliza y nuevamente reina total silencio en la Choza Grande. Aisladamente se inicia, después de unos treinta minutos, el tremolante lolololololololo de la Kúlan, que es la esposa de Kÿsménk. Su llegada significa el apaciguamiento completo de la _álpen. Nada se mueve ya, pues ahora los hombres rodean placenteramente el fuego y consumen con gran satisfacción la gran cantidad de carne que la delegación había traído recién “para la furiosa mujer _álpen”. Las mujeres del campamento respiran aliviadas. Ciertamente no sospechan que los hombres consumen la carne recién entregada por ellas, pues éstos fingen a su regreso al campamento que tienen mucha hambre, a pesar de todo lo que ya han comido. El espíritu femenino W0sôéŒwan sólo se menciona en relación con la escena recién descrita. Nunca es presentado a las mujeres. Solamente se dice que desciende desde lo alto y que su presencia tiene un efecto apaciguador sobre la irascible _álpen. La escena recién descrita se asemeja al Ha=) en sus rasgos fundamentales. Se inicia por intermedio de un espíritu masculino de este nombre precisamente, que —como \œ’œrte— está al servicio de _álpen, y hace que los hombres cumplan los deseos especiales de esa mujer. Ha=) tiene por esposa a W0kus. En esta escena dos hombres representan a los dos espíritus. Ellos van al campamento y —por supuesto— pueden ser reconocidos por la gente. Aquí recogen ante todo tierra colorante roja, pero también aceptan colorante blanco y carne, si las mujeres se los ofrecen. Puesto que los hombres necesitan una buena cantidad de tierra colorante roja para representar a los espíritus, esta


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