En los años noventa, siguiendo la tendencia en los demás países latinoamericanos, el gobierno de Guatemala creó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYT) y la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SENACYT), desde entonces, pese a contar con un presupuesto muy limitado y de bajo perfil entre las otras estructuras del gobierno, estos son los organismos que de alguna forma coordinan las actividades científicas en Guatemala, financian proyectos, reconocen los méritos de los científicos estableciendo la Medalla Nacional de ciencia y tecnología desde 1997 (como detalle relevante, ninguno de los ganadores es físico o matemático) y organizan actividades científicas. En este marco, bajo iniciativa del entonces asesor del CONCYT Héctor Centeno, iniciamos en colaboración con Gustavo Ponce, una red de científicos guatemaltecos dentro y fuera de Guatemala. La principal actividad que se inició en 2005 la llamamos Converciencia y se organizó por 8 años consecutivos. Converciencia no solo permitió la creación de la red de científicos guatemaltecos sino que también ayudó a acercar a los científicos a la población general y a los guatemaltecos y guatemaltecas a aprender a apreciar la importancia de la ciencia y la cantidad de talento guatemalteco disperso por el mundo. El coordinador nacional de la red fue desde el principio Oscar Cóbar Pinto, uno de los ganadores de la Medalla Nacional de Ciencia y Tecnología, quien es actualmente el Secretario de Ciencia y Tecnología. Una buena razón para ser optimistas sobre el futuro de la ciencia en Guatemala. Una de las iniciativas principales originadas en Converciencia (que propusimos junto con los químicos guatemaltecos Mario Blanco y Sergio Aragón) fue la de la creación de un instituto guatemalteco de ciencia y tecnología, a imagen del reconocido MIT y de los institutos de tecnología de la India (IIT), que han sido la base del gran desarrollo científico y tecnológico de dicho país. Desafortunadamente, esta iniciativa tan ambiciosa no ha podido ser implementada pero esperamos que los avances recientes lleven en un futuro no muy lejano a que esta propuesta se haga realidad. También existe el proyecto con el Consejo Superior Universitario de Centroamérica (CSUCA) liderado por su secretario Alfonso Fuentes-Soria sobre un doctorado regional en cada una de las ciencias básicas que es un paso necesario para que la investigación científica a nivel internacional sea una actividad regular entre los científicos de Guatemala y la región. Hay mucho por hacer pero la pendiente es positiva. Contrario a la biología y la química en la que se puede hacer investigación del mejor nivel basada en temas relacionados con agricultura, plantas medicinales, ecología con interés y aplicaciones directas a la realidad nacional, en el caso de la física y matemáticas es mucho más difícil de encontrar temas de investigación en que se pueda ser competitivos a nivel internacional. El caso de la física médica es una excepción porque existe una gran demanda y recientemente las clínicas y los hospitales han empezado a reconocer la necesidad de contar con físicos médicos en su organización y que no son simples técnicos sino profesionales con responsabilidades tan importantes como las de los médicos. También, dada la situación geográfica de Guatemala, hay mucho por hacer en temas de geofísica y sismología y todo lo que respecta a estudios y modelación relevantes sobre el cambio climático. En temas más fundamentales, como la física de partículas, astrofísica y matemáticas puras es importante establecer contactos y colaboraciones internacionales. El proyecto LAGO (Latin American Giant Observatory) en el que Guatemala cuenta con un detector es un buen ejemplo donde la participación y aporte de investigadores en Guatemala pueden ser parte importante de una colaboración internacional, pero también eventualmente se puede seguir los ejemplos de otros países latinoamericanos y ser parte de grandes colaboraciones como en experimentos del CERN o en grandes colaboraciones en astrofísica como el futuro SKA (Square Kilometer Array), el observatorio de rayos cósmicos Pierre Auger en Argentina, el planeado ANDES en la frontera Chile y Argentina, etc. En temas teóricos la colaboración internacional es fundamental, gracias a internet con todas sus aplicaciones es posible ahora mantener contacto directo con colaboradores en cualquier parte del mundo, pero es importante contar con el tiempo y las condiciones para hacer investigación y tener acceso a participar en conferencias internacionales. Centros internacionales, como el ICTP y sus nuevos institutos asociados, como el que existe en Brasil y el que se está implementando en México, pueden jugar un papel muy importante en estas actividades.
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