Revista Sede nº 47 - Trabajo en equipo

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do impune. La justicia, como sustantivo, no siem- Sacaría todo el dinero en cuanto recibiese la señal. pre merece ese calificativo. Fueron varios los pasos, varias las claves requeIndagando en la vida de ese hombre, el cerebro ridas. La última de ellas, la que confirmaba el trashabía sabido de la existencia de sus compañeros paso del dinero, por seguridad, le fue enviada al en aquel plan. Personas que, como él y su fami- hombre del traje gris a su teléfono móvil, como lia, habían salido gravemente perjudicadas por di- siempre, según lo establecido. Cuando sonó el piversos motivos. Así, se puso en contacto con una tido de aviso de mensaje, el chico pelirrojo le pasó menudita chica rubia que había perdido todos sus el móvil al cerebro con una mirada de compliahorros y la ilusión de tener un piso propio cuan- cidad. Ambos sudaban. Ambos sonreían con una do la constructora del hombre del traje gris se es- mezcla de satisfacción y nerviosismo. Ya quedaba fumó con todo el dinero sin siquiera empezar a poco. construir esa idílica urbanización que anunciaba en bellos dibujos y maquetas.Y conoció también a El cerebro introdujo la clave y confirmó la un chico pelirrojo, vivaracho y avispado, que que- transferencia. Al instante, recibió un mensaje de ría dedicarse a la política como su padre, un hom- conformidad. Estaba hecho. Avisó a su padre para bre honrado que fue desplazado en el partido con que realizase el último paso. Ahora solo quedauna sucia jugada de un militante no tan honrado ba borrar todos los rastros del ordenador. Dejarlo con ansias de poder. El padre del chico pelirrojo limpio. Algo sencillo, después de un arduo trabajo. no pudo soportar la tensión y su corazón le jugó Un perfecto trabajo en equipo entre personas que una mala pasada. Había fallecido repentinamente, hace unos pocos meses ni se conocían. Personas hacía ya casi diez años. que, de cara a posibles investigaciones, nada tenían que ver unas con otras. Aunque también eran Cuando llegó el chico pelirrojo, el cerebro ya conscientes de que era altamente improbable que había iniciado los trámites para realizar la trans- hubiese una denuncia de robo de un dinero que ferencia. Conocía de memoria los pasos a seguir nunca había existido. y las claves que iban a solicitarle. La transferencia se realizaría de una cuenta en Suiza a otra en La recompensa era económica, pero también se Isla Mauricio, como el hombre del traje gris había hacía justicia. Al menos, en parte. ¿La conciencia? acordado con el gestor del banco suizo. La cuenta Bueno... todos sabían lo que obtiene quien roba a en Isla Mauricio había sido abierta por el cerebro un ladrón. a través de Internet a nombre de su padre con una nueva identidad que no le había sido difícil crear meses antes. El hombre estaba ya esperando allí.


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