La pieza secreta 8: La soledad en la LIJ

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La Pieza Secreta

N°8 2024 BOLETÍN
DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

DIRECCIÓN

María Antonia Carrasco

EDICIÓN Y TRABAJO PERIODÍSTICO

María Antonia Carrasco

Charlotta Copcutt

DISEÑO

Liza Retamal Salinas

COLABORACIONES

Noémie Bellanger, Ximena Galdames, Anne Hansen y Juan Hernaz.

ILUSTRACIÓN PORTADA Y PÁGINA 2

Tove Jansson, de Vem ska trösta Knyttet (¿Quién consuela a Nudito?). Rabén & Sjögren, 1960.

ILUSTRACIÓN CONTRAPORTADA

Pija Lindenbaum, de Else-Marie och småpapporna (Elsa María y los mini papás). Bonnier Carlsen, 1991.

Algunas de las ilustraciones publicadas pueden estar levemente modificadas debido a la edición y el diseño.

“La pieza secreta” es una revista del Centro Chileno Nórdico de Literatura Infantil, ONG que tiene dos bibliotecas infantiles –Libroalegre- en Valparaíso. La Organización desarrolla diversos programas de promoción de la lectura desde 2001 y cuenta con más de 10 mil libros de literatura infantil y juvenil contemporánea, con especial énfasis en libros procedentes de los países nórdicos.

CONTACTO:

San Enrique 339ª, Cerro Alegre.

Valparaíso

Teléfono: 52 2 382 590

bibliotecaslibroalegre@gmail.com

www.libroalegre.cl

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En el número 8 de La pieza secreta hemos querido observar la manera en la que la literatura infantil y juvenil de hoy aborda un tema tan esencialmente humano como lo es el sentimiento de soledad. ¿Cómo podríamos definir la soledad? ¿Acaso es ser invisible o ser pasado por alto? ¿Es la necesidad de ser parte de algo? ¿Es ser excluido o excluirse? ¿O es la soledad un estado que busca y provoca el propio solitario como parte inevitable del crecimiento humano?

En los distintos artículos que se pueden leer en estas páginas, aparece la soledad como una transición del dolor a la liberación. Se muestra a niños y niñas que sufren la soledad, pero desde una perspectiva optimista, como en un recorrido por un túnel oscuro que desemboca en luz y aire fresco. Hay diversas metáforas en las que el estar solo conduce a la creatividad, a la posibilidad de expresarse y de crecer.

En la sección “En voz alta” se habla de cómo la literatura, a través de la lectura grupal, puede ser un encuentro, un acto comunitario en el que disipar la soledad. Así lo muestra una experiencia de lecturas con adultos mayores que viven en residencias y que se animan a compartir sus recuerdos de infancia y vida tras escuchar diferentes álbumes leídos en voz alta. En “Bajo la lupa”, una sección que siempre contiene un análisis de un profesional seguido por entrevistas a personas comunes y corrientes sobre el mismo libro, un niño y una niña entrevistados reflexionan sobre la soledad infantil. Se refieren a ella como más grande que la de los adultos porque: “los niños tienen más miedos.” También opinan que “los adultos en vez de estar solos, sin nadie, se ponen tristes con otras personas” mientras que “los niños deben irse a un lugar solos para estar tristes”.

El antónimo de soledad es compañía, compañía que también se puede encontrar en la lectura y en la variedad de libros a los que les invitamos a asomarse en este nuevo número de Lapiezasecreta.

/ Tema: Las dos caras de la soledad en Jimmy Liao

/ Reportaje: Lectura de libro álbum con ancianos

/ Bajo la lupa: Análisis de El árbol rojo

/ Pequeña biblioteca: Recomendaciones

/ Libro destacado: La mujer de la guarda

/ Entrevista: Alfredo Soderguit

/ Autoras del mundo: Fam Ekman (Noruega)

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TEMA LA SOLEDAD EN LA LIJ
Jimmy Liao, de El pez que sonreía . Barbara Fiore
Las dos caras de la soledad en Jimmy Liao

“Abro la puerta, te invito a entrar”, así empieza el segundo texto de Jimmy Liao en su libro Hermosa Soledad. Publicado en 2003, es una compilación de ilustraciones en blanco y negro y de textos que giran en torno a este sentimiento, como una suerte de invitación para entrar en el mundo del artista taiwanés y preguntarse sobre su relación con la soledad. ¿Puede ser hermosa la soledad? ¿Cuáles son las condiciones para disfrutarla? En la obra de Jimmy Liao no hay una respuesta final a estas preguntas, pero sí una mirada de la soledad como un sentimiento de dos caras: una de dolor y otra de liberación.

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Soledad que hace sufrir

La mayoría de los libros de Jimmy Liao cuentan historias de niños o de jóvenes. Estos suelen estar aislados, de manera temporal o a largo plazo. En La noche estrellada, por ejemplo, la protagonista de la historia está abandonada por sus padres que trabajan mucho, y es víctima de acoso escolar por parte de sus compañeros de clase que la rechazan.

Los niños sufren por este aislamiento. A veces, los adultos de las historias tratan de llenar el vacío de su ausencia con un peluche. Al principio del álbum Mi mundo eres tú, una niña recibe de sus padres un perro negro de peluche parecido a su perro que ha muerto hace poco. Eso le provoca pena y lágrimas, y va en persecución del fantasma de su perro muerto, que se representa como un globo negro. El símbolo del globo aparece varias veces en la obra de Jimmy Liao, como por ejemplo en la antes mencionada La noche estrellada, donde hay un globo rojo que simboliza la esperanza de escaparse de una situación agobiante.

Los personajes de Jimmy Liao están, o al menos se sienten, al margen de la sociedad, se ven diferentes de los demás que no los entienden y rechazan. La chica a la que seguimos en el libro El sonido de los colores es ciega desde que tiene 15 años, y su ceguera la aparta del mundo. A lo

largo de la historia camina a contracorriente: se queda en el tren cuando toda la gente sale, sube las escaleras cuando los otros bajan, acentuándose así su aislamiento del resto.

Hay un elemento que dificulta los acercamientos entre personas en la obra de Jimmy Liao: la ciudad. La ciudad, inmensa y hormigonada, encarcela a los personajes en sus casas, y los lugares públicos dejan poco espacio para la interacción social. En Desencuentros, los dos protagonistas se enamoran cuando se encuentran en un parque, pero cuando intentan verse de nuevo, todo en la ciudad parece impedirlo: las obras en el parque, el gentío, la inmensidad de los edificios o las luces demasiado fuertes.

Los protagonistas de los libros de Jimmy Liao tienen una forma de engañar a esta soledad: huyen de la ciudad y buscan refugio en bosques o montañas. Así, en La noche estrellada, el encuentro de los dos personajes termina con su fuga juntos a las montañas donde vivían los abuelos de la niña. Esta huida marca, además, el principio de un viaje iniciático para los dos jóvenes donde van a compartir aventuras en distintos lugares de la naturaleza, un viaje sin palabras entre el mundo real y el mundo de los sueños.

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Jimmy Liao, de Secretos en el bosque . Barbara Fiore

Soledad que hace soñar

Para escapar del sufrimiento que puede ocasionar la soledad, los personajes de estos relatos se refugian en sus sueños. El mundo onírico se puede considerar como un efecto positivo de la soledad. El sueño se convierte en un lugar de repliegue necesario donde todo es posible. El estar solo ayuda a encontrar ese lugar, ya que el dolor que provoca incita a iniciar un viaje hacia el interior de uno mismo.

El álbum Esconderse en un rincón del mundo empieza con un niño que se está arreglando para ir a esconderse en su rincón, lejos de su familia de la que quiere huir. Desea ir a este lugar interior donde se siente bien, y la historia muestra como es este lugar y como son los rincones de los otros niños: un bosque por la mañana, una pileta vacía o un dibujo de niño. Entendemos que cada uno necesita estar solo para enfrentar sus emociones.

La soledad también permite desarrollar la imaginación. El sueño puede ser un conejo gigante que nos mira por la ventana y nos invita a jugar con él en su bosque. Así aparece en Secretos en el bosque, el primer libro de Jimmy Liao y, después, en casi todos los libros del autor. Este conejo hace pensar en el conejo blanco de Alicia en el país de las Maravillas, que rescata a Alicia de su aburrimiento y la arrastra a un sinfín de aventuras fantásticas. La obra de Jimmy Liao está llena de referencias culturales a otros libros o pinturas.

Un viaje transformador

Transformar la soledad que hace sufrir en una soledad que haga soñar es un proceso complejo. Jimmy Liao intenta ilustrar con sus historias este viaje interior lleno de obstáculos. Puertas cerradas, escaleras sin fin, laberintos, jaulas y acuarios son algunos de los símbolos de los que se vale el artista para dar cuerpo a las barreras de la mente que impiden el acceso al mundo de los sueños.

El viaje interior de los personajes de Jimmy Liao les permite crecer y liberarse, y los encuentros pueden ayudar a esa transformación. En El pez que sonreía, un hombre solitario compra un pez porque tiene la impresión de que le sonríe, pero al día siguiente, después de una noche agitada, decide viajar fuera de la ciudad para liberar al pez. Finalmente, el relato muestra la propia liberación del protagonista de su monotonía cotidiana. En La noche estrellada, el encuentro entre la chica y un chico solitario como ella, termina en una separación y la desaparición del chico. Sin embargo, el recuerdo de ese encuentro forma parte de su vida para siempre y la llena de felicidad y energía para lograr hacerse adulta.

Como lectores, la obra de Jimmy Liao nos puede ayudar a sentirnos menos solos en nuestro deambular por el mundo, pues siempre hay una ilustración o una palabra que parecen hablarnos y conmovernos de manera directa, como invitando a un diálogo personal con cada uno. Descubrí por primera vez a Jimmy Liao con su libro La luna se olvidó y me hizo pensar en cada vez que estuve buscando a la luna de noche para ayudarme a dormir y soñar, como una cara tranquilizadora. Leer la obra de Jimmy Liao es tomar conciencia de que la soledad puede ser cárcel y refugio a la vez.

Por Noémie Belanger, máster en Edición por la Universidad de Paris X, y exploradora de LIJ por el mundo.

Jimmy Liao (1958) es un ilustrador que vive en la megalópolis de Taipéi. Estudió Bellas Artes y empezó a trabajar como ilustrador de prensa y publicidad. En 1995, cuando tenía 37 años, le diagnosticaron una leucemia y tuvo que quedarse un año en el hospital, en una habitación en aislamiento, sin derecho a visitas. Tras su largo “encierro” y su inesperada recuperación, empezó a crear e ilustrar sus propias historias. En 1998 publicó sus dos primeros libros: Secretos en el bosque y El pez que sonreía. Su éxito fue inmediato, tanto en su país como en el extranjero, donde sus libros han sido traducidos a numerosos idiomas.

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Volver a la infancia

Una experiencia de lectura de libro álbum con ancianos
La Pieza Secreta 8 EN VOZ ALTA REPORTAJE

Angélica Meneses y Edith Peñailillo son dos mediadoras de lectura que durante 2023 se embarcaron en una nueva experiencia de lectura en voz alta. En vez de leer a los más pequeños, que es el grupo al que habitualmente se da prioridad, buscaron un espacio para leer a los más grandes, a los que ya han vivido toda una vida y muchas historias: ancianos en una residencia para adultos mayores.

“Nos sorprendió el entusiasmo con que las personas mayores participaron de las lecturas. Les gustó mucho que fueran libros con imágenes, hubo una lectura atenta de las ilustraciones. También nos sorprendió cómo se situaban en los libros desde la niñez, más que desde el rol de adultos, y los recuerdos vívidos que gatillaron las lecturas. Llevamos historias y recogimos historias”, cuenta Angélica.

La residencia ELEAM, en la que viven 70 personas mayores provenientes de distintos lugares de la región, está ubicada en el Primer Sector de Playa Ancha, en Valparaíso, y es administrada por el Refugio de Cristo. Durante las doce visitas que realizaron, las mediadoras juntaban a los ancianos en la sala multiuso de la residencia para leerles diferentes álbumes de literatura infantil contemporánea en voz alta. Mientras una mediadora leía, la otra mostraba las imágenes del libro proyectadas en una pantalla grande, y luego conversaban sobre el cuento y las impresiones de los participantes.

“La lectura compartida es encuentro, es un acto comunitario en sí mismo, donde vamos develando la historia al mismo ritmo para todo el grupo”, explica Edith y enfatiza en que la lectura en voz alta, además de la identificación con los

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personajes, permite generar una relación con otras personas porque propicia el diálogo. Y en el caso de personas de mucha edad, que a menudo caen en un ensimismamiento y aislamiento, la lectura grupal les brinda la oportunidad de salir un poco de esa soledad. Como no todos los ancianos de la residencia podían participar en las lecturas grupales por su condición física, a los que estaban postrados se les visitaba aparte. Se les leía junto a su cama y se conversaba con ellos de manera individual sobre lo leído.

En general, a los ancianos les gustaron especialmente los libros que tenían alguna cercanía con sus experiencias de la infancia y que les evocaban recuerdos. Edith cuenta que cuando, por ejemplo, escucharon 9 Kilómetros, de Claudio Aguilera, el libro los llevó a recorrer los caminos que ellos mismos hacían para llegar a sus colegios cuando eran pequeños. Caminos que muchas veces eran largos y sacrificados según lo que contaban después algunos ancianos en la conversación grupal.

Otros álbumes que les trajeron muchos recuerdos fueron Frederick, del autor holandés Leo Lionni y Sábados, de la autora chilena María José Ferrada. Fredrick, que se trata de un grupo de lauchas preparándose para el invierno, les hizo recordar la cotidianidad del campo donde muchos de ellos crecieron. Sábados, por el otro lado, transcurre en la ciudad y cuenta la vida cotidiana de un niño que acompaña a su padre a trabajar como músico en la noche porteña de

Valparaíso. La historia hizo aflorar recuerdos de antiguos recorridos por el puerto y en la conversación tras la lectura, contaron sobre estos recorridos y algunos hablaron del trabajo infantil que tuvieron que hacer en su infancia.

“Elegimos buena literatura que tocara temas universales que nosotras pensamos iban a interesar a personas mayores, libros relacionados con memoria, ciclo vital, soledad, amistad y amor, entre otros. Optamos por trabajar específicamente con libro álbum de autores reconocidos de Europa y Latinoamérica, pues es lo que más conocemos, muchos de ellos a través de Libroalegre”, explica Angélica.

Angélica y Edith se acercaron al mundo del libro álbum y de la lectura compartida después de participar en un curso de capacitación en mediación lectora de literatura infantil y juvenil realizado por la ONG Libroalegre en colaboración con la Municipalidad de Valparaíso, en 2017. “En mi caso, ya estaba haciendo mediación lectora en la escuela libre Lilén y fui poniendo en práctica con los niños las experiencias del curso de Libroalegre. El curso me enseñó a darle importancia a la selección de libros; a darle valor al diálogo y a las expresiones que surgen con las lecturas, y a atreverme a tocar temas diferentes y a veces difíciles. Eso enriqueció las lecturas y me hizo ver que es un camino que no tiene fin”, dice Angélica. A Edith, el curso de Libroalegre la llevó al descubrimiento del formato libro álbum: “Me pareció literatura de alta calidad y quise

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seguir profundizando acerca del libro álbum y de metodologías para mediarlo. También me interesó acercar a las personas para que disfrutaran y conocieran más de literatura infantil, en especial la de este tipo. Me gusta mucho el formato libro álbum porque contiene temas universales y puede ser mediado con personas de cualquier edad”.

Las mediadoras resumen la experiencia en la residencia de ELEAM como muy positiva, un tiempo intenso de compartir y aprender. A los ancianos, las lecturas en voz alta les sacaron de su rutina diaria, hacían que pasara algo distinto en la residencia y fueron una motivación para encontrarse y compartir experiencias, ideas, opiniones y puntos de vista. La experiencia confirmó la convicción de Edith de que el libro álbum sirve para personas de distintas edades y ahora ambas mediadoras quieren seguir leyendo en voz alta para adultos mayores porque, como afirma Angélica, “La lectura en voz alta es un tipo de lectura que debiera darse en todas las etapas de la vida y no solo en la niñez.

Es positiva, necesaria, permite el disfrute de los libros y da la posibilidad de acompañarse”.

Las sesiones de lectura en el ELEAM de Refugio de Cristo en Playa Ancha eran parte del proyecto “Palabras mayores”, financiado por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura. Algo que se consideró al evaluar la postulación fue el déficit de acceso a la lectura para los adultos mayores en la zona, declarado en el Plan Lector Regional. Al finalizar el proyecto, se instaló un punto lector en una zona común y ahora las mediadoras están postulando un nuevo proyecto al mismo fondo para llevar lecturas en voz alta a la misma residencia y otras dos de similares características en Valparaíso y Viña del Mar. El desafío para Angélica y Edith ahora es pensar en nuevos temas, pues las lecturas no se agotan y la necesidad de esta lectura en voz alta compartida continúa en hogares y residencias de personas mayores.

Escrito por equipo periodístico Libroalegre

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EL ÁRBOL ROJO BAJO LA LUP
Shaun Tan, de Elárbolrojo. Barbara Fiore

Análisis de Juan Hernaz

Quizá pocos álbumes ilustrados sean capaces de evocar de forma tan poderosa la poliédrica soledad y sus caminos como lo hace rojo es ese árbol singular, ese aliento de esperanza y de belleza íntima y atípica que todos albergamos, por oscuros y solitarios que sean nuestros días. Las evocadoras y poderosas imágenes de Shaun Tan son un trasunto perfecto de la soledad y sus implicaciones. La obra, publicada en 2001, supone un viaje por las emociones y la psique de una prota gonista sin nombre que podría ser, en efecto, cada lector.

En palabras del propio autor, historiasinningunanarrativaparticular;unaserie de mundos imaginarios distintos como imágenes independientes que invita a los lectores a extraer su propio significado, ante la falta de un sentido explícito.[…]Másalládeloslugarescomunes,bus qué imágenes que pudieran explorar más a fondo las posibilidades expresivas de este tipo de ima ginación compartida, que puede resultar a la vez extrañayfamiliar”

Elárbolrojo

imágenes de gran carga emotiva, capaces de posi cionar al lector en ese espacio de reflexión íntima que hace gravitar la mente en torno a los aspec tos más profundos de la soledad y la depresión. En efecto, se trata de un libro de interpretación abierta que, sin duda, es ejemplo perfecto de aislamien to, incomunicación, destierro y retraimiento. De pensamientos y sentimientos que nacen de la pro pia soledad a la que todos los seres humanos se enfrentan en algún momento de su existencia.

Formalmente, el libro se articula a partir de un formato clásico, con imagen y texto al pie, que va evolucionando y jugando con la tipografía a medida que avanza la lectura, siempre encaminado a

da y triste en un mundo hostil y ajeno. Su sencillez morfológica contrasta con entornos sumamente complejos y detallados, jugando en ocasiones con el realismo onírico, como en la doble página “la oscuridad te supera” (imagen en cierto sentido emparentada conceptual y emocionalmente con

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“extravíoenVenecia”, de Chris Van Allsburg en Los Misterios del Sr Burdick) o con la abstracción del collage (doble página “sin sentido ni lógica”), pero en todos los casos identificable y capaz de comunicar las emociones y circunstancias que está viviendo la protagonista.

Así, el viaje de la niña, que es el viaje del lector, transita desde la oscuridad de la segunda ilustración (“y las cosas van de mal en peor”) hasta la luz interior del propio árbol rojo de las dos últimas ilustraciones, pasando por el sobrecogedor pez de ojos inertes (“la oscuridad te supera”); el exilio interior (“nadie entiende nada”); el aislamiento y la incomprensión (“elmundoesunamáquinasorda” y “sinsentidonilógica”); la búsqueda infinita y repetitiva (viñetas “a veces esperas, y esperas…”); la confusión y la desesperanza (“y entonces todos tus problemas llegan de golpe”; el caos y fuerza extrema; el sentimiento de pérdida (“ves pasar cosas maravillosas”); lo trágico (“los más espantosos destinos resultan inevitables”), y la desorientación de qué haces, quién eres o donde estás. Es, en esencia, un viaje por las fases psicológicas de la soledad y la depresión. Y cada una de estas fases, perfectamente evocada en lo visual para llevar al lector al estado que Shaun Tan pretende: la desorientación que precede al hallazgo esperanzado.

El uso del lenguaje literario responde siempre al juego visual. El texto, parco, poético y directo, se encuentra aquí al servicio de la imagen en la medida en que cada frase actúa como un pie capaz de descargar todo el contenido en las ilustraciones, metáforas visuales y verdaderas protagonistas de la obra.

Las ilustraciones se resuelven mediante técnicas pictóricas clásicas que conforman buena parte del trabajo del autor (acrílicos, grafito, óleos, collage), y que le permiten generar texturas muy ricas en matices que sugieren mucho más de lo que cuentan, una de las claves visuales de cada una de sus imágenes.

La estructura del libro parte de un planteamiento simétrico y merece especial atención. Comienza con una imagen recuadrada -al estilo narrativo de Sendak en Donde viven los monstruos- para, posteriormente, ampliarse y utilizar recursos y

códigos propios del mundo del cómic. Sigue, por tanto, este esquema: 2 ilustraciones en recuadro –3 en página y media – 1 en doble página – 1 doble página con 8 viñetas – 1 ilustración en doble página – 5 en página y media – 2 ilustraciones en recuadro. Esta simetría es un recurso brillante que acentúa el ritmo, esa monotonía casi cíclica y tan íntimamente relacionada con el tema tratado, y que lleva al lector en tensión hasta la sorpresa que supone el encuentro del árbol rojo que vemos crecer en las dos ilustraciones finales.

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ÁRBOL ROJO BAJO LA LUP
EL

Pero este hallazgo final no es en absoluto casual ni sorpresivo para el lector observador. En todas y cada una de las ilustraciones, Shaun Tan propone el juego: encontrar la hoja del árbol rojo (arce japonés). Un pequeño guiño, un juego visual que, más allá del divertimento, parece estar diciéndonos que, aunque todo parezca complicado, ilógico y hostil, aunque la soledad más abrumadora nos invada, siempre existe un lugar, por mínimo que sea, para la esperanza. Y siempre ha estado ahí.

Elárbolrojorecorre los vericuetos de la soledad en sus 32 páginas y, con todo, Tan crea un álbum que es un canto a la esperanza. Cada inspiradora imagen se graba en la retina del lector e invita a contemplar matices, texturas, composiciones capaces de emocionar, de invitar a la reflexión y de hacernos comprender nuestros propios sentimientos. Y es, en definitiva, una luz al final del camino.

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Juan Hernaz es ilustrador y autor de libro álbum. Shaun Tan, de El árbol rojo . Barbara Fiore

Priscilla Valdés y Liam Vega tienen 12 y 11 años. Los dos viven en Montedónico, una población en un cerro de Valparaíso, y van a escuelas de barrio. La familia de Priscilla vende ropa en la feria de las pulgas y en casas de personas que conocen. La de Lian tiene un pequeño negocio donde venden ,“más que nada”, huevos y papel higiénico.

A Priscilla no le gustan los jueves porque ese día hay muchas horas de clase con un profesor pesado. Liam detesta los lunes que hay escuela y tiene que levantarse temprano.

¿Qué piensas de la soledad?

A veces me gusta estar sola, es mejor porque no me molestan; pero después no quiero estar sola, me gusta ir con mis amigos o mis primos, jugar con ellos.

Hay una soledad buena, cuando quieres estar solo y no tener mucho ruido. A veces hay mucho ruido en la escuela, mis compañeros son muy molestosos; una vez me dejaron llorando de tanto que me molestaron.

¿En qué momentos te sientes sola?

Cuando me regañan mis papás o los profesores. Me regañan porque a veces hago cosas que no tenía que hacer. También cuando en la escuela se burlan de mí y nadie hace nada, me siento muy sola.

¿Es distinta la soledad para niños y para adultos?

Los adultos en vez de estar solos, sin nadie, se ponen tristes con otras personas. Los niños deben irse a un lugar solos para estar tristes. Si mi mamá se pone triste, se pone triste así nomás, con la familia, donde esté, ahí se queda triste. Pero los niños nos vamos a un lugar para estar más solos.

¿Qué podemos hacer contra la soledad?

No se me ocurre nada… Bueno, cuando se burlan de mí en la escuela, y nadie hace nada, pienso que, al menos, alguien podría ir a buscar al inspector o al director.

También podría ser hablar con amigos, salir un rato a dar una vuelta, para quitarme lo triste.

¿Qué es para ti el árbol rojo del libro de Shaun Tan?

Es la imaginación, hay hojas coloridas en el árbol para que la niña del cuento se ponga más feliz. Supongo que se pondría más feliz si tuviera una mejor amiga que se llamara Katherina.

BAJO LA LUP VISIÓN NIÑOS
Shaun Tan, de El árbol rojo . Barbara Fiore

¿Qué piensas de la soledad?

Que es terrible porque si estás en un mal momento, y estás solo, no hay nadie que te con suele. A veces uno está solo por como se ha portado con los demás, o porque quiso estar solo… no sé. También hay perso nas que se sienten solas porque son excluidas por opinar o gus tarles otra cosa.

A veces es bueno estar solo, cuando necesitas paz de todo el mundo y del caos.

¿En qué momentos te sientes solo?

Cuando no estoy con mi mamá porque la quiero. A veces tiene que ir a comprar al centro y no me puede llevar, entonces me tengo que quedar con mi tía, o con una prima.

¿Es distinta la soledad para niños y para adultos?

La soledad tiene un impacto mayor en los niños porque los niños tienen más miedos que los adultos. Los niños se asustan más de cualquier cosa que vean o les digan.

¿Qué podemos hacer contra la soledad?

Buscar a tus seres queridos, estar con ellos porque son más cercanos y pueden ayudar con eso de la soledad.

¿Qué es para ti el árbol rojo del libro de Shaun Tan?

Es la esperanza de que mañana sea un mejor día.

Para la niña del cuento, creo que la esperanza es estar con su familia porque en ningún momento del libro se ve junto a alguien que la ayude.

Para mí, un mejor día es pasarlo bien, jugar con mis amigos a la pinta, o ir a la playa.

BICHOPELUSAS

Osvaldo y su mamá tienen un ritual de cazar pelusas cuando hacen limpieza en la casa. “Bichopelusas” los llaman. Solo ellos dos los ven, y cazarlos es un quehacer íntimo esencial en la vida del niño. Pero entonces, su madre muere, y las pelusas y el ritual desaparecido llenan la mente del pequeño de tal manera que lo abruman hasta hacerlo enfermar. Los adultos malinterpretan al niño que golpea y destruye, pero que en realidad intenta desesperadamente comunicar su abandono y soledad, simbolizado en los Bichopelusas. En el último momento, el padre recibe el mensaje, se da cuenta y comienzan un trabajo de luto en común. Un libro sobre la lucha de un niño por ser escuchado.

Texto: Morten Dürr

Ilustración: Dina Gellert Carlsen. Copenhague, 2008

LA BALLENA

Noé, un niño solitario vive con su padre pescador, descubre una ballena varada en la playa. La lleva a casa y la mete en la tina, sabe que fuera del agua la ballena se muere. A escondidas de su papá, Noé cuida a la ballena, la alimenta, le lee cuentos, escuchan música juntos. Todo lo que Noé desea que su papá haga con él.

El padre entiende la insinuación y las ilustraciones desarrollan y llevan el cuento a su desenlace: Devuelven la ballena al mar y padre e hijo empiezan a construir una vida armónica. Noé ha despertado a su padre.

Texto e ilustración: Benji Davies Zig-Zag . Santiago de Chile, 2013

EL FANTASMA NEGRO CONOCE A UNA FANTASMA

Sansón y Bu son fantasmas que viven de asustar a la gente, obviamente. Sansón, el fantasma negro tiene que enfrentar su condición de negro y penar durante el día. Es una lata, y casi no surte efecto. La gente anda de prisa y no está programada para toparse con fantasmas durante el día. Sansón sufre una soledad paralizante. Hasta que el crepúsculo y Bu, una linda fantasma blanca que está descansando en una roca, vienen en su rescate. Se desarrolla una amistad encantadora. Ambos terminan divirtiéndose en plenitud.

Texto: Jujja y Tomas Wieslander Ilustración: Jens Ahlbom Natur och Kultur. Estocolmo, 1996

BELLO

Bello anda en silla de ruedas y sueña con ser igual que los otros niños en la escuela. Su papá dice que es perfecto, la profesora finge e intenta salir de una situación embarazosa cuando se habla de “normalidad” en la clase. Bello está rodeado de seres considerados hacia él y siempre tiene asignado algún adulto que lo acompaña y atiende: ”¡Falso!”, grita cuando es premiado por tener la mejor redacción, y lanza su premio al río. “Nadie me ve. Soy visiblemente invisible”. Sintiéndose terriblemente solo y desesperado, Bello se va al bosque y ahí se encuentra con la vida real.

Texto: Mette Eike Neerlin

Ilustración: Otto Dickmeiss

Høst & Søn. Copenhague, 2019

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PEQUEÑA BIBLIOTECA RECOMENDA CIONES

Todos estos títulos están disponibles en Bibliotecas Libroalegre

EDU, EL PEQUEÑO LOBO

El lobezno Edu se encuentra en un punto muerto: Su tío le va a enseñar a cazar conejos para que aprenda a desarrollar sus instintos. En el camino, el tío muere y Lobito le pide consejo y ayuda al conejo Tomás. Entierran al muerto, y nace una amistad en la que el lobito Edu aprende a jugar a las bolitas, a leer, a pescar.

Juegan a ¿Quién-le-tiene-miedo-al conejo-feroz? Y a ¿Quién–le–tiene–miedo–al lobo–feroz? Se ponen a prueba sus instintos y la amistad. Ambos pasan por un duro proceso de desarrollo personal y sufren, sobre todo, por el abandono y la soledad. Al final vencen, y la amistad permanece.

Texto e ilustración: Grégoire Solotareff Corimbo. Madrid, 1999

EMA Y FREDO

Ema y Fredo son una pareja de osos que viven una vida placentera hasta que un día Fredo tiene el deseo de agrandar su mundo, conocer y experimentar. Él sabe que a Ema no le gusta viajar y la deja sola sin más.

Ema sufre un largo proceso de rabia; pena; aburrimiento; desprecio (“nunca me preguntó si quería ir”), y desarrollo durante su tiempo de soledad.

Fredo lo pasa estupendo, vuelve a casa con regalos y a través de una pelea con gritos y lágrimas, ambos experimentan un gran crecimiento psicológico. El libro termina con un giro inesperado y divertido.

Texto e ilustración: Anna Höglund Alfabeta. Estocolmo, 1995

LA HISTORIA DE IVÁN MADSEN

Iván es un niño alegre. “Va a llegar lejos”, dicen todos. Hace sus tareas, es amable con los compañeros. Pero si el número de chicos para las actividades es impar, siempre termina solo. ¿Es excluido o se excluye él? ¿No sabe visibilizarse? Cuando el curso va de campamento, Iván desaparece, y nadie recuerda la última vez que lo vio. Terminan declarándolo muerto. Las ilustraciones apuntan en una dirección diferente: Iván huye de todo, de los padres que lo invisibilizan, de los compañeros que sutilmente lo excluyen. De adulto Iván se vuelve especialista en bullying. Un libro con muchas capas de lectura. Se presta para debates sobre padres inútiles, profesores ciegos y niños embrutecidos.

Texto: Mette Eike Neerlin Ilustración: Rasmus Bregnhøi Høst & Søn. Copenhague, 2013

GORILA

A Ana le gustan los gorilas, lee libros sobre gorilas, para su cumpleaños pide un gorila. Todos los días le pide a su papá que la lleve al zoológico. Nunca ha visto un gorila de verdad. “No, estoy ocupado. No, estoy cansado. Otro día”, responde su papá. La noche de sus cumpleaños, Ana sueña con un padre gorila que cumple todos sus anhelos.

Un libro repleto de imágenes de ausencia paterna y soledad infantil, y otro ejemplo de la capacidad de los niños de sobrevivir y desarrollarse a pesar de unos padres desesperantes.

Texto e ilustración: Anthony Browne

FCE. Mexico D.F., 1991

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LA MUJER DE LA GUARDA

Reseña de Ximena Galdames

La Pieza Secreta 20 LIBRO DESTACADO
Alejandra Acosta, de Lamujerdelaguarda. Babel

Si el mundo adulto considera que no te incumbe, que no vas a entender, y simplemente no responden tus preguntas, ¿a quién le pides ayuda cuando sientes una honda pena y desesperación por la muerte de tu mamá, y no hay nada que puedas hacer al respecto? El libro La mujerdelaguarda, de las chilenas Sara Bertrand y Alejandra Acosta, habla sobre la vida y la soledad infantil, y recurre al imaginario de los cuentos de hadas para abrir una ventana al mundo de la infancia en el que se juega, existen penas y se siente la desolación pese a estar rodeado de otros.

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Una niña de ocho años es la protagonista del relato. Se llama Jacinta y tiene que cuidar a sus hermanos mellizos, es lo último que su madre le pidió antes de morir. Su papá y otros adultos esperan lo mismo de ella, que se haga cargo de un hogar que ha perdido el color por el duelo. La niña da de comer, baña, e inventa cuentos para que sus hermanos menores logren dormir. Recién cuando se acuesta, puede sentir la ausencia de su madre y recordar, con ayuda de las sombras, detalles como su risa, o como revolvía con cuchara el café.

En una noche especialmente angustiosa, Jacinta tiene la visión de una mujer que llega a caballo para ayudarla a despertar (o revivir) a su padre que está desmayado en la calle, como muerto. Desde entonces, la niña se pregunta cómo convocar a esta mujer en un mundo donde los adultos están ausentes, o perdidos en el trabajo, o mandando callar cuando se hacen preguntas importantes. Como cuando Jacinta ante el ataúd de su madre muerta pregunta, preocupada por verla ahí encerrada: “¿Cómo va a respirar?” Y sus tías le responden: “No pienses estupideces, anda a cuidar a tus hermanos”.

La mujer de la guarda, publicado por la editorial colombiana Babel en 2017, recibió el premio New Horizons/Bologna Ragazzi, de la Feria de Bolonia, la principal feria profesional para libros infantiles en el mundo. La categoría New Horizon premia proyectos literarios destacados fuera del ámbito europeo y anglosajón. Fue el primer título de la colección “Frontera ilustrada” que busca renovar los paradigmas de lectura y lectores para moverse en los límites del álbum y de la novela joven adulta.

La edición de este libro muestra una cuidada atención al detalle para transmitir una sensación de intimidad con el lector, partiendo por su formato cuadrado. La narración se estructura con dieciséis planas dobles de ilustraciones en blanco y negro, que tienen un efecto espejo, como las manchas de una prueba de Rorschach, y que inician y cierran el relato escrito. Atisbos de color azul conducen la mirada del lector hasta llegar al texto principal, impreso en letra de color gris en el que la voz narrativa omnisciente va desgranando las preguntas, miedos y soledad de Jacinta. Cuando Jacinta inventa para sus hermanos su propio cuento de hadas, en el que vencen a seres extraños que ocupan su casa y les desordenan la vida cada vez que se les antoja, el texto aparece también en color azul.

La imaginación y la esperanza son azules

Las dieciséis ilustraciones -ocho de inicio y ocho de cierre- pueden ser leídas en conjunto como un tercer relato aparte, paralelo o entrelazado con los textos de Bertrand. Todas las ilustraciones ocupan la página completa y transmiten las emociones que embargan a la niña ante la inmensidad de la vida y la tragedia, a diferencia de los textos interiores donde todo es más contenido, ordenado por y para los adultos.

Alejandra Acosta utiliza collages de grabados en tinta china (con imágenes extraídas de libros y bibliotecas antiguas) que evocan ilustraciones clásicas de relatos bíblicos o cuentos de hadas tradicionales. La paleta de negro, blanco y grises transmite un mundo lleno de contrastes: la casa perdió el color y las sombras trepan por las murallas. Son escenas lúgubres con bosques de

árboles retorcidos que te miran, un castillo rodeado por plantas invasoras que no dejan entrar o salir, una habitación vacía que es observada desde afuera por un enorme ojo. Sin embargo, en cada escena fría, oscura y solitaria existen flores, caballos, pájaros, una silla y un manto, todos coloreados con un azul que, a mi parecer, evoca lo infinito: el cielo, el mar o el lugar donde viven los muertos. La esperanza existe incluso en el frío silencio, pero es difícil distinguirla.

Las ilustraciones que cierran el libro se asimilan a las iniciales, pero están ordenadas de forma inversa. Ahora, el azul ocupa las páginas con la mujer de la guarda; el caballo; la vegetación florecida; los cuencos musicales; los frutos e insectos que vuelan entre los muros; el caballo que pasta en la casa, y una niña pequeña, arriba de una silla, que al fin puede asomarse por la ventana. El mundo externo ya no parece tan lúgubre, afuera del hogar espera un mundo con tintes azulados y la mujer más bella (la de la guarda) está sentada en la copa de un árbol y tiene a Jacinta en su falda. Acosta transmite cómo los miedos y la soledad de la niña se transforman con la compañía y protección de esta mujer que siempre está dispuesta a acudir.

Un logro de este libro es que texto e ilustraciones se entrelazan para que el mundo adulto e infantil se encuentren y dialoguen sobre lo inimaginable. La mujer de la guarda, una mujer mayor sonriente y dulce, llega oportunamente para acompañar y amparar en la luz y sombras cuando la angustia y el miedo son intolerables; tal como lo hacen las historias y la imaginación en la vida cotidiana. Bertrand y Acosta respetan a sus lectores jóvenes, empatizan con ellos y valoran lo que tienen que decir y sienten. Por lo mismo transmiten de forma verosímil y respetuosa la voz infantil.

La mujer de la guarda confirma el valor democrático de la literatura infantil y juvenil que habla sobre las cosas que suceden en la vida real y que posibilita, a través del arte, abrir un diálogo sobre lo innombrable para encontrar sentido y compañía con otros en la vida.

Ximena Galdames es educadora de párvulos, docente universitaria y PhD en Estudios de Primera Infancia.

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Alejandra Acosta, de Lamujerdelaguarda. Babel

ALFREDO SODERGUIT

El narrador visual de Uruguay

Alfredo Soderguit nació en 1973 en Rocha, una pequeña ciudad al interior de Uruguay en la que pasó su infancia y adolescencia. Desde muy pequeño empezó a amar el dibujo y desarrolló, entre observaciones y trazos, confianza e identidad. Estudió Bellas Artes en la Universidad de La República en Montevideo y Dirección de arte en la Escuela de Cine de Uruguay. Desde 1998 ha ilustrado más de 50 libros y dirigido y producido varias películas. En los últimos años, además de ilustrar, también ha empezado a escribir con muy buenos resultados: su álbum Loscarpinchos se ha traducido a 18 idiomas y vendido miles de copias. Recientemente ha publicado La cerca, un relato sobre las vidas paralelas de dos niñas latinoamericanas, que están al lado, muy próximas, pero cada una en un lado diferente de la cerca.

A Alfredo le interesa observar las circunstancias sociales de las relaciones humanas, imaginar utopías en las que haya más libertad para elegir, y está convencido de que la literatura infantil es fundamental en la base de la construcción de la cultura que es la infancia.

¿Por qué te interesaste en la literatura infantil? Como en la mayoría de los casos, el interés empezó como lector. Desde muy chico les presté atención a los dibujos animados, a los libros ilustrados, enciclopedias ilustradas, con mucho interés en la naturaleza. Crecí rodeado de naturaleza y tenía interés en observarla, pero no tanto de subirme a un árbol y ver cómo era una cigarra (también lo hacía), sino que me resultaba mucho más atractivo verla en una enciclopedia y dibujarla, y saber como eran sus partes y detalles. Esa sensación de entusiasmo fue una de las cosas que me hizo acercarme mucho a la literatura.

¿Qué libros recuerdas de tu infancia?

En mi casa siempre se le dio importancia a los libros, aunque no teníamos muchos. Tal vez porque vivíamos en una ciudad chica en el interior de Uruguay y no había disponibles tantos como hoy; o por un tema económico, pero no era tan fácil conseguir libros raros, variados, interesantes… No viajábamos, e incluso en Montevideo tampoco había mucho. Toda mi niñez fue durante la dictadura, un tiempo en el que la cultura estaba congelada. Los libros que llegaban a mi casa lo hacían por dos caminos: uno era el canje de revistas en el kiosco de revistas, donde íbamos con nuestras revistas viejas y un poco de plata y las canjeábamos por otras. Leíamos muchas historietas españolas, argentinas, chilenas como Zipi y Zape; Mortadelo y Filemón; Patoruzú y Condorito. Cuando más grandes, Scorpio, Fierro, todas esas revistas más de ciencia ficción y ciberpunk. El otro camino era el de los libros que llegaban a la puerta, porque en una época de la niñez, los libros llegaban puerta a puerta, por vendedores. Una vez, mi madre decidió comprar dos libros: El libro de preguntas y respuestas de Charlie Brown y un diccionario Sopena ilustrado. Esos dos libros fueron fundamentales para mí, mi hermano y mi hermana. De ahí sacábamos información, recreábamos a los personajes, los dibujábamos, los hacíamos en arcilla, los recortábamos, los pintábamos. Desarrollamos todo un imaginario de la combinación de esos dos libros, de una forma muy autónoma, no teníamos otras referencias, no sabíamos qué tan famoso globalmente era Snoopy. Para nosotros Snoopy era el perro que estaba en un libro en nuestra casa, nadie más alrededor lo

conocía. Esos dos libros, que eran básicamente informativos, fueron fundamentales porque tenían diversión, dibujo y conocimiento.

¿Hay algún libro especial que te haya influido? Voy cambiando de influencias y me parecería injusto elegir un solo libro. Hay cosas que en un momento me han gustado y después he perdido el interés. No conservo un libro fundamental, el interés siempre ha sido por etapas. Por ejemplo, en un momento de mi vida apareció Michael Ende, cuando una amiga me prestó Momo y después yo conseguí otros títulos de él. Cuando estaba ya en la secundaria, alguien me decía “mirá qué bueno este libro”, yo lo leía y de ahí se abría un espacio a través de un nuevo autor. Ya estaba estudiando en la universidad en Montevideo, cuando un amigo extranjero con el que compartía apartamento volvió de un viaje y me trajo un libro de ilustraciones de Moebius, me dijo: “mirá este francés, qué interesante”. O en un momento un amigo de acá me habló de Edward Gorey y me conseguí cuatro libritos de La fábrica de vinagre, y algún otro. Y hasta ahí llegaba, no es que me volviera un fan de todos estos autores como para que fueran mi base principal. En un viaje me compré The arrival, de Shaun Tan, esa narración que es como ver un largometraje increíble, sofisticado, hermoso, sin texto prácticamente. Me pareció fabuloso, y me conseguí dos o tres libros más, para conocerlo un poco mejor. Y así voy saltando, pasando de un referente a otro.

De todos los libros que has ilustrado, ¿hay alguno que te haya gustado más?

De los cincuenta y tantos libros que he ilustrado, hubo dos que para mí fueron puntos de quiebre fundamentales: el libro de poemas Mirá vos, y la novela corta AninaYataySalas

Mi forma de trabajar cambió cuando una editora me pidió que ilustrara poesía. Yo había estado ilustrando libros de aventuras juveniles durante varios años y fue la primera vez que empecé a experimentar el trabajo de ilustrador como autor. Porque ilustrando aventuras, si bien hacía más o menos lo que quería, sentía más bien que iba como un vagón siguiendo el imaginario y las descripciones de los escritores y escritoras (hasta sabía la forma del bigote de tal personaje porque estaba descrito en

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ENTREVISTA

el texto). Sin embargo, cuando me tocó ilustrar poesía por primera vez, me estalló el cerebro y empecé a jugar, y me sentí muy bien, muy libre. Fui muy feliz haciendo Mirá vos, me dio esa perspectiva de decir que ya no se trataba de una familia viajando por Latinoamérica o un grupo de niños que tienen aventuras en un cementerio o en un parque (aunque estaba buenísimo, me encantaba hacerlo), ahora eran poemas, hablaban de otras cosas, se acercaban a la realidad de otra manera. Entonces, ¿cómo ilustro un poema? Y fue mucho más fácil de lo que me imaginaba. Si bien lo otro me gustaba y lo abordaba desde un código más similar a la historieta, acá fue mucho más el juego y la libertad con la representación, ¿qué me provoca a mí esto y cómo lo puedo representar desde mi perspectiva?

En cuanto a Anina Yatay Salas, es una novela corta escrita por un maestro de escuela ya retirado, Sergio López Suárez. Sergio construyó el personaje de Anina a partir de un montón de memorias de su experiencia como maestro de escuela, de personas que conoció, de niñas y niños con los que trabajó. Es un libro de una gran autenticidad. Cuando lo leí, ya de adulto, me vi a mí mismo reflejado en la escuela. La historia se cuenta desde las reflexiones del personaje: lo que ve, lo que piensa,

lo que cree que le va a pasar, lo que le está pasando, lo que piensa que le está pasando. Toda esa tormenta mental y emocional de una niña de 10 años, me trasladó a mis propias tormentas emocionales de los 10 años, y de la vida en general. Leer esa novela fue como que me hubieran enchufado un tanque de oxígeno. Y si bien la ilustración no era en este caso un poema, empecé a jugar de la misma forma. Este libro me motivó también a trabajar de una forma muy autoral en la ilustración, pensando en reinterpretaciones, metáforas, cosas que no son dichas, a veces ni siquiera sugeridas en el texto, pero que me pasaron a mí al leerlo. O juegos, como combinar arbitrariamente elementos a los que refiere el libro en distintos pasajes, pero condensarlos en uno y hacer algo divertido.

Después de una larga carrera de ilustrador, has empezado a escribir también, ¿cómo ha sido ese camino?

Lo que me dio más herramientas y valor para atreverme a escribir fue empezar a trabajar en cine, porque trabajo en guiones, y como los guiones no se publican, después se convierten en la película, nunca tuve ningún pudor en escribir y modificar. Puedes escribir lo que quieras, más o menos

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Alfredo Soderguit, La cerca . Ekaré

reflejar lo que se quiere hacer, lo importante es la estructura y las descripciones, más que la cuestión estilística. Creo que escribir guiones y sinopsis, y trabajar como productor presentando y postulando, teniendo que contar de qué se tratan las historias (toda mi experiencia en cine de los 10 últimos años) fue lo que me dio más herramientas de escritura, además de la lectura. Y empecé de a poquito porque Soy un animal (su primer libro como ilustrador y escritor) es un poema. En una conversación con mi hija (de 4 años en ese entonces) sobre un mono que dibujó y que ella me dijo “yo soy un animal”, empezamos a jugar en ese plano de cuándo somos animales: “cuando como, como como un cerdo, cuando duermo, duermo como un oso…” Empecé a trabajar ese libro más como manifestaciones lúdicas de la libertad, un juego de la libertad, de ser lo que quieras. Por eso lo termino con “soy un hombre, cuando quiero”, que en español tiene la acepción de “cuando tengo ganas” y de “cuando amo”. A mí la que me interesa para este libro es “cuando tengo ganas”, pero me gusta que sea un juego de palabras.

Con Los carpinchos empecé a dibujar escenas, inicié un proceso de investigación de una idea a través del dibujo. Ahí me atreví a escribir algo más narrativo, corto, descriptivo, a un par de pasos de distancia de los personajes, sin entrar demasiado en detalle. En este libro toda la parte emocional de los personajes pasa más por la gestualidad, por lo visual. Es algo que me funciona muy bien porque vengo de mucho más tiempo de desarrollo de la narración visual, me gusta seguir dándole prioridad a la narración visual y escribir lo mínimo necesario. Al revés de lo que hacía cuando empecé a ilustrar, que trabajaba con novelas muy largas e ilustraba lo mínimo necesario.

Y La cerca tiene el doble de texto que Los carpinchos y entra en una complejidad mayor porque son humanos, nos sentimos más directamente identificados con las emociones, los pensamientos, la situación. Ahí me atreví a escribir más, y empecé a hablar un poco más de lo que les pasa a los personajes a través de mostrar la situación. Son como viejas fotos, se muestra mucho, pero no se ve tanto, los personajes a veces están de perfil, de espaldas, no están mirando al lector. El dibujo plantea una escena descriptiva en la que a los personajes los conocemos un poco, están ahí, los podemos ver. Es como si nosotros fuéramos un tercer vecino que hace sus especulaciones. No deja de ser un libro de observación.

Cuando me tocó ilustrar poesía por primera vez, me estalló el cerebro y empecé a jugar, y me sentí muy bien, muy libre.

¿Qué es lo que te inspira a contar historias?

Si pienso en mis trabajos -el libro Mirá vos, la novela AninaYataySalas, Loscarpinchos y La cerca-, es algo que tiene que ver con la observación de circunstancias sociales de las relaciones humanas, de como tenemos ciertos temores a quedarnos fuera de algo o dejar de pertenecer, como se remarcan esas desigualdades. Yo vengo de vivir en un barrio popular, en una ciudad chica, la mayoría de mis compañeros de escuela eran niños que no habían tenido muchas oportunidades. En mi familia tampoco teníamos dinero, pero en mi casa, tal vez más por referencias a tíos y abuelos, siempre se habló de la educación, más allá de que mis padres no eran profesionales. Cuando tenía 10 años, sabía que existía la universidad y sabía que iba a ir, era parte de mi imaginario natural. En Uruguay, la educación pública, en sus tres niveles, es fundamental y una referencia para generar posibilidades de elegir adonde queremos llegar.

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Alfredo Soderguit, La cerca
.
Ekaré

Creo que las bases de la literatura infantil se asientan en muy buenas intenciones y en una observación genuina de la infancia, y eso la hace, en general, positiva.

Y tal vez porque he recorrido un espectro bastante amplio en mi vida y conozco gente de todo tipo, me pasa que intento entender las ambigüedades que existen en todos los sectores, en todos los espacios sociales, en todos los imaginarios, en todas las ideologías. Me incomoda mucho a veces cuando las personas desde una perspectiva son muy cerradas y radicales y se hacen juicios injustos sobre otras. Tal vez eso es lo que, en este momento, me moviliza un poco más, pensar en eso, en imaginar una utopía donde no sé si esas diferencias desaparecen completamente, pero sí hay más libertad para elegir.

¿Tienes algún nuevo proyecto en ciernes?

En este momento estoy todavía trabajando, por unos meses más, en un corto animado de Loscarpinchos con producción en Francia, Uruguay y Chile. Estoy muy concentrado en eso y no me he puesto a pensar en qué voy a hacer después, pero cuando aparece alguna idea o punta de madeja que siento que puede llegar a algún lugar interesante, lo que hago muchas veces es hacer un dibujo, pensar un título y hacer un boceto de portada. Tengo una colección de seis o siete portadas guardadas, algunas de hace años, que cuando las veo a veces es como si hubiera leído el libro que aún no existe.

¿Qué piensas de la LIJ que se publica en Latinoamérica?

No conozco mucho de lo antiguo pero lo que sí hay, aquí en Uruguay, en Argentina, en Brasil, Colombia, supongo que en Chile también, son algunos autores de referencia que generaron algunos libros que fueron exitosos, que en en general son interesantes -rimas, fábulas, cosas así-, como Pombo en Colombia o Paco Espínola en Uruguay. Escribían sobre su realidad, con el lenguaje popular. Hubo una época, en la primera mitad del siglo pasado en la que surgieron algunas propuestas de literatura infantil desde lo popular que eran muy interesantes, que rescatan formas literarias populares, como ciertos tipos de rimas o figuras imaginarias de la tradición popular o personajes basados en tradiciones.

En la época de la Guerra Fría y las dictaduras, reventó todo acá y hubo un corte y lo que había se volvió muy choto, excepto lo de grupos de resistencia que intentaban generar sus cosas. Pero las historias que se leían en las revistas infantiles cuando yo era niño e iba a la escuela en los 80, valían dos pesos, eran cosas moralistas y estúpidas. Después llegó ese renacimiento latinoamericano entre los que volvieron, los que retomaron algunas cosas y los nuevos que fueron apareciendo. Fue algo que, por lo menos acá en Uruguay, costó y se fue construyendo de a poco. Cuando empecé a trabajar como ilustrador, hace unos 25 años, ya había algunas cosas de editoriales locales, pero el impulso fue cuando Santillana empezó a generar decididamente un catálogo de literatura infantil uruguaya y hubo como una primavera y muchos autores, que ahora están, se fueron consolidando. Se le dedicó más atención incluso que la que le dedican ahora. Por lo menos en Uruguay se generó un ecosistema de literatura infantil que se retroalimenta, al que entran nuevas personas y que se va moviendo y creciendo.

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Soderguit, Loscarpinchos. Ekaré
Alfredo

Me gusta opinar que es muy raro que haya maldad en la literatura infantil, todos los escritores y escritoras con los que trabajé fueron buenas personas, algunos escriben mejor, otros peor, otros con más imaginación, otros más realistas, hay de todo, pero siempre hay un trasfondo de buenas intenciones que genera que lo que se hace tenga un valor. Para mí malo es lo que tuerce la realidad, lo que tiene intenciones didácticas en el mal sentido, de convencer al otro de lo que pienso. Pero creo que las bases de la literatura infantil están basadas en muy buenas intenciones y en una observación genuina de la infancia, y eso la hace en general positiva. Yo a mi hija, por ejemplo, no le filtro mucho los libros que lee. Por ahí hay algunos que no me gustan como están escritos o ilustrados, o pienso que las temáticas están abordadas de forma demasiado simplista, pero prefiero que lo lea igual y charlarlo con ella.

Y también entiendo que hay un fenómeno un tanto globalizante en el que se ha profesionalizado mucho, sobre todo la ilustración. Algo muy típico de la literatura infantil, por lo menos en Uruguay, es que no había demasiada curaduría en la ilustración, es decir textos muy buenos muy mal ilustrados. Desde hace 25-30 años que esto ha ido mejorando muy poco a poco y se le está poniendo más atención a la ilustración. Algo que ha pasado acá es que, por el propio vínculo que hay entre autores, son los escritores los que empiezan a poner más atención, antes que los editores. Los escritores se preocupan más por elegir, por entender, por saber, por proponer, por entrar en ese juego de la obra en común, de la obra colectiva, por entender a sus ilustradores como autores. Suelen ser más aliados muchos escritores que algunos editores.

¿Es importante la LIJ en Uruguay?

Yo creo que sí, y que es en paralelo con otros países. He viajado por muchas ferias internacionales -Bolonia, Guadalajara, Frankfurt- y las experiencias y lo que se comparte entre chilenos, uruguayos, argentinos, colombianos, mexicanos, peruanos, brasileros, ecuatorianos, son muy parecidas. La sensación es que estamos en lugares similares y que en ese espacio de ferias internacionales, en el que también se define una comunidad de autores que nos conocemos, también está otro de los motores. Hablando de escritores latinoamericanos, Jairo Buitrago es un gran escritor que, además, ha entendido el álbum. Eso no pasa con todos, hay muchos escritores, incluso acá en Uruguay, que hacen cuentos cortos que se publican en formato álbum, pero que no conocen completamente el proceso del álbum. Terminan de escribir, ponen el último punto,

corrigen todo y, después lo mandan a ilustrar. No piensan en un proyecto, como en una película en el que el texto es el guión y las ilustraciones las imágenes. Pero siento que el álbum como un libro que jerarquiza la narrativa visual y que le da uso y la valida y la hace interesante es algo que ha crecido bastante en todos los países latinoamericanos. El libro álbum bien entendido, con un desarrollo como proyecto se empezó a imponer al cuento ilustrado.

¿Piensas que los libros infantiles pueden influir en la sociedad?

Sí, como todos los bienes culturales, el teatro, el cine... Creo que, en algún punto, la literatura infantil tiene mucha más incidencia en la cultura porque es mucho más fundacional: se la leemos a nuestros hijos, pensamos en cómo estamos educando a nuestros hijos cuando elegimos la literatura que les leemos, le hacemos muchos más cuestionamientos. Creo que la literatura infantil, por más que uno le dé mayor o menor relevancia, tiene esa particularidad de que se cuela en etapas fundacionales, se cuela en el sistema educativo, en las organizaciones que trabajan con educación y con niños, en las bibliotecas, en los hogares. La literatura infantil tiene una gran importancia en la base de la construcción de la cultura que es la infancia.

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Alfredo Soderguit, Loscarpinchos. Ekaré

Y la literatura infantil tiene esa importancia porque hay mucha gente pensándola mucho, organizaciones, autores, editores. Hay mucha gente que trabaja con la literatura infantil, no solo en hacerla, también en promoverla, distribuirla, usarla. Eso no pasa de la misma forma con al literatura de adultos.

¿Crees que los libros infantiles, tus propios libros, contribuyen a crear sociedades más democráticas?

Bueno, no es un objetivo influir, pero sí creo que libros como Los carpinchos, La cerca, y muchos otros de otros autores que van en ese sentido, y en otros sentidos también, son opiniones, y opinar es vivir en democracia, y compartir esa opinión con los lectores que nos toquen es un ejercicio democrático en sí mismo. Recibir esa opinión y poder discutirla y reflexionar sobre ella es parte de las posibilidades que te da la democracia, poder opinar sin filtros, o con los filtros de la ética de cada uno, pero no filtros ideológicos gubernamentales. Poder poner las cosas sobre la mesa, eso es democracia. Y tiene que ver como con todas las ideas, cuantas más haya, más rica va a ser esa democracia, más se va a fortalecer. Si las opiniones son pocas y muy sectorizadas y muy parecidas, por más buenas que sean, al no haber confrontación, ahí se puede debilitar.

Si te digo “soledad”, ¿te viene algún libro de LIJ a la mente?

Uuhh, no… Bueno, The Arrival, de Shaun Tan, es un libro sobre la soledad y la distancia, pero en un sentido muy positivo, es un libro sobre la esperanza más que sobre la soledad. Los días raros, del ecuatoriano Roger Ycaza, que trata sobre un niño que los padres se han separado y es un niño solo consigo mismo. Anina, en algún punto, si bien es una historia sobre la empatía, en realidad tiene algo de soledad porque todo lo que ocurre es muy dentro de ella. Personalmente, yo vivo la soledad desde un lugar muy positivo y me vienen primero a la mente los libros más sobre reflexiones, sobre personajes consigo mismos, pero no personajes sufriendo la soledad.

¿Cómo es la soledad para ti?

Me gusta trabajar en soledad, leer, editar los textos, ilustrar. Además de que tengo muchas responsabilidades familiares en el día, funciono mucho mejor y me siento mucho más pleno en la madrugada, trabajando hasta las 3-4 de la mañana. Lo hago poco porque a la medianoche o la 1 ya estoy muy cansado, pero paso mucho tiempo solo con mis procesos creativos y ese es el momento en el que estoy mejor. Disfruto más de esa soledad que de la soledad en el bosque, en una hamaca paraguaya en la playa en vacaciones, ahí prefiero estar con amigos haciendo un asado y tomando fernet. En esas situaciones de descanso me gusta socializar. Y en el trabajo (aunque también me gusta en equipo) siempre necesito que se generen momentos de soledad, necesito mucho tiempo para entrar en un estado de concentración, casi de meditación. Lo voy tomando de a poco, se empiezan a dormir en casa, empiezan a apagar la radio, la tele, la música, empieza a desaparecer todo, se empieza a silenciar la calle, me encanta ese momento. Y después quedarme solo entre las 12 y las 3 de mañana, ajustando un brillo de luz, un trazo. Disfruto mucho de ese proceso, casi físico, de la creación de lo plástico, de lo que lo plástico expresa, de lo que la forma de un trazo expresa, una textura, en un sentido casi asiático, como de caligrafía china o japonesa.

La Pieza Secreta 30
ENTREVISTA
Escrito por equipo periodístico Libroalegre

FAM EKMAN LA GRAN

MINIMALISTA DE NORUEGA

Es muy común pensar que los autores de libros infantiles deben crear universos llenos de gatitos amorosos y familias felices. No es el caso de Fam Ekman, una escritora e ilustradora nórdica que innovó el libro ilustrado y que revolucionó el concepto convencional de lo que se supone que puede o debe ser un libro para niños. La disonancia y la actitud no romántica de sus personajes refleja la infancia de una manera nueva e inquietante y su trabajo desafía la tradición. Su carácter como artista visual se basa en la autoría de un libro ilustrado vanguardista en un formato pequeño. A través de una larga serie de preciosos y distintivos títulos ha contribuido a desarrollar el libro ilustrado en Noruega como una forma de arte.

Boletín de literatura infantil y juvenil 31 AUTORAS DEL MUNDO
La Pieza Secreta 32
Fam Ekman, de Sonate for en violin. Modtryk Fam Ekman, de Kattens hale . Modtryk Fam Ekman, de Dennyevesken. Cappelen

Fam Ekman nació en 1946 en Estocolmo (Suecia). Sus padres eran el actor, guionista y director de cine Hasse Ekman y la actriz Eva Henning. Cuando Fam tenía 8 años, sus padres se divorciaron y su madre se casó de nuevo con el actor noruego Toralv Maurstad, así que se fueron a vivir a Oslo.

En su adolescencia empezó a dibujar, pero no lograba encontrar su lugar en el mundo. Finalmente, aconsejada por un vecino y amigo pintor, y animada por su familia “que no sabía muy bien qué hacer conmigo”, entró a estudiar en la escuela de artes y oficios a los 19 años. “Todos pensaban que quizás dibujando me podría ganar la vida, así que fui más o menos empujada a entrar a la escuela de artes y oficios. Yo seguía sin tenerlo claro”, cuenta en una entrevista publicada en el sitio web del Instituto Noruego del Libro Infantil. Terminó estos primeros estudios en 1969 y diez años más tarde ingresó a la Academia Noruega de Bellas Artes, donde continuó formándose.

La soledad infantil

Aunque su debut en el mundo del libro ilustrado fue en Suecia, en 1969, con Det kan hända (Puede Suceder), el éxito llegó siete años después con su segundo libro: Hva skal vi gjøre med lille Jill? (¿Qué hacemos con la pequeña Liliana?). Publicado en 1976, fue una revolución en el mundo de la edición para niños. En este libro transmite, con un lenguaje poético, la soledad infantil,

la experiencia de cómo se puede sentir el ser pequeño en un gran mundo adulto y no ser visto por tus propios padres. Y es a través del encuentro con el arte en las paredes de un museo que la pequeña protagonista escapa de su estado invisible y pasivo y sale de su casa al mundo.

Respecto a este libro, Fam Ekman ha declarado en más de una ocasión que ella no pretendía revolucionar nada ni tenía conciencia de estar abordando el tema de padres que ignoran a sus hijos: “Simplemente estaba feliz de haber hecho

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AUTORAS DEL MUNDO
Fam Ekman, de FrøkenMosekvistogdetflyvendeteppe. Cappelen

un libro. No era tan mayor (tenía 30 años) y no sabía muy bien qué hacer en esta vida”. Y en este sentido, la artista noruega explica que a veces piensa que debería abordar temas como el divorcio o la situación de los refugiados, o cosas así, “pero no es mi manera. Y luego me sucede a menudo que pienso que estoy haciendo algo que finalmente resulta ser otra cosa. No tengo el control total y quizás después descubro que fue otra cosa. ¿Quizás se trataba de divorcio después de todo?”, reflexiona en una entrevista publicada en el sitio web del Instituto Noruego del Libro Infantil.

Con su voz narradora sobria, de pocas palabras e infantilmente ingenua, Fam Ekman ha establecido un estándar de calidad para el buen texto de libros ilustrados. Pero lo que más ha llamado la

atención de su obra, a nivel internacional, ha sido la exploración que hace de las posibilidades dramatúrgicas en la interacción entre texto e imagen. En esta interacción se entrevé una ironía melancólica y amigable que ha dotado de un sello distintivo a su trabajo.

Los libros ilustrados de Fam Ekman funcionan como literatura infantil y como arte visual. Atraen tanto a niños como a adultos amantes del arte porque logra combinar lo simple e ingenuo con lo sofisticado y ligeramente irónico. Sus textos son precisos y sutiles, a menudo con toques de melancolía, seriedad, humor, solemnidad, trivialidad y absurdo. Los dibujos son muy detallados, mientras que las composiciones de las imágenes reales tienen un aire minimalista (Ekman es una de las grandes minimalistas de Noruega). Le gusta combinar plumones, gouache, aguafuerte y fotografía, así como explorar las posibilidades de variación en el blanco y negro. Al incorporar elementos de diferentes entornos y en formatos muy diferentes, Ekman da un nuevo valor a los objetos cotidianos. Lo que parece ordinario se vuelve extraño, emocionante, nuevo. En muchos de sus libros hay claras referencias intertextuales a artistas y obras de arte famosas.

Fam Ekman ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera. y sus libros se han traducido a otros idiomas, pero no al español*. Sus trabajos huyen de todo lo que huela a comercial y a lo largo de su carrera ha sido perseguida por una pregunta recurrente: “¿Es esto para niños?” A lo que ella responde: “Siempre puedo confiar en el hecho de que hago libros de imágenes, y los libros de imágenes son para todos”.

Por equipo periodístico Libroalegre

* En la Biblioteca Libroalegre puedes encontrar algunos de los libros de Fam Ekman en español: ¿QuéhacemosconlapequeñaLiliana?; LaseñoritaVástagoylaalfombravoladora; Elpavordelgato; La nueva cartera; Elpañuelo; Una nube sobre Dolores la doliente; Ladescendenciadelosgranos de café; Sonataparaviolín, y Lacoladelgato.

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DEL MUNDO
AUTORAS
Fam Ekman, de Vad ska vi göra med lilla Jill? Rabén & Sjögren

EN EL PRÓXIMO NÚMERO DE LA PIEZA SECRETA:

La familia en la literatura infantil
FINANCIADO
EL
Y LA
PROYECTO
POR
FONDO DEL LIBRO
LECTURA CONVOCATORIA 2023

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