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Evaluar es valorar
Jorge Mario Echavarría Gómez - Institución: I.E.R. La Unión Puerto Nare Antioquia, Docente de básica primaria y Licenciado en pedagogía infantil
La evaluación, con toda su complejidad, es una herramienta fundamental dentro del sistema educativo colombiano en todos sus niveles y a su vez es progreso de niños, niñas, jóvenes y adultos en las diferentes etapas de desarrollo formativo de acuerdo con sus propias expectativas con relación a la vida que quieren vivir.
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Para ello, toma como punto de partida el contexto, el cual brinda tanto a estudiantes como a los docentes la posibilidad de enfocar la educación y la evaluación desde otra perspectiva diferente a la que se le ha dado hasta el momento en las distintas instituciones educativas públicas y privadas de índole nacional, departamental y municipal.
Así pues, vemos como la cantidad de áreas que se trabajan actualmente en la formación de nuestros estudiantes influyen en nuestro sistema evaluativo, teniendo en cuenta que es poco innovadora en sus procesos pedagógicos y al mismo tiempo no permiten al educando participar en la elaboración de esta y poder expresar que quieren aprender, la forma en la que lo quieren hacer y también la forma en cómo quieren ser evaluados.
Por consiguiente, la evaluación es hoy por hoy, el gran desafío para docentes, estudiantes e instituciones educativas. Es por esto, que debemos avanzar y mejorar en la forma en la que se planea y se realiza para observar si cumple con su propósito central que es el de identificar el progreso en el logro de unos objetivos propuestos y así contribuir al progreso colectivo por medio de modelos que permitan a maestros y maestras establecer mecanismos de reconocimientos y estímulos.
Es de vital importancia reconocer que la educación como proceso social, es en esencia, la incorporación de las nuevas generaciones al contexto humano en el cual han nacido. Luego se puede decir que educar es incluir y, al hablar de inclusión, entendemos que todo ser humano tiene derecho a ella y es fundamental porque garantiza a los mortales el acceso a la cultura y al desarrollo humano en los aspectos que estos comprenden.
Es por esto, que evaluar se convirtió en uno de los grandes problemas de la pedagogía, pues no se puede establecer una sola forma de evaluar, sin embargo, es necesario tener en cuenta que el conocimiento no se reduce a las actividades curriculares de la escuela; por eso, se deben buscar maneras de dar valor a otros conocimientos adquiridos por fuera del aula de clase.
En consecuencia, se necesitan estrategias modernas, activas, lúdicas y bastante pedagógicas, en donde los estudiantes sean protagonistas en sus procesos evaluativos, generando gran riqueza académica en los
colegios, puesto que, la evaluación a partir de hoy debe considerarse como uno de los aspectos más relevantes en los procesos de enseñanza- aprendizaje porque permiten desarrollar modelos de evaluación adecuados a cada edad, grado, cada necesidad del aprendizaje y para las distintas áreas del conocimiento. estudiante con el fin de buscar nuevas estrategias que le permitan hallar otros caminos para abordar los aprendizajes que se le dificulten. Para esto el docente debe estar lo suficientemente preparado para comprender los procesos de cada estudiante.
La evaluación, con toda su complejidad, es una herramienta fundamental dentro del sistema educativo colombiano en todos sus niveles y a su vez es progreso de niños, niñas, jóvenes y adultos en las diferentes etapas de desarrollo formativo de acuerdo con sus propias expectativas con relación a la vida que quieren vivir. Para ello, toma como punto de partida el contexto, el cual brinda tanto a estudiantes como a los docentes la posibilidad de enfocar la educación y la evaluación desde otra perspectiva diferente a la que se le ha dado hasta el momento en las distintas instituciones educativas públicas y privadas de índole nacional, departamental y municipal. Así pues, vemos como la cantidad de áreas que se trabajan actualmente en la formación de nuestros estudiantes influyen en nuestro sistema evaluativo, teniendo en cuenta que es poco innovadora en sus procesos pedagógicos y al mismo tiempo no permiten al educando participar en la elaboración de esta y poder expresar que quieren aprender, la forma en la que lo quieren hacer y también la forma en cómo quieren ser evaluados. Por consiguiente, la evaluación es hoy por hoy, el gran desafío para docentes, estudiantes e instituciones educativas. Es por esto, que
Según lo anterior, estoy de acuerdo en que la evaluación escolar debe ser un proceso integral de todos los estudiantes en donde se pueda verificar cómo avanzan en todos los aspectos fundamentales de los distintos procesos de enseñanza - aprendizaje dentro de todo el sistema educativo colombiano y que la escuela como generadora de espacios lúdicos y debemos avanzar y mejorar en la forma en la que se planea y se realiza para observar si cumple con su propósito central que es el de identificar el progreso en el logro de unos objetivos propuestos y así contribuir al progreso colectivo por medio de modelos que permitan a maestros y maestras establecer mecanismos de reconocimientos y estímulos. pedagógicos debe asegurarse que todos sus estudiantes avancen lo que más puedan de acuerdo con su edad pero teniendo muy en cuenta su desarrollo evolutivo, de forma que les permita desempeñarse productivamente dentro de una sociedad que maneja grandes niveles de competitividad. Es de vital importancia reconocer que la educación como proceso social, es en esencia, la incorporación de las nuevas generaciones al contexto humano en el cual han nacido. Luego se puede decir que educar es incluir y, al hablar de inclusión, entendemos que todo ser humano tiene derecho a ella y es fundamental porque Por consiguiente, la evaluación para medir el conocimiento y/o aprendizajes de los estudiantes en nuestro sistema educativo, suele garantiza a los mortales el acceso a la cultura y al desarrollo humano en los aspectos que estos comprenden. ser un tema bastante complejo, puesto que el progreso escolar no puede ser evaluado exclusivamente en función de resultados académicos, porque no es lo mismo evaluar niños que tienen todas las posibilidades y herramientas en sus hogares para estudiar, que los que viven en caseríos, invasiones, veredas alejadas del casco urbano y sin los servicios esenciales básicos y sin conectividad. A eso sumémosle la desnutrición o poca alimentación Es por esto, que evaluar se convirtió en uno de los grandes problemas de la pedagogía, pues no se puede establecer una sola forma de evaluar, sin embargo, es necesario tener en cuenta que el conocimiento no se reduce a las actividades curriculares de la escuela; por eso, se deben buscar maneras de dar valor a otros conocimientos adquiridos por fuera del aula de clase. como suele pasar en nuestra nación, los resultados nunca será iguales. En consecuencia, se necesitan estrategias modernas, activas, lúdicas y bastante Por ello, una buena evaluación debe dar la oportunidad de identificar cómo aprende cada pedagógicas, en donde los estudiantes sean protagonistas en sus procesos evaluativos, generando gran riqueza académica en los

Esto se logrará cuando todos los docentes comprendan a conciencia que las mesas de trabajo urbanas y rurales y las reuniones entre pares académicos, si se hacen en función de aprender y no de ir a cumplir una jornada, son una verdadera herramienta y/o estrategia para explorar formas de evaluar las maneras de cómo aprenden los estudiantes y las diferencias que presentan. Es necesario concientizarnos entonces que para evaluar se debe precisar en cada caso qué se quiere indagar y con qué fin, de manera que tanto docentes y alumnos puedan aprender del resultado de la evaluación y juntos concertar estrategias para mejorar sus desempeños, teniendo presente que cada modelo educativo trae consigo una estructura evaluativa que se debe acomodar a las necesidades de los estudiantes y no a las de los que nos dirigen y fundamentan nuestras leyes, así como sucede en el país de las maravillas “Colombia”. En donde vivimos copiando modelos educativos de otros países en vez de crear un modelo acorde a nuestras necesidades, problemáticas sociales y educacionales para fortalecer de buena manera dichos contextos, es así como podremos resignificar verdaderamente un buen sistema que garantice no solamente cobertura, sino calidad en lo académico, en infraestructura y en conectividad para nuestro niños, niñas y jóvenes en todo el territorio nacional. Finalmente, quiero terminar este escrito recordándoles a todos mis colegas que la evaluación escolar no debe ser utilizada como
una herramienta de poder que ponga al estudiante en situaciones de indefensión con respecto al maestro. Por el contrario, debe estimular al estudiante y reforzar las estrategias orientadas a superar sus dificultades.
“El fracaso escolar en los primeros años es más un problema de enseñanza que de aprendizaje en los niños”.
70 AÑOS DE LUCHA SINDICAL

Robinson Rafael Guerra Layos
CER Casa Grande, Sede El Morito - Concordia

Sea lo primero manifestar que los docentes rurales somos aves de paso por nuestras comunidades, que prestamos un servicio social y cumplimos un derecho fundamental a cargo del Estado. En este orden de ideas, no somos dueños de las escuelas en donde laboramos, aunque nos apropiemos con tanto amor y dedicación a ellas.
Al momento de posesionarnos y presentarnos en los Centros Educativos Rurales, los directivos nos envían a las sedes educativas para la recepción de nuestros lugares de trabajo, debido, a que muchas veces, las escuelas rurales distan bastante de los cascos urbanos. Naturalmente esta recepción se hace - como todo en la función pública - bajo el imperio de la Ley, en este caso, de la 951 de 2005, la cual fija “las normas generales para la entrega y recepción de los asuntos y recursos públicos del Estado colombiano, establecer la obligación para que los servidores públicos en el orden nacional, departamental, distrital, municipal, metropolitano en calidad de titulares y representantes legales…”. Es así que el cuidado y custodia de los bienes muebles e inmuebles quedan en cabeza del docente que recepciona bajo el beneficio de inventario y sujetos a su protección según lo preceptúa el Código Disciplinario único (Ley 734 de 2001, art. 34) y el Manual de Funciones de los docentes (Resolución MEN 09317 del 6 de mayo de 2016).

Empero, en ocasiones los directores rurales nos solicitan las llaves de estos Establecimientos Educativos, para luego ser entregados en la Secretaría de Educación del Municipio; situación que aparte de ser muy informal y de carácter temporal -generalmente durante las vacaciones de diciembre-, también teje un manto de dudas sobre la responsabilidad de los bienes que allí reposan y que inicialmente recae sobre los docentes, según se justifica anteriormente. Y si bien no se quiere decir que no se pueda o no se deban entregar en custodia de los directivos o del ente Municipal estos bienes, si es de observar el procedimiento para su entrega o recepción, pues se tendría que tener en cuenta el principio de legalidad en las actuaciones de los funcionarios o servidores públicos y el que “en el derecho las cosas se deshacen como se hacen”, es decir, si estos bienes fueron recepcionados al tenor de la Ley 951 de 2005, así mismo deben ser entregados y no con la mera entrega de llaves y acta de entrega de llaves, sino bajo el beneficio de inventario, pues esta Ley es implícita cuando en su artículo 5 establece un plazo de treinta días hábiles para revisión y verificación física que se haga de los diferentes aspectos señalados en el acta de entrega y recepción para efectos de determinar la existencia o no de irregularidades.
A manera de conclusión se podría decir que mientras no se haga una entrega de las Escuelas Rurales como lo determina la Ley 951 de 2005, la responsabilidad de los bienes allí consignados y recepcionados por los docentes, seguirá en cabeza de éstos; sin querer decir que no se pueda hacer una entrega en custodia de las escuelas a los directivos o entes municipales.
AÑOS
DE LUCHA 1951 -2021


POESÍAS
