Próceres, ensayos biográficos

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PRÓCERES

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naza zozobrar, por lo que arriba a cayo Guajaba. Allí, separado de sus demás compañeros, se interna en el bosque, y permanece una semana sólo, alimentándose de cangrejos crudos y pasando una sed espantosa, basta que, en presencia de una casita, se acerca a ella, y lo hacen prisionero unos oficiales de marina. Conducido a bordo del cañonero Gacela, este cañonero lo lleva a Puerto Príncipe, donde esposado, es conducido hasta la presencia del Capitán General Caballero de Rodas. Interrogado, contesta con altivez y valentía admirables. A poco, lo envían a la Habana, donde es juzgado en Consejo de guerra. Preguntado por los jueces del tribunal qué había venido a hacer a Cuba, contesta : "¿Acaso lo ignoráis? A expulsaros de ella." ¡Digna es esta frase de un héroe de la antigüedad! Condenado, como era de esperarse, a muerte, solicita ser fusilado, cosa que le niegan. Debía ser agarrotado. Al escuchar la negativa, dijo: "¿Y ustedes pretenden que España es una nación civilizada?" Encerrado en la cárcel, espera, sereno como un justo, la hora de la suprema liberación. Nadie, viéndolo y oyéndolo, podía imaginarse que aquel hombre estaba condenado a muerte. Asombro causó, aun a sus propios enemigos, el valor de que dió pruebas evidentes. El día 7 de mayo de 1870, notificado de que había llegado el momento de morir, sale de la cárcel, y monta en un coche en compañía de un sacerdote y dos oficiales. En el camino, al


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