Bloque 2 Enséñelos a decidir por sí mismos Fanny Feldman. Construye tu vida sin adicciones. Guía del modelo de prevención. México: SEP, Biblioteca para la Actualización del Maestro, 2000, pp. 33-35
Hoy más que nunca, nuestros niños y jóvenes se ven obligados a tomar decisiones que les corresponderían a personas adultas, las cuales ya tienen más claros sus valores, objetivos y prioridades. Niños de 10 a 12 años son presionados para consumir tabaco y alcohol, y tempranamente deben decidir sobre el asunto. Esto hace evidente la importancia de ayudarlos a desarrollar habilidades necesarias para confrontar estas complicadas decisiones. Todo lo que hacemos requiere una decisión: aceptar o no alguna propuesta, decidir dónde vivir, en qué gastar el dinero, con quién pasar el tiempo, y hasta lo que vamos a comer el día de hoy. Nuestras decisiones definen quiénes somos, cuáles son nuestros valores, lo que queremos lograr y cómo nos sentimos. La mayoría de las decisiones que tomamos no son determinantes; aunque a veces la vida nos exige decisiones cruciales, de las cuales depende nuestro futuro.
Una necesidad, en cambio, nos trae un bienestar a largo plazo. Nuestras necesidades básicas como seres humanos son: comida, ropa, casa, descanso, salud física, seguridad, relaciones significativas, pertenencia a un grupo, sentimiento de valía, amor, realización personal, etcétera. Si decidimos cumplir nuestras necesidades reales buscando el bienestar a largo plazo, entonces dichas decisiones son adecuadas. Para conseguir decisiones de este tipo debemos aclarar nuestras prioridades, como pueden ser la salud, el dinero, la seguridad, la vida familiar, la diversión, etcétera, siempre tomando en cuenta que las necesidades no son estáticas, sino que pueden crecer y madurar. Por lo tanto, conocer las prioridades individuales ayuda a evaluar las ventajas y los inconvenientes de nuestras decisiones. Así, pueden lograrse elecciones correctas que aspiren al bienestar propio.
Una guí a para tomar d eci siones L as necesidades y los deseo s Todos tomamos decisiones. Sin embargo, existen personas que por lo común toman las decisiones correctas. Esto se debe a que entienden la diferencia entre necesidades y deseos. En nuestra cultura es muy fácil confundir estos términos. La publicidad trata de vendernos la idea de que necesitamos sus productos para ser inteligentes, vernos bien y ser aceptados. Nos hacen creer que la felicidad se encuentra en una televisión a colores, el carro último modelo, los jeans que están de moda, o tomando y fumando las bebidas y el tabaco que consumen los demás. ¿Cuál es la diferencia entre necesidades y deseos? Un deseo es aquello que quisiéramos hacer o tener; generalmente viene acompañado del pensamiento mágico: “Si tan sólo tuviera… sería feliz”. Sin embargo, suele manifestarse un sentimiento de vacío cuando se satisface el deseo. 216
Existen cuatro componentes básicos para tomar decisiones adecuadas: 1. Identificación de emociones. Muchas de nuestras decisiones se basan en emociones momentáneas, otras en las que tuvimos en el pasado y algunas más se basan en sentimientos que podemos tener en el futuro. Como estos sentimientos son tan complejos y contradictorios, es necesario clasificarlos con cuidado y nombrarlos claramente para poder entenderlos. 2. Búsqueda de alternativas. Consiste en pensar en todas las opciones disponibles para enfrentar una situación que se nos presente. 3. Determinar las ventajas y desventajas. De las muchas opciones con que contamos, cada una de ellas tendrá consecuencias positivas y negativas; es necesario aprender a identificarlas.
Libro p a r a e l M a e s t ro
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