Examen Bloque 1
Tiempo: 40 minutos
Nombre:
Grupo:
En las preguntas de opción múltiple encierra la letra de la opción correcta. • El siguiente fragmento está tomado del cuento Jesús Betz. Lee con atención el texto y contesta las preguntas 1 a 3.
Jesús Betz Pólux y yo participamos en nuestra primera “Gran Representación” el 28 de febrero de 1919. A Pólux le tocó con los liliputienses, entre los “Tigres de Bengala” y las “Caballeritas Búlgaras”. Yo contesté preguntas de historia después de “Morgat-Alif”, el mago y antes de los “Trapecistas y Suma Katra”, la contorsionista. Pólux se las arregló muy bien para hacer malabares con dos, y luego con tres liliputienses. Después de mi número, me recargué a la sombra de la entrada de artistas bajo una oleada de aplausos. Me equivoqué en la fecha de la conquista de Kazajistán por los rusos, pero nadie se dio cuenta. Al finalizar la función nos reunimos con el dueño del circo, quién me felicita. Es el turno de los trapecistas, me quedo boquiabierto ante sus proezas aéreas. De repente, allá arriba, entre el cielo y la luz, aparece una silueta grácil, maravillosa. Un hada, mamá. Un hada que se pliega y se extiende dulcemente. Un hada que se envuelve y gira con suavidad en total armonía con la melodía de la orquesta. Me hipnotizan sus ondulaciones inigualables. —Pólux, con una amplia sonrisa, me toca en la espalda: —¿Todo bien, Jesús?, ¿te gusta Suma Katra? Vi a Suma Katra por primera vez el 28 de febrero de 1919. Después de su caravana final, los trapecistas amenazan a Pólux al pasar. Y Suma Katra me sonríe.
Me enamoré de Suma Katra el 1° de marzo del 1919 a la medianoche y un minuto. —Pólux, ¡es indispensable que hable con ella! Él me responde seriamente: —No te va a contestar, Jesús. —¡Pero DEBO hablarle! —Suma Katra es muda, Jesús. Se quedó sin voz después de que un mago le hizo añicos el corazón… Esa misma tarde. Pólux accede a depositarme al pie del remolque de Suma Katra y con discreción desaparece enseguida. Mi voz se eleva dulcemente, fuerte y clara entre la noche estrellada. Le canto mi amor. Suma Katra lo oye, lo escucha y viene a recogerlo furtivamente, como por arte de magia. Me invita a entrar en su remolque. Durante toda la noche le canto mi vida, a veces alegre, a menudo triste. Suma Katra ronda a mi alrededor, es la revolución. La mañana del 3 de marzo, sabemos que viviremos juntos. No se puede explicar, mamá. Con sus ojos y sus manos, Suma Katra supo decirme las palabras que esperaba y que ningunos labios pronunciaron jamás.
Fuente: Fred Bernard y Francois Roca (2003). Jesús Betz. México: SEP/FCE, Libros del Rincón.
242
Libro p a r a e l m a e s t ro
ESP1 V1 ANEX 00 Maestro.indd 242
6/7/07 1:27:42 PM