74
La agricultura En Mesoamérica existieron diferentes sistemas agrícolas. Uno de los que destaca es el de las chinampas, que sigue empleándose en lugares como Xochimilco, en la Ciudad de México. En él se siembra constantemente, es decir, la tierra casi no descansa, y consiste en usar parcelas de tierra construidas sobre lagunas de agua dulce. Otro sistema era el empleo de parcelas abiertas en el bosque, las cuales se aprovechaban por uno o dos años y luego se abandonaban para permitir que se renovara la vegetación. El uso de riego artificial proveniente de lagos, ríos, arroyos y manantiales fue una técnica para retener el agua, reducir el tiempo de descanso del terreno, intensificar el cultivo y extender la práctica agrícola en terrenos áridos. Las terrazas fueron otro recurso de cultivo; se utilizaban las áreas montañosas con la finalidad de retener la humedad del suelo y controlar la erosión. Finalmente, el sistema de roza y quema era una forma de preparar la tierra para cultivarla. Consistía en talar y quemar las plantas y los árboles de un terreno para fertilizar la tierra y sembrar las semillas. Todavía se practica en la actualidad. Los mesoamericanos empleaban instrumentos de labranza, como hachas, bastones plantadores de hojas (llamados coa o uictli) y palas con mango (uictli axoquen). Tenían huertas especializadas en las que se cultivaba nopal, cacao, nopales con grana, aguacate y frutas; además, había sembradíos de maguey y jardines de plantas ornamentales. Las flores eran muy apreciadas y se utilizaban para las ofrendas.
A partir del cultivo y reproducción del teocintle, primera planta de maíz en América, se fueron obteniendo otras variedades de maíz, como las que actualmente conocemos. Códice Florentino, siglo xvi.
Bloque II