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El calendario Los mesoamericanos usaron los calendarios para medir el tiempo, determinar los ciclos agrícolas y registrar las actividades rituales de sus sacerdotes. Tenían dos calendarios: el solar y el lunar. El primero constaba de 365 días, divididos en 18 meses de 20 días, más 5 días adicionales o sobrantes que se consideraban de mala suerte. A este calendario, los mayas lo llamaban Haab, los mexicas Xihuitl y los zapotecas Yza. El segundo calendario, el lunar, se relacionaba con el planeta Venus. Este astro era adorado por los mayas y le daban importancia debido a su trayectoria en el cielo. Este culto también aparece entre los mexicas, quienes asociaron al astro con el dios Quetzalcóatl y lo llamaron Huey Citlali, que significa “la gran estrella”. El calendario lunar era de 260 días y es considerado el más antiguo de Mesoamérica. Entre los mexicas se le conoció como Tonalpohualli y entre los zapotecas como Piye. Era un calendario ritual que se dividía en ciclos de 13 números con 20 signos. Regía las actividades rituales y cotidianas. Los sacerdotes lo utilizaban para determinar las fechas de acontecimientos importantes, como sembrar, partir a la guerra o casarse. Entre los mesoamericanos, los dos calendarios coincidían cada 52 años y a ese periodo se le nombró “rueda calendárica”. Cada 52 años se iniciaba un nuevo ciclo (Xiuhmolpilli) en el que se celebraba la ceremonia del fuego nuevo, que simbolizaba la renovación de las fuerzas naturales y la vida. Ese día era tan especial que meses antes de la celebración se construía un nuevo piso a los basamentos piramidales y se les daba mantenimiento; además, las familias tenían prácticas especiales, por ejemplo, renovaban sus utensilios de cocina y herramientas de trabajo.
Los mexicas nombraron los 20 días que duraba un mes con dibujos de diferentes animales y elementos de la naturaleza que consideraban sagrados.
Comprendo y apliCo En algunas partes de nuestro país se acostumbra dar a los niños el nombre que aparece en el calendario el día de su nacimiento: 1. Averigua con tus familiares o vecinos si esa costumbre continúa en nuestros días.
2. Busca en un calendario la fecha de tu cumpleaños y escribe en tu cuaderno los nombres que aparecen en él. 3. Comenta con tus compañeros la experiencia y los nombres que correspondieron a la fecha de nacimiento.