Amar la cultura vernácula es amar a la patria
Amando la cultura vernácula se ama a la patria
68
misma, y se prolonga ésta hacia la humanidad, pero así no se abdica de lo que se es como grupo humano, sino que se afirma la individualidad de la nación dentro de una unidad más vasta. En efecto, al ahondar —sin hostilidad para nadie— en la búsqueda de lo auténtico, no pretendemos recomendar, de manera alguna, ceguedad, ironía o desdén para todos los horizontes que despliega frente a nosotros, en el tiempo y en el espacio, la inteligencia de otros países. El conocimiento es indispensable, y el intercambio también. Pero no es menos indispensable, por cierto, el sereno rigor del juicio; porque todo conocimiento y todo intercambio se enriquecen en proporción de la coherencia de lo adquirido con la original cultura de los adquirientes. Sin apartarnos jamás de lo humano y sin alterar las líneas genuinas del desarrollo de nuestro pueblo, cultivemos lo nuestro con noble ahínco. Después de todo, nadie existe durablemente en función de un poder ajeno, sino por fidelidad a los libres valores de su conciencia, en la construcción y reconstrucción de su propio ser. Jaime Torres Bodet El maestro Antonio Caso