secue n c i a 10 1. Escuchen y lean la entrevista “Estoy casada con el balón” para conocer las dificultades que ‘Marigol’ ha enfrentado para jugar futbol. Pongan atención en la forma en que se presenta la entrevista.
Entrevista
Estoy casada con el balón “Tengo una familia futbolera. Soy la más pequeña de la casa; yo no tenía con quién jugar y me jalaba con mis hermanos”, le contaba la futbolista mexicana Maribel Domínguez, o ‘Marigol’ a Luis Fernando Restrepo, en BBC Estudio 834. “La verdad me incliné mucho más a ese deporte porque me parece un deporte hermoso. Y no estoy arrepentida”, agregaba. —Y los otros niños, ¿la trataban igual, como a otro niño más? —De hecho yo tuve que ponerme el nombre de Mario, hacerme pasar por niño para poder jugar en el equipo. Yo sentía que como mujer me iban a hacer a un lado. Los chicos pensaron casi por dos años que yo era chico. Así fue como me desarrollé, que me dieron la oportunidad. —Y en esa época en que era “Mario”, ¿qué le tocó? 834: La io d ¿Tuvo que compartir un vesu st e C BB casting d a ro B tuario, por ejemplo? sh ti Bri n (Corporació n o ti ra o —No, en realidad no era rp Co Radiodifue d a ic n tá de vestuario ni eso. Era un Bri rvicio sión) es el se , televiequipo llanero donde cada dio público de ra domingo quedabas en vero n ei et del R sión e Intern te una hora antes. Ya llevaUnido. bas tu short puesto, tu plas ero: equipo equipo llan yera. Creo que también o s o e llan amateurs d por eso tuve la oportunildíos. terrenos ba dad de engañarlos. dades que casta: cuali —Usted seguía su vida a una caracterizan ro b cotidiana, entonces. m ie m como
—Sí. Mi vida era de lo más normal. Iba a la escuela, estaba con mi familia... Pero había veces que alguno de mis amigos me iba a buscar a la casa y preguntaba por Mario. Mi mamá se quedaba confundida... “Aquí no vive ningún Mario”, decía. Hasta que le comenté, le dije a mi mamá, me dio esa confianza. Ya cuando me iban a buscar mis amigos me gritaba “¡Mario, te llaman!”. —Según lo que hemos leído, a su mamá no le gustaba mucho que usted jugara al futbol. —Sí. Me imagino que yo la comprendo porque siempre una madre va a sacar esa casta, ese cuidado para los hijos. A ella le daba miedo que me pegaran, que me dieran una patada en el futbol, y aparte pensaba que yo iba nada más a la calle, de puro callejera. Yo traté de convencerla. De hecho me escondía los zapatos para que no pudiera jugar. Pero ya después me dio mucho su apoyo. —En Estados Unidos y en Europa el futbol femenino es un deporte fuerte, pero no en Latinoamérica. ¿Eso la pudo llegar a afectar o usted cómo marcó esa barrera entre el deporte de contacto y su feminidad, en una sociedad como la latinoamericana?
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