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España y Portugal Durante la Edad Media, en la península Ibérica existieron diversos reinos cristianos y musulmanes (recuerda que desde el siglo viii los árabes habían ocupado gran parte de la península). Los reinos cristianos de esta región intentaron expulsar a los musulmanes y con el paso del tiempo casi todos se unieron bajo el liderazgo de Castilla. A estas guerras comandadas por los reinos españoles en contra de los árabes para quitarles el control de la península Ibérica, se les conoce como la reconquista. Finalmente, en 1492 los reyes Isabel, del reino de Castilla, y Fernando de Aragón (también conocidos como los Reyes Católicos) conquistaron Granada, el último territorio musulmán de la península. La integración de España se completó años después, cuando el nieto de estos monarcas, Carlos I, heredó la corona; con él, España se convirtió en una gran potencia que extendió sus dominios a otras partes de Europa, al continente americano y a las islas Filipinas, en Asia. El poderío del reino sería consolidado por Felipe II, durante la segunda mitad del siglo xvi. Por su parte, Portugal, aunque forma parte de la península Ibérica, prefirió mantenerse independiente. Gracias al carácter emprendedor de sus monarcas y a la habilidad de sus navegantes, tuvo notables logros en la exploración del océano y se convirtió en una potencia mercantil hacia mediados del siglo xv. Los Reyes Católicos recibiendo tributo.
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