Blavatsky_Helena___Estudios_ocultistas

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H. P. BLAVATSKY

Estudios Ocultistas

hombre está guiada por esta entidad de faz dual. Si el impulso proviene de la “Sabiduría de lo alto”, siendo la fuerza aplicada noética o espiritual, los resultados serán acciones acreedoras de una propulsión divina; si proviene de “la sabiduría diabólica terrenal” (poder psíquico), las actividades del hombre serán egoístas y basadas únicamente en las exigencias de su naturaleza física y por lo tanto animal. Lo antedicho puede parecer pura tontería al lector común; pero todo esoterista lo debe entender cuando se le diga que hay en él órganos manásicos, como también kâmicos, aunque las células de su cuerpo contesten a ambos impulsos, el físico y el espiritual. Ciertamente este cuerpo, tan profanado por el materialismo y por el mismo hombre, es el templo del Sagrado Grial, el Adytum 38 del más grande de todos los misterios de la Naturaleza en nuestro universo solar; ese cuerpo es un arpa Eólica, provista de dos grupos de cuerdas, unas hechas de plata pura, y otras de tripas de carnero retorcidas. Cuando el aliento del divino Fiat se mueve suavemente sobre las primeras, el hombre se convierte en semejante a su Dios, pero el otro juego de cuerdas no lo siente. Este necesita la brisa de un fuerte viento terrenal, impregnado de efluvios animales, para que sus cuerdas se pongan a vibrar. La función de la mente inferior y física es actuar sobre los órganos físicos y sus células; pero es únicamente la Mente superior la que puede influenciar los átomos que se mueven en aquellas células, cuya interacción es la única capaz de excitar el cerebro, a través de la médula espinal “central”, para una representación mental de las ideas espirituales que se encuentran mucho más lejos que cualquiera de los objetos de este plano material. Los fenómenos de la conciencia divina tienen que ser considerados como actividades de nuestra mente en un plano más alto y distinto, trabajando a través de algo menos substancial que las moléculas en movimiento del cerebro. No pueden ser explicados como la simple resultante de los procesos fisiológicos cerebrales, porque estos últimos ciertamente sólo condicionan tales fenómenos o les dan una forma final con vistas a una manifestación concreta. El Ocultismo enseña que las células del hígado y el bazo son las más subordinadas a la acción de nuestra mente “personal”, siendo el corazón el órgano por excelencia a través del cual el Ego superior actúa, teniendo como intermediario el yo inferior. Tampoco pueden las visiones o la memoria de los acontecimientos puramente terrenales ser transmitidas directamente a través de las percepciones mentales del cerebro, el receptor directo de las impresiones del corazón. Tales recuerdos deben ser primeramente estimulados por, y despertados en, los órganos que fueron: a) los originadores, como ya dijimos antes, de las causas varias que condujeron a los resultados; o b) los receptores directos y participantes de estos resultados. En otras 38

El Santo de los Santos en los templos paganos. Nombre dado a los recintos secretos y sagrados de la cámara interior en donde ningún profano podía entrar. Corresponde al sagrario de los altares de las iglesias cristianas. Ver Glosario Teosófico.

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