2015 06 ES

Page 80

80

CULTURA

Recuerdos del Mar y de María

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN, ES EL DESTINO Fue precisamente por estas fechas, a principios de un curso ya muy lejano, -50 inviernos han pasado de ello-, cuando me fumé mi primer porro. Muchas casualidades tiene la vida, pues también resulta curioso que, por aquella época, comenzará a sentir mi amor por el mar. A pesar de que mi vida anterior siempre había estado ligado a el, fue entonces cuando comencé a sentir su pasión.

Adryc

Nací en una familia de pescadores que hizo fortuna en el mar y me educaron en un colegio católico de la ciudad, de pago por supuesto. Crecí pues entre dos mundos; Uno el de los vástagos de la más rancia sociedad local, que no me aguantaban por mi origen, aunque me soportaban, pues poderoso es el dinero y mi familia lo tenía; Otro el de los muelles entre chavales de mi edad que no estudiaban y trabajan en lo que podían. Cosas de la vida que desde bien joven me enseñaron a mirar las cosas desde distintas perspectivas. Como os decía al principio, fumé mi primer porro recién cumplidos los trece años. Me invitó uno de eso vástagos de la primera especie, al que la vida ha llevado a ocupar destacados puestos en el gobierno regional, por supuesto en tiempos peperos, y quién por curiosidades de la vida hoy día ni quiere oír hablar del tema de la legalización. Ese primer porro era de hachís, ( En Cantabria era lo único que se podía comprar en aquellos años, la marihuana prácticamente era imposible de conseguir). No me produjo ningún efecto extraordinario; yo pensaba que iba a ver

luces o algo así, bendita inocencia, pero no dejo de provocarme una sensación agradable que me llevó unos días después a abordar al susodicho compañero que me había invitado a fumar. Conseguí que me vendiera una buena pieza, mil pesetas que en gramos serían unos 40, y que me explicase cómo mezclarlo con el tabaco y liar un porro, pues yo no sabía cómo hacerme uno. Me explicó que me iba a colocar mucho y que no lo fumase en público por el olor y todas esas cosas. Era un sábado por la mañana y no se me ocurrió mejor sitio para fumar mi primer porro yo solo que en mi bote en el medio de la bahía. Así que me dirigí a mi playa y eché el bote al DJXD )RQGH« HQWUH ORV VDEOHV \ DOO¯ OR fumé tranquilo. Tuve que sentarme en el fondo del bote un rato y apoyar la cabeza en la bancada, ¿Cuánto tiempo? No lo recuerdo, pero sí que tras pasado ese momento me sentí mejor, como más libre y sensible a todo, el bote bajo mis pies comenzó a ser una parte de mí, noté el viento en mi cara e icé la vela dejándome OOHYDU SRU «O )XH OD VHQVDFLµQ P£V placentera en mucho tiempo para mí, inexplicable ahora.

Seguí fumando hachís de forma regular, sobre todo los fines de semana o alguna tarde suelta, pero no descubrí hasta algunos meses más tarde que el hachís se extraía de la marihuana. Lo dicho antes, inocencia y falta de preocupación, fumar hachís me ayudaba a llevar mi soledad de entonces y no me preocupaba ni qué era ni de dónde venía. Más el olor de la marihuana no me era desconocido; En aquellos años los pescadores locales comenzaron a buscar nuevos caladeros en la costa de África, abriendo los primeros en Mauritania y países cercanos. Algunos barcos regresaron a puerto con tripulantes de aquellos países, y en mis deambules por los muelles alguna que otra vez les veía fumar un tabaco que olía muy raro. Cuando preguntaba a los chavales me decían que era ``grifa´´. Más tarde descubrí que era marihuana. Os contaré que era un chaval muy rebelde y terco. Sacaba buenas notas, pero mi comportamiento era un poco salvaje; La verdad es que mi padre me tenía consentido, quizá le recordaba a mi difunta madre o quizá simplemente me obviaba. Acabado ese año me enviaron a pasar las vacaciones


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.