Gadgets para el cultivo

Los buenos cultivadores emplean tanto tiempo en cuidar las plantas como en quedar con los amigos. Por eso no es de extrañar que siempre estén buscando nuevos juguetes y cacharros que puedan facilitar las labores de cultivo o que simplemente sean chulos. Visualmente, la habitación de cultivo puede ser maravillosa, ¿por qué no mejorar la vista con unos pocos juguetes de cultivo? Golgi Apparatus

El esquema tradicional de luces aptas para el cultivo implica usar una bombilla diferente para el crecimiento y la floración. La bombilla HM (halogenuros metalizados) da una luz azul apta para el crecimiento, mientras que la HPS o APS (alta presión de sodio) da luz naranja/roja ideal para la floración. La luz de crecimiento es más parecida a la luz natural en su espectro, que va de 4000 a 7000k, y ofrece una visión más clara del cultivo, con un ligero tono azulado.

Cuando las plantas están en plena floración bajo una brillante bombilla rojo/naranja, los detalles de las plantas ya no se ven tan bien, porque la luz, de un espectro entre 2000 y 3000 kelvin, hace que todo se vea amarillo. Podemos cambiar nuestro visión gracias a un par de gafas de sol de Method Seven Optics.

Method Seven ha desarrollado gafas de sol HPS que filtran y equilibran los tonos rojos y naranjas de la luz HPS. También tienen lentes que equilibran el color de otros tipos de espectros de luz, no sólo HPS, además de filtrar los peligrosos rayos UVA y UVB a los que todos estamos expuestos en los cultivos de interior. Van un paso más allá, también eliminan los rayos UBC, que son filtrados de la luz solar por las capas altas de la atmósfera, pero que están presentes en los cultivos de interior, ya que carecen de este filtro natural, y que pueden resultan perjudiciales para los cultivadores. Un par de estas gafas cuestan entre 70 y 150 euros, dependiendo del tipo de protección que quieras añadir al filtro básico para HPS y, si llevas gafas de ver, puedes comprar unos cristales con clip por unos 52 euros.

Si utilizas LEDs tu cuarto de cultivo contendrá un arcoiris de colores visibles, emitiendo todo el espectro azul oscuro, rojo sangre y púrpura sobre las plantas. Para esta situación Method Seven ha desarrollado las gafas LED Optics, que usan lentes de nylon que absorben el amplio espectro de los LED. Si eres sensible incluso al menor cambio de color. puedes comprar sus gafas MH, cubiertas de plata para equilibrar los colores bajo el espectro azulado de las bombillas de halogenuros metalizados. Las gafas en versión MH y LED cuestan unos 70 euros.

Aunque a mí me parecen imprescindibles sus gafas, el auténtico producto genial de Method Seven son sus nuevos filtros fotográficos. Utilizan la misma tecnología de lentes filtrantes que usan en sus gafas de sol, pero acopladas a un adaptador que sirve para la mayoría de cámaras. Esto nos permite tomar buenas fotos sin que el color de la lámpara de cultivo les afecte. Son necesarios para conseguir las mejores imágenes de nuestros cogollos. Afróntalo, no queremos llevar gente al cuarto de cultivo pero sí enseñar los fantásticos cogollos que cultivamos. Method Seven tiene dos filtros fotográficos disponibles, uno para luz HPS y otro para LED.

Otro atractivo producto para el jardín es una cámara sin cable e infrarroja. Las hay de distintas formas y tamaños, se conectan con un cable Ethernet o por wifi a tu conexión de internet. Aunque no es necesario, por seguridad se recomienda configurar un nombre de usuario y una contraseña para acceder a la cámara.

Algunas de sus características: pueden sacar fotos o grabar video, tienen puertos para añadir altavoces

y micrófono, pueden moverse 340 grados lateralmente y 90 grados verticalmente. Incluso tienen visión nocturna empleando un flash led infrarrojo para iluminar la habitación, permitiéndote ver incluso mientras las lámparas están apagadas. Por último, cuentan con detector de movimiento que pueden poner en marcha la grabación o sacar una foto cada vez que se detecta algo moviéndose. No sólo traen un programa del fabricante que te permite controlar las cámaras, también cuentan con una aplicación para teléfono móvil para que puedas ver y controlar la cámara desde cualquier lugar del mundo. Qué mayor tranquilidad que poder comprobar como va todo incluso cuando estás de viaje.

Si eres un cultivador de exterior puedes usar un sistema ligeramente distinto para mantener el lugar de cultivo vigilado, aunque las plantas estén creciendo en mitad de ninguna parte, usando una cámara de campo o de caza. Son similares a las cámaras infrarrojas, también tienen visión nocturna por infrarrojos y detector de movimiento. Como no hay conexión wifi en los lugares más remotos lo que tiene es una tarjeta SD de memoria donde se guardan todas las imágenes que se obtienen. Cuando vas al lugar de cultivo puedes meter la tarjeta en un teléfono o una tablet para ver el contenido. Los modelos más avanzados tienen mayor memoria y, a veces, una pequeña pantalla LCD para visionar las fotos. [Nota del editor: al usar estos sistemas hay que tener siempre precaución, pues pueden ser pinchados]

No todo lo que hay sobre las plantas se ve con el ojo desnudo, por eso me gustan los microscopios USB. Seguramente, todos conozcáis los microscopios portátiles con luz de 30, 60 o 100 aumentos, sólo valen unos 15 euros, funcionan con pilas y tienen una rueda para ajustar el enfoque. El microscopio USB que presento es una versión mejorada, cuesta entre 40 y 65 euros y un rango de aumentos de entre 5 y 500 veces con sólo apretar un botón. Se conecta directamente al puerto USB del ordenador y tiene un botón para sacar una foto de lo que están viendo. Son muy útiles en todas las fases del cultivo para ver las arañas rojas u otras anomalias, pero sobre todo durante la cosecha, para tener la mejor visión de los tricomas que puedas imaginar.