REPUDIADOS (Osamu Dazai)

Page 25

—Vaya, ¿he dormido tanto? —No, aún es mediodía, pero es que no puedo más. No quería seguir pensando, solo quería morir lo antes posible. A partir de aquel momento, lo hicieron todo muy rápido. Kazue les explicó a los dueños del hostal que, ya que habían ido hasta allí, querían visitar el resto de balnearios de aguas termales que había por la zona. Al salir, los dueños les ofrecieron llamar a un taxi, pero Kashichi dijo que, como hacía buen tiempo, preferían bajar la montaña caminando sin prisa para disfrutar del paisaje. Tras despedirse y andar unos pocos kilómetros, Kashichi miró hacia atrás y vio que la dueña venía corriendo hacia ellos. —Oye, que viene —dijo Kashichi, algo preocupado. —Tomad, cogedlo… —les dijo ella con la cara roja mientras les daba un paquete—. Es de seda. Lo he hecho yo. Lo siento, pero no teníamos nada mejor para regalaros. —Gracias —dijo Kashichi. —¡Ay! No tenías por qué haberte molestado —dijo Kazue. Los dos sintieron un gran alivio, por lo que Kashichi retomó el camino rápidamente. —¡Cuidaos mucho! —¡Igualmente, señora! A sus espaldas, las dos mujeres seguían despidiéndose con reverencias. De pronto, decidió darse la vuelta e ir hacia ellas. —Señora, deme la mano. Entonces le agarró la mano con fuerza.* Al apretársela, el rostro de la dueña expresó cierta incomodidad, incluso temor. —Está borracho —dijo Kazue, disculpándose. *  En Japón, el contacto físico entre desconocidos es algo casi impensable, aunque solo sea para saludar o despedirse.

41

REPUDIADOS.indd 41

22/01/16 19:25


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.