R E T AMARILLOS L E S
REVISTA POETICA
PENELOPE.EDICIONES
RETALES AMARILLOS Revista poética literaria
Penélope Ediciones NÚMERO III CARLOSMIGUELCORTÉSDaNIelAbARtOlOmÉJULIAMELCHORANATRISTÁN ADRIANAHUGOMARÍASÁNCHEZCARLOSSALEMINGRIDERIKSSONANAELENAPENA
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El poeta aprende de su intuición y con sus letras, enciende las calderas de la revolución. La sociedad apesta a consumo y perdición y con su ceguera, alimenta el fuego de la traición. La política, la sociedad y la educación ya no engañan a nadie, pronto les llegará su hora, y entonces nos iremos todos al carajo.
Pablo S. Abascal Editor
Alfonsina Storni (1892-1938). Poetisa argentina. Luchadora y feminista.
Si quieres que recojamos tus versos en esta revista, haznos llegar tus letras a
sabascalp@gmail.com
AC LARANAD A Retales Amarillos sigue creciendo y ya son más de quince los países en los que nos han leído. No existen muros que nos detengan, ni concertinas que no saltemos. Nuestros lectores se multiplican por versos y con nuestra presencia en papel en las jam de poesía, el futuro promete más de una sorpresa.
El núm. III de Retales Amarillos supone un nuevo punto de partida. Algo así como una forma de redefinirnos. Son muchas las poetisas y los poetas que nos envían sus textos y, desde nuestra humilde redacción, cada vez es más sentido el deseo de una nueva dirección. Para aliviar a lectores y escritores en el periodo de espera entre número y número, Retales Amarillos se define como una revista poética de tirada trimestral en la que todas las poetisas y poetas del mundo tienen lugar y cabida. Queremos promover el gusto por la poesía, la sensibilidad feminista, la lucha por los derechos humanos y la revolución, el amor, y todas aquellas sensaciones y emociones que, en resumidas cuentas, le dan cuerda a este mundo poco cuerdo. Este núm. III de #RetalesAmarillos ve la luz un viernes 3 de marzo del 2017. Que nos cojan confesados porque, follados, ya lo deberíamos de estar todos.
“Estás demente, loco, completamente fuera de ti. Pero te diré un secreto. Las mejores personas lo están“. Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas. Me acostumbré, hace años, a que me llamaran pirado. Ahora presumo de ello. Ahora presumo de ser un sintecho a pesar de dormir bajo el reflejo de una lámpara victoriana. Ahora no temo a la oscuridad. Ahora sé la verdad, o parte de ella. Me acostumbré a ser un pirado y, ahora, no podría vivir una vida como la de los demás.
Pablo S. Abascal
@TuristaEnTuPelo
Para qué voy a escribir, si no voy a ser capaz de superar el brillo de los ojos de mi prima de tres años. Ayer vi a un niño regalarle medio bocadillo, todo lo que le quedaba, a un mendigo. Y él, que si se lo hubiera dado cualquier adulto, le sonreía y se lo comía. Para qué voy a escribir, si no voy a poder jamás superar ese puto momento. Para qué voy a escribir si no voy a poder derrocar gobiernos fascistas comenzar revoluciones provocar un alto el fuego acabar con el machismo, terminar con el sueño de cumplir vuestros sueños perder todos mis miedos. Para qué. Para qué. Para qué voy a seguir escribiendo, desangrándome en folios, si me va a seguir recorriendo la rabia cada vez que veo al Rey sonriendo y a mi abuela llorando porque no le llega con la pensión.
Si no voy a cambiar nada. Si mañana el obispo se seguirá levantando entre sábanas de seda mientras predica que hay que amar al prójimo, y olvida que el prójimo también es un refugiado sirio que hoy ha dormido en el barro. Si pondré la tele de madrugada y escucharé como gente desesperada llama a un 802 para que un estafador le diga cuatro banalidades. Si seguiré viendo como mis amigas tienen miedo a irse solas a casa de madrugada, por si las violan. Para qué voy a escribir si no voy a resucitar a mi abuelo. Si no multiplicaré los panes y los peces, ni las becas, ni las orgías, ni los besos, ni el chocolate, ni los corazones sin coraza. Para qué voy a escribir si no voy a hacerla aparecer. Si mañana todo va a seguir igual. Saldrá el sol, pero seguiré harto de que algunos no tengan para comer, de que nos engañen en los periódicos de la violencia de género de los bombardeos preventivos de La Habana tan lejos de los curritos de derechas de cómo educamos a los niños de los corruptos aforados de que nos roben hasta la risa. Para qué voy a escribir. Para qué. Bueno, claro. Escribo para contarlo. Y porque la otra opción es quedarse callado.
@nemomeama Tengo las voces ancestrales de todas las mujeres de mi vida trenzándome el cabello con sus gritos y vendándome los ojos para que no vea un futuro parecido al que ellas no tuvieron. Tengo una que nunca porque la de que yo
guerra clavada en los ojos de mi abuelo pudo abrazarme vida quiso que dejara de serlo antes empezara a dar pasitos sobre la tierra que nunca le dejaron amar.
Y aun así lo hizo. Porque hubo un tiempo en el que los cuerpos derramaban sangre en la tierra y en los dormitorios nunca había descanso. Porque hubo un tiempo donde este no existía, donde las manecillas del reloj lloraban carbón y peleaban por detenerse antes de que el infierno se helara y se hiciera permanente.
Suplicaban y batallaban por volver a tener una calma que no habían conocido. Lloro por la infancia justa que no conocieron mis antepasados porque siempre hubo más ansias de poder que de paz. Lloro por la infancia justa que no sé si algún día podré regalarles a mis hijos. Cuando los tenga. Hubo un tiempo en el que los valientes quisieron encenderse con el otoño pero los demonios utilizaron la ventaja para detenerlos y destruir cada uno de sus sueños. Hubo un tiempo en el que ojalá hubiera nacido ¿por qué? Porque hubiera aguantado todo el dolor del mundo si con ello hubiera conocido la juventud de mi abuelo. Porque hubiera atravesado montañas para vivir en el exilio que ellos vivieron. Porque yo soy su grito de auxilio. Porque cerraría los ojos y le suplicaría a todos los imposibles que tan sólo me dejaran acariciar sus mejillas. Porque no te conozco, pero sé que me conocías antes de imaginar que iba a ser fruto del amor y del dolor de tu hija. Porque no te conozco, pero te reconozco en todas las esquinas de mi cuerpo. Porque no te conozco, pero joder hubiera dado el corazón si con ello hubiera podido abrazar el tuyo.
@Adriana_Hugo_
XXIII He nacido con un “creedme” chillando auxilio en la frente. El cartel de una perdedora cualquiera, De la única a la que al rededor aconsejaba formar parte de Y era ella lo que rodeaba, Sin viento ni popa, A los demás. La restante. La sobrante. El cacho de aro mal fundido Que acogen por pena. ¿Quién no teme al peso de la ley? Sigue corriendo libre. Soy niña, A mí nadie me ve. He nacido con un cartel pegado a las arrugas de los demás. Con la piel del cráneo chamuscada de tanta letra junta, Tanta súplica junta, Tanto olfato atiborrado a hoguera. Los bosques mueren Y es por su culpa. Porque la boca se abre,
Pero gime la mano tomando todo por sus cuencas. Porque nosotros dijimos -Mientras el amor recubría las lágrimas-. Dijimos Caigan. Caigan. Caigan. Y hundimos conceptos con nosotros six feet under. Seis pies bajo tierra Como. Trago arena. Abono esparciendo las semillas de tobillos que no me pertenecen. Apesto a verano en ciernes. Son mis ojos incapaces de captar tu inexistencia A contraluz. Lloré colgando de un “creedme”. Sólo una palabra para enseñarme a respirar. Ahora columpio el desconsuelo de sus ramas. Lo alto rompe. Lo bajo perfora. Roba quien empuja . Creo que he de arrastrar esto que han usado De Mujer Por todo el pavimento. Desangrar por completo que me crean. Plasmar esa idea en grande. Miles de millones de pegotes llamando la atención. Pero Dios no. Pero ella no. Pero él no. Pero yo tampoco. Desde luego, yo tampoco. He nacido intuyendo el camuflaje de mi sufrimiento con las manchas en la pared. Esas que insultan a aquello sosteniéndolas. Esas dejando claro la notoriedad de mi presencia Cuando “algo” la requiere.
Bromear con el amor. Deletrear sufrimiento. Responder siempre con sonrisas. Dejarse hacer. Tocar el resto. Estar. Y que no importe si asfixia, si sueño, si golpe, si presente, Si tiemblas de agonía. He crecido pegada a un “creedme” de carne y hueso; El recordatorio en su frente. He sido negada en todas partes. Ni yo misma me recuerdo. Creedme. Suena ridículo. El cartucho perdido. Me han rociado de excusas denigrantes, De momentos inconexos, De silencio en la mañana. Vendrá, Te llevará Y arrancará cada hijo de tu vientre Antes de que lo desees. Simiente del asco. Balancea el vientre su casco de guerrero inmutable. Puedes inundarlo en daño Si el rayo se apiada y no lo parte. Casi bendiciones de quienes sientes como grandes. Apunta: “como”. Repiensa, piensa, cuenta el número de veces que tuviste que afrontar la humillación De un manantial desesperado corriendo rodilla abajo, Para acabar clavado al peso de tus propios sentimientos. Ha crecido a mi ritmo un “creedme”. Recubre todo lo que soy. Soy niña, No quiero verme.
EL VACÍO "En el Vacío no existe el Tiempo. El Vacío es hueco, blanco, negro... No es húmedo ni seco. El Vacío, a veces, tiene una voz suave que me acaricia... invisible, por dentro del alma, con las yemas suaves de dedos ajenos. A veces el Vacío se llena de tu voz, se disfraza del fantasma conocido de algún viejo sueño. No cabe nada dentro de él, y dentro de él está todo lo que temo... lo que amo. Lo que soy y lo que sueño. Pero hoy el Vacío se ha vaciado de tiempo. No existe el Tiempo en este vacío negro. Hay veces en que los gritos surgen desesperados, desgarrados, como jirones de alguna bandera sin dueño. Ondeantes, ondulantes… gritos ajironados desde mi garganta a mi pecho.
Pero todo es vacío, todo está hueco. A veces no hay más que lugar para el miedo. El miedo viejo y nuevo. El miedo al tiempo y a su ausencia. El miedo a tu partida y a tu presencia. De vez en cuando, sin embargo... las risas desde el fondo se abren paso afiladas como cascadas sobre el silencio y me inundan. Pero el vacío voraz e insaciable las engulle de nuevo, las sepulta, las entierra ahogándolas en mi boca con una mano de terciopelo negro. Nada. Siempre la Nada. Todo lo que hay está vacío, todo lo que hay es Vacío"
ÁFRICA La recuerdo diminuta y poderosa un copo de nieve ardiendo en mi mano y capaz de incendiar el universo. Recuerdo que me daba miedo tenerla en brazos porque la temía frágil y la sentía invencible y el planeta rotaba solo para acunarla. Recuerdo o quiero recordar que mi voz la calmaba cuando estaba inquieta.
@carlossalem
Que me buscaba con su mirada solemne y se dormía en paz al encontrarme. Que yo iba a ser su héroe. No lo fui. No estuve. No supe serlo. Ahora es una joven mujer pequeña e interminable. Tiene sus propias cicatrices invisibles y es probable que muchas lleven la firma de mi ausencia. Otra son suyas. Se las ha ganado a pulso y además yo no puedo ser tan importante. Escribe versos como alas de papel en los que la tristeza se perfora de felicidad que viene de camino pero todavía no lo sabe. Quiere pintar el mundo y dibuja súper héroes aunque la única súper heroína de su vida fue y será con razón, su madre. La suerte no se merece. Por eso yo a veces tengo otra oportunidad. Ya no aspiro a ser su héroe. Pero no seré su kriptonita.
Me perdí su adolescencia y fui una pregunta sin respuesta durante toda su infancia. Pero no me perderé verla volar tan alto que el sol se aparte para no molestarla. Apenas me he asomado a ella. y sigue siendo más grande por dentro que por fuera..
Su madre y yo la llamamos como un continente porque adivinamos que sería incontenible. Pero nos quedamos cortos. Muy cortos. Ahora entiendo que debimos ponerle nombre de galaxia.
UNCHAINED Me dio ¿? Tres 3 3 3 3 A__brazos En 30' A^^^brumada A>>>brazada O O O O Oo ooo o o o Me desencadenO DAniELa bARTOLOMé
LA LIBERTAD DEL PIE
Ya era (-yo-) cuando aún, tú no estabas en el cosmos, y un mediado de mayo Pirineos -amparado con Nieve-
conjuraron su amor al crepúsculo Luna. Naciste con los rizos que ondularon la noche, con los rizos oscuros de los placeres blancos, con los rizos de espasmos de la mole montaña, el sensible sin nombre grabado en tu mirada. ☆☆☆☆☆ A pesar de estos años que llevo de ventaja, corrió el destino presto quemando las añadas... engarzó mi pie al tuyo por la mesa cuajada, y arrastro desde entonces una pena que canta, unas veces es mirlo, otras suena cual rana; unas se descompone entre la hojarasca y otras… ¡ai! Vuela como suspiros volátiles del alma.
Se llama libertad con minúscula, atada a un hilo, grana
daNIELA bARTOLmÉ
4. Soñé que los contables contaban nubes subidos a una azotea, X que estudiaban en los parques midiendo los rayos de sol. Los arquitectos arquitectaban observando caracoles, hacían casitas para llevar siempre a cuestas, para vivir entre la yerba dentro de un caparazón. Mientras tanto la ciudad iba creciendo desbordando su maceta, echando raíces hasta fuera de la tierra absorbiendo cristalina agua del mar. Las camareras cobraban por beber cerveza, los policías las servían vestiditos de arlequín. Había un decreto que decretaba cumplir la hora de la siesta, ir a montar en bicicleta, enamorarse cada año sin medida y sin peso que cargar. Por las noches, decía un anexo, es conveniente a la salud visitar a los amigos, calentarse con historias que no existen, alzar la copa hacia el cielo y por los sueños brindar. En el sueño los niños nunca entendían las palabras rimbombantes.
Interpretaban el idioma olvidado de los viejos, traducían la lengua de las mariposas, aprendían lo mismo griego que a ladrar. Los políticos hablaban todos una lengua diferente y claro, aquello era un sindiós, aunque vinieran sabios filólogos de Oriente, esquimales de Groenlandia, confucianos de Japón. Al final cada palabra iba cambiando al caminar de tantas bocas, y se deshacía todo el sentido en el paladar. Soñé que soñar era otra forma de estar despierta y que la única pesadilla aparecía al despertar, así que seguí durmiendo hasta con los ojos abiertos, para que no se escape nada ni los caballos que trotan el cielo, ni las estrellas del fondo del mar.
5. No quiero escribir los versos más tristes esta noche. No quiero escribirlos nunca Prefiero dibujarte con los versos más alegres que me salgan de los dedos de las garras, de la piel. Con tu ausencia voy a hacerme una cortina de recuerdos voy a fabricar una barca de distancia para ir remando hasta la orilla de tus huellas y borrarlas con la lengua, y escribirte con los pies Voy a dibujar margaritas en un jardín lleno de estrellas Voy a asaltar la primavera por detrás Voy a hacer un ramillete de gusanitos de seda y te los echaré a volar. Voy a hurgar en tu corazón hasta el centro de la tierra voy a beberme hasta el fondo del desierto de tu piel A caminarte de puntillas... A correrte sueño a través.
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