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Para ser el mejor lector que fuiste creado para ser Liz Parker, con Bill Graham y Mary Graham

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os fieles que participan en Vive la Eucaristía esperan escuchar una buena proclamación de la Palabra de Dios en la misa dominical. Vendrán con grandes expectativas. ¿Por qué? Porque muchos de ellos habrán leído y rezado con las lecturas de la misa dominical antes de ir a misa. Los adultos y los jóvenes en los grupos pequeños habrán rezado con un pasaje de la Escritura para el domingo siguiente con el método de oración llamado lectio divina. Y muchos adultos y jóvenes habrán leído dos páginas cada día del librito devocional Del Éxodo a la Pascua. Mi caminar diario durante la Cuaresma, que incluye algunas reflexiones para las lecturas de la misa del domingo siguiente. La gente tiene hambre de la Palabra de Dios y como lector tienes la oportunidad de satisfacer, e incluso exceder, las expectativas de los fieles. ¡Por el poder del Espíritu Santo puedes ofrecer a cada oyente la oportunidad de un encuentro nuevo y transformador con Jesucristo!

ministerio, has recibido la llamada a compartir este don con los demás! Como todo buen don, lo que hacemos con él y cómo lo cuidamos define como nuestro regalo afecta a otros. Comencemos con esta simple realización. Es muy probable que muchas personas en tu congregación siguen la lectura de la proclamación de la Palabra de Dios leyéndola en el misalito. Algunos fieles habrán leído y meditado sobre la lecturas antes de venir a misa. Entonces, ¿cuál es tu función? ¿Qué aportas al ministerio que los fieles no pueden hacer por sí mismos? Los seis principios que siguen responden a estas preguntas y te ponen en la senda para convertirte en el mejor lector que TÚ tienes la posibilidad de ser. Es importante reconocer y entender los tres primeros principios, incluso antes de ensayar cualquier lectura.

PROCLAMACIÓN: sustantivo: Un anuncio

El don de la proclamación

público u oficial, especialmente relativo a un asunto

¿Ha pensado alguna vez que ser lector es como un regalo? ¡Lo es, y si eres un lector o estás pensando en servir en este

de gran importancia.


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Has dado un sí al llamado de Dios

La lectura es un llamado a servir y la oportunidad de compartir la Buena Nueva de nuestra salvación en Jesucristo. NO es la lectura; es la proclamación. Reconoce y acepta la diferencia.

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Mantente atento a la gente que te escucha

¿Alguna vez llegas a la misa del domingo cargado de preocupaciones o un corazón abatido? Podría ser la muerte de un ser querido, una dificultad en la familia o una enfermedad. Casi todos los miembros de tu congregación traen a la misa alguna angustia personal. ¿Estás pensando en llegar a ellos? ¿Quieres llevarles consuelo? Puedes hacerlo con la Palabra de Dios. Las Escrituras tienen mucho poder y cada lectura en la misa dominical está ahí por alguna razón. La Palabra está destinada para ser escuchada y entendida. Presta atención a las personas que necesitan escucharla ese día... esa hora... ese momento. ¡Dios está contigo para tocar el corazón de sus hijos!

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Reza

¿Con qué frecuencia rezas antes de prepararte para la lectura? ¿Antes de acercarte al ambón? ¡Prueba! El Espíritu Santo es nuestro socio en este proceso. Invocar al Espíritu Santo mientras nos preparamos nos lleva a una comprensión más profunda del mensaje y de nuestro papel como mensajeros. Invocar al Espíritu Santo nos recuerda que no son nuestras palabras y no es una simple lectura: ellas existen para incitar el cambio, penetrar, avivar e inspirar. Somos naves. Tenemos que orar y pedir al Espíritu Santo que guíe la nave y trabaje con nosotros para llevar la Palabra de Dios a su pueblo. Dios quiere implantar las verdades divinas en sus corazones para que den abundantes frutos.

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Entiende la lectura

Si tuvieras que abrir cualquier buen libro y leer un par de frases, ¿podrías explicar su pleno sentido a los demás? No podríamos, y lo mismo ocurre con un pasaje de la Biblia. No es posible proclamar una lectura –al menos no como se nos llama a hacerlo– sin entender su contexto. ¿Qué requiere eso? Abre tu Biblia y lee el pasaje asignado y el capítulo del que proviene. ¿Qué viene antes del pasaje? ¿Qué viene después? Aprovecha la oportunidad para estudiar la Biblia por medio del ministerio de lector. Tu comprensión del contexto traerá un significado más profundo al paisaje asignado. La mayor parte de

la congregación no tendrá esa ventaja. Los lectores son esenciales para llevar todo el contexto del pasaje a la vida.

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Entiende cómo el pasaje se debe presentar

Una vez que hayas aceptado el mensaje y lo adoptes en tu corazón, ¡ahora es el momento para trabajar en su proclamación! Dale otro vistazo. ¿Quién cuenta la historia? ¿Es una narración? ¿Tiene diálogo? Ser lector no es pasivo; es activo. En cada pasaje hay un mensaje deseoso de ser traído a la vida. Esta es una pauta divertida. Ensaya como si estuvieras leyendo el pasaje a una congregación de niños de diez años. Ten en cuenta que el objetivo es hacerles comprender completamente lo que dice el pasaje y que ellos puedan explicarte el mensaje de nuevo. ¡Prueba! Te sorprenderás cómo la lectura va a cambiar. En última instancia, tu interpretación e inflexión, reflejan tu meta y ¡si tu objetivo es conseguir que entiendan el mensaje, vas a leer de otra manera! Dios, nuestro Padre ve a cada uno de nosotros como sus hijos y definitivamente quiere que su mensaje llegue hasta nosotros. Prueba esta técnica y busca ese mismo deseo de comprender a cada persona sentada en tu congregación. Es un regalo que te han dado; prepárate para compartirlo.

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Ensaya

Léelo para ti mismo y lleva el pasaje a tu corazón. Léelo en voz alta para anunciarlo. Prueba con diferentes inflexiones en tu voz. ¿Es un pasaje feliz y prometedor? ¿Suenas feliz y prometedor? La Biblia ES emocional. ¿Permites que tus emociones se vean? Sigue reflexionando sobre el mensaje y aprovecha la emoción de lo que el pasaje está tratando de


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Preguntas para la reflexión n

¿Qué me está diciendo el pasaje?

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¿Cómo se lo explicaría a un alumno de 5to. grado?

¿Cuál es el mensaje que creo que el Espíritu Santo quiere transmitir a los oyentes?

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Busca otras pautas más avanzadas? Aprende más sobre los expertos en la proclamación Bill y Mary Graham. Presiona en un artículo a continuación para ayudarte a sacar al mejor lector que hay en TI!

transmitir. ¿Tienes un video o una grabadora de cinta de audio? Grábate a ti mismo y toma notas. ¿Sale el mensaje a relucir? ¿Estarías interesado en escuchar si no fueras el lector? ¿Cómo puedes modificar tu voz, tu inflexión o tu velocidad, para ayudar al oyente captar el mensaje? También puedes leer el pasaje en voz alta a un familiar o amigo y escuchar sus comentarios. ¡Ensaya!

No te olvides de la PRE: PREPÁRATE, REZA y ENSAYA

Eficaz lectura oral de la Sagrada Escritura (páginas 4–5) Preguntas básicas que debes hacer cuando te prepares para ser lector (páginas 6–7)

Recomendaciones para lecturas James A. Wallace, CSsR. El Ministerio de los Lectores, Segunda edición. Collegeville, MN: Liturgical Press, 2007.

AutorA n Liz Parker, socia y productora ejecutiva de SAGE Media Productions, ha venido trabajando en la industria de la comunicación por más de 25 años. En la actualidad es coordinadora de lectores en la parroquia del Good Shepherd en Owings, Maryland. Liz es hija de Bill y Mary Graham. Autor n William Graham ha sido, durante 60 años, profesor y consultor en comunicación religiosa en The Catholic University of America, la Universidad de Notre Dame, la Dominican House of Studies en Washington, DC, y el North American College en Roma. Fue el co-fundador, con el P. John Burke, OP, del National Institute for the Word of God [Instituto Nacional de la Palabra de Dios]. También enseñó en (42 años) y presidió (15 años), el Departamento de Drama de The Catholic University of America. AutorA n Mary Graham ha sido profesora de homilética en las facultades de The Catholic University of America, la Dominican House of Studies en Washington, DC y el Seminario Mount St. Mary’s en Emmitsburg, MD. Ha dirigido talleres de una semana en el North American College en Roma durante cinco años, así como numerosos talleres para el National Institute for the Word of God. Ha dirigido talleres para lectores en la Arquidiócesis de Washington desde 1976. Copyright © 2012 de Paulist Evangelization Ministries. Se concede permiso para reproducir este artículo con fines educativos relacionados con Vive la Eucaristía. Publicado por Paulist Evangelization Ministries, 3031 Fourth Street, NE, Washington, DC 20017, www.pemdc.org Fotos: W.P. W it tm a n Li m ited, pági n a s 2 y 3.

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Preguntas básicas que debes hacer cuando te prepares para ser lector Bill Y Mary Graham

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acer preguntas básicas al texto que se proclama en la misa es una excelente manera de prepararse para ese ministerio. Completa los dos ejercicios siguientes. Puedes aplicar este método de preparación a cualquier pasaje de la Escritura que proclames como lector.

1er. Ejercicio PRIMERA LECTURA, SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, AñO B Lectura del primer libro de Samuel 3,3b-10, 19 En aquellos días, el joven Samuel servía en el templo a las órdenes del sacerdote Elí. Una noche, estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste respondió: “Aquí estoy”. Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?” Respondió Elí: “Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte”. Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo:

“Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?” Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte”. Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”. Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: “Ve a acostarte y si te llama alguien responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha’”. Samuel creció y el Señor estaba con él. Y todo lo que el Señor le decía, se cumplía. Palabra de Dios.

Preguntas básicas La acción y la trama n

¿Cuál es la acción? ¿Qué está pasando? ¿Cuáles son los cambios en las relaciones? ¿Cuáles son los conflictos? n ¿Hay un momento decisivo (de crisis)? n ¿Cuál es el clímax (punto cumbre de los sentimientos, carácter o el desarrollo lógico)? n


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Punto de vista n n n n n

¿Quién cuenta la historia? ¿A quién? ¿Dónde y cuándo se cuenta la historia? ¿Dónde y cuándo sucede la historia? Diferencia los elementos (escenas) de la historia. ¿Dónde tiene lugar la historia?

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Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús. A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a la santidad, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. Palabra de Dios.

Personajes n

¿Qué quieren las personas? ¿Cómo se sienten? ¿Corresponden sus acciones con sus palabras? n ¿Suenan las personas como si realmente estuvieran hablando entre ellas? n

Significado para nosotros

2do. Ejercicio SEGUNDA LECTURA, CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO, Año A Lectura de la carta de San Pablo a los Romanos 1,1-7 Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos. Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre.

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Preguntas básicas Antecedentes n n n n n n

¿Quién cuenta la historia? ¿A quién?, ¿en qué situación? ¿Por qué?, ¿con qué fin? ¿Cómo?, ¿qué forma literaria usa? ¿De dónde? ¿Cuándo?

Texto n n n n n n n

¿De qué habla el pasaje? ¿Cuáles son los conflictos? ¿Cuál es el clímax (punto cumbre de la acción)? ¿Dónde aparece la crisis (punto cumbre de la emoción)? ¿Cómo la estructura del pasaje sirve para destacar las ideas principales? ¿Cómo diferenciarías las diversas ideas (usa / // ///)? ¿Cuáles son las palabras importantes que se deben destacar (palabras claves) con el fin de esclarecer más el significado? (Subraya las palabras claves, recordando las reglas para el contraste y el eco también).

¿Qué sentimientos o emoción podrían apoyar estas ideas? ¿Cuál es la Buena Nueva para los oyentes, aquí y ahora?

Bill y Mary Graham (Vea “Para ser el mejor lector que fuiste creado para ser,” página 3, para credenciales.)

Copyright © 2012 de Paulist Evangelization Ministries. Se concede permiso para reproducir este artículo con fines educativos relacionados con Vive la Eucaristía. Publicado por Paulist Evangelization Ministries, 3031 Fourth Street, NE, Washington, DC 20017, www.pemdc.org


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Eficaz lectura oral de la sagrada escritura Bill Y Mary Graham

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a eficacia con que cada uno comunique la Palabra de Dios dependerá de muchos factores, además de satisfacer la necesidad básica de dar testimonio de la verdad y el poder de la Palabra de Dios.

PREPARACIÓN: ORACIÓN, ESTUDIO, MEDITACIÓN Y PRÁCTICA La proclamación es una forma de predicación que tiene el potencial de engendrar y alimentar la fe.

Una buena preparación incluye: 1

Un estudio minucioso de los textos y sus significados en el contexto de la Escritura, es decir, conocer la fuente de donde se toman las lecturas, incluyendo lo que viene antes y después del texto que se va a leer, así como la intención del escritor.

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Comprender la relación de los textos con la liturgia de la que forman parte, es decir, ¿por qué fueron seleccionadas estas lecturas para esta liturgia? La asimilación del significado de las palabras de modo que cuando leamos lo hagamos con propósito y vitalidad. La lectura oral suena como una buena charla que tiene un propósito. Cuando leemos sabemos el significado y decimos lo que significamos. Cuando damos un testimonio eficaz, somos más conscientes de la comprensión de los oyentes que de nuestro estilo. Se necesita una buena dosis de práctica con la lectura de un pasaje en voz alta para alcanzar cierto nivel de intensidad y franqueza.

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Darnos cuenta de lo que el texto significa para nosotros en nuestra vida cristiana individual. Si el pasaje no tiene ningún valor o significado para nosotros personalmente, no es probable dar testimonio o comunicarlo de manera efectiva. n

El hábito de la energía física y vocal, que debe ser desarrollado de manera que el valor del pensamiento pueda ser escuchado en la vida del sonido.

Una buena preparación también incluye el conocimiento de: 1

Frases y entonación inteligentes. Si te pidieran que repitieras una idea porque el oyente no entendió lo que dijiste, ¿cómo lo dirías? ¿Por qué no decirlo así la primera vez? n


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Sostener el significado en el sonido. Muchos lectores dejan que su voz disminuya el volumen, el tono y la energía al final de las oraciones y frases. Estos lectores tienen la costumbre de tragarse las palabras finales. Articular con claridad. Las palabras que pronuncies no deben dejar ninguna duda. Cada palabra tiene su forma individual y debe sonar de tal manera que la comprendan todos los que entienden el español.

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El valor de grabar las lecturas. Después de sentir que entiendes el significado de las lecturas, graba tu proclamación para escuchar lo que los oyentes oirán cuando leas. Al grabar, hazlo temprano, para dar tiempo a ensayos adicionales, y date permiso para usar tu imaginación para explorar y experimentar. n

COMUNICACIÓN: EL MOMENTO DE LA PROCLAMACIÓN 1

Háblale a un individuo. La mayoría de la gente escucha como individuos a los significados de los textos bíblicos. Es probable, por tanto, que los lectores se comuniquen con mayor claridad y eficacia si le hablan a los oyentes individuales en vez de a la “multitud”. El objetivo es entrar en la mente y el corazón de cada uno que escucha. Si no estás hablando a alguien es relativamente fácil que nadie escuche.

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Mantén la cabeza sin bajarla y subirla. La distancia entre la boca y el micrófono no debe variar mucho a lo largo de la lectura. Si lo hace, el efecto sería parecer que alguien está jugando con el control de volumen. Si el atril es demasiado bajo, mantén el libro en las manos para que puedas ver más fácilmente las palabras y la gente sin mucho movimiento de la cabeza. n

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Selecciona las frases sobresalientes del pasaje que estás leyendo. Levanta la cabeza y mira a alguien (una persona diferente con cada frase) al pronunciar esas frases. El contacto visual es contacto de persona a persona, y cada vez que se hace contacto debe comunicarse a esa persona una imagen o una idea. Siente la comunicación: mantente atento a la comprensión de los oyentes y su respuesta. Cuando tenemos algo que decir y la necesidad de decirlo, solemos estar muy conscientes de si nuestros oyentes “lo captan o no”. La concentración sostenida, la energía física y la claridad de la voz son características de la comunicación oral eficaz. Por último, confía en tu preparación. No hay ninguna razón de dedicar tiempo a la preparación, a menos que confíes en esa preparación. En el momento de comunicarte, concéntrate en el intercambio. Si pasas la mayor parte del tiempo recordando cómo lo hiciste en el ensayo no te estás comunicando: solo sigues ensayando en público. La pregunta que debes hacerte no es simplemente, “¿lo logré?”, sino también, “¿lo entendieron?”.

EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS PUEDEN MOVER Y CAMBIAR LA VIDA DEL LECTOR Y LOS OYENTES Padre Celestial, tu Sagrada Escritura nos revela la Buena Nueva que nos amas. Que nos has elegido para reflejar ese amor más plenamente profesando a Jesucristo como Señor y Salvador. Que el Espíritu Santo transforme nuestra vida, de tal manera que cada vez más anunciemos la Buena Nueva a toda la creación. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Bill y Mary Graham (Vea “Para ser el mejor lector que fuiste creado para ser,” página 3, para credenciales.)

Copyright © 2012 de Paulist Evangelization Ministries. Se concede permiso para reproducir este artículo con fines educativos relacionados con Vive la Eucaristía. Publicado por Paulist Evangelization Ministries, 3031 Fourth Street, NE, Washington, DC 20017, www.pemdc.org


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