Gure Mendiak 2007

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COLABORACIONES A Rezola le sobró tiempo. Completó su trayecto en 1 hora, 42 minutos y 20 segundos, empleando propiamente en la subida a Txindoki 48 minutos y 30 segundos. Descender a Larraitz le costó solamente 17 minutos y 30 segundos, según los datos que rubrica una vieja fotografía de Rezola en pleno esfuerzo que se conservaba en el bar Estanco de Abaltzisketa.

de Adarra y descenso en 1 hora, 1 minuto y 45 segundos.

Este record fue superado el 24 de septiembre de 1978 por quien fuera destacado ciclo-crossista Iñaki Mayora, dejándolo en 1 hora, 26 minutos y 28 segundos. No obstante, los datos eran ya difícilmente comparables, porque el de Ormaiztegi era 22 años más joven, había mejorado el estado de la carretera y las posibilidades técnicas de su bicicleta nada tenían que ver con las del pesado velocípedo que usó Rezola.

En una crónica del diario Euzkadi del 15 de octubre de 1932, bajo el titular de “Una interesante apuesta”, se reflejaba la expectación que había despertado en Aretxabaleta y en todos los pueblos de la zona la apuesta que, “con una suma bastante elevada atravesada por ambas partes”, se había concertado para el domingo 16 de octubre de 1932.

Desde la perspectiva montañera, de los registros que estableció Mayora llama la atención el tiempo invertido en la subida de Larraitz a la cima de Txindoki que fue de 41 minutos y 53 segundos. Este trayecto sería el escenario de nuevas marcas con posterioridad. Asensio Olaberria, de Ikaztegieta superó en 1972 los 943 metros de desnivel en 40 minutos y 39 segundos y el atleta de Zizurkil Juan Mari Garin lo rebajó el 18 de septiembre de 1993 hasta un asombroso crono de 33 minutos y 42 segundos. Garin se convertiría en un auténtico especialista en ascensos rápidos a nuestras montañas. El 30 de mayo de 1999 subió de Tolosa a lo alto de Uzturre en 21 minutos, cuando en las guías clásicas se estima el tiempo de ascenso en 1 hora y 15 minutos. El atleta guipuzcoano estableció otra referencia relevante en 2002, completando el trayecto entre la plaza de Urnieta y la cumbre

La marca de Gorriñaga En el valle de Leintz todavía se guarda el recuerdo de un desafío, cuyo reflejo en la prensa de la época ha conservado intacto el ambiente de expectación popular en el que se desarrollaban estas apuestas en los pueblos de la montaña vasca.

El reto consistía en completar el recorrido de ida y vuelta entre Aretxabaleta y la cumbre de Aizkorri a pie y en menos de siete horas. El protagonista del envite era Pedro Arambarri, Gorriñaga, del que se decía había sido corredor pedestre en su juventud. Sin embargo, el tiempo había pasado y se dudaba de que con 38 años fuera capaz de afrontar un esfuerzo tan prolongado. Tras una semana de aplazamiento provocado por el mal tiempo, el 23 de octubre de 1932, rodeado de una tensión contenida entre partidarios y contrarios de la apuesta cruzada, Gorriñaga se disponía a tomar la salida. El cronista local Alberdi describía la escena: “Una espesa niebla augura un precioso día con lánguido sol otoñal. Rompe el silencio el toque de las seis en el reloj de la iglesia parroquial, al que le siguen dos fuertes aldabonazos en la puerta del ayuntamiento y las pisadas de Gorriñaga que se lanza camino de Aizkorri”. Aranbarri partía veloz hacia el collado de Urrexola Garai, dejando en el pueblo un clima de ansiedad que se mantendría hasta su regreso.

Algunas noticias fueron llegando desde los senderos. “Unos casheros que le han encontrado en el camino han afirmado que la marcha que lleva es formidable y atlética”. Una hora y media después de la partida Aranbarri llegaba al caserío Peñakulo, donde dejó encargado a la etxekoandre un amarretako para el regreso. En la campa de Urbia le esperaba un buen número de montañeros y curiosos que le vieron pasar en el asombroso tiempo de 2 horas y 19 minutos. “Esta noticia deja alarmados a todos, pues nadie suponía que en este tiempo podría haber recorrido el camino que separa Aretxabaleta de Urbia”. Sin embargo, el esfuerzo realizado le iba a pasar factura a Gorriñaga al comenzar el ascenso hacia Aizkorri. “Unos fuertes calambres vienen a desbaratar todos los planes. Se teme por un momento que pueda continuar. Pierde 25 minutos, más nuevamente, con más bríos, embiste la gallarda Aizkorri y a las 9.19 llega al pico más alto de Guipúzcoa”. Le restaba todavía a Arambarri desandar todo el camino para regresar a Aretxabaleta antes de que se cumplieran siete horas de su partida. En el pueblo la animación iba incrementándose a medida que se aproximaba la expiración del plazo. “Una vez dadas las doce comenzó a llegar gente de fuera. El pueblo presentaba aspecto de fiestas. Y a las doce la carretera se hallaba invadida de público, ya que de un momento a otro se le esperaba”. Sonaron las doce y media en el reloj de la iglesia. Faltaba sólo media hora, pero la voz que corría por los caminos más que el propio Aranbarri, aseguraba que estaba cerca. ➡ GURE MENDIAK 27 ANUARIO 2007


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