A LA DISTANCIA Es fácil sentirse atraído, por alguien que ves caminar a diario, alguien con los que tus ojos se cruzan a menudo y se despiertan fibras nerviosas que te hacen sentir cosas increíbles, maravillosas, sensaciones que son casi como tocar el cielo, por un instante, es simpático sentirse así. Pero como explicarte, que estoy sintiendo, si cada vez que cierro los ojos y espero ver la oscuridad, mis párpados cerrados no hago más que mirarte y sé que no estás, físicamente no estás pero te veo. Como explicarte parte de estos eventos paranormales para los cuales la ciencia no le halla explicación alguna y mucho menos yo, puedo abrazarte e inclusive siento ese calor que tiene origen en tu cuerpo, un calor que quema realmente quema, me atrevería una y otra vez, sin temor a mi futuro, ya que el presente es lo único que tengo y quiero sentir la sensación inenarrable de tenerte aunque sea, a la distancia... HERNANDO DMZ -ColombiaLa casa de los expatriados es el drama interior, es la comida del lamento, es la cuenta impagable de la fama, es el resultado del que deja a su país, su familia y sus amigos.
el silencio en la cubierta, es la arrimada población que observa, es la casa del que estorba en un país del que sólo ingresa la violencia racial en mayor pena. Esconder los sentimientos, alardear una cultura, es la mofa de la histórica de libros de apariencia enriquecida, el expatriado es la suma, su propia sombra.
Los expatriados de este mundo son los cauces de los ríos el país que hoy asumen, son elocuencia de otra lengua, son el abandono triunfal de su historia y su cultura en que creció.
La casa del inmigrante es el fuego que el mismo aplaude, es diploma en la palestra del que todo puede, un mundo diferente por los lazos que se olvidan, por la casa del que un día se alejó.
Nueva historia en la utopía del sueño, son las lenguas y culturas con dolor de parto perdido,
SILVIA ORTIZ -Estados Unidos-
DE REPENTE De repente y como espuma su amor se desvaneció. Quizás como leve bruma de mí se alejará, y como historia pasada jamás volverá. Su recuerdo pasará como los días, meses, los años. Como sueño de cristal que se quiebra, que se pierde, y como extraños quedaremos. Jamás ya sentiremos la hoguera calcinante. Aquel amor sofocante, aquella ternura mía. Todo quedó en el ayer, promesas, sueños y anhelos.
Se secaron las rosas, aquellos verdes jardines. De repente y como espuma su amor se desvaneció. Se esfumó, cayó, se extinguió como lucero lejano. Se desligó de mí su mano, de mi pecho su corazón. La historia terminó, como termina todo. Como termina la bruma con el radiante sol. Como se desvanece la espuma, como se termina un amor…
DÉVORA DANTE -Colombia-
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