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II. COLOFÓN

Formar parte de un gran todo nosda sentido de pertenencia e identidad, lo que a su vez nos da la capacidad y certeza de expresarlo diciendo: “Yo soy La Salle hoy”, porque formo parte de este gran milagro educativo. Complacido es el término que perfila mi estado anímico, indudablemente positivo, por las certidumbres de las vivencias cotidianas que alimentan mi percepción de tantas personas que coinciden y seguirán coincidiendo en nuestro caminar hacia la felicidad como plenitud y realización personal, al educarse educando.

Sí, todos nos esforzamos en esto: en buscar la felicidad y la amistad social, aquí y ahora, para nosotros y los demás, en el viaje de la construcción constante de nuestra autotrascendecia; si bien nos hemos equivocado algunas veces, en estos intentos también coincidimos. Con ello deseo resaltar que uno de los distintivos de este centro de educación superior es la cordialidad relacional, fácilmente comprobable por sus frutos, ya que son las buenas relaciones las que hacen felices a las personas.

Este comunicado es un homenaje a todos los actores artífices de lo que hoy es esta comunidad universitaria, personas que se han involucrado durante 34 años, 4 de su preparación y 30 de cocreación.

Ineludible brota la necesidad de dar gracias por ser lo que hoy somos. Dar gracias a tantas y singulares personas que desde el inicio del Lasallismo hace 342 años con la primera escuela en Francia, han colaborado en la conformación de lo que somos hoy, una gran familia mundial.De forma muy singular agradezco a quienes, a lo largo de 66años, han hecho vida la propuesta educativa del Señor De La Salle en el municipio de Cajeme.

Gracias a tantas personas que, con su calidad de vida y excelencia humana, han apoyado, inspirado y trabajado por esta universidad, encaminándola a ser un servicio profesional que forma personas, criticas, éticas, capaces e iluminadoras para la sociedad del Noroeste del país. Gracias a nuestra Iglesia local, autoridades civiles y educativas y a tantas instituciones

y empresas que nos han apoyado y con quienes hemos compartido nuestro ser, conocimientos y saber hacer.

Gracias a Dios que nos permitió ser parte de este gran todo que deja huella y nos impele a decir:

“Yo soy, porque nosotros somos”.

INDIVISA MANENT

Dr. Salvador Valle Gámez, Fsc Rector

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