Lipton,biologia de la creencia

Page 7

duda el modelo darviniano. No obstante, sus prejuicios sobre los estudiantes de medicina se desmoronaron durante su estancia en la Isla. La clase de inadaptados dejó de actuar como los típicos estudiantes de medicina; abandonaron esa mentalidad en la que sólo lo más aptos sobreviven y se agruparon en una fuerza única, en un equipo que los ayudó a llegar con vida al final del semestre. Los estudiantes más fuertes ayudaron a los más débiles y, de esta forma, todos se volvieron más fuertes. No hubo ninguna diferencia entre los resultados de estos “rechazados” y sus colegas de la “élite” de Estados Unidos. En aquellos momentos pensó que la clave del éxito había sido el formato de las clases, es decir, superponer y comparar la biología humana con la celular, pero más tarde se dio cuenta que sin él decirles nada, sus alumnos después de escuchar cómo él elogiaba la capacidad de cooperación de las células para formar organismos más complejos y prósperos, intuitivamente siguieron esa dirección.

CAPÍTULO 2 Es el ambiente ¡estúpido! Nunca olvidará como su mentor y consumado científico Irv Konigsberg, que fue uno de los primeros biólogos celulares que dio clases sobre el arte de la clonación de células madres le enseñó una perla de sabiduría: cuando las células madres cultivadas que estás estudiando comienzan a enfermar, hay que buscar la causa en el entorno en primer lugar, y no en la célula en sí misma. Su profesor no fue tan contundente como el director de campaña de Bill Clinton quien afirmó. “Es la economía, ¡estúpido! Esta frase se convirtió en el mantra de la campaña presidencial de 1992 Había comprobado una y otra vez que cuando les proporcionaba a las células un ambiente saludable, proliferaban; cuando el ambiente no era el óptimo, las células enfermaban. Si se equilibraba de nuevo el ambiente, esas células “enfermas” se revitalizaban. Sin embargo, la mayoría de los biólogos celulares no conocen esta perla de sabiduría de las técnicas de cultivo. Los científicos desecharon con rapidez la idea de considerar la influencia del entorno tras la revelación de Watson y Crack sobre el código genético del ADN. Incluso hasta el propio Darwin llegó a admitir a finales de su vida que la teoría de la evolución había infravalorado el papel del medio ambiente. Pero los científicos darwinianos siguen cometiendo el mismo error: la creencia de que los genes “controlan” la biología. Esta creencia no sólo ha llevado a una cuantiosa suma de dólares perdidos en investigaciones, sino a algo más importante: ha influenciado en la forma que tenemos de ver nuestras vidas. Produce un determinismo genético y se le echa la culpa a los genes de la mayoría de nuestros problemas de salud, en vez de estudiar seriamente qué es lo que está ocurriendo en nuestros cuerpos, mentes y espíritus. La confusión se produce, además, cuando los medios de comunicación tergiversan de forma continuada el significado de dos palabras: correlación y causa. Una cosa es que es que los genes estén relacionados con una

7


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.