Discipulado completo

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Buyer: Senon Marquez (senon.marquez@gmail.com) Transaction ID: 03V224802X871772C

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1. El bautismo: Reconocimiento público. Aunque el bautismo sigue siendo significativo en el presente, ya no implica el riesgo y valor que requería en el primer siglo. En ese entonces, el acto del bautismo proclamaba que alguien realmente había decidido seguir a Jesús. Ser bautizado en el nombre de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) significaba que el seguidor experimentaba a Dios en plenitud en su vida. Y esto lo separaba de otros dioses y filosofías. En el llamado primer mundo del siglo veintiuno,5 en que el cristianismo ya está establecido, aunque no como quisiéramos, ya no enfrentamos los riesgos que los seguidores de Cristo tuvieron que arrostrar en el primer siglo. Sin embargo, en gran parte del tercer mundo el bautismo sigue siendo un acto de valor. Ser bautizado puede poner a una persona en la lista de vigilancia de un gobierno, convertirlo en enemigo de su pueblo; o ser rechazado por su propia familia. El bautismo significa reconocer en público que se es un discípulo. Nunca fue la intención que fuera un ritual privado que se celebra dentro de los muros de la iglesia. Para que el cristianismo florezca, los discípulos deben comenzar a hacer pública su fe y permanecer así. Un sólo discípulo crea una luz, y la comunidad de discípulos brilla como una ciudad que está en un monte. No es una opción mantener tu luz escondida (ver Mateo 5:14-16). 2. Aprender a obedecer todo lo que Cristo mandó: Someterse a la transformación. Los católico-romanos hablan de la tradición y la Escritura. Los anglicanos, de la Escritura, la tradición y la razón. Los protestantes dicen sola scriptura (“sólo la Escritura”). Con estas diferencias que han ensombrecido la historia de la iglesia, ¿cómo podemos reconocer lo más importante? Antes de que existiesen los católicos, anglicanos o protestantes, Jesús estableció el proceso para seguirlo: todos los discípulos debían ser enseñados a obedecer todo lo que él mandó. Existen 212 cosas que él ordenó y que podemos resumir en tres declaraciones: 1. Ama a Dios con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas. 2. Ama a tu prójimo como a ti mismo. 3. Ama a tus enemigos.

Aprendiendo a obedecer Jesús lo dijo todo en ese resumen, pero cuando vemos todo lo que incluye, nos damos cuenta de que el “plan de estudios” para ser y hacer discípulos es tan extenso, que abarca toda la vida. Pero antes de preocuparnos de qué debemos obedecer, primero necesitamos entender cómo obedecer. Para esto son necesarios cuatro ingredientes:

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