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El Año Litúrgico: el inicio del Calendario litúrgico y su significado
Año Litúrgico
La solemnidad del domingo 25 de noviembre celebra a ES EL MOMENTO DE CELEBRAR CRISTO REY Y EMPEZAR EL AÑO (LITÚRGICO)
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por Tiziana Lupi
El domingo 25 de noviembre se celebraba la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Este día tiene su importancia, porque recordamos que Cristo es el señor de la historia y el tiempo y es el comienzo y el fin (el Alfa y la Omega, como está escrito en el libro bíblico del Apocalipsis, que toma como referencia la primera y la última letra del alfabeto griego) de todas las cosas que están referidas a él. Incluyendo a la persona, por supuesto. Fue el propio Cristo quien afirmó su realeza. Por ejemplo cuando en el Evangelio de Juan leemos: “Pilato regresó al pretorio, llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús respondió: “Mi reino no es de este mundo, si mi reino fuera de este mundo, mis siervos habrían luchado para que no fuese entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Entonces Pilato le dijo: “¿Así que eres rey? Jesús respondió: Tú lo dices: yo soy rey”... La solemnidad de Cristo Rey fue introducida por Pío XI con la encíclica Quas Primas (“En el principio...”) del 11 de diciembre de 1925, a la conclusión del Jubileo que se celebró en ese año. Para el papa Ratti fue “un reme-
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Vestiduras blancas. El papa Francisco con casulla blanca.
El Arcángel Miguel. Defiende la fe en Dios contra las hordas de Satanás. La cara. Es un rostro maduro, que expresa autoridad y liderazgo.
La mano bendiciendo. La bendición sobre todas las cosas es también un símbolo de poder sobre ellas. El Arcángel Gabriel. Él es el mensajero del Señor.
El trono. Naturalmente, es el símbolo más evidente de la “realeza” de Cristo. El libro. La mano izquierda sostiene un libro: es el Libro de la Ley, es el símbolo de la Revelación.

Un rey. Cristo en el trono en un mosaico (siglos XI-XII) en la Basílica de Santa María de la Asunción en Torcello (Venecia).
viene de la pág. 40 dio eficacísimo a la peste que hoy inficiona a la humana sociedad. La peste de nuestros tiempos es al llamado laicismo con sus errores y abominables intentos”. Según el Pontífice, “para que estos inapreciables provechos se recojan más abundantes y vivan estables en la sociedad cristiana, es necesario que se propague lo más posible el conocimiento de la regia dignidad de nuestro Salvador”. Para conseguir todo eso, “nada será más eficaz que instituir la festividad propia y peculiar de Cristo Rey”. De hecho, “mucho más eficacia tienen las fiestas anuales de los sagrados misterios que cualesquiera enseñanzas, por autorizadas que sean, del eclesiástico magisterio”. Fiestas que “impresionan e instruyen a todos los fieles”, “penetran en las inteligencias, a los corazones, al hombre entero” ya que “por la variedad y hermosura de los actos litúrgicos aprenderá mejor las divinas doctrinas”.
ES LA “FIESTA” DEL FIN DEL AÑO LITÚRGICO
La solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, sin embargo, también tiene otra característica especial que la hace “punto de referencia”. Cae el último domingo del año litúrgico: a partir del domingo siguiente (que en este año es el 2 de diciembre) comienza, por lo tanto, un nuevo año litúrgico, que este año contempla la meditación en el Evangelio de Lucas. ¿Qué es el año litúrgico? Podríamos decir que es el “año de la Iglesia y de los fieles”. Es la celebración de la vida de Jesús completa durante un año dividido en cinco “tiempos”. El primero es el de Adviento: cuatro semanas que comienzan con las primeras vísperas el domingo después de la fiesta de Cristo Rey y terminan con las vísperas el 24 de
EL AÑO LITÚRGICO EXPLICADO


MORADO
Es el color de la penitencia, del dolor y de la espera, por lo que se usa en Cuaresma, en la conmemoración de los difuntos, en la celebración de los funerales (en los de los papas, sin embargo, se usa el rojo) y en el tiempo de Adviento. No debe confundirse con el color rosa, un color muy singular que puede utilizarse sólo dos veces: tercer domingo de Adviento (Domingo “de Gaudete”) y el cuarto de Cuaresma (Domingo “de Laetare”).
BLANCO
Es un símbolo de pureza e inocencia, y no es casualidad que sea el color del vestido de los niños que reciben el Bautismo y la Primera Comunión o de las novias. Del mismo modo, es un color que indica fiesta, alegría: por lo tanto, las vestiduras blancas se usan en Navidad y en todo el tiempo de Navidad, en Semana Santa y durante la Pascua, en las solemnidades dedicada a Cristo y a la Virgen María, en las celebraciones de bautizos, matrimonios y en las misas de ordenación de los sacerdotes.
CON LOS COLORES LITÚRGICOS


VERDE
Tradicionalmente es el color de la esperanza y la serenidad. Indica la vida en su cotidianidad. Los sacerdotes llevan vestimentas verdes durante el tiempo ordinario, tanto los domingos como en los días de la semana, y por esta razón es el color más utilizado durante el año litúrgico. Como todos los demás colores (excepto el morado), puede reemplazarse ocasionalmente por el blanco por razones prácticas.
ROJO
Es el color de la sangre y el fuego, en el año litúrgico simboliza la Pasión y el sacrificio de Jesús en la Cruz, pero también la sangre de los mártires y el fuego del Espíritu Santo. Las vestimentas rojas se usan el Domingo de Ramos, el Viernes Santo, el día de Pentecostés y el de la Exaltación de la Cruz. También se usa en las memorias de los Santos Apóstoles, evangelistas y mártires, y en la celebración del sacramento de la confirmación.
diciembre, antes de Navidad. Como sugiere el término “adviento”, este es el período de preparación para la Navidad, que culmina en la semana del 17 al 24 de diciembre. Después de Adviento llega el tiempo de Navidad, en el que celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, la fiesta de la Sagrada Familia (domingo entre Navidad y Año Nuevo), la solemnidad de María, Madre de Dios (1 de enero), la Epifanía (la manifestación del Señor al mundo, 6 de enero) y el Bautismo de Jesús (primer domingo después de la Epifanía). Después del tiempo de Navidad viene el tiempo ordinario, que se divide en dos períodos: el primero va hasta el miércoles de ceniza; la segunda parte desde después de Pentecostés y hasta el domingo dedicado a Cristo Rey. Son 34 semanas, durante las cuales se reflexiona sobre el ministerio de Cristo acompañados por su Palabra.
PARA COMENZAR, NOS PREPARAMOS PARA LA NAVIDAD
El miércoles de ceniza comienza el tiempo de Cuaresma: son los 40 días que preceden y se preparan para la Pascua, un momento de conversión y oración. Hay cinco domingos de Cuaresma; el sexto es el Domingo de Ramos, donde comienza la Semana Santa, la más importante del año, con el Jueves Santo (Última Cena e institución de la Eucaristía) y el lavatorio de pies, y el Viernes Santo en el que la misa no se celebra, pero se recuerda la pasión y la muerte de Jesús. Posteriormente, sigue el tiempo de Pascua: 50 días desde el Domingo de Pascua (Resurrección de Cristo) hasta Pentecostés (el envío del Espíritu Santo sobre los discípulos). Durante el año litúrgico, los sacerdotes llevan vestiduras litúrgicas de diferentes colores, vinculadas a la época del año. Los colores principales son cuatro: morado, blanco, verde y rojo. ¿Su significado? Puedes averiguarlo leyendo el artículo de la izquierda con la ayuda del papa Francisco.