Por que le pasan cosas malas a la gente buena

Page 158

mediante el vínculo sacramental, ni siquiera el Estado. Bien dijo una vez el Padre Isaac a una parejita que le llevé porque estaba a punto de separarse: “Hermanitos, es mejor reparar que volver a empezar”. También oí decir a un veterano y astuto cura que dirige espiritualmente a matrimonios: “Mijitos, ningún problema, así sea la misma infidelidad, es más grande que el matrimonio”. Recordemos que los hombres no estamos programados ni para una sola suegra; imagínese a uno con dos, como son algunas de bravas; ya no seríamos capaces de aguantar la mano de maldiciones que podrían llegar a mandarnos. Existen parejas que cometen el error de contar sus conflictos íntimos de manera apresurada e imprudente a terceros –llámense papás, familiares o allegados– en un momento de calentura, crisis o rabia, sin saber que el amor y el Sacramento que los unen los fortalecen en la tolerancia que les permite reconciliarse. Por lo general, esos terceros quedan resentidos, juzgando, criticando y hasta odiando al otro cónyuge, sin lograr entender que en estos ya hubo una reconciliación. Cuántos noviazgos y matrimonios vemos hoy en día fracasados, como resultado de relaciones insanas en el interior de la familia. Por ejemplo, cuando ha habido una relación conflictiva entre padre e hija, o ausencia de éste, ella por lo general busca de manera inconsciente una pareja que se parezca mucho a ese papá, en los aspectos más negativos, como rasgos psicológicos disfuncionales, pensando que es amor verdadero, pero que termina por convertirse en una relación enfermiza y destructiva. Es a esto a lo que nos referimos cuando decimos que una mujer se ennovió o se casó queriendo encontrar en su pareja al papá (buscando ser “protegidas”, pero resultan más bien perdidas). Muchas otras pasan la vida adictas al afecto del novio, compañero o marido, ocultándole o alcahueteándole sus engaños, maltratos o manipulaciones; todo esto, con el fin de que no las abandonen o aparentando estar bien y, como dice la frase, “sosteniendo el cañazo” o, lo que es peor, dejándose comprar con plata como si fueran un objeto o una mascota. Otros casos de relaciones fracasadas como consecuencia de las carencias afectivas en la crianza se asocian a las falsas expectativas con respecto a una persona que cree querer, porque basamos la relación en sentimentalismos, emociones, apasionamiento y fantasías. “Nadie jamás podrá amar lo que en verdad no conoce”. Querer escapar de las dificultades con los padres en el hogar es otra razón frecuente que hace también que haya gente que acabe refugiándose en un matrimonio con la primera persona que aparece en su vida, así casi no la conozcan. Por mi experiencia al atender tantas y tantas parejas con deseo de separación o divorcio, generalmente encuentro que una de las raíces principales de este conflicto es el endiosamiento que la esposa ha hecho de su marido, sin caer en la cuenta que como ser humano que es, es alguien imperfecto, recibe maltratos, traiciones, desprecios, humillaciones o decepciones suyas, se cansa y quiere después salir huyendo. Muchas de nuestras mamás soportaban todas estas agresiones y en medio de su apego u obsesión, les oímos decir: “Es que yo, mijo, veía por los ojos de su papá”, “prefiero verlo muerto que con otra”, “si se va, yo me muero”, “si se me muere, yo me entierro con él”. En la mayoría de estos casos sí que se evidencia la adicción de afecto. Qué error tan grande, en esta crisis matrimonial muchas personas ponen más atención y más cuidado cuando hacen un negocio para adquirir un carro, unos zapatos, un perro o un celular, que cuando eligen compañera(o) para toda la vida. Uno no puede enamorarse de quien no conoce, es por ello que el amor a primera vista no existe; eso es una sensación, una atracción, un despertar de sentimientos; un verdadero enamoramiento


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.