CONOCIMIENTO UANL & Aniversario OMENT

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actúan en la señalización de diferentes sistemas. Diversos estudios se han enfocado en la identificación de una extensa lista de nuevas miocinas, de las que aún no se ha descrito su relevancia funcional en la respuesta aguda y crónica al ejercicio. De las más importantes hasta ahora se han descrito: -Follistatina. Juega un papel en la modulación del tamaño del músculo esquelético, siendo capaz de inhibir no solo a la miostatina y activinas, sino también a otras proteínas, lo que resulta en hipertrofia del músculo. Además es importante para el mantenimiento de la masa muscular y capacidad funcional con actividad contráctil. La PGC1α es crucial en la promoción de biogénesis mitocondrial y en el metabolismo oxidativo y de la glucosa. Su estudio en diferentes modelos ha permitido identificar el efecto supresor del crecimiento y la invasión en líneas celulares de cáncer, su efecto antiinflamatorio en la artritis, así como en procesos de revascularización (diferenciación y migración de las células endoteliales y disminución de la apoptosis en condiciones de estrés, participando en señalización Akt-eNOS). -Irisina. Estimula la transformación de adipocitos blancos a células beige (incremento en la expresión de UCP-1), lo que tiene un efecto termogénico. Por otro lado, la irisina puede sobrerregular la expresión de BDNF en algunas áreas del cerebro (área ventral tegmental –VTA-, hipocampo, etc.), lo que conduce a la activación de receptores TrkB localizados en las regiones dopaminérgicas de VTA, aumentando la liberación de dopamina, supervivencia neuronal y plasticidad, influyendo en el aprendizaje relacionado con la recompensa y el proceso de motivación que puede subyacer la evolución y el 40

reforzamiento de conductas asociadas a la actividad física. -IL-6. Incrementa 100 veces en la circulación durante el ejercicio. A este respecto existe la paradoja: por un lado se señala que es producida y liberada en el periodo posterior al ejercicio, cuando es potenciada la acción de la insulina, pero por otro lado ha sido asociada a la obesidad y reducción de la acción de la insulina. Sin embargo, diferentes estudios revelan que tanto las fibras tipo I como las de tipo II expresan IL-6 como respuesta a la contracción, lo que exhibe sus efectos locales en el músculo (ej. a través de la activación de AMPK) y cuando es vertida a la circulación de manera periférica. Ésta actúa en la señalización de activación de AMPK y/o PI3K para incrementar el consumo de la glucosa y la oxidación grasa (producción hepática de glucosa durante el ejercicio y la lipolisis en el tejido adiposo). Por lo anterior, queda claro que para todo individuo es necesaria la actividad física; sin embargo, es común encontrar diferentes motivos y dificultades para iniciar esta práctica y mantenerla con un hábito generador de disfrute y dependencia. ¿Cuándo es el mejor momento para iniciar y cuánto ejercicio tenemos que hacer? En otros tiempos, las recomendaciones en la materia sugerían que la mayoría de las personas debía llevar a cabo una actividad física intensa durante un mínimo de 20 min al día. Veinte años después, los científicos y profesionales de la salud se han dado cuenta de que este grado de actividad es excesivo para la mayor parte de las personas. Además, se ha descubierto que no necesitamos esforzarnos tanto para obtener los beneficios que el ejercicio aporta a nuestra salud.


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