Mister 7 nadia noor

Page 72

cientos de peces y otras especies marinas. Un lugar estático y, al mismo tiempo, en movimiento. Minerva estaba callada e impresionada. —Dentro de cuatro horas tengo partido, así que me preparan un plato especial de proteínas con algunos hidratos de carbono bajos en grasa. Ya están avisados. ¿A ti qué te apetece comer? —le preguntó él con interés. —La verdad, no lo sé. En la carta hay muchos platos a base de pescado, pero creo que en este ambiente me sentiría culpable por comer pescado. Si no te importa, tomaré lo mismo que tú. Es mi manera de confraternizar contigo —dijo ella, sonriendo. —No me lo puedo creer. Vienes a un restaurante donde puedes elegir maravillas y eliges mi plato. Suena saludable, pero no es muy sabroso, te aviso. —No pasa nada. Será interesante saber cómo es la dieta de un deportista. Marisco puedo comer en cualquier otra parte, pero tu plato especial, no —insistió ella. Un camarero extrañado tomó una simple nota: «plato especial mesa cinco por encargo, dos raciones, agua sin gas natural y una ensalada de temporada con granada, nueces y canónigos». —De verdad que me siento mal —se quejó él —. Tómate por lo menos una copa de vino, un aperitivo, ¡algo! A los aficionados se les permite ir de cualquier manera al estadio. —Y añadió con un guiño—: Menos quedarte dormida, puedes hacer lo que te plazca. —Si prefieres comer conmigo antes de un partido importante, pues yo sufro contigo —dijo ella, divertida—. Será mi humilde aportación a la victoria de hoy. Y no me voy a quedar dormida a no ser que juegues muy mal, claro. —Ella le devolvió el guiño y él no pudo evitar soltar una carcajada. El plato especial no era muy apetecible: arroz en su punto y carne seca casi sin aceite; pero la ensalada estaba buenísima y lo compensaba. —Dime qué se hace antes de un partido. Qué haces tú y qué tendría que hacer yo — preguntó ella, mientras se tomaba un delicioso helado de vainilla salpicado por pepitas de chocolate negro. —A las cinco yo tengo que estar en Mestalla, toca calentar y encender motores. Normalmente, los acompañantes acuden a la hora de inicio, que es a las siete, pero si quieres puedes venir conmigo a la misma hora. Hay habilitada una sala VIP para nuestros acompañantes; casi siempre hay alguien. Si no, puedes acudir después a las siete, le puedo pedir a Cristina que te acompañe. —No será necesario. Y cuando finalice el partido, ¿cómo nos encontraremos? — quiso saber ella.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.