14.7. La macairodoncia es el desarrollo desproporcionado de los caninos, con los que, algunos mamíferos cazadores, probablemente ultimaban a sus presas. Thylacosmilus es conocido como el “tigre diente de sable marsupial” y, por supuesto, está más cerca de un canguro o una comadreja que de un tigre. Smilodon, en tanto, el verdadero “tigre de dientes de sable”, sí es un placentario carnívoro (proveniente de Norteamérica) relacionado a cierta distancia con los leones y tigres. Ambos dientes de sable habitaron las pampas en épocas distintas. Entre sus muchas diferencias destacan la proyección inferior de la mandíbula de Thylacosmilus –ausente en Smilodon– cuya utilidad suponemos, era la protección de sus afilados pero delgados colmillos. males de África apenas sirve de referencia, pues los toxodontes nada tenían que ver con hipopótamos ni rinocerontes. Se trata de convergencias evolutivas superficiales en un linaje aislado en Sudamérica. Seguramente, Toxodon era depredado por Smilodon, el tigre de “dientes de sable”, un inmigrante de la fauna del norte que pasó a Sudamérica hace menos de 2 Ma. Smilodon, de tamaño similar al de un león, difiere en que los miembros posteriores son más pequeños que los anteriores y el cuello es más largo. Un carácter distintivo son los dientes caninos superiores hipertrofiados (macairodoncia)
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que, complementados con fuertes músculos del cuello, le permitían lanzar la cabeza hacia abajo. La forma del hueso hioides que sostiene la lengua sugiere que podía rugir como el león (Fig. 14.7). Una simulación computarizada realizada en el año 2007 mostró, inesperadamente, que la mordedura de Smilodon era relativamente débil, debido a que los músculos que cerraban la mandíbula contra el cráneo eran más débiles (un tercio) que en el león actual (Panthera leo). Así, un tigre dientes de sable no era capaz de soportar una presa que se debatiera demasiado. Es más probable que derribaran a las