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Reconexión y despertar del ADN
Por María Elena Zenteno.
El ser humano es en sí una creación maravillosa que cuenta con una internet biológica que conocemos como ADN (ácido desoxirribonucleico). Cuando los científicos comenzaron a descubrir el mundo de la genética, entendieron el 10 % de su utilidad y el resto (90 %) se consideró sin función para el cuerpo humano. Sin embargo, este hecho fue motivo de cuestionamiento, ya que algunos científicos no creyeron que el cuerpo físico aportara elementos que no fueran útiles.
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De esta manera, personas como el biofísico ruso y biólogo molecular Pjotr Garjajev, y sus colegas, se dieron a la tarea de investigar ese 90 % restante. Y los resultados presentados fueron fantásticos. Ellos expusieron fenómenos tales como: la clarividencia, la intuición, el acto espontáneo y remoto de sanación, la auto-sanación y la influencia de la mente en los patrones del clima y mucho más.
Últimamente, el aumento del viento solar está afectando a nuestro ADN. Según la doctora en fisiología y naturopatía, Berrenda Fox, ha estado mutando esta biomolécula desde hace 5 a 10 años por la cantidad de luz solar que hemos estado presenciando. A mayor cantidad de luz, mayor desintoxicación ocurre en nuestro organismo, afectando al genoma.
De esta manera nuestro ADN podría estar cambiando hacia 12 hebras, en vez de dos, lo cual nos estaría llevando al siguiente nivel evolutivo, donde podremos recibir aún más luz y ser personas más telepáticas.
Estudios llevados a cabo en la Universidad de Marburgo de Alemania, por el físico alemán Fritz-Albert Popp, encontraron ADN de cuatro hebras en células humanas. Las extrañas estructuras son llamadas G-quadruplex porque se forman en regiones de ADN que están llenas de guanina, uno de los cuatro bloques de construcción de la molécula de ADN, con los otros, siendo: adenina, citosina, y timina.
“El estudio mostró que, si un inhibidor es utilizado para bloquear la replicación del ADN, los niveles de quadruplex bajan – demostrando que la idea de que el ADN es dinámico, con estructuras constantemente siendo formadas y des-formadas” – explica Fritz-Albert.
Esto podría llevarnos a sumar la consciencia personal con la consciencia del universo. Es decir, ir equilibrando mente y corazón con la naturaleza.
Recordemos que el cuerpo, no tiene la capacidad de pensar demasiado. Sólo la mente lo hace. Por lo que, ante este cambio, podríamos apoyarnos en estar más en contacto con el medio ambiente. Por ejemplo, caminar descalzo sobre el pasto o tierra, mientras se presta atención a los pies. De esta manera, uno puede centrarse en la energía de la tierra fluyendo a través de uno. Otro ejemplo, podría ser, oler algunos aceites esenciales para relajar la mente. Entre más atención recibe el cuerpo, menos recibe la mente, que finalmente la cargamos con miles de pensamientos.
Esta energía estabilizadora es importante ante la intensificación solar. Y se conoce como alineación: una sinergia de mente, cuerpo y alma. Una reconexión y despertar del ADN.
Namasté

María Elena Zenteno
Coordinadora de Casa Paz
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