
4 minute read
La Capital del Jazz NUEVA ORLEANS
Por Diana Urbina.
Considerada una de las ciudades más interesantes de Estados Unidos de Norteamérica, Nueva Orleans es una combinación de historia, tradición, fiesta y un estilo muy pintoresco, construido gracias a la fusión de las culturas caribeña, española, francesa y africana, que dan como resultado, una brillante explosión de sabores, emociones y sonidos, que deleitan a todos nuestros sentidos.
Advertisement
Independientemente de la fecha en la que visitemos esta gran ciudad en el estado de Luisiana, podremos disfrutar de diversión, música en vivo, historias de terror y una cocina de nivel mundial. Si queremos ver aún más el esplendor de su fiesta, debemos de programarnos para viajar entre los meses de febrero a mayo, cuando su famoso carnaval, Mardi Gras, se apropia de las calles y la ciudad no duerme, pues los desfiles, la música y gente divirtiéndose te llaman para vivir el momento y olvidarte de todo lo demás. Además, las decoraciones de colores colgando de todos los edificios, los collares y las máscaras, te dan una visión muy diferente de New Orleans.
Para poder disfrutar con mayor libertad toda la emoción, debemos visitar el Barrio Francés, aunque, originalmente, fue edificado por españoles; pero eso realmente no le importa a quienes viven y visitan este sector de la ciudad, pues lo más importante es la algarabía, la música de jazz en cada esquina, los bares con shows especiales y la increíble arquitectura de cada uno de los edificios. Bien nos podemos perder todo un día en esta parte de la ciudad, pero debemos poner prioridades y saber a qué hora del día es bueno visitar cada tramo. Nuestra primera parada sin duda será el French Market, un mercado local lleno de las más increíbles delicias gastronómicas a precios muy considerables, aquí podemos desayunar algo ligero como un icónico beignet en el tradicional Café du Monde y comenzar el día con la energía completamente llena.
Nuestro siguiente punto de reunión en el Barrio Francés es la calle Jackson, originalmente conocida como Place d’Armes, es uno de los lugares con más historia en la ciudad. La zona está bordeada de edificios históricos, como el Cabildo, donde se firmó la compra de Luisiana en 1803; también tenemos la Catedral de San Luis, la basílica más antigua de América del Norte, con una fachada colonial española completamente blanca con sus tres agujas, su interior es igualmente asombroso y, gracias a sus constantes restauraciones, aún es posible asistir a las misas que imparten todos los días. Otro de los distintivos de Jackson Square es la estatua del séptimo presidente de EE. UU., Andrew Jackson, quien fue considerado un héroe con voluntad de hierro. Actualmente, los artistas locales usan la plaza de la calle para poner sus exhibiciones de pinturas y permitir a los visitantes comprar recuerdos para llevar a casa.


Ubicado en la periferia del barrio francés, muy cerca de la Catedral de San Luis, está el Parque Louis Armstrong, un encantador refugio de 130, 000 metros cuadrados, lleno de hermosas colinas cubiertas de pasto verde, lagunas, auditorios y recorridos de jazz. Este parque fue el primer lugar donde los esclavos afroamericanos llegaban a sociabilizar y hacer música en el siglo XVII, hoy en día, esas zonas de reunión sirven como puntos de encuentro para seguir creando música, conciertos al aire libe y recorridos llenos de música e historia.

Regresando un poco al centro de este vecindario, llegamos a la Royal Street, la segunda calle más importante del barrio francés. Esta calle es conocida por sus galerías de arte, restaurantes, tiendas de curiosidades y por la tenebrosa LaLaurie House, una propiedad privada, que muchos aseguran, está plagada de fantasmas y un pasado espantoso que involucra tortura y actos de brutalidad; la casa es una parada regular en los recorridos fantasma de Nueva Orleans y atrae a visitantes que desean aprender más sobre la escalofriante historia de la propiedad. Pero, dejando por fuera todo ese misticismo y terror, la Royal Street es un paraíso para los compradores y para los amantes de la arquitectura francesa y española al observar los patios llenos de helechos y los adoquines y ladrillos que engalanan cada una de las propiedades.

A solo una cuadra de la calle real tenemos a la infame y siempre alegre Bourbon Street, sus edificios nos evocan imágenes de fiestas sin fin, bebidas de todas las formas y tamaños, clubes nocturnos, locales de música en vivo y restaurantes criollos. Podemos ver dos caras completamente diferentes de esta calle si la visitamos de día o de noche; en el día podemos hacer recorridos literarios, musicales, patrimoniales y de vudú; mientras que en la noche encontramos música en cada esquina, puestos de magia y una gran cantidad de personas dispuestas a tener la máxima expresión de libertad en alguno de los bares nocturnos.
Entre todo este bullicio, también podemos disfrutar de recorridos más culturales y tranquilos, como el que nos ofrece el Garden District, un pintoresco vecindario de las mejores mansiones sureñas de plantación, cuenta con entradas envolventes, terrazas y jardines bien cuidados donde siempre podremos ver algo floreciendo. Un recorrido a pie por el distrito de los Jardines nos revela lugares destacados como el histórico cementerio Lafayette No.1, el más antiguo de Nueva Orleans, construido en 1833 y lleno de historias de fantasmas y tumbas de notables residentes de la ciudad. También podremos ver las famosas casas anteriores a la guerra y las selectas tiendas y restaurantes de la calle Magazine. Para aquellos aficionados a las películas, se ofrece un recorrido encantado donde nos señalan las propiedades que sirvieron como locación para películas como “Entrevista con el Vampiro”, “Drácula 2000” e “Historia de Horror Americana: Coven”.
Otra de las grandes joyas que se ocultan en Nueva Orleans es, sin duda, su recorrido por el río Misisipi. Una de las más emblemáticas experiencias es navegar por el río a bordo de un barco fluvial con ruedas de paletas y música de jazz en todo el recorrido. Una gran hora para subirse a esta embarcación es la hora de la cena, pues las luces de la ciudad nos acompañaran todo el camino, y la música de la calle se mezclará con la del barco, así que la experiencia será aún más placentera. Además, si nos sentimos un poco aventureros, podemos tomar los botes que van a los pantanos, donde veremos la gran variedad de vida silvestre de la región, entre ello hay caimanes, mapaches, serpientes, tortugas y una gran variedad de aves nativas.
Sin lugar a dudas, Nueva Orleans es la cumbre de la diversión, el misterio, el jazz y la buena vida. Cualquiera que visite esta mágica ciudad podrá encontrar algo que lo invite a regresar, ya sea por el clásico Gumbo o por el simple hecho de poder disfrutar de la fiesta todo el día, o por la historia que envuelve a la ciudad; cualquiera que sea la razón, la capital del jazz es un destino clásico en la lista de cualquier viajero.




