FENIX 25

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Viene de la Pag. 04

H. Antonio

PalomoLamarca

Especial para Fenix

Minnesota EE.UU.

agrede. La encíclica con nombre Traditi Humilitati comienza, por supuesto, ensalzando a Cristo y alabando a aquellos que siguen a Cristo—pero en el sentido Católico pre-escrito y preaprobado por la Iglesia. Una vez más surge la metáfora del pastor que desea guardar sus ovejas—siendo el supino pastor el Papa y las ovejas los fieles. Por supuesto, Nietzsche, ya analizó muy cabalmente esta psicología donde el débil sigue al líder. Y la conclusión es muy clara: la ignorancia. Pius VIII fundamenta su trsiteza en el hecho de aquellos que atacan a Seguidamente, en 1751 el Papa Benedicto XIV lanza la fe Católica; esta gente son pecadores—nos dice—y herejes y sofistas. Además de esto, los otra serie de imprecaiones acusa de pensar que aquellos bajo la titulación de “bula” en que siguen la fe Católica son contra de los Francmasones. estúpidos—cuando en realidad La encíclica fue llamada Proviesto no ha sido, ni es, ni fue das Romanorum. Aquí se alaasí. Pius VIII llama esto: ba al anterior Pontífice por su “monstruosa impiedad.” Setenida en cuenta contra la Maguidamente se queja de las sonería. Una vez más se estreinterpretaciones que se hacen san los mismos nombres ya y que no son aceptadas ni mencionados, su modo de seaprobadas por la Iglesia—entre cretismo y sus congregaciones. ellas la propia simbología que Ahora se le considera una adscribe la Francmasonería. “sociedad herética,” por suAhora la Masonería pasa a ser puesto en oposición al espíritu una “secta” que procede a Cristiano e incorrecta en su tener “maquinaciones” contra modo de comprender a Dios. la Iglesia—otra barbaridad de Se añade que la Francmasonería es perniciosa para la Iglesia John Coustos (1703-1746), Francmason torturado en va- tantas que pueden decirse. Decide llamar “pestilentes” a y “la pureza” de las doctrinas rias ocasiones por la Inquisición de Portugal. los libros de “los herejes,” y Católicas. El siguiente apedreamiento nos viene en 1821 de poseyendo tales libros la misma maldad que “el cáncer.” mano del Papa Pius VII, una bula con el nombre de Ecclesiam Finalmente, Pius VIII pide ayuda en una plegaria a la Vírgen a Jesu Cristo. Pius VII critica la Masonería por su universali- María para poder combatir a estos herejes. Emperor, no dad e indiferencia en materias de religión Cristiana— habiendo estado conforme con toda esta sarta de insultos y especialmente en cuanto al Católicismo. Se queja el Pontífi- mal-entendidos, Pius VIII, a diferencia de los anteriores Pace de que los Masones no poseen un credo estrictamente pas, decide en 1830 lanzar otra bula contra la Masonería. El Cristiano ya que admiten al cualquier que posea una otra título: Litteris Altero Abhinc. Se condena de nuevo las intrereligión. Se critica, igualmente, los ceremoniales Masones al pretaciones bíblicas no aprobadas y las sociedades secreverlos como una especie de teatro en contra de la Pasión de tas—especialmente la Francmasonería. Pero se centraliza Cristo—por lo que el Papa dice que los Masones ha instituido ahora, en un nuevo barbarismo: el hecho de que si una persona siendo Católica se casa con otra persona que no lo es— su propio ceremonial referente a los Sacramentos. En 1826 el nuevo Papa, Leo XII, lanza otra serie de en referencia a un Masón, por ejemplo—evidentemente esa sandeces contra los Masones. La bula se le llama: Quo Gra- persona deja de ser Católica y por lo tanto esta condenada y viora. Esta es una especie de resumen de las anteriores bu- actualmente en contra de la fe aceptada y aprobada por la las, donde se toma como modelo los Papas que han conde- Iglesia. Eso fue lo que se denominó “el problema de los manado la Masonería, y se añade, por otra parte, los distados trimonies cruzados.” papales de este nuevo Pontífice—dictados que no son sino un (1) Literalmente: “Hijos Obstructores.” comentario pseudo-teológico a las pasadas encíclicas. Continuara la Próxima Edición Corre el año de 1829 cuando Pius VIII escribe su bula en contra de la Francmasonería—una vez más la Iglesia PAG. 07 Como se ve, la lista pudiere ser interminable. Desde 1738 la Iglesia ha estado lanzando edictos en contra de la Francmasonería. Ese mismo año se lanzó la encíclica llamada In Eminenti, bajo la tutela del Papa Clemente XII. El Papa dice que se llama a los Masones bajo dos nombres: liberi muratori (1) y franc macons. Según él esta “sociedad” o “conventículo” es perniciosa para el estado del alma de los fieles, por lo cual él mismo condena y prohibe tal “sociedad.”


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