El Papel Latinoamerica - Edición 70

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El craquelado también llama siempre la atención y es sencillo de obtener. Después de preparar la madera con tapa poros se aplica el acrílico deseado. Luego se extiende uniformemente el látex craquelador para luego aplicarle color. Cuando como producto de este tratamiento se empieza a cuartear la superficie y comenzamos a ver el color de fondo, se puede decorar con óleos o pinturas acrílicas o bien dar una pátina.

Si decidimos usar la técnica de la esponja, para aplicar la pintura con ella dando golpecitos, tenemos que preparar previamente la superficie dejándola con la suavidad adecuada, aplicar pintura plástica blanda, lijar suavemente y finalmente aplicar la pintura con la esponja la que contrastará con el fondo. También se pueden aplicar detalles con una brocha plana. El barniz puede ser el paso final. En la práctica no hay límites, y conociendo las técnicas básicas se pueden usar objetos tan cotidianos como un peine, para obtener efectos especiales. Las técnicas que hemos descrito rápidamente, a modo de ejemplo, nos permiten visualizar la cantidad y variedad de productos, particularmente amplia usando este material como base. De la madera a la cerámica, tela, plástico o cualquier otra superficie

Para la cerámica, aplican gran parte de lo expuesto, particularmente lo que está en relación con la disponibilidad de pinturas y tintes, aunque tiende a predominar el esmalte acrílico. Respetando la superficie, que puede ser más o menos suave, debe procurarse que esté seca y libre de cualquier residuo. El diseño se puede trasladar a la cerámica con papel transfer o también mediante la utilización de plantillas y pintar con pincel, el que nos permite lograr diferentes efectos. Podemos finalmente fijar la pintura aplicando calor.

En tela, de manera similar a como hacemos en otros soportes, cuidamos que la superficie esté limpia, seca y sin arrugas o imperfecciones. Esto vale para una multitud de objetos que van desde prendas de vestir hasta cuadros o zapatos. La superficie de tela, utilizada en grandes obras desde hace siglos, permite dibujar directamente sobre ella, sin objeción a que podamos utilizar plantillas u otros utensilios como sellos, con los que podemos aplicar diferentes diseños. La elección de la pintura está simplificada por el hecho de que existen pinturas especiales para telas. En el caso de los sellos, esta deber ser más espesa. Es clave permitir el secado adecuado.

Si nos familiarizamos con la madera, con la que están hechos un sinnúmero de objetos, incluyendo parte importante de nuestro mobiliario, podremos abordar cualquier otra superficie sólo atendiendo su especificidad. Debiera quedar claro que se puede comenzar con cualquier material, sólo escogimos la madera en este ejemplo por su ubicuidad.

Dejamos para el final una superficie que es tan abundante como compleja cuando de pintura se trata: el plástico. Estamos rodeados por innumerables objetos de este material y no es raro que se nos ocurra alguna idea para transformar, por ejemplo, un simple cubo de basura. El problema del plástico es su falta de porosidad, lo que dificulta la adhesión de la pintura. La regla de oro en este

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