Revista Toro Colombia Nº3

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1 REVISTA TORO



CONTENIDO feria de otoño madrid

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luis bolívar renueva crédito en madrid

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paispamba un sueño en la altura

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medellín y su apuesta taurina

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la santamaría clama libertad

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victorino martín el alquimista

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cayetano apuesta ganada

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recordando a nito ortega

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feria de cali 2017 la número 60

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el toreo besa tu nombre, manizales

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un ganadero para la memoria

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IVÁN FANDIÑO HISTORIA DE UN HOMBRE LIBRE

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enrique ponce lleva tiempo ser joven

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cañaveralejo una pasión de 60 años

42 EL VERANO DE PERERA Revista Toro

60 guillermo valencia

de niño torero a matador

Edición 03 Diciembre 2017 Foto portada: Rodrigo Urrego

Fotografía Rodrigo Urrego Bautista Diego Caballero David Osorio Giraldo

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Director(s) Rodrigo Urrego Bautista @rodriurrego Diego Caballero @puertagrandecol Alejandro Vargas Rodríguez @allejocali

Editor Alejandro Vargas Rodríguez

joaquín galdos el nuevo inca en el imperio roca rey

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COLOMBIA, SUBALTERNOS DE TALLA MUNDÍAL

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TOROS PARA TODOS LA NUEVA APUESTA DE CAÑAVERALEJO

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Columnistas David Jaramillo @DavidJara6t6 José Miguel Arruego Nicolás Sampedro Arrubla @nicosampedro José Guillermo Cardona Palacino @cauchitojr Oscar Hernan Correa Tómas Mondragon @TOMMONDRAGON Juan Guillermo Palacio Carolina Baquero @CaroBaqueroH Magaly Zapata @magalyzapata María Fernanda González Valencia. Karen Zuñiga Gaez @kzunigaez Rodrigo Urrego Bautista @rodriurrego Diego Caballero @puertagrandecol Alejandro Vargas Rodríguez @aaallejocali

MANIZALES, UNA FERIA CON ARGUMENTOS DAMASÓ GONZÁLES EJEMPLO DE VERGüENZA TORERA

la escuela resiste

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Publicidad Alejandro Vargas Rodríguez revistatoropublicidad@gmail.com Arte y diagramación bppublicidad.net Impresión Imprenta departamental IMPRETIC’S www.impretics.gov.co ISSN: 2539-2395 Publicación Semestral

Revista toro es una publicación semestral alianza informativa de puertagrande.net y clarín taurino.



ENRIQUE

PONCE

Lleva tiempo ser joven Por JOSÉ MIGUEL ARRUEGO ‘Llevamos varios años retirándolo. De manera inconsciente, sí, pero no hay entrevista o reportaje en el que no resumamos su carrera y hagamos una especie de repaso de su trayectoria. Como si se estuviera despidiendo. Durante quince años. Y mientras, él, comiéndose los años con su toreo. Los suyos y los del propio toreo. Lleva tiempo llegar a ser joven, decía Picasso. Ponce lleva 45 de edad y 27 de alternativa intentándolo. Y apenas ha estrenado la pubertad’.

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Esta entradilla, que encabezó la crónica de mundotoro del pasado 2 de junio, después de su última Puerta Grande en Las Ventas, sirve también para definir la temporada 2017 de un torero irrepetible. Por eso sería de osados hablar de la misma como un resumen de su carrera, de sus salidas en hombros en Madrid o Bilbao como un reconocimiento a su longeva trayectoria, del acontecimiento de Málaga como una compilación de su tauromaquia. Porque hace diez años hubiéramos escrito lo mismo. Hablemos pues de su crecimiento como torero, de su afán de superación, de su incansable afición, de su inagotable talento y de su torería imperecedera. Y afirmemos, con estos datos en la mano, que lo mejor de Ponce, aún está por llegar.

bamos en pesetas, cuando los móviles no existían, cuando Raúl aún era del Atleti y Ponce ya era muy grande.

Su tauromaquia tiene un amplio contenido técnico, pero su modo de interpretar, su puesta en escena, su interacción con el toro y el público la oculta. Ese es el mayor logro de un torero y la mayor virtud de este ‘barbilampiño’: Conseguir que desde el tendido sólo se vea plasticidad, armonía y ritmo. Cadencia, naturalidad y abandono. Poder sin enseñar los tirantes. Algunos, los que aseguraban disfrutar más de su maestría cuando le correspondían los toros más complicados, dirán ahora que su poderío ya no es el que era. ¿Y?. Su currículum tiene hojas de más en lo referente a gestas, gestos y alardes, y su autoridad y mando es sólo uno de los registros de un concepto mucho más rico y mucho más vasto que todo eso.

Almería, Linares, Palencia, Ciudad Real, Murcia, Valladolid, Salamanca, Nîmes... y por encima de todo Bilbao y Málaga, los dos grandes puertos estivales en los que este torero lleva más de cinco lustros dando la cara. En el Botxo desorejó a un toro de Victoriano del Río después de otra hazaña para la que se agotan los epítetos. Porque hemos contado tantas veces a Ponce que parece que ya no hay calificativos para definir sus hazañas sin resultar redundante. Pero mientras echas mano de ingenio, y del diccionario, él sigue cuajando toros y dictando lecciones.

Madrid, que lo encumbró de novillero tras su inolvidable presentación a finales de la temporada de 1988, que lo proclamó primera figura en la Beneficencia de 1992, y cuatro años después, a pesar de la hazaña de Joselito en su encerrona Goyesca, le reconoció amo y señor del toreo cuando le vieron inmortalizar a ‘Lironcito’, volvió este año a rugir como lo hizo en la infancia de este torero, cuando los toros de Samuel, cuando los de Atanasio... cuando contá6 REVISTA TORO

Con la corrida de más aparato de todo San Isidro y sin matadores de peso y renombre a su vera con los que compartir el peso del cartel, Ponce primero se encargó él solito de poner el ‘no hay billetes’, y luego de cuajar a dos mastodontes de Domingo Hernández, que rompieron, dicho sea de paso, todas las teorías que relacionan hechuras y bravura. Su exhibición primaveral en Las Ventas dio paso a un verano portentoso, que hizo de lo excepcional algo cotidiano. Porque el de Chiva dibujó, casi a diario, faenas con las que otros justifican una temporada.

La corrida de Victoriano del Río en Vista Alegre fue exigente de verdad. Sobre todo, por lo imprevisible de su comportamiento: ahora embisto, ahora me freno, ahora derroto, ahora repongo. Por eso tuvo tanta importancia el derroche del genio de Chiva en el cuarto. Porque además de domarlo, sacó la caja de pinturas para poner su nombre a una tarde de la que fue dueño y señor. Como de la Aste Nagusia, Como de Bilbao. Porque Bilbao (con permiso de Ordóñez y de Capea) es más de Ponce que de nadie. Una semana antes había indultado a ‘Jaraiz’ en La Malagueta, en un espectáculo ideado por él, denominado ‘Crisol’,

en el que se funden varias vertientes artísticas y el flamenco, por ejemplo, se da la mano con la filarmónica. La realidad superó al sueño de Enrique Ponce. Y su encuentro con el toro de Juan Pedro será recordado por la historia. Artísticamente, fue su mejor faena de este año inolvidable, pero es que la obra se sitúa entre las más destacadas de su hoja de vida. Y allí hay unas pocas. Ponce y ‘Jaraiz’ fue el toreo fundido. Fueron las lágrimas que cayeron en la mejilla de aquella niña o el sombrero de ala ancha que voló a la arena desde el tendido. Fue todo el toreo. La conjunción de los suavesmovimientos del hombre vestido de luces, el vuelo flotante de la tela roja, la cadenciosa embestida del toro y la voz de Estrella Morente crearon una atmósfera inigualable. El estreno de Crisol fue el marco para una obra eterna. Hubo otras tardes grandes. Con menos resonancia por el fallo con el acero, por la decisión de un (mal) presidente, por la tardanza de un toro en doblar... tardes que fueron y son mucho más de lo que dice la fría estadística, de lo que cuenta una simple ficha. ¿Ejemplos? Sevilla por San Miguel y Zaragoza, en El Pilar. Su actuación en La Maestranza estuvo al nivel de su alarde con un indómito astado de Zalduendo hace más de una década y seguramente superó la tarde en la que abrió por única vez (hasta el momento) la Puerta del Príncipe. En La Misericordia maña, la afición aragonesa disfrutó con esos últimos resortes incorporados a su tauromaquia, como ese natural citando con la punta del envés de la muleta, que en homenaje a su tierra ha dado en llamar ‘Chivana’, o esos remates con el estaquillador tomado a muñeca cambiada, para concluir con su célebre poncina. Ambas capitales fueron privilegiados testigos de la exhibición de un joven de Chiva, que volvió a poner en pie a los aficionados como lleva haciendo los últimos 30 años. Feliz adolescencia maestro.



Joaquín Bernadó, Gregorio Sánchez y Joselillo de Colombia en el paseíllo inaugural de Cañaveralejo.

Cañaveralejo UNA PASIÓN DE 60 AÑOS Dice el pasodoble que la de Cañaveralejo es la plaza más postinera, y el tiempo le ha dado la razón. Por el dorado ruedo de la sultana del Valle han desfilado las más importantes figuras del toreo mundial, pero solo unos cuantos elegidos han tenido el privilegio de llevar el título de Señor de los Cristales.

Por RODRIGO URREGO BAUTISTA.

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El sol pareció asomarse más temprano que de costumbre la mañana del sábado 28 de diciembre de 1957. En Cali, en aquel entonces una ciudad en crecimiento, se respiraba un ambiente de expectación pero también de nerviosismo. Los diarios de la ciudad, y del resto del país, dedicaban líneas en sus primeras planas para reseñar lo que sería uno de los acontecimientos del año. Ese día se inauguraba el segundo escenario monumental de los caleños, después del estadio Pascual Guerrero. En el sector de Cañaveralejo, una plaza de toros en forma de copa champañera (como desde entonces se le llamó) se levantó en un extenso descampado, y la sultana del Valle se sumaba a Bogotá, Medellín y Manizales, en tener su coso taurino de tal magnitud. A pesar de que los caleños llegaron de últimos, quisieron el primer lugar. Se atrevieron a construir la plaza más grande de Colombia, una razón más para sacar pecho. Caravanas de aficionados de todo el país viajaron hasta la capital azucarera. En aquellos años, cuando el toreo era el más popular de los espectáculos, eran miles los que querían ocupar una de las 17.000 localidades, entre otras aprovechando la temporada de vacaciones de fin de año. En la mañana todo era alboroto y ajetreo en la nueva plaza. Si en la cons-


trucción de la plaza se cuidó hasta el último detalle, la organización de la primera corrida agarró a muchos sin confesarse. La inexperiencia era total. Las boletas tuvieron que timbrarse en España, las barreras de Sombra costaban 70 pesos y las de Sol, 35; las de sombra general 15, y las de sol 10 pesos. De España también se importaron puyas, banderillas, y todo lo indispensable para la corrida de toros inaugural. Las mulillas eran entrenadas pero su terquedad hacía imposible que se aprendieran su libreto. Los caballos de picar amanecieron reacios, y parecían moverse más los caballetes de un pintor. Y hasta los señoritos de la ciudad tuvieron que ofrecerse como torileros, alguacilillos, monosabios, porteros, taquilleros, y acomodadores, pues se descuidó estos cargos en la nómina oficial. El puntillero tuvo que ser reclutado de uno de los mataderos de la ciudad, y los obreros que durante once meses trabajaron en la construcción de la plaza recibieron boletas para presenciar el primer paseíllo. Prácticamente fueron la primera peña. Y se lo pasaron de lo bueno. El comienzo Ese 28 de diciembre, día de los Santos inocentes, no había lugar para ninguna inocentada. El alcalde de Cali había expedido un decreto en el que bautizó la plaza. La llamó “Monumental”. Decreto que nadie lo cumplió. Cañaveralejo es el nombre que desde el primer día la ha hecho mundialmente célebre. También nombró a los primeros funcionarios, precisamente los miembros de la junta técnica, asesor presidencial, veterinarios, inspector de puyas, entre otros. “Comuníquese y cúmplase”, ordenaba el burgomaestre Carlos Garcés. En la tarde, el sol castigaba con dureza. Las puertas se abrieron desde las doce del mediodía y los que querían agarrar el puesto ,más cercano al ruedo tuvieron que pasar las de Moisés en el desierto sudando la gota gorda, hasta que a las 3:30 p.m. (horario más bogotano que caleño)Sonaron por primera vez clarines y timbales a la ribera del río Cañaveralejo. El primero de tantos llenos. La banda de músicos estrenó sus partituras, el cerrojo de la puerta de cuadrillas se corrió, y por allí salieron, montera en mano, Joselillo de Colombia, y los españoles Joaquín Bernadó y Gregorio Sánchez. Comenzaba una apasionante historia que ya va por sus primeros 60 años. Se lidiaron toros de Clara Sierra. Resoplón pasó a la historia por ser el primero en salir al ruedo. Pero como si se hubiera confabulado con sus hermanos en los toriles, se encargó de aguar la fiesta. La inocentada no falló. Aquella tarde que parecía inolvidable, solo se salvó con las botas y las canecas que se consumie9 REVISTA TORO


ron en los tendidos. Así habrá sido la cosa que, ni en el quinto, ni en el sexto toro, se cortaron orejas. Joselillo de Colombia dio la única vuelta al ruedo, precisamente en la faena inaugural. Aquella tarde, sin embargo, partió la historia de la ciudad en dos. Desde el momento en que se inauguró la plaza, también se dio inicio a la feria de la Caña, o la feria de Cali, mundialmente famosa por la fiesta, la salsa, y por las mujeres más bellas, las de Cali. Todo giraba alrededor de los toros, entre otras porque en esas épocas el América y el Cali eran los que apagaban la feria (años después la cosa cambiaría). Bien lo sentenció años después el compositor Nino Caicedo (Guayacán), “de día en la plaza, corrida de toros, de noche casetas, sin hembras ni modo”. Así es Cali durante sus días más alegres. Desde entonces, feria sin toros no es feria de Cali. La primera temporada tuvo cinco corridas, y también actuaron Manolo Zúñiga, Juan Antonio Romero que cortó las primeras dos orejas, en la segunda tarde, y Chamaco. La primera gran apoteosis sucedió un año después, en la segunda feria. El primero de enero de 1959, el venezolano Curro Girón salió a hombros tras cortar cuatro orejas y dos rabos a dos toros de Achury Viejo. Si la plaza no se cayó aquel día, nunca se iba a caer. El manicomio en que se convirtió Cañaveralejo fue noticia nacional. Los aficionados de Cali conocieron el significado de la palabra indulto, con toda la emoción que conllevan esas siete letras, hasta la cuarta temporada. El 27 de diciembre de 1960, Gregorio Sánchez le perdonó la vida a un bravo toro de la ganadería española Samuel Flórez. Actuó junto a Luis Miguel Dominguín y Pepe Cáceres, que ya era considerado el máximo ídolo del toreo nacional. Precisamente, Gregorio Sánchez se llevó el trofeo Señor de los Cristales. Un año después, en la quinta temporada (1961/1962) Joselillo de Colombia hizo respetar la casa y conquistó por primera vez para Colombia este trofeo, uno de los más codiciados en el planeta taurino. Su faena a un toro de Las Mercedes al que le cortó dos orejas fue valorada por encima de las de figuras como Pedrés, Chamaco, Gregorio Sánchez, José María Clavel y El Viti. Diego Puerta (el famoso Diego Valor) debutó en 1962 y su valor cautivó tanto a Cali que se llevó el trofeo de la sexta temporada, en la que también debutó Paco Camino, Mondeño, Andrés Vásquez, y en la que el representante colombiano fue Óscar Cruz, que no solo fue el primero en recibir la alternativa en 10 REVISTA TORO

Cali, también el primer torero herido en Cañaveralejo. Y si de apoteosis se trata, la tarde del 28 de diciembre de 1963 entró a la historia. Pedrés, Diego Puerta, El Viti y Vicente Fernández El Caracol, cuatro toeros, tuvieron que dar la vuelta al ruedo juntos, con el ganadero Abraham Domínguez Vásquez. Fotos que ya no se ven. Fue el año en que debutó Manuel Benítez El Cordóbés, que en su primer paseíllo salió a hombros. Pero sería El Viti el encargado de recoger el Señor de los Cristales. En diciembre de 1964 Cañaveralejo se sumó a la ‘beatle manía’. Pero no la del cuarteto de Liverpool, sino la del llamado quinto beatle, Manuel Benítez El Cordobés. Salió al ruedo con las mechas desordenadas como si estuviera paseando por el barrio San Antonio o se fuera a fumar al museo la Tertulia, un sábado por la noche, y con su locura, los tendidos de la plaza terminaron embriagados. Los saltos de la rana eran proezas que hacían levantar a todos de sus asientos, y los más puristas se deleitaron con su soberbia mano izquierda. Como quien dice, hay gente pa’ todo, y el Cordobés le dio a la sombra tanto como lo que le reclamaba el sol. Cortó cuatro orejas a un encierro de Fuentelapeña en la tercera corrida de la feria 1964/1965, que ya se componía de siete corridas. Ese año El Cordobés se llamó Señor de los Cristales. El ‘hat trick’ de Camino

Paco Camino y El Viti en el patio de cuadrillas de Cañaveralejo. Entre ambos suman cinco Señor de los Cristales.

Dámaso González y Abraham Domínguez Vázquez en una de esas tardes en que Cañaveralejo tembló. El español es dueño de dos trofeos Señor de los Cristales.

Un año después, Paco Camino que había dejado de ser niño para convertirse en sabio, empezó a imponer su ley. Se ganó el Señor de los Cristales durante tres años consecutivos (1965/1966 – 1966/1967 – 1967/1968), firmando faenas inolvidables a toros de Fuentelapeña, Las Mercedes y Félix Rodríguez. Pero en 1968 vivió la otra cara de la moneda, pues el público que lo tenía de ídolo le dedicó una monumental bronca que se escuchó hasta en el cerro de las Tres Cruces. Ese año el triunfador fue un jovencísimo Francisco Rivera Paquirri que cortó tres orejas a toros de Félix Rodríguez en la última corrida de la feria, el 2 de enero de 1969. Aquella vez dio la vuelta al ruedo con su hijo, Francisco Rivera Ordóñez, quien décadas después volvería a pisar el ruedo de Cañaveralejo, pero vestido de luces. Aunque una vez tuvo que torear con jean como taleguilla, un toro se la había destrozado. Las ferias de 1969/1970 y 1970/1971 llevarían el nombre de Miguel Márquez. Cortó tres orejas al encierro de Félix Rodríguez y dos al de Aguasvivas. Así como dos orejas a un encierro de Las Mercedes. Dos años seguidos como Señor de los Cristales.

Ángel Teruel se llevó el trofeo y la feria 1976-77.

Palomo Linares fue un ídolo de Cañaveralejo. Tres Señor de los Cristales lo comprueban.


Antonio José Galán fue triunfador de la feria 1974-75

El mexicano Mariano Ramos se ganó el Señor de los Cristales de la feria 1977-78

Jorge Herrera y El Cali fueron protagonistas de la feria 1975-76. El caleño se llevó el trofeo. Ortega Cano y don Felipe Rocha a hombros tras una tarde triunfal. Feria 1988-89 en la que el español fue el dueño del trofeo.

En la decimoquinta temporada el rey volvió a ser Su Majestad (Santiago Martín) El Viti. Se llevó el trofeo gracias a una faena de dos orejas a un toro de Dosgutiérrez. Pero la tarde que entró en la historia fue la del 1 de enero de 1972, día en que se lidiaron toros mexicanos de Piedras Negras, a los que Pepe Cáceres cortó cuatro orejas, dos de ellas simbólicas tras indultar a Postinero. Palomo Linares cortó tres orejas, dos a un toro de regalo, y el mexicano Eloy Cavazos indultó a Pluma Blanca. Diez orejas y dos indultos. Ya se imaginarán la que se armó en los tendidos de Cañaveralejo. Los pasodobles se confundieron con la salsa.

Cáceres debutó como ganadero del hierro Campo Pequeño.

Palomo de regalo

En 1985, cuando ya se daban diez tardes en Cañaveralejo, José Ortega Cano se llevó el Señor de los Cristales (1984/1985). Un año después fue el debutante Emilio Oliva (1985/1986), tras cortar tres orejas a un encierro de Salento. El turno sería de Dámaso González, que se llevó su segundo trofeo oficial (1986/1987). Esa feria, sin embargo, César Rincón cuajó a Año Nuevo de Guachicono, sería el toro de su resurrección, y que marcaría esa segunda etapa de su carrera que lo llevaría hasta la cúspide de las figuras del toreo en el mundo.

Palomo Linares se hizo ídolo en Colombia, entre otras, por malacostumbrar a la afición. Fue el que patentó aquello de regalar el toro que se quedaba en los corrales, el que hizo que el público de los toros empezara a gritar “¡séptimo, séptimo!”. Palomo no se hacía de rogar. Los complacía. Cada vez que levantaba la mano se celebraba como si fuera un gol, o como cuando en un concierto el cantante vuelve después de haberse despedido.. Así consiguió su primer Señor de los Cristales (1972/1973). Un sobrero de Fuentelapeña le significó la gloria. Se reeditó la corrida triunfal de Piedras Negras con el mismo cartel, pero esta vez Cáceres, Palomo y Cavazos pasaron un mal rato, y eso que regalaron hasta dos toros sobreros. Palomo volvió a llevarse el Señor de los Cristales al año siguiente (1973/1974). Otro 28 de diciembre, pero de 1974, el español Antonio José Galán, famoso por las estocadas sin muleta, se encumbró con una faena sin espada. Indultó a Curubito de Las Mercedes y se llevó el trofeo de aquella feria (1974/1975). El 2 de enero de 1976, Enrique Calvo El Cali, que debutaba en su plaza, indultó a Calimeño de Fuentelapeña y se llevó el Señor de los Cristales (1975/1976). El 2 de enero de 1977, Ángel Teruel cortó cuatro orejas a dos toros de Ernesto Gutiérrez, faenas que le valieron el Señor de los Cristales (1976/1977). En la feria del año siguiente, un colombiano, Jaime González El Puno, indultó al toro Golpeado de Ernesto González Piedrahita (Las Mercedes), pero el trofeo fue a manos del mexicano Mariano Ramos, que indultó un toro de Tequisquiapan, ganadería azteca (1977/1978). Dámaso González, quien desde el paseíllo ya tenía la corbata desajustada, se llevó el trofeo (1978/1979) tras indultar a Golpeado de Las Mercedes, feria en la que Arturo Villa El Villano tomó la alternativa. Paquirri reconquistaría el trofeo (1979/1980), año en el que El Cali cortó cuatro orejas e indultó un toro mexicano de Javier Garfias. Pepe

Los ochenta Palomo Linares (1980/1981), Niño de la Capea (1981/1982) y Julio Robles (1982/1983 – 1983/1984) se llevaron los trofeos de las ferias sucesivas, este último en dos años consecutivos. En 1984 se concedió la tercera alternativa en la historia de la plaza. El caleño Diego Salcedo se hizo matador de manos de Palomo Linares y Tomás Campuzano. Sería la única feria en la que actuó, poco tiempo después su vida tendría un trágico final fuera de los ruedos.

Han sido varios los debutantes que se han coronado en Cañaveralejo. José Miguel Arroyo Joselito, el jovencito que había triunfado en el festival a beneficio de Armero, en Madrid, fue uno de ellos. En su presentación cortó dos orejas a un encierro de Achury Viejo que le valieron el trofeo (1987/1988). Ortega Cano lo reconquistaría un año después (1988/1989), y el sevillano Fernando Cepeda, hoy apoderado de Miguel Ángel Perera, se alzó con el último Señor de los Cristales de la década de los ochenta (1989/1990). Rincón y los años maravillosos Tuvieron que pasar 15 años para que un colombiano volviera a consagrarse. César Rincón, que había sobrevivido a una gravísima cornada en Palmira un mes antes, se coronó rey en la feria de Cali de 1990/1991. Cuatro meses después saldría a hombros de Las Ventas de Madrid. Aquel año de gloria del mejor torero colombiano de la historia, comenzó en el ruedo de Cañaveralejo. Pero a su regreso, y contra todo pronóstico, no pudo reconquistar el Señor de los Cristales, y eso que inmortalizó a un toro de Ernesto Gutiérrez Arango al que le tenía cortados los máximos trofeos, pero con el que terminó escuchando los tres avisos. Del cielo al infierno. Pese a ello el público le hizo dar dos vueltas al ruedo. Ese año fue Joselito quien 11 REVISTA TORO


César Rincón con seis Señor de los Cristales es el máximo referente de la feria.

El Juli y Luis Bolívar, dos de los últimos grandes protagonistas de la feria. El español ya suma cinco trofeos.

se llevó el trofeo (1991/1992). Pepe Manrique, sería el cuarto colombiano en tomar la alternativa en plena feria de Cali.

jas. Fue una feria trágica. El 1 de enero, el picador colombiano Carlos Borráez, a las órdenes de Javier Vásquez, falleció tras quedar aprisionado por el caballo de picar, luego de que el toro Oropel de Ambaló provocara el terrible tumbo. Dos años antes, Antonio Suárez, mozo de espadas de Pedrito de Portugal, y que estaba a una corrida de la jubilación, fue corneado mortalmente por el toro Marinero de Achury Viejo, que había saltado al callejón.

Pero Rincón tendría revancha y reconquistaría el trofeo (1992/1993) luego de cortar tres orejas a toros de Guachicono, la misma tarde en la que Ortega Cano indultó a Vencedor. José Gómez Dinastía, de Medellín, tomó la alternativa en aquella feria. Y en la feria de 1993/1994, el César de los ruedos volvería a reeditar semejante triunfo también ante toros de Guachicono. Por tercera vez recibió el Señor de los Cristales. Aquellos años 90 fueron los del esplendor de Cañaveralejo. La feria de Cali se convirtió en cita mundial del toreo, y en el único lugar del planeta donde se daban toros el último día del año viejo, y el primero del nuevo año. La corrida del 31 de diciembre los pasodobles sonaban a campanadas de media noche, y a las 6:00 el torero español interrumpía su faena para acercarse a las tablas y comer las doce uvas. Fueron esos días en los que por la puerta de los sustos salían los toros más intimidantes del país. Y por si fuera poco, todas las localidades estaban abonadas. Las interminables listas de espera por una boleta originaron una nueva temporada, la feria de luces, corridas nocturnas que se celebraban en las mismas fechas para que quienes no tenían lugar en la tarde pudieran tenerlo en la noche. Si Cañaveralejo se llenaba bajo los rayos del sol, también se llenaba a la luz de la luna y las bombillas artificiales. Si la feria de la Caña, con sus conciertos y orquestas, se silenciaba cada 30 de diciembre, los pasodobles y los olés se prolongaban hasta el 6 de enero, el puente de reyes magos. Una de las noches mágicas fue la del 29 de diciembre de 1995. Ortega Cano, que indultó a Amoroso, César Rincón y Vicente Barrera, se entretuvieron en cortar diez orejas y salieron a hombros junto a Luis Fernando Castro, ganadero de Guachicono. Esa feria (1995/1996), Rincón conquistaría su cuarto Señor de los Cristales, y Javier Conde haría llorar a la afición con la faena al toro Jaqueca de Jandilla, el cual indultó. Un año antes, en la feria 1994/1995, un jovencísimo Pedrito de Portugal estremeció los cimientos de Cañaveralejo con sus pases cambiados por la espalda. Se llevó el trofeo y se consagró ídolo de la afición. Con trece corridas, Cali era considerada la primera feria taurina de América. En la temporada 1996/ 1997, Víctor Puerto se llevó el trofeo, aunque el que arrasó en el marcador fue José Gómez Dinastía con seis ore12 REVISTA TORO

En aquellos años de esplendor, las cadenas radiales más importantes del país desplegaban un cubrimiento como si se tratara de un Mundial de Fútbol. Fueron muchos los niños y jóvenes que se aficionaron solo con oír las retransmisiones de las corridas, pues en todo el país se enteraban de lo que sucedía en el ruedo de Cañaveralejo desde por la mañana, en el sorteo, hasta por la noche, en las polémicas de los especialistas. La llama de la afición provocó el nacimiento de la escuela taurina Santiago de Cali. A la capital del Valle llegaban decenas de jóvenes de todo el país, incluso del Ecuador, con el sueño de ser torero. Los primeros en hacerlo realidad fueron Hernán Ruiz El Gino y Luis Miguel Domínguez, que se recibieron de matadores en aquella década. En diciembre de 1997 causó sensación un novillero de solo 15 años. Julián López El Juli debutó triunfando ante utreros de Juan Bernardo Caicedo, y comenzaría su historia de amor con Cañaveralejo. Aquella feria (1997/1998) fue Manuel Caballero el que se llevó el Señor de los Cristales, una temporada muy recordada por la gravísima cornada que sufrió Manuel Díaz El Cordobés por un toro de Ambaló que le perforó el cuello y asomó el pitón por la boca del diestro. James Arias, reportero gráfico de El Tiempo, inmortalizó el dramático momento y se llevó un premio tan cotizado como el Señor de los Cristales, el Simón Bolívar de periodismo a la mejor fotografía (1999). Con una nueva alternativa de otro de los diamantes de la escuela taurina, el bogotano Alejandro Gaviria, comenzó la feria 1998/1999, y con el debut de César Rincón como ganadero del hierro Las Ventas del Espíritu Santo. El Juli cortó seis orejas en el serial, pero el Señor de los Cristales sería para Enrique Ponce, tras inmortalizar a Jenízaro de Alhama, ganadería también debutante. Sin embargo, el torero de Velilla de San Antonio conquistaría el trofeo un año más tarde, gracias a que en la última corrida del siglo XX, el 31 de diciembre de 1999, cortó tres orejas al encierro español de Torrestrella. El Juli volvería a consagrarse un año después (2000/2001),


José Gómez Dinastía, gran protagonista de la feria de 2006-2007.

El caleño Paco Perlaza suma dos Señor de los Cristales logrados de manera consecutiva.

luego de indultar al toro Buboso de la ganadería El Paraíso. Dos trofeos seguidos. Víctor Puerto fue el máximo triunfador de las diez corridas de la feria 2001/2002 por cortar cuatro orejas a dos toros de Ambaló en la nocturna del 2 de enero. Un año después (2002/2003) sería el francés Sebastián Castella el que conquistaría a Cali. Se llevó el trofeo por su faena a Estupendo de Puerta de Hierro, y defendería su título en la siguiente temporada (2003/2004), cuando lo disputó en un cabeza a cabeza con el colombiano Diego González, que se llevó el trofeo a la mejor faena por su actuación con Navegante, toro de Juan Bernardo Caicedo. Era tradición que el trofeo se entregaba a la mejor faena, pero aquel año la jurisprudencia cambió, y el ganador era el de mayor número de trofeos. En esos años, Ramiro Cadena y Guerrita Chico, otros alumnos de la escuela, tomaron la alternativa. Cadena de tal forma que con tres orejas en su primera tarde se puso en la primera fila del escalafón nacional. Dueños de casa Luis Bolívar, nacido en Panamá pero tan caleño como el pandebono, el champús y la lulada, debutó tras hacerse matador en España en la temporada del 2004/2005, la misma en la que César Rincón se coronaría, por quinta vez, Señor de los Cristales. Serían años muy gloriosos para el toreo colombiano, pues las coletas nacionales no se dejaron de los españoles, y se adueñaron del Señor de los Cristales por varias temporadas. En la temporada 2005/2006, Paco Perlaza impuso sus condiciones y llevó a su vitrina el primero de sus trofeos. Ni sorpresa ni casualidad. En la siguiente temporada (2006/2007) volvería a ganárselo, tras indultar a Conejo de Salento. César Rincón se despidió definitivamente de los ruedos en diciembre de 2007 en un mano a mano con Luis Bolívar. Y como no podía ser de otra manera se llevó el Señor de los Cristales de aquella feria (2007/2008). Con seis estatuillas quedó registrado en la historia de la plaza como el más ganador. Una marca que aún nadie ha superado, aunque hay un joven maestro que le respira de cerca. Pero el adiós de Rincón no significó el final de la racha colombiana. En la feria de 2008/2009 Luis Bolívar se llevaría su primer Señor de los Cristales. En la siguiente temporada, otros dos baluartes de la Escuela taurina se harían matadores, César Manotas y José Fernando Alzate, este último cortando tres orejas ante Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera, a quienes vio marchar caminando desde los hombros de los monosabios.

Sebastían Castella con dos Señor de los Cristales ha sido protagonistas de la feria desde su debut en Cañaveralejo.

Julimanía Otro 28 de diciembre para la historia fue el de 2009. El Juli toreó más despacio que nunca ante un encierro de Ernesto González. Cuando terminó la feria nadie dudaba que se llevaría su tercer Señor de los Cristales, el de la temporada 2009/2010. La racha de El Juli continuó. El cuarto trofeo llegó en la temporada 2010/2011 en la que cortó cinco orejas en dos corridas. Dos de ellas fueron simbólicas, tras indultar a Balsero de Las Ventas del Espíritu Santo. El 31 de diciembre de 2011 en el ruedo de Cali tuvo lugar un acontecimiento histórico en el mundo. Nunca antes se había indultado un toro para rejones, pero Pablo Hermoso de Mendoza hizo el milagro. Tabacoso fue el toro de Ernesto González que se inmortalizó. También, por primera vez en la historia, un rejoneador se llevaba el Señor de los Cristales (2011/2012). No sería el único. En la temporada 2014, Diego Ventura, que también cortó dos orejas a un toro de Ernesto González, se llevó el codiciado trofeo. Fueron años en los que los toros de Ernesto González llevaban en sus embestidas las llaves de la puerta grande. Botafuego, por ejemplo, fue cómplice de Luis Bolívar en la conquista de su segundo Señor de los Cristales, en la temporada de 2012. Y Calentao, por ejemplo, fue el toro que encumbró a Miguel Ángel Perera en la temporada 2013, pues fue declarado Señor de los Cristales, la misma tarde de la alternativa de otro baluarte de la escuela, el paisa Luis Miguel Castrillón. El Juli es el torero que amenaza el cetro de Rincón en Cali. El 28 de diciembre de 2015, en mano a mano con Luis Bolívar, indultó a Rotolando de Ernesto Gutiérrez y ganó su quinto Señor de los Cristales. Por eso, tras el colombiano, es el ídolo de Cañaveralejo. El pasado 31 de diciembre, en Cali se precipitó lo más parecido al diluvio universal. Tempestad en el cielo y diluvio de orejas en el ruedo. Sebastián Castella, Luis Bolívar (que indultó a Relevista de Las Ventas del Espíritu Santo) y López Simón se repartieron seis orejas. Este último torero emocionó tanto que conquistó el trofeo. Dice el pasodoble que la de Cañaveralejo es la plaza más postinera, y el tiempo le ha dado la razón. Por el dorado ruedo de la sultana del Valle han desfilado las más importantes figuras del toreo mundial, pero solo unos cuantos elegidos han tenido el privilegio de llevar el título de Señor de los Cristales. Feliz aniversario, Cañaveralejo. 13 REVISTA TORO


LAS VENTAS – FERIA DE OTOÑO

Perera, el gran golpe de fin de temporada Por DAVID JARAMILLO

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a imposibilidad de dar conciertos en la plaza de toros de Las Ventas durante este 2017 tuvo sus consecuencias taurinas en la temporada, más allá de la inminencia de las obras de readecuación y mejora del coso, pues los planes que Simón Casas tenía para la Feria de Otoño eran distintos a los que finalmente se dieron. Esos diez festejos seguidos, durante poco más de una semana, que compondrían el ciclo que el empresario había prometido, se terminaron convirtiendo en un serial de cuatro corridas de toros y una novillada consecutivas, a los que les salió un apéndice “torista”, denominado los “Desafíos Ganaderos”, que tuvieron lugar los tres domingos previos a la feria y una corrida de rejones, esa adicional que había incluido en su propuesta para quedarse con la plaza, celebrada el sábado 23 de septiembre. Esos “Desafíos” comenzaron el domingo 10 de septiembre, con el enfrentamiento de toros de Saltillo con los santacolomas de Juan Luis Fraile, en el que embistieron mejor los saltillos del hierro cordobés, a los que el jinense José Carlos Venegas cortó una oreja a base de oficio, capacidad y entrega, mientras que el esfuerzo de Octavio Chacón se estrelló contra la imposibilidad de su lote y Pérez Mota naufragó ante un buen quinto de Fraile al que no consiguió templar. 14 REVISTA TORO

Una semana después, el turno fue para los contreras de Palha y los santacoloma del Hoyo de la Gitana, completando una corrida desigual de presentación, hechuras y juego, en los que embistió uno de cada hierro. Ambos le correspondieron a un recuperado Gómez del Pilar, que se empleó con clase, temple y muchas ganas, cosechando una vuelta al ruedo en el tercero, de la divisa portuguesa. Pero si hubo un triunfador de esta corrida fue, sin duda, Javier Cortés, que volvía a Madrid tras varios años de ausencia, a pesar de su juventud. El madrileño pechó con un lote complicado, pero su forma de estar, la sinceridad de su propuesta y el mando de su templada muleta le llevó a sacar agua de un pozo seco, haciéndose merecedor del respeto de los aficionados aún sin cortar orejas. Y poco pudo hacer Rubén Pinar, que se llevó los dos garbanzos negros de cada hierro. Igual que le pasó a Alberto Aguilar en el tercero de los “Desafíos”, que reunió a los toros de José Escolar con los de Ana Romero el 24 de septiembre, y en el que el madrileño sorteó un tercero peligroso y un sexto parado y soso. Por su parte Iván Vicente dejó ver su clase con el primero, de Palha, aunque se apagó pronto y por eso no terminó de tomar vuelo su faena, mientras que el cuarto no le dio opciones.


El triunfador de aquella tarde fue el colombiano Luis Bolívar, que volvía a Las Ventas tras más de dos años de ausencia. El caleño gustó y golpeó con fuerza con el segundo, de Ana Romero, un toro con genio que mandó a la enfermería al banderillero colombiano Gustavo García, al que alcanzó saltando la barrera y lanzó violentamente contra el burladero interior del callejón. La firmeza de Bolívar atemperó aquel ímpetu y terminó por evidenciar su escasa raza cuando le obligó, aunque le alcanzó para dibujar derechazos repletos de clase. Pero lo mejor llegó en el quinto, de José Escolar.

cierre, el ciclo continuado, que giraba en torno a la figura de Antonio Ferrera, que iba a ser doblete y que finalmente no compareció al encontrarse de baja por la cornada sufrida en Albacete, terminó siendo la gran fiesta de Miguel Ángel Perera.

El Albaserrada tuvo raza, aunque duró poco, lo suficiente para que Luis le cuajara con la mano izquierda tres series de naturales que hicieron rugir la plaza. El certero espadazo hizo salir algunos pañuelos, pero finalmente su premio fue una aclamada vuelta al ruedo.

Sobre todo, en el primero, un toro que respondió mejor cada que Perera le obligó por abajo, con poder y lentitud en el trazo. La demostración de Perera fue completa, pues al cuarto lo cuajó con el capote y a los dos los tumbó de sendos espadazos, para lograr una contundente puerta grande, mientras Juan del Álamo y López Simón, que escuchó una ovación, se fueron de vacío.

Entremedias, el sábado 23 de septiembre, tuvo lugar un mano a mano de rejones entre Sergio Galán y Leonardo Hernández, con toros de los tres hierros de El Capea, en el que ambos jinetes dieron una buena muestra de su excelente momento, destacando la pureza del conquense, aunque a ambos les fallaron los aceros, razón por la que sólo cosecharon una oreja cada uno. Pero el gran

Y tras la ausencia de Ferrera, el llamado a ser protagonista fue Paco Ureña, que terminó haciendo doblete al sustituir a Antonio el viernes 29, en la corrida de Núñez del Cuvillo. Y el murciano respondió, pero le faltó la rotundidad que sí tuvo Perera, pues, aunque cortó una oreja tras una maravillosa faena, plagada de verdad

El extremeño sencillamente bordó el toreo con contundencia ante dos buenos toros del Puerto de San Lorenzo, el sábado 30 de septiembre.

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Miguel Ángel Perera confirmó su gran final de temporada abriendo la única puerta grande del otoño madrileño.

Román logró cortar una oreja a un toro de Fuente Ymbro confirmando su buena temporada.

y entrega al buen segundo, mientras Sebastián Castella y el confirmante Luis David Adame apenas pudieron dejar ramalazos de su concepto, pecó de exagerar su gesto ante los toros de Adolfo Martín, en el mano a mano con Juan Bautista que cerró la feria. Fue el francés el que, ese domingo 1 de octubre, dejó mejores sensaciones, por la naturalidad, la sobriedad y la clase que derrochó, sin vender el esfuerzo que claramente tuvo que realizar, aunque ambos se marcharan sin trofeos.

El otro triunfador del ciclo fue un torero valenciano. Román sigue creciendo a pasos agigantados gracias a su capacidad de entrega y a esa expresión sincera y dispuesta con la que conecta fácilmente con el tendido.

El mexicano Luis David Adame confirmó su alternativa sin mayor suerte en la corrida de Núñez del Cuvillo.

La misma que le valió una oreja del segundo toro de la corrida de Fuente Ymbro, el jueves 28 de septiembre, un toro con guasa ante el que se la jugó de verdad hasta llevarse una feísima voltereta. Arriesgó también con el quinto, pero el toro no tuvo gas ni para defenderse. Como tampoco lo tuvo el lote de un enrazado Morenito de Aranda, mientras que Joselito Adame anduvo tibio con un lote que mereció más. Mientras que la novillada que abrió el serial, el miércoles 27, tuvo en el público a la mayor de las complicaciones, pues si bien los utreros de El Ventorrillo no lo pusieron fácil, los intransigentes del tendido lo pusieron todo mucho peor. Así las cosas, ni la disposición de Jesús Enrique Colombo, ni la variedad de Leo Valadez, ni el clásico corte de Carlos Ochoa, pudieron enderezar la tarde. 16 REVISTA TORO

Paco Ureña actuó dos tardes en la feria y cortó una oreja a un toro de Fuente Ymbro en la segunda de ellas.



Luis

Bolívar

Renueva crédito en Madrid

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Por DAVID JARAMILLO

asaron más de dos años para que Luis Bolívar volviera a pisar el ruedo más importante del mundo, el de Las Ventas de Madrid. Y aunque ha toreado poco de luces, el caleño demostró que tiene experiencia, argumentos y preparación de sobra para dar la cara con categoría y volver a recuperar un sitio de importancia en la temporada europea. No era una corrida fácil, pues el caleño participó en el último de los “Desafíos Ganaderos” que se celebraron en Madrid, previos a la Feria de Otoño, aunque esa fecha, la del 24 de septiembre, se incluyó en el abono de la feria. Se lidiaron toros de Ana Romero y José Escolar fueron el reto a vencer, pero dice Luis que “los años te enseñan que no hay oportunidad mala y que cada uno tiene sus circunstancias, algunas más complicadas que otras, pero eso no las hace imposibles. Lo importante es estar preparado, no escatimar en el esfuerzo y tener la cabeza clara para saber resolver. Es cierto que es difícil mantener el nivel cuando se torea poco y más en este tipo de corridas en las que los toros suelen tener un comportamiento más complejo, pero creo que la clave era estar muy fuerte, tanto física como mentalmente, para que esto me diera un margen de tranquilidad. En lo taurino, creo que ya tengo una experiencia que me puede dar un plus de seguridad, aunque el toro de Madrid siempre pesa mucho. Luego entraba la suerte, que los toros respondieran, que el viento no molestara, que la espada entrara… Afortunadamente, creo que todo salió bien”. Y sí que salió bien, pues, aunque no se cortaron orejas, Bolívar recibió la aprobación unánime de una afición que, en los últimos años, le miró con recelo. No porque lo hiciera mal, sino porque un público tan admirador del toro, a veces se pone de parte del animal cuando el torero lo luce demasiado, y en eso Luis es bastante generoso. Como pasó en el primero, el santacolomeño de Ana Romero. “Pienso que el toro en los primeros tercios vendió cosas que no era. Esa transmisión, ese disparo del comienzo —sólo en las corridas landesas he visto a un toro seguir a un hombre hasta saltar las tablas como lo hizo este con Gustavo García—, hicieron que conectara fácil con el tendido, pero todo se vino abajo porque aquello terminó siendo genio. Cuando cogí la muleta, el toro tenía cara de loco y no pensé que fuera a responder con el ritmo que lo hizo cuando le ofrecí la muleta con suavidad. Fue un toro agradecido, pero pronto perdió la chispa y pesó en la muleta por ese punto de incertidumbre que tenía en la embestida. Aun así, lo disfruté mucho porque lo toreé muy despacio”. 18 REVISTA TORO

—Hubo, Luis, un derechazo en el que desmayaste el brazo y relajaste la figura como, quizás, en Madrid no se te había visto nunca.

“Sí, mi carrera en Europa está basada en unas ganaderías cuyas características no te permiten soltar el cuerpo con frecuencia, porque los toros no se terminan de entregar al cien por cien como otro tipo de encastes, pero cuando ves que un toro va completamente metido en la muleta y sientes el toreo por dentro, el cuerpo responde a ese estímulo y sale esa expresión natural tuya, la que has trabajado de salón cada día. Ese toro me lo permitió un par de veces y es cierto que Madrid no me había visto así. Igual que con el quinto, el de José Escolar, pues llevaba mucho tiempo sin poder ejecutar naturales con esa profundidad”. Fue con ese toro de encaste Albaserrada con el que Bolívar volvió a ganarse el respeto del Foro. “Fue impresionante escuchar esos olés. Volver a sentir a Madrid me estremeció. Sabía que tenía que apostar pronto por el toro porque le vi que tenía los muletazos contados, por eso sin tantear lo esperé en los medios para torearle con la derecha, al tiempo que le tenía que poder para imponerme. Tenía que tragar para poder sacar lo bueno de su ritmo. Luego esas dos series de naturales fueron rotundas, el toro estaba fresco y le gané la acción y el sitio para que repitiera, fue importante el temple para reducir su velocidad sin que me tocara la muleta y mantener su celo. Fueron naturales muy emocionantes. Pensé que podía durar un poco más, pero le falló un poco el fondo y, cuando se vio podido, empezó a apretarme para adentro y a desentenderse”. —Se nota que has trabajado mucho la espada.

“Sí, menos mal. Afortunadamente funcionó, ejecuté la suerte con mucha rectitud y, sobre todo, muy despacio. Era lo que necesitaba para dar esa sensación de solidez, de contundencia. Pienso que eso era lo más importante de mi actuación en Madrid, demostrar que no he estado parado, que mantengo un nivel y que también hay una evolución”. Aquella tarde el caleño dio una clamorosa vuelta al ruedo de Las Ventas, pero el verdadero premio fue volver a ganar crédito ante el público más exigente de todos y dejar las puertas abiertas para su regreso a la feria de San Isidro de la próxima temporada.



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a ganadería de Enrique Álvarez se va haciendo un hueco en las ferias. Su toro de gran trapío va ganando adeptos. Hace unas cuatro temporadas los aficionados más jóvenes empezaron a recordar su nombre por toros como Bujón, lidiado en la feria de Cali de 2014 y que se llevó los premios al mejor toro. En la pasada temporada un encierro suyo se llevó los premios al mejor de la feria de Manizales donde competía desde la novillada. Entre las tres temporadas sus toros han estado en los nombres destacados que deja la feria de Cali donde ya es habitual. Pero Paismpamba no es una ganadería joven precisamente, los toros que pastan en cercanías al volcán Sotará, en el departamento del Cauca y a más de 2600 metros de altura sobre el nivel del mar entre potreros fértiles y bañados por aguas limpias donde alcanzan su esplendor, se fundó en 1978 con vacas y sementales de su amigo don Abraham Domínguez Vázquez, ganadero de Fuentelapeña. Enrique Álvarez compartió y “sufrió” los estragos que causaban en Cali los toros de don Abraham, su amigo, y de paso se ilusionó con hacerse ganadero. Antes de Bujón, el toro lidiado en la feria de Cali de 2014, Los libros de la ganadería señalan los triunfos en las plazas venezolanas. ‘Rosquero’, lidiado en 1992 en Barquisimeto, por José Antonio Valencia, y calificado por la crítica de ese país como “el toro más bravo” tiene un lugar de honor en la historia de Paispamba. ‘Jabato’, indultado en Cali, en 2003, por el colombiano Paco Perlaza y ‘Solitario’, que fue lidiado en El Tambo, en agosto de 2009, y que también se ganó el indulto en la muleta de Cristóbal Pardo, compiten en el cuadro de honor de la ganadería. Actualmente la ganadería está compuesta por 130 vacas, todas ellas procedentes de las ganaderías colombianas de Guachicono y Alhama, encaste Torrestrella. Con ese encaste, Paispamba construyó el carácter con el que se le distingue. El del toro con trapío y estructura, que admite un generoso contenido de carnes, que suele ser bravo ante el castigo de la vara, pero que en la muleta no suele ofrecer mayores dificultades, según lo define el propio ganadero. La ganadería de Enrique Álvarez va escalando peldaños que buscan llegar a todas las plazas, sin olvidar lo que busca: nobleza, recorrido y durabilidad. En ese camino está.

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PAISPAMBA Un sueño en la altura

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MEDELLÍN Y SU APUESTA TAURINA Nuevamente la empresa Cormacarena, bajo la dirección del doctor Santiago Tobón, logra confeccionar una fuerte temporada, encabezada por las máximas figuras de la torería mundial como lo son los españoles Julián López El Juli y Enrique Ponce, junto al francés Sebastián Castella quien no le ha fallado nunca a esta ciudad.

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Por TOMÁS MONDRAGÓN

ara nadie es un secreto que una de las capitales taurinas donde más complicado se ha vuelto el ejercicio de dar toros es en la ciudad de Medellín, para muchos reconforta que se vayan a poder ver también las actuaciones del peruano Andrés Roca Rey, el francés Juan Bautista Jalabert, el venezolano Jesús Enrique Colombo, línea fuerte de toreros jóvenes que vienen consolidando espacios en el escalafón taurino mundial. Los carteles han sido rematados con los toreros antioqueños Sebastian Ritter, Luis Miguel Castrillón y Juan de Castilla, con interés regional pero no excluyente, ya que el público también tendrá en los carteles la posibilidad de ver a los toreros bogotanos Pepe Manrique y Moreno Muñoz así como a los caleños Guerrita Chico y David Martínez. La afición Paisa La plaza de toros la Macarena, como todas las plazas taurinas colombianas, algún día fue un referente socio-político. Nadie se apenaba de asistir, estaba lo más granado de la sociedad y el pueblo, eran temporadas con mayor número de festejos y las asistencias numerosas. Los ataques con acciones de hecho, la persecución política, la ignorancia, la mayoría de edad de muchos aficionados, los costos y los nuevos tiempos han diezmado sensiblemente en algunas tardes la asistencia de los aficionados.

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“Históricamente la afición de Medellín ha sido fiel y leal a la fiesta. Es exigente y culta. Sin embargo en los últimos años se ha visto reducida su asistencia y sobre todo su crecimiento, por causas en general externas al espectáculo: los costos de las entradas, la ausencia de toreros nacionales con interés que motive el regionalismo, esto especialmente notorio desde el retiro de Cesar Rincón, y sería necio si negara la influencia de las actividades antitaurinas fortalecidas políticamente sobre todo en los períodos de los alcaldes Sergio Fajardo y Aníbal Gaviria”. Señala el empresario. “Hoy Medellín tiene una afición reducida. Las corridas se han vuelto muy difíciles de hacer conocer para el público. La prensa en general no las considera noticia importante y no se ha presentado una renovación en los periodistas taurinos. La publicidad en una ciudad tan grande como la nuestra, incluida su área metropolitana, es muy costosa si queremos que sea impactante. Los recursos son limitados a pesar de un pequeño resurgir de los patrocinadores en los dos años anteriores que esperamos continúe creciendo para la temporada 2018”. La crisis de la temporada taurina en Medellín El empresario se despidió, las cifras en rojo hacían que el negocio de dar toros se volviera un imposible.

“No quiero ser repetitivo, la situación de hace dos años era insostenible, la temporada 2015 dejó


unas enormes pérdidas que agotaron nuestras reservas económicas. Los carteles fueron reconocidos en el medio como los mejores de América, y aun así, las entradas no fueron suficientes. ¿El resultado? Los socios de la corporación no estaban dispuestos a poner en riesgo el capital y los recursos del San Vicente. Había que terminar”. Para muchos Medellín era la primera ciudad que perdería los toros, algunos llamados e invitaciones para que empresas taurinas del mundo plantearán alternativas, tomarán las riendas, hicieran negocio con sus toreros, pero no pasó nada. Los protagonistas dieron un paso adelante Se dio el paso al frente, había que hacer una feria ajustada, se buscó una salida desde la empresa, con ganaderos y toreros. Medellín continuaba con su tradicional feria taurina.

“Pasados los días recapacitando recurrí a los ganaderos y apoderados y les presenté una alternativa de negocio diferente, la cual costó y sigue costando mucho trabajo explicar y lograr su aceptación. Pero entendida fue aceptada. En el 2016 salimos justos y en 2017 nos fue mejor. Para la próxima, el sistema se depura y perfecciona y vamos para adelante con mucha esperanza, nuevamente con carteles inmejorables”. “Hay que agradecerles a todos, especialmente a la afición que sigue confiando en Cormacarena. A los ganaderos colombianos Carlos Barbero, Felipe Rocha, Jaime Pineda, Miguel Gutiérrez, Alberto Cediel, Juan Bernardo Caicedo y otros que por la reducción de festejos no hemos podido traer. Y en general a los toreros que con gran afición aceptan las condiciones que hoy podemos ofrecer a sus apoderados”. Los Carteles Los toros del ganadero Miguel Gutiérrez, serán lidiados por Ponce y El Juli, no es fácil tenerlos en una misma tarde. El año del torero de Chiva Enrique Ponce, tras 27 años en los ruedos, ha sido ya catalogado por muchos como el año más cumbre de su carrera, triunfar en Madrid, Bilbao y Córdoba, por señalar algunas, se queda en las estadísticas, pero es que sus faenas han dejado ver a un Ponce por encima del bien y del mal, con la entrega de afición de quererse comer el mundo y la pausa sabia de quien simplemente está soñando el toreo eterno. El Juli ha anunciado una pausa para el próximo año, torero poderoso, siempre garantía para el aficionado, siempre entre los líderes del escalafón, ídolo de muchos. Y Juan de Castilla, el antioqueño en el que recaen muchas de las esperanzas, tuvo la posibilidad de torear, de cortar las

orejas y los rabos. Dejando buenos momentos de torería. El cartel del picante con toros de Juan Bernardo Caicedo, a Castella, ya le disfrutaron en las tardes de triunfo: Sevilla, Pamplona y Madrid, un francés con más cuajo y pausa, pero con ese toreo de pellizco, que también tienen en su repertorio Andrés Roca Rey, el torero peruano que arrea como el que más a los del escalafón, a los toros y a lo que se ponga en frente, lo de Zaragoza tuvo más profundidad, con esos puntos de torería de otro nivel y el antiqueño Sebastían Ritter, estuvo en Madrid, que pocos pueden decirlo, vive en torero en España y ya es hora de verle nuevamente en su tierra, mostrando su evolución. De otro sabor, de mucha actualidad el momento de Juan Bautista, pausado y profundo, se le vio triunfador en Francia y España, ya estuvo frente a los de Santa Barbará y sabe conquistar al público paisa. Luis Miguel Castrillón, toreando en México y en la provincia Colombiana, es clásico y ortodoxo, unas de los toreros colombianos que genera mayor expectativa. Y una corrida oportunidades, tanto para toreros como novilleros, no es fácil ante una provincia muy quieta, pero se ha seleccionado de todo los nombres más importantes, para poder conformar carteles rematados.

“Sin fuerza en los carteles no se puede programar una feria taurina. Hay que apostar fuerte. Confío en recuperar muchos aficionados ausentes en las últimas ferias, confío en los jóvenes, en ustedes y sus medios para tener éxito”. “Los toreros colombianos merecen mucho más. Pero deben entender que su profesión es de sacrificio y esfuerzo los 365 días del año. Hay que irse a España a montar en tapia, llegar caminando en tren o bus, no en camioneta. Es duro, pero lo tienen que hacer si quieren apuntar y disparar. Los tres antioqueños merecen estar en estos carteles, creo que la afición los apoyará”. La fiesta brava con mejor futuro Los toros son un negocio que debe ser rentable para su viabilidad, las plazas en Colombia han realizado una apuesta por carteles fuertes, esperando una respuesta de antiguos y nuevos aficionados.

“Depende de todos: si las plazas tienen buena asistencia, estoy seguro que los enemigos que utilizan los afanes electorales de los candidatos a los puestos públicos, encontraran más difícil su apoyo. Hoy los taurinos somos una minoría muy grande y haremos público nuestros apoyos y rechazos en las elecciones venideras. De nuestra parte daremos todo para que la temporada sea exitosa”. El plato fuerte está servido, ojalá el compromiso sea asumido con responsabilidad tanto por toreros, ganaderos y aficionados… 23 REVISTA TORO


LA SANTAMARÍA CLAMA Libertad Por DIEGO CABALLERO

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a Santamaría volvió a ver abiertas sus puertas en enero pasado. La plaza revivió tras una tormenta de incoherencias políticas que tuvieron consecuencias más allá del mismo coso bogotano y del que costará recuperase. Por lo mismo, no debería haber lugar para los reparos, ni pensar quién está anunciado o quién no dijo presente. Por encima de todo está la Santamaría y la titánica labor de ese hombre que no quiere verla cerrada, Felipe Negret Mosquera, el rostro de la Corporación Taurina de Bogotá. La libertad que durante casi un lustro reclamamos, nos da una nueva oportunidad para reivindicarla. Cada tarde anunciada tiene alicientes. Por ejemplo, el mano a mano que cierra la temporada no se queda en el hecho de enfrentar a El Juli, último gran ídolo de los bogotanos, con el mejor torero colombiano de la reciente década, Luis Bolívar. Hay más. El lidiará por primera vez en su carrera un toro de Mondoñedo, ganadería insignia del torismo bogotano, es suficiente para no perderse la tarde. Precisamente la ganadería de Mondoñedo tendrá su día en la primera corrida de la temporada. Los toros que la pasada temporada marcaron un hito en la historia de esta plaza, serán testigos de la presentación de dos españoles que tienen reclamo en las redes. Manuel Escribano, novedad en los carteles, y Román que ha sido uno de los toreros revelación de la temporada 2017, en la que obtuvo triunfos importantes, como cuando consiguió abrir la puerta grande de Las Ventas. Los dos confirmarán su alternativa en la primera plaza de nuestro país, y tendrán como padrino al nuevo objeto de deseo de la Santamaría, Ramsés, gran triunfador de la temporada colombiana y que apuesta en esta plaza con dos tardes. La segunda será ante los toros de Ernesto Gutiérrez que el año pasado participaron en la reapertura. El torero

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bogotano se anuncia con Cayetano que vuelve a la Santamaría tras haber realizado su mejor temporada en ruedos españoles incluidos los de Sevilla, Madrid, Pamplona y Zaragoza. Sebastián Castella, el torero francés que ya suma en La Santamaría dos puertas grandes, será el encargado de abrir la tarde. La afición bogotana aún recuerda sus gestos de valor ante un toro de Juan Bernardo Caicedo que a punto estuvo de enviarlo a la enfermería en el cuarto festejo de la pasada temporada. Enrique Ponce, esta vez, dijo sí a la cita con la libertad y lo hará ante una de las ganaderías de mayor regularidad de nuestro campo bravo, la de Juan Bernardo Caicedo que sumó triunfos en Cali, Manizales y Bogotá la pasada temporada. Andrés Roca Rey, el último gran revulsivo del escalafón hace parte de esta tarde en la que confirmará alternativa Juan de Castilla que viene precedido de una gran tarde en Puente Piedra ante los toros de Mondoñedo. Un cartel con cuatro alicientes. Los siempre esperados toros de Santa Bárbara serán lidiados por una terna colombiana con suficientes méritos para estar en ella. Paco Perlaza cuajó una de sus mejores tardes en La Santamaría hace una temporada y regresa a ella como premio a esa tarde. Luis Miguel Castrillón también hace parte de esos triunfadores pues cortó una oreja al toro de su confirmación y vuelve a ser parte de los carteles de la primera plaza del país. El tercer anunciado es Moreno Muñoz que regresa a una plaza que lo vio triunfar como niño torero y en la que tendrá la oportunidad de su vida para seguir alimentando la ilusión de hacerse un sitio en un escalafón cada vez más apretado. La Santamaría nos vuelve a abrir sus puertas en seis tardes con suficientes argumentos, por si no llegara a ser suficiente el de defenderla para no volverla a ver cerrada para el toreo.


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foto JAIME BRAVO

Victorino Martín El Alquimista Por JUAN GUILLERMO PALACIO 26 REVISTA TORO


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a palabra paleto no cruzó el Atlántico con Colón. No se usa, al menos en Colombia. Cuando la escuché por primera vez, como adjetivo para calificar el origen del ganadero Victorino Martín Andrés, la repetí como un loro inconsciente sin saber su significado. Cuando supe que se refería a alguien poco educado y refinado, rústico y rural, tampoco entendí, porque Victorino me parecía un ser inteligente y rico, un hijo del Estado de Bienestar, un señor parecido a Picasso.

de dirigir con sus embestidas, se frenan de repente, sin que medie la inercia. Pantorrillas en salsa de uvas pasas.

En el año 2006 visité las fincas Las Tiesas de Santa María y Monteviejo, en Moraleja, provincia de Cáceres, región de Extremadura, donde pastan las ganaderías de Victorino Martín, el rey midas de la crianza del toro de lidia.

Ser muy exigente en la selección Criar el toro que le gusta al ganadero, no a los toreros Entender la historia ofrece oportunidades No se debe ceder a las presiones del sistema… … ni dejarse tentar por los intereses del capital.

¿Quiénes sois los de Colombia? -con esas palabras nos recibió su hijo, Victorino Martín García, a pesar de que los visitábamos estudiantes de periodismo taurino de cinco nacionalidades. El viejo se alegró. Se interesó en conocernos y nos saludó con especialidad. Tal vez sentía afecto por este país, al que había visitado en la temporada 96-97, y por Luis Bolívar, el torero colombiano que fue como un hijo para él. Seguramente recordaba esa corrida estrambótica y delirante, una tarde de diluvio en la que los antioqueños, haciendo uso de nuestra capacidad de exageración, indultamos dos toros de Zalduendo y sacamos en hombros a Joselito, a Ponce y a Dinastía. En los potreros de su finca vi la imagen más surrealista: un plano secuencia entre la niebla espesa, de colores difusos, como una pintura oriental, cruzando entre un batallón de guerreros armados con dagas corniveletas, que nos observaban acechantes y se comunicaban entre sí con un coro de sonidos guturales, un código morse indescifrable y atemorizador. Era la famosa camada 2007 de toros de Victorino Martín, una cepa perseguida, costosa y exclusiva. Victorino Martín Andrés fue el criador de toros bravos más famoso de la democracia española. Su historia es la de un hombre de pueblo, ganadero de doble propósito, moruchero, un vendedor de carne en canal que fue comprando lotes del Marqués de Albaserrada, la vieja sangre de Saltillo que experimentaba un decaimiento desde la mitad del siglo anterior y parecía condenada al matadero. Tuvo intuición y suerte. Se percató de que los sobrinos de la viuda de don José Nieto, quien le habría comprado directamente al Marqués, andaban encartados con la herencia de su tío político y salvó para la historia el encaste con el que Rafael Guerra, “Guerrita”, había hecho de las suyas en el siglo 19. Haciendo un símil, compró por 45 libras esterlinas “Salvator Mundi”, la pintura de Da Vinci que se acaba de subastar en Christie’s por casi medio millón de dólares. Victorino trabajó con paciencia en su laboratorio de tientas hasta condensar el oro de la bravura en el estado más puro del toro moderno: criar ejemplares serios, francos y temperamentales. Un exigente proceso de selección rebajó a la mitad los 600 vientres que había adquirido; de esa manera depuró una bravura primigenia que salió rápidamente a relucir. Sus toros, veletos, achinados y cárdenos tienen una particularidad: cuando un torero no es capaz

Victorino también apostó por condensar otras bravuras. Compró lo de Vega Villar, conocidos como los Patas Blancas por su vitíligo en las extremidades inferiores, y lo de Urcola, el Parladé antes del Parladé, y se pasó los últimos años en su laboratorio repitiendo los mismos experimentos y fórmulas mágicas:

Un tentadero donde Victorino era como el ritual de una religión oriental. Había que permanecer en silencio y quieto como una estatua; el viejo paleto tenía el mismo detector de movimientos de sus vacas y pedía mantener el sitio al primer pestañeo. En la plaza de tientas de Monteviejo solo se pueden mover los caballos, los toros y los engaños. Conservo intactas las imágenes de las hembras patas blancas estrellándose contra el caballo de picar, empujando con el ímpetu de esos gringos locos que jalan tractomulas con un lazo en la cabeza. Eran tan indomables que el tentador Aníbal Ruiz comentó que torearlas era una experiencia diferente a lo que estaba acostumbrado, los encastes Santa Coloma y Domecq. Reconoció, con la respiración agitada y bañado en sudor, que esas vacas tenían más profundidad y exigían estar muy bien colocado y expresarse con más verdad. El despojo de sus toros se acostumbró a dar la vuelta al ruedo en Madrid: Baratero, 1969 (Andrés Vásquez); Pajarero, 1970 (Andrés Vásquez), Cigarrero, 1971 (Juan José); Jaquetón, 1975 (Miguel Márquez); Bodeguero, 1976 (José Fuentes); Conducido, 1978 (Miguel Márquez)… hasta que en 1982 un encierro suyo protagonizó la llamada Corrida del Siglo, en la que el ganadero salió en hombros con Ruiz Miguel, Esplá y Palomar. Ese mismo año, un toro suyo correteó por el ruedo a José Ortega Cano, quien no estuvo mal pero no se vio tan bien, y se ganó el honor de ser el único indultado en la Plaza de Las Ventas. Más de la mitad de los victorinos lidiados en la temporada 1998 dieron juego soberbio y cuatro de ellos fueron premiados con la vuelta al ruedo. En el 2002 lidió un toro excepcional en la feria de San Isidro, Murciano, que para muchos también debió ser indultado. Y en el 2016, Cobradiezmos se ganó la vida sin mucha ayuda en la Maestranza de Sevilla. El pasado 3 de octubre murió Victorino, en su campo paleto, entre sus toros. Su trabajo es la demostración de que siempre se podrá dar un paso atrás (o adelante) para rescatar esa bravura primigenia que la modernidad, las leyes del mercado y el star system se han encargado de diluir. Victorino fue una piedra en el zapato para la comodidad de los toreros, especialmente de las figuras. Siempre alzó la voz reclamándoles que debían salir de ese estado permanente de confort y enfrentar otros encastes. Gracias a sus toros, todavía me pregunto si las verdaderas figuras no eran Ruiz Miguel, El Tato y Esplá.

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CAYETANO Apuesta ganada La feria de Zaragoza es el último gran puerto de la temporada, para Cayetano era la penúltima tarde de su año, Zafra estaba reseñada como la tarde del cerrojo pero no pudo ser. En Zaragoza, Cayetano pagaría la cuota más cara de su también cara temporada y teñía con sangre su año más completo y por el que había apostado desde su inicio.

Por DIEGO CABALLERO

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a gravísima cornada, aquella tarde, sacudió los cimientos de La Misericordia. Pero no fue solo la cornada, también su vergüenza torera tuvo mucho que ver. Cayetano, herido por un toro de Parladé, se sobrepuso al dolor para seguir toreándolo hasta cortarle las dos orejas que no pudo pasear. Su rostro embadurnado de sangre y arena, mientras la cornada se escondía en su muslo, fue la última imagen de una temporada, la suya, que tendrá nombre propio cuando se analice la temporada.

Su campaña 2017 resultó ser, si no las más larga, si la de más peso y compromiso. Así se lo había planteado desde un comienzo junto al maestro Curro Vásquez. Tras su reaparición hace dos temporadas, la del 2017 debería ser la apuesta que ayudaría a despejar las dudas. Por eso, en sus planes estaba Valencia, Sevilla, Madrid y su debut en Pamplona. Su presentación en Bilbao llegó por el camino de la sustitución y así, el peso de Vista Alegre se sumó a su temporada. La apuesta se ganó, por compromisos y resultados. Fue, un año en el que su actitud derrochada en cada tarde, fue la excusa para ir abriéndose paso, ella, marcaría sus tardes y terminaría de convencer a muchos de que Cayetano no estaba para acompañar y que jugaba su propio juego. Esa actitud que terminó por convertir a muchos al cayetanismo, dice mucho de su padre, de Francisco Rivera Paquirri, pero también de su abuelo Antonio

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Ordoñez del que siempre se resalta su clase, pero pocos se acuerdan que el maestro de Ronda tuvo que tirar de esa actitud en muchas tardes para mantenerse en figura del torero. Cayetano, sin pretender parecerse a ellos, pero sin dejar de mirarlos, buscó su camino. Así, uno a uno, plaza a plaza fue alcanzando sus objetivos. Una oreja de un toro de Juan Pedro Domecq en Valencia, otra de un toro de Daniel Ruiz en Sevilla tras una faena a la que se le pidió un segundo trofeo en la tarde de la despedida de su hermano Francisco de la Maestranza. Dos tardes de peso en Madrid, la puerta grande de Pamplona, la vuelta al ruedo en Bilbao en la tarde de su presentación, la puerta grande no cruzada en Zaragoza. Tardes salpicadas por triunfos en Granada, Alicante, Albacete o Burgos entre otras. Y no podía faltar Ronda, su casa y su plaza donde se siente más Cayetano y donde tiene la excusa para rendir un homenaje a su familia. El siete de septiembre, Cayetano, en la plaza de su abuelo y en la tarde de la despedida definitiva de su hermano, dio una gran demostración de entrega, torería, raza e inteligencia, condiciones con la que estuvo a punto de cortar un rabo. El presidente no se quiso sumar a la historia de la tarde. Siete tardes después, incluida su presentación en Arles, llegaría Zaragoza para dejar esa última imagen de un torero que supo ganar su apuesta.


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almirano, palmireño, cotudo, o ¿cómo llamar al torero que nació en estas tierras vallecaucanas? Siempre se anunció en los carteles como Nito Ortega; pero en verdad, es oriundo de Guacarí; población muy cercana a la Villa de las Palmas. Lo importante no es dónde se nace, sino dónde se lucha, como dice la canción Café y petróleo. En definitiva lo que interesa es que Nito Ortega es colombiano. Cuando se habla de los llenos hasta las banderas en la Santamaría de Bogotá, se suele mencionar a los toreros que provocaron esos llenazos, y saltan los nombres de: Manolete, Pepe Cáceres, Joselillo de Colombia, Morenita del Quindío y el del torero-cantante Noel Petro. La revista TORO quiere recordar que hubo otro diestro que enloquecía a los aficionados capitalinos, y su nombre no es otro que el de Nito Ortega. Nombre de pila: Leonardo Ortega. Él, antes de picarle el gusanillo de querer ser torero, manejó tractor en los arrozales pamiranos; pero también jugó fútbol, y bien que lo hacía; tanto, que hizo parte de la nómina del otrora prestigioso equipo “Nacional”, de Palmira; jugaba de centro delantero. Con la ilusión de querer ser torero, probó suerte en las filas de los banderilleros, y lo hizo a las órdenes de la novillera Marielita Abello. Sin suerte con el capote y las banderillas, prueba oficio como mozo de espadas de Guillermo Rodríguez “El Peruano”. De nuevo reflexiona y decide anunciarse como torero bufo.

Meses después vuelve a tomar los trastos; pero esta vez en serio, y con la decisión de llegar a ser matador de toros. Torea varios festejos, y en uno de ellos, lo ve un novillero que hacía poco había llegado de España con deseos de hacer temporada en tierras colombianas: Salvador Ivars “Ivarito”, pero éste prefiere diluir sus aspiraciones, y mejor decide apoderar a Nito Ortega. Le vio “valor, arte y decisión”, cuentan que esto dijo “Ivarito”. Y no falló el ciudadano español. Desde el fichaje que le hizo el hispano, Nito comenzó su carrera de una manera vertiginosa, al punto de llegar a tomar la alternativa en La Santamaría, de Bogotá, en un cartelazo: Jaime Marco ´´El Choni´´, de padrino; testigo Raúl Ochoa “Rovira”, con toros de Vistahermosa, el día 30 de enero de 1949. Renuncia a su alternativa, torea un año de novillero, hasta que vuelve a tomar una segunda y definitiva alternativa, también en Bogotá, y fue el día 29 de abril de 1959, con Luis Mata, su padrino; y Antonio Mora, apodado ´´Chatito Mora´´, con toros de César Marulanda. Desde aquel día, como dice la canción de Raphael, comenzó a ganar dinero; tanto, que el primer carro de alta gama que circuló por las calles de palmira, era de su propiedad. Lo aplaudían al verlo pasar. Un titular en el periódico El Tiempo, después de uno de sus triunfos, y en primera página, fue: “Nito Ortega se perfila como figura del toreo”. Pocas semanas después el mismo diario publicó: “Colombia tiene ahora el torero que necesitaban los aficionados”. El Tiempo no se cansaba de mencionar a Nito Ortega: “Firme en su puesto, Nito Ortega”. Otro titular: “Ni peor ni mejor que Manolete”, éste sí, curioso titular. En los carteles no faltaba el apodo: “El monstruo colombiano”. Toreó también en Bolivia, Perú, Venezuela, México y Ecuador. Probó suerte en España, sin embargo, vio que su futuro estaba en América, y tan sólo estuvo algunos meses en tierras europeas. Llegó el final: una cornada lo retiraría de los ruedos; ésta le produjo una cojera sin remedio, cuyas secuelas le impidieron continuar su carrera. Tomó la decisión de irse a vivir a Venezuela. En este país abrió un estudio de fotografía, y de categoría, en la que la burguesía caraqueña allí posaba ante las cámaras de Nito Ortega. Una hija suya, Margarita Ortega, es una destacada actriz venezolana.

RECORDANDO A NITO ORTEGA Por OSCAR HERNÁN CORREA

Edison Ortega, hermano de Nito, fue novillero destacado; experto en construir plazas de toros de madera en poblaciones aledañas a Palmira; pero Edison vio truncada su carrera novilleril debido a que murió ahogado en una laguna ubicada cerca de Rozo, una tarde que salió a casar iguazas. Nito decía que su hermano Edison tenía más valor que él. Su eterno banderillero, Fabio Lenis, todavía recorre las calles de Palmira; no le pesan ni le pasan los años. Cuando uno ve a Fabio caminando cabizbajo por los angostos andenes de la Villa de las Palmas, da la sensación de que va recordando las tardes triunfales de su jefe Nito Ortega. Él es el único que queda vivo de aquellos toreros del pasado. Nito Ortega nació en Guacarí el 5 de abril de 1924 y murió de un infarto en Venezuela el día 27 de junio de 1998, a la edad de 74 años.

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Feria de

Cali 20

LA NÚMERO SESENTA Por DIEGO CABALLERO 32 REVISTA TORO


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José María Manzanares y Miguel Ángel Perera, los nombres exclusivos de los carteles de Cali.

a plaza de toros de Cañaveralejo celebrará 60 años, ya son seis décadas desde aquel paseíllo inaugural en el que partieron plaza Joselillo de Colombia, Gregorio Sánchez y Joaquín Bernadó. Desde aquella feria del año 1957, en la que se celebraron cinco festejos, Cañaveralejo ha luchado por mantenerse como una de las primeras plazas de América llegando incluso, en las décadas de los años 70, 80 y 90 a ser considerada como la mejor. Un título que quiere recuperar y por el cual trabaja la empresa de manera incansable para traer de vuelta a las figuras del toreo a Cañaveralejo y contribuir a ello. Para el aniversario la empresa vuelve a contar con las figuras del torero sin dejar de lado la renovación del escalafón. Son seis tardes las que se anuncian dentro de un abono que tiene como plato fuerte el duelo entre dos de las máximas figuras de la temporada española 2017; Enrique Ponce y Roca Rey. Pero la feria es más, nombres como los de Miguel Ángel Perera o José María Manzanares dan categoría a una feria que se da el lujo de anunciarlos de manera exclusiva. ANIVERSARIO GOYESCO Por primera vez en la feria de Cali se anuncia una corrida goyesca. Los 60 años de la feria son un acontecimiento y el cambio del oro por los vestidos de Goya le dará ese carácter. El 28 de diciembre, día del aniversario, y con los toros de Las Ventas del Espíritu Santo, hará el paseíllo José María Manzanares, siempre esperado y que solo, en las últimas temporadas, se deja ver por Caña-

veralejo. El hijo del recordado maestro Manzanares llega tras un año de selectivas actuaciones donde se cuentan los triunfos en plazas de primera como Sevilla o Valencia. También supieron de sus triunfos, plazas como Castellón, Santander, Olivenza, Jerez de la Frontera y la de Alicante entre otras y antes de tener que pasar por el quirófano para ser sometido a una operación de espalda que lo obligó a cortar de manera apresurada su temporada. Tras reaparecer en la feria de Lima, volverá a Cali para darle la alternativa a Guillermo Valencia, el torero nacido en Popayán, forjado en la Escuela de Cali y que ha basado su campaña novilleril entre los ruedos de Francia, donde ha venido siendo uno de los referentes de su temporada y el de Las Ventas de Madrid donde sumó tres tardes, una vuelta al ruedo, una cornada y el reconocimiento de la prensa especializada que le puso el sello de futurible. Cayetano regresa a Cali tras su debut en la temporada del año 2010. El torero de dinastía, nieto de Antonio Ordóñez e hijo de “Paquirri”, dos toreros triunfadores en Cali, llega a Cañaveralejo tras realizar su mejor año desde que tomara la alternativa en la temporada del 2006 en la plaza española de Ronda. Cayetano, suma en el presente año la difícil puerta grande de la plaza de Pamplona y la de Zaragoza, el último gran peldaño de la temporada española y donde logró el triunfo pese a recibir una grave cornada de la que ya se recuperó. La Maestranza de Sevilla, donde cortó una oreja y Las Ventas de Madrid, son plazas que también se encuentran en sus tardes a tener en cuenta dentro de su importante temporada que se espera, tenga continuidad en la tarde del aniversario de Cañaveralejo. 33 REVISTA TORO


ENRIQUE PONCE

ROCA REY

DUELO EN LA CUMBRE El pasado, el presente y el futuro en una tarde en la que se medirán dos toreros en buen momento y que tendrán como testigos a los toros de Las Ventas del Espíritu Santo. El pasado y el presente son de Enrique Ponce, un torero que nunca ha tenido discusión, pero su presencia en la presente temporada caleña tiene especial importancia dado el año que el torero de Valencia dio en ruedos europeos. Para comenzar salió a hombros de la primera plaza del mundo, la de Las Ventas de Madrid, triunfo que repitió en Córdoba y Bilbao por citar los cosos de primera. Su temporada fue extensa en tardes y triunfos, incluidos dos indultos, y para muchos su nombre fue el dueño de la temporada. Para Ponce, la temporada suya fue la número 27 como matador de toros, por lo que se presume que ya son contadas y privilegiadas las oportunidades para verlo. Roca Rey es presente y futuro. Llega a Cali tras una temporada llena de triunfos. Su nombre, figura como segundo del escalafón europeo en el que se registran triunfos en Sevilla, Pamplona, Bilbao, Zaragoza o San Sebastián entre otros. El torero de Lima quiere su primer trofeo Señor de los Cristales y apostó fuerte en esta feria con dos tardes y cinco toros. El verse anunciado en un mano a mano lo compromete más, medirse a una figura del toreo que está en la cumbre siempre será un desafío y más para un torero que ha demostrado querer esa misma cumbre.

LA ÚLTIMA CORRIDA DEL AÑO Desde la temporada del año 2013, Cañaveralejo había dejado de ser la plaza encargada de poner cerrojo al calendario taurino y un año antes, había dejado de darle inicio al mismo. En esta temporada se vuelve a recuperar la fecha del 31 de diciembre, una efeméride para una plaza acostumbrada a la historia. En parte, haber perdido la costumbre de terminar el año taurino en Cali se debió a la baja respuesta del público al cartel programado. En esta oportunidad la empresa apuesta con un gran cartel conformado por tres toreros que la temporada pasada atravesaron la puerta grande de Cañaveralejo y que se verán las caras ante una corrida de Juan Bernardo Caicedo que da garantía a la terna. Tres toreros que no querrán desperdiciar la oportunidad de tener esa codiciada foto, para la propaganda, donde se podrá señalar al dueño de la última salida a hombros del año taurino. 34 REVISTA TORO

LÓPEZ SIMPON

SEBASTIÁN CASTELLA

Sebastián Castella abrirá esa última tarde del año. El torero francés dueño de la feria de Cali en dos oportunidades, es siempre bien recibido por los aficionados caleños desde la misma tarde de su debut. Su temporada europea ha estado marcada por sus grandes tardes en Sevilla, Madrid y Pamplona en una temporada en la que sumo 46 tardes y 60 trofeos. Luis Bolívar es el segundo torero anunciado en el cartel, el colombiano que la feria pasada abrió dos veces la puerta grande, viene de reaparecer en Las Ventas de Madrid en una señalada tarde para él, en la que dio una vuelta al ruedo que de nuevo lo puso en el camino de la temporada europea. Bolívar es uno de los toreros que harán doble comparecencia en la feria como premio a sus triunfos en esta plaza. Cerrará la tarde y el año, el peruano Andrés Roca Rey, que hará su segundo paseíllo en la feria en una tarde que promete no dar lugar a la decepción. PADILLA, PERERA, MORA Y SIMÓN, NOMBRES CONSOLIDADOS Juan José Padilla el actual líder de la temporada europea, será el encargado de abrir la feria del aniversario 60. Padilla, el torero del parche en el ojo y la bandera de pirata, es todo un personaje en el escalafón taurino donde arrolla por su personalidad y del que ya anunció su retiro en la próxima temporada. Torero entregado que llega a la temporada caleña a sacarse la espinita de no haber podido triunfar de gran manera, en una plaza que se presume debería estar en las conquistas del pirata de Jerez de la Frontera. Ver el nombre de Miguel Ángel Perera anunciado, habla de la categoría de la feria. Perera es el último gran triunfador en Las Ventas de Madrid, donde sumó su quinta puerta grande, un triunfo que sirvió como gran colofón a su temporada que inicio en la plaza de Valencia en plenas Fallas donde logró cortar las dos orejas a un toro de Victoriano del Río y que dio paso a tardes de triunfos rotundos en plazas como San Sebastián, Ronda, Valladolid, Albacete o Salamanca. Si bien la temporada tuvo varios nombres señalados, el de Miguel Ángel Perera fue el más rotundo al finalizar la misma. Perera que ya cuenta con un Señor de los Cristales en su vitrina de trofeos, actuará en uno de los carteles estrella de la feria al lado de Luis Bolívar y López Simón ante los toros de Salento. López Simón tiene como carta de presentación para los caleños ser el gran triunfador de su última feria. Los aficionados aún re-


JUAN JOSÉ PÁDILLA

LUIS BOLÍVAR

CAYETANO

DAVID MORA

LUIS M. CASTRILLÓN

J.E. COLOMBO

SEBASTIÁN RITTER

GUILLERMO VALENCIA

cuerdan la gran tarde que dio bajo la lluvia hace ya casi un año. Pero el torero madrileño ostenta más títulos, como ser el primer gran triunfador de la temporada europea al indultar un toro en la feria de Valencia o salir, por julio, a hombros de la plaza de Pamplona en una temporada que para él, fue de renovación y de reencuentro consigo mismo. Por ser el triunfador de la última edición del ciclo caleño, es una apuesta doble de la empresa que lo anuncia en la segunda y en la penúltima tarde de la feria. LOS NOMBRES DEL FUTURO Un venezolano que se convirtió en la sensación del escalafón novilleril en Europa hará su presentación como matador de toros en Cañaveralejo. Jesús Enrique Colombo es ahora mismo, el torero en el que muchos tiene puestos sus ojos y al que ven como posible líder de una generación que pide un lugar propio en las grandes ferias. Los aficionados caleños ya lo vieron triunfar, hace un año, en su presentación en la temporada Toros Para Todos que sirve de antesala a la gran feria. Colombo, llega a la tarde de su debut en Cañaveralejo tras su alternativa en Lima y tras sus importantes tardes en la plaza de Madrid que lo catapultaron a lo más alto de su escalafón. Los nombres de Luis Miguel Castrillón y Sebastián Ritter completan la baraja colombiana y hacen parte, de momento, del futuro del toreo en nuestro país. Y decimos de momento porque ambos insisten en salir de su país a triunfar en otros ruedos. Sebastián Ritter ha basado su carrera en el ruedo de la primera plaza del mundo, Las Ventas de Madrid donde triunfó como novillero, donde tomó la alternativa y a donde volvió en octubre pasado para intentar buscar un triunfo que impulse su carrera. Actuará por segunda vez en el ciclo caleño tras su debut en la temporada del 2015 donde dejó una buena carta de presentación. Luis Miguel Castrillón ha apostado por buscar un lugar en la temporada mexicana sin descuidar la provincia colombiana. Su año cuenta con el importante triunfo en la plaza de Sogamoso donde logró indultar un toro de Juan Bernardo Caicedo, triunfo que unido al logrado en su confirmación de alternativa en La Santamaría, lo colocaron en un sitio de privilegio de cara a la temporada que llega. Castrillón que tomó la alternativa en Cañaveralejo, actuará en la segunda tarde de la feria. A estos dos nombres de toreros colombianos sumamos el de Guillermo Valencia que tomará la alternativa en la tarde del aniversario y de quien ya hablamos, pero que debemos clasificar en este apartado de los toreros del futuro.

FERIA SIN TOROS NO ES FERIA Para muchos es el slogan de la feria o por lo menos, de los más recordados. Si lo ponemos en el plano ganadero, debemos decir que en este apartado las apuestas de la feria también son fuertes. Ejemplares de seis ganaderías saltarán al ruedo de Cañaveralejo. La empresa anunció en su momento su visita a 12 ganaderías con posibilidades de tener un encierro a la altura de la plaza. También se habló de traer encierros españoles y se reseñaron cuatro de ellos, una posibilidad que al final no se concretó. Finalmente para la feria número 60, se anuncia un doblete de la ganadería de Las Ventas del Espíritu Santo en dos tardes puntuales, una apuesta que no solo es de la empresa sino también del ganadero que sabe lo que cotiza su nombre y lo que se espera de sus toros. Será la primera vez que el maestro César Rincón acuda como ganadero a una feria por partida doble, lo hará ante una afición que ha visto triunfar en repetidas ocasiones a sus toros de Las Ventas. La ganadería de Juan Bernardo Caicedo será la encargada de cerrar el ciclo y el año taurino. Una de las tardes señaladas de la feria y de la que se esperan muchas cosas. La regularidad de esta ganadería en las últimas temporadas promete no llamar a la decepción. Como también lo promete el hierro de Salento, la ganadería triunfadora de la última feria y con toros sobresalientes en los últimos tres años de la feria. Su nombre encabeza la tarde de la presentación de Miguel Ángel Perera, Luis Bolívar y López Simón, tres toreros que han sido dueños del Señor de los Cristales en una de las tardes por las que muchos apuestan. Fuentelapeña regresa a la feria tras algunos años de ausencia. La legendaria ganadería de tantas tardes de triunfo en Cañaveralejo regresará en una tarde en la que compartirá cartel con otro hierro local, el de Paispamba, ganadería que ha cotizado alto en sus últimas presentaciones en la feria caleña. Ambos hierros tendrán el honor de abrir la feria número 60. Achury Viejo cierra el apartado de las apuestas ganaderas. Los toros de don Felipe Rocha siempre han sido garantía de presentación y de un juego que pone a prueba las condiciones de los toreros. Dos condiciones que gustan al aficionado caleño. 35 REVISTA TORO


TOROS Y CIUDAD

EL TOREO BESA TU NOMBRE, MANIZALES Por RODRIGO URREGO B.

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ogotá y Manizales siempre han discutido por el privilegio de tener al primer torero colombiano. Mientras los capitalinos dicen que ese honor le correspondía a su paisano José Pulido Rey, el primer colombiano en Las Ventas, los manizalitas recordaban que primero se hizo matador el suyo, Miguel López en México. Pero no solo por esto se han desafiado cachacos y cafeteros. Durante la historia se han disputado el título de la capital taurina de Colombia. La plaza de Santamaría, por ser la única en donde se confirman alternativas en el país, llevaba la delantera, además por haberse inaugurado en 1931. Orden de antigüedad. Pero en los últimos años, Manizales se ha ganado ese título. Pues cuando es políticamente incorrecto ser aficionado a los toros, la ciudad de la catedral se volvió para defender su historia y tradición. El 15 de octubre del 2017, Manizales se fundó como capital taurina del país. Aprovechando las fiestas de fundación de la ciudad, a los aficionados más jóvenes de la ciudad se les ocurrió el mismo desfile que muchos hacen en la feria. Pero esta vez vestidos de blanco, o de primera comunión, para recorrer la Carrera 23 desde la Catedral, la musa de inspiración del trofeo al triunfador de la feria, hasta la plaza de toros. Miles de personas en la calle y casi 14.000 en la plaza así lo reivindicaron el pasado 15 de octubre. La Carrera 23, la misma por donde se respira lo más popular de la feria de Manizales, se vistió de blanco. La procesión no precisamente era para ver al Once Caldas, sino para defender el otro patrimonio de la ciudad, el toreo. 36 REVISTA TORO

A espaldas de la Catedral, y frente al Palacio de Justicia, decenas, cientos y miles de personas se congregaron para marchar algo más de un kilómetro hasta la plaza de toros, en lo que quedará señalado en la historia como el paseíllo de la libertad. No podía ser de otra manera, la marcha comenzó con los acordes del pasodoble Feria de Manizales y con un olé que interrumpió la homilía en la Catedral. Una niña vestida de manola, el traje que utilizan las reinas de la feria del Café, encabezó el paseíllo. Detrás, los monosabios, célebres en la ciudad, y luego los toreros, esta vez vestidos de civil, como los novilleros, los alumnos de la escuela, los ganaderos y los aficionados. Los gritos de ¡Libertad, libertad!, retumbaban la Calle 23. Si hace unos años Sebastián Castella pidió a los aficionados “salir del closet”, Manizales se tomó su calle principal, y en algo más de una hora los manizalitas se pronunciaron a favor del toreo. En el parque del Agua, donde por muchos años estuvo el monumento a la Cacerina, en homenaje al ídolo de la ciudad Pepe Cáceres, los esperaban los toreros que luego protagonizarían la corrida de toros más emotiva que se recuerde. Vestidos de luces, matadores, banderilleros y picadores lideraron las filas y encabezaron el paseíllo por la Avenida Centenario, donde la marcha se mezcló con la procesión de quienes habían preferido adelantarse para asegurar lugar en los tendidos. Unos dicen que había cinco mil personas, otros que dos mil. Casi 14.000 aficionados, niños apretados unos con otros, llenaron la plaza.


Foto Julián Velasco

Los aficionados de Manizales se volcaron en las calles antes del inicio de la corrida de toros que cerró el ciclo en lo que denominaron el Paseíllo de la libertad.

Antonio Hernández, en el segundo festejo sin picadores, logró abrir la puerta grande.

El paseíllo de la libertad terminó con una inusual vuelta al ruedo. Los toreros recorrieron el redondel aplaudiendo a los miles que llenaron tendidos y balcones. Manizales, capital del toreo colombiano. En el ruedo Fue duro el examen de los novillos de Rocha Hnos. Difícil en una noche en la que se anunciaron algunos de los novilleros que hace dos años, frente a La Santamaría y durante casi dos meses, hicieron huelga de hambre para abrir la Santamaría. Wilmar Villamil que abrió la feria y que no se cansó de intentarlo con buenas formas y recursos, pero sin opción a una mayor nota. Manolo Castañeda puso temperatura a la noche. De rodillas y luego de pie. Dio una vuelta al ruedo. Daniel Garzón fue silenciado y Manolo Jiménez poco pudo hacer con un novillo sin fuerza. Andrés Castillo, con un buen novillo, tuvo el triunfo en sus manos. Se le escapó con el sonido de los avisos. El último novillo de la noche fue para Julián Paez, el más joven del cartel que se llevó el cariño del público en una vuelta al ruedo. En la segunda noche los erales de Las Ventas del Espíritu Santo sí dieron opciones para el triunfo. Antonio Hernández fue la sorpresa de la noche. Ante Cauto, novillo de Vuelta al ruedo, no dejó escapar el éxito. Cortó las dos orejas, abrió la puerta grande y se llevó el trofeo de la feria. Moñona. Camilo Hurtado demostró buenas maneras pero faltó ligazón. Miguel Román, Alejandro Restrepo pasaron inéditos. Santiago Viloria, hijo del picador Luis Viloria, debutó en Colombia y sorprendió por su talla y buen toreo. Alejandro Buendía tuvo buenas intenciones. Los aspirantes a matador que hicieron el paseíllo demostraron en la novillada con picadores lo lejos que podrían estar de alcanzar ese título. Juan Camilo Alzate, Francisco Puerta y Luis Miguel Ramírez hicieron sonar trece avisos. Que los toros se devuelvan vivos por su bravura en el ruedo es una gran noticia. Que lo hagan

Leandró de Andalucía fue el triunfador de la corrida de toros y consiguió el cupo a la feria.

por la incapacidad de los toreros, toda una tragedia. Hasta cuatro novillos de Armerías regresaron vivos al corral. La primera que se debe tener en estos tiempos, ser diestros en el arte de matar toros, no la tuvieron los actuantes. Pero como no tienen toros para matar, no pueden aprenderlo por arte de magia. Es probable que por los tres avisos que se escucharon en el primero de la tarde le hayan cerrado las puertas de la feria a Juan Camilo Alzate, las que había abierto con su toreo. Tres avisos son una fea mácula que empañaron a quien demostró en el ruedo estar preparado para hacer un paseíllo de tanta envergadura. Y eso que la estocada había sido notable. Seis avisos fue el saldo del local Francisco Puerta. Pero pudo ser peor. El primero de su lote lo cogió de fea manera cuando lo toreaba con la muleta. El pitón del novillo pareció atravesarle la pierna, de donde lo tuvo colgado por segundos interminables. Por fortuna la que estaba colgada como un perchero era la taleguilla. Milagro. Con muy buenas intenciones y ganas de hacerlo todo llegó Luis Miguel Ramírez. En sus dos toros hizo cosas que emocionaron, pero su tauromaquia se vio, aunque variada, muy novata. El turno de Leandro Leandro de Andalucía ya había pasado dos veces por la corrida en la que se abre la puerta de la feria de Manizales a un torero colombiano. Y aunque había venido con cierto favoritismo, nunca había podido dar el salto. Para a la tercera resultó la vencida, y esta vez cortó una oreja y se coronó vencedor de la jornada. Le llegó su turno. Sobrino del matador Nelson Segura, nacido en las entrañas de la ganadería Andalucía, Leandro ha tenido una evolución muy lenta, en buena parte por los tiempos que le correspondieron, en los que ha dado pocos pasos, pero siempre muy toreros. Como los que dio ante el quinto toro, el que después del tercio de banderillas puso a muchos a gritar de pánico cuando rompió con los pitones las tablas y amenazó con meterse al callejón. Mientras eso sucedía, Leandro estaba de rodillas en el centro del ruedo, y cuando el 37 REVISTA TORO


Leandro de Andalucía y un toro de Salento

Moreno Muñoz dio una vuelta al ruedo.

Juan Camilo Alzate fue el novillero más destacado en la novillada con picadores.

Andrés de los Ríos no tuvo opciones en la tarde que cerró el ciclo.

toro lo vio, el bullicio se convirtió en clamor cuando le pegó una serie en redondo. Suyos fueron los mejores muletazos, algunos largos y lentos, como los que interpretó en una serie al natural. Una oreja que lo pone a las puertas de una feria de primera. Su torero también puede llegar a ser de primera. Curro Martín, volvió a pegarle pases un toro como los que tanto tiempo llevaba pegando al aire. Uno a uno fueron saliendo, mientras su alma se desgarraba y en sus ojos había lágrimas. Curro se sintió el hombre más feliz del mundo. Andrés de los Ríos, en cambio, la tarde fue un viacrucis. Como si se tratara de una maldición que se empecinara en alejarlo de la feria de su ciudad, tuvo que enfrentarse a un toro que lo único que quería era atropellar como un tren a quien atreviera ponerse en frente. Andrés necesitaba embestidas para torear. Bonito, que así se llamaba el tercero, se entregó con fiereza en la muleta. Moreno Muñoz apostó por citarlo a distancia y sacó fruto. La inercia del toro le permitió ligar muletazos que fueron sumando en aplausos y aprobación popular. Le reclamaron la oreja pero el palco no asomó el pañuelo. En cambio Juanito Ortiz se las vio con un toro con mucha menos entrega, pero que también embistió. O por lo menos que el torero lo supo enredar con colocación e intuición, para hacerlo perseguir la muleta. Terminó cerca de los pitones y al filo de las tablas. La noche cayó sobre Camilo Pinilla, el otro manizalita de la terna. Su toro se negó a embestir y el torero tampoco tuvo suficientes argumentos para convencerlo de lo contrario. 38 REVISTA TORO

Curro Martín lució ante un noble toro de Salento.

Juan Ortiz destacó en la corrida que cerró la feria.


H

ace unos días llegó la noticia de su muerte. En las redes y en los portales se leía que a Miguel le había llegado ese último momento en su casa de Aguascalientes y sin pronunciarse cuando apenas contaba con 59 años. Miguel Espinosa Armillita Chico, fue hijo del torero más grande que ha dado México, el gran Fermín, un número uno y eso tiene que pesar. Miguel lo supo llevar con orgullo y siempre intentó estar a la altura del Joselito mexicano. Era, el más chico de una dinastía con lugar propio en la tauromaquia de su país, el menor de sus hermanos y el más completo de la saga y dueño de una prolongada trayectoria.

Adiós Armillita Chico

Fue el último torero de su país en salir en hombros de las Ventas de Madrid, lo hizo tras cortarle las dos orejas a un toro de Juan Pedro Domecq en una tarde de festival en homenaje a Julio Robles. La cadencia y la largura de su muleta fueron suficientes para convencer a los españoles, a través de las cámaras de televisión española, que debía tener un lugar en su temporada. Si bien en Madrid conoció la cara de su profesión, también en ella conoció la cruz cuando una banderilla en su cuello a punto estuvo de costarle la vida, un percance sin mayor dramatismo pero calificado de muy grave. Fueron varias sus asaltos a la España taurina, pero sin llegar a lograr la categoría que si tenía en su México. Con la noticia de su muerte se recordó el clasicismo de su toreo, el mismo al que le faltó una mayor regularidad para que no nos hubiera privado de lo grandioso de su toreo. Adiós al chico de una dinastía grande.


ERNESTO GONZÁLEZ CAICEDO (1933 - 2017)

UN GANADERO PARA LA MEMORIA Por MARIA FERNANDA GONZÁLEZ VALENCIA

S

e me ha pedido que escriba sobre mi padre, el ganadero Ernesto González Caicedo, recientemente fallecido el día 16 de febrero de 2017, para rendirle un merecido homenaje, a quien ha sido y será, uno de los mejores ganaderos de toros de lidia que ha tenido Colombia. Intentare estar a la altura para cumplir cabalmente con esta labor.

pioneros y los inicios de nuestra fiesta”. En el libro, que recomiendo a los aficionados interesados en profundizar sus conocimientos sobre nuestra fiesta, el autor resume la historia de los diez ganaderos pioneros y protagonistas en los inicios de la fiesta taurina en Colombia, con más de trescientas fotografías que ilustran de manera exquisita este apasionante recorrido.

Para el ser humano es fácil olvidar, sin embargo, la experiencia nos ha enseñado que es fundamental recordar, para no repetirnos eternamente, por ejemplo. Por eso, es necesario devolvernos siempre en el tiempo para recordar de dónde venimos, para saber cuáles son los hitos fundamentales de nuestra historia, pues solo así sabremos quienes somos y hacia dónde vamos. En la Tauromaquia, por ejemplo, mantener fresco el recuerdo es costumbre de los más sabios, y no sólo porque es una fiesta que se entreteje con las historias y con las memorias de quienes son y han sido sus principales protagonistas, sino porque es con aquel que más recuerda, el que más historias logra narrar, con quien preferimos compartir y disfrutar las tertulias taurinas, simplemente porque es quien más nos enseña.

La historia de mi padre como ganadero inicia al morir mi abuelo en octubre de 1970, ya que fue él quien tuvo a su cargo la Ganadería Las Mercedes hasta la partición en el año 1979, cuando nacen dos nuevas ganaderías: la Ganadería Salento de Antonio José González Caicedo, que hizo su debut en la ciudad de Bogotá en la plaza de toros La Santamaría el 8 de diciembre de 1979 con los diestros Manuel Benítez “El Cordobés”, Julio Robles y de Víctor Vásquez que tomaba esa tarde la alternativa. Y el segundo lote que dio origen a la que se lidia a nombre de Ernesto González Caicedo que también hizo su debut en la ciudad de Bogotá el 27 de enero de 1980 en cartel integrado por Pedro Moya “El Niño de la Capea”, Juan Antonio Ruiz “Espartaco” y Víctor Vásquez.

Aunque no voy a volver a mencionar los orígenes de la ganadería, es importante traer a la memoria algunos detalles que van a permitir hacer un mejor retrato del protagonista de este escrito, con datos extraídos del libro escrito por mi padre y publicado en el 2007, bajo el título, “Criadores 40 REVISTA TORO

Su debut en Cali fue el 1 de enero de 1982 con otro cartel de lujo: Pepe Cáceres, “Niño de la Capea” y Dámaso González quien cortaría cuatro orejas; también esa tarde se les dio la vuelta al ruedo a dos de los seis ejemplares lidiados. Esa exitosa tarde de toros marcó una pauta para la ganadería


que empezó a consagrarse como una de las favoritas para las figuras del toreo, gracias a las características de sus ejemplares que se distinguen por su calidad para embestir humillando, su bravura y gran nobleza. Como un pequeño homenaje y por la dedicación y el tesón con el que mi padre trabajó por este encaste, quisiera mencionar algunos de sus más recientes triunfos, solo en Cali, en la Plaza de Cañaveralejo, que ha sido siempre nuestra casa: Trofeos al Mejor Encierro en las Temporadas Taurinas de los años 2010, 2013 y 2014, y Trofeos al Mejor Toro en las Temporadas de 2004 y 2012. Pero es que ademàs de haber sido un ganadero consagrado, el Dr. Ernesto Gonzalez Caicedo, medico de profesion y por ende cientifico curioso e investigador, quiso ir màs alla. Inicio entonces una serie de estudios que constituirían un valioso aporte para la fiesta brava, ya que como el mismo lo decia, “la pobreza franciscana” en materia de investigacion sobre el toro bravo contrasta con la abundancia que se encuentra en los trabajos de investigacion a nivel mundial sobre el ganado de carne y leche, cerdo, ovejas y aves de corral. Es por esto que a comienzos del año 1993, se conformó en la sede Palmira de la Universidad Nacional de Colombia, un equipo de trabajo con la finalidad de profundizar en los diversos aspectos que giran en torno a la crianza del toro de lidia. Además del ganadero, el equipo lo conformaron el Ingeniero Agrónomo Carlos Vicente Durán Castro, quien hizo sus estudios de Maestría en Mejoramiento Genético Animal, Jaime Domínguez Cadavid, estudiante de zootecnia con amplios conocimientos en programación y a partir de 1995 se vincula el Dr. David Calero Quintero, zootecnista de la Universidad Nacional de Palmira, quien hizo su tesis de Maestría en Producción Animal, colaborando en la elaboración de un estudio sobre “Parámetros genéticos de características puntuales en el comportamiento durante la tienta o la lidia en reses bravas”, que fue presentado tanto en el “Congreso de Investigaciones sobre Ganado Bravo”(Córdoba, España, 1997) como en el “Tercer Congreso Mundial de Criadores de Toros de Lidia” (Cartagena de Indias y Bogotá, Colombia, 1997). Estas investigaciones se recopilan en el primer libro escrito por el Dr. González Caicedo, titulado “Genética elemental y la crianza del Toro Bravo” , publicado en noviembre de 2006 y cuyo objetivo en palabras del autor es “llevarle al aficionado y a colegas ganaderos no familiarizados con la genética, así sea elemental, las reglas básicas mediante las cuales se transmiten los caracteres que buscamos de una generación a la otra, y los principios fundamentales que le permitan un mejoramiento en su ganado”. Durante estos últimos años, el Dr. David Calero ha continuado sus estudios del banco genético de la ganadería desde sus orígenes, evaluando diferentes variables de la bravura para lograr el mejoramiento del encaste; investigaciones que lo llevaron a obtener su Doctorado. Me ha interesado mucho este trabajo y por eso hemos sistematizado toda la información contenida en los libros que llevaba mi padre, y las notas con la información de las labores adelantadas por mí desde el año 2012, para mantener actualizado el software especializado que él ha diseñado. Quiero agradecer a David Calero por ser tan insistente en su interés por continuar sus estudios y por invitarme a formar parte de sus investigaciones para seguir con el legado de mi padre que ha dejado una huella profunda en mi vida. Como resultado de éstos últimos años, puedo señalar los siguientes: La corrida del año 2014 en Cañaveralejo, cuando la ganaderia mereció el Trofeo al Mejor Encierro, y el gran éxito del rejoneador Diego Ventura quien a su vez, obtuvo el Trofeo Señor de los Cristales por su espectacular faena en la que corto las dos orejas al Toro #203, alternando con Luis Bolivar y Miguel Ángel Perera. Este último, Miguel Ángel, lograría llevarse el trofeo de la feria de Cali el año anterior (2013) al cortarle las dos orejas a un toro de mi padre. Para el año 2015 hubo muy buen presagio con la memorable

corrida de toros que lidiamos en la ciudad de Popayán, el día 4 de enero de 2015, y en la que alternaron los diestros colombianos Diego González, Ramiro Cadena y Curro Martin. Los dos últimos matadores, indultando un toro cada uno, ejemplares que son hoy en día sementales en la hacienda Santa Teresa de los Andes. En el mes de febrero en Bogotá, la empresa Caracol nos otorgó el premio a la Mejor Ganadería de la Temporada 2014-2015 en Colombia. Aunque no tuvimos suerte en Cañaveralejo en la temporada decembrina de 2015, durante el año 2016 cosechamos varios triunfos con los toros que debían haber sido lidiados en Cali durante la pasada temporada, pero que por no alcanzar el peso reglamentario, se lidiaron en diferentes lugares de la geografía nacional. Tal fue el caso del toro #2 que le permitió el lucimiento al rejoneador Juan Rafael quien le corto las dos orejas en Agrado, Huila en el mes de junio. Y del toro #215 que fue brillantemente aprovechado por el “Choni” quien también le cortó las dos orejas en una tarde inolvidable de septiembre, el día de su alternativa en Sogamoso, de la que todavía muchos hablan. Similar suerte corrieron los otros dos ejemplares que fueron lidiados en otras plazas de Cundinamarca y Boyacá. Finalmente y para rematar el año pasado, en Cali triunfamos durante la temporada pre-feria, con tres novillos de excelente presentación y calidad, que permitieron el lucimiento de los novilleros esa noche. Quiero confesar que, aunque en muchas ocasiones me he sentido muy sola en esta dura labor de ser ganadera sin mi padre para orientarme, debo reconocer la suerte de haber contado con el constante apoyo e invaluable compañía de Henry Sánchez Serrano, mayoral de la ganadería. Me siento infinitamente agradecida con Henry, por haber sido más que un colaborador, el amigo que acompaño a mi padre siempre, por haber sido su mano derecha y ahora mucho más la mía. Es claro para mí que sin su amistad, y el apoyo suyo y el de su familia, no hubiera sido posible que se consolidara esta ganadería como lo que es hoy en día. ¡Gracias Henry! Soy consciente del reto que tengo de continuar cosechando triunfos, brindándoles a los aficionados un espectáculo de altísima calidad y a las figuras del toreo, ese animal mítico y asombroso con el que pueden expresar su arte; el toro Santacoloma. Y aunque reconozco que es esta una tarea dificilísima por las condiciones particulares que me rodean y por lo que está sucediendo actualmente con la fiesta en Colombia, pienso que es lo mínimo que puedo hacer por el respeto a la obra de toda una vida como ganadero y por ser ese ser tan afectuoso, dedicado e inteligente. Lo hago también por la “dulce Halma” como diría mi padre, a quien debo agradecerle que me enseñara cómo cuidar y amar cada detalle de la finca y a ser una fiel y noble compañera de vida. Y a mi hija Juanita quiero agradecerle porque desde que era una bebe me ha estado acompañando en todas estas aventuras taurinas, disfrutando juntas de los paseos a la finca, lo que poco a poco la ha ido convirtiendo en una buena aficionada. Espero contar con la fuerza y salud para poder seguir adelante con la ganadería, con el apoyo en mi familia, de mis amigas y amigos taurinos y sólo pido que Dios y mi padre continúen iluminando mi camino. Finalmente, quiero agradecer al Ganadero Ernesto González Caicedo en nombre de todos aquellos a quienes acompañó a soñar desde el año 1998 y por más de 15 años a convertirse en toreros y buenos aficionados, por sus valiosas enseñanzas impartidas siempre de forma desinteresada, como director de la Escuela de Tauromaquia de Santiago de Cali, institución en la que puso su corazón. Y agradecerle también en nombre de los amigos y aficionados que compartimos con él tantas tardes de toros y tertulias taurinas, pues estoy convencida que nos aportó no sólo a nosotros sino al mundo de la tauromaquia, muchísimos conocimientos de valor incalculable. Es por todo esto, por su grandeza y personalidad que estoy convencida que será siempre, un ganadero para la memoria. 41 REVISTA TORO


EL VERANO DE

Perera

“Las temporadas no son cómo empiezan, sino cómo terminan” Por ALEJANDRO VARGAS

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L

as ultimas noticias de la temporada española anunciaban el gran triunfo del torero extremeño en Las Ventas de Madrid, un aldabonazo materializado con una salida a hombros que confirmó su gran verano y sus palabras a mediados de la temporada cuando recordó que las temporadas no son cómo empiezan sino cómo terminan… El siete de enero comenzaba esa temporada de la que hablaba. Lo hizo en Manizales, una plaza que solo lo había visto en una tarde de poca fortuna y a la que volvió para enseñar su despacioso toreo de mano baja. La oreja cortada a un toro de Juan Bernardo Caicedo, dijo poco de su tarde. Continuó, para hablar de nuestra temporada colombiana, en Bogotá ante los toros de Las Ventas. Su espada le quitó la puerta grande en una plaza que celebraba la libertad. En la temporada mexicana no hubo mayores triunfos, los sorteos y la espada no dieron espacio a mayores titulares. En España el comienzo de temporada parecía tener regularidad. En Olivenza, arropando a dos jóvenes, Ginés y Garrido, supo defender uno de sus feudos cortando dos orejas a la corrida de Zalduendo. Siguió la tarde de Valencia en la que su fe y su temple lograron arrancar dos orejas a un toro de Victoriano del Río que parecían imposibles. Se sumaron triunfos y tardes en plazas de menor renombre como Cieza, Cabra o Palos de la Frontera. Pero llegó Sevilla y Madrid y todo pareció coger otro color. En la feria de abril su espada le quitó un posible premio en una difícil tarde ante los toros de García Jiménez, mientras en San Isidro su primera tarde se esfumaba ante la mínima posibilidad que le dieron los toros de Fuente Ymbro. En su segunda tarde logró salvar las naves, cortó una oreja de su segundo toro de la ganadería de Victorino del Río, pero sin llegar al triunfo rotundo que siempre se espera de una figura del torero, pero tampoco, hay

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que decirlo, hubo posibilidad del mismo y los titulares, de momento, no llevaban su nombre. La plaza de Pamplona y su feria representaba la próxima cita de primera en su temporada. No fue una tarde de puerta grande ni de escandaloso triunfo como los que ya ha conseguido en esta plaza. Fue una tarde para sí mismo. La faena a su segundo toro , de Jandilla, y sin premio, fue quizás el inicio de su “trepada” aunque de momento solo fuera interiormente. Ante un toro de embestida deslucida e inicios inciertos, Perera supo sacar las virtudes de su torero llegando incluso a estar por encima de ellas mismas. Ni la espada ni la merienda permitieron el triunfo numérico, pero desde esa tarde se empezó a hablar del momento de Perera. Con el oxígeno a tope afrontó el mes de agosto que se convirtió en una escalera de triunfos que se prolongó hasta el último día de septiembre, construyendo un verano apasionante. Santander, Huelva, San Sebastián, Bilbao, Albacete en la tarde del centenario, Valladolid, Ronda y su goyesca en la que cortó dos importantísimas orejas en su única apuesta en la tarde de la despedida del hijo mayor de Paquirri y así hasta esa última fecha de su temporada española en Madrid. El momento de Perera mezclaba el camino de su toreo de mano baja, despacioso y reunido con otro camino, el de tirar por las cercanías, que no es virtud de cualquiera, y en el que también es Rey. Ese momento fue determinante para ir a Madrid en otoño con la temporada ya jugada. Ir a Las Ventas con lo que pesa a asa altura la temporada, solo se puede asumir con la confianza que determinaba su momento y su ánimo. Su apuesta salió a favor y Perera acarició por quinta vez el cielo de Madrid. 44 REVISTA TORO

En declaraciones a la cadena Ser, Perera comentaba “Estoy muy agradecido a Dios por haberme puesto esta tarde en mi carrera. Uno sueña muchas veces con estas cosas, pero a veces se queda en eso, en un sueño. Pero venir a Madrid para finalizar la temporada y terminarla por la Puerta Grande, es como hablar con Dios y que te conteste. La constancia y la tenacidad, han dado sus frutos, son constantes en mi carrera y el esfuerzo al final ha sido recompensado. Mi lote, ha tenido cosas buenas pero cuando no ha sido así me han tenido mí para ponérselas y aquí, se tienen que conjugar todas esas cosas para poner a todo el mundo de acuerdo. Estoy seguro que es de las tardes que más a gusto he toreado en Madrid. Me he fundido en un enorme abrazo con Fernando Cepeda, que ha venido con sus muletas y estoy convencido que está en este estado por no haberse operado antes, para no dejarme sólo durante la temporada. Ésa fidelidad, ha estado a punto de costarle la vida y se merece que le dedique este triunfo y muchísimo más”. Terminada la temporada española, Colombia y su plaza de Cali aparecen de nuevo en su calendario. Una feria de la que ya ha sido dueño tras inmortalizar a un toro de Ernesto Gonzales en la temporada del 2013. Este año se anuncia con los toros de Salento, el hierro del hermano de Ernesto y que fue la triunfadora del ciclo anterior. Será el final de su gran temporada, la prolongación de su verano, el último puerto del mismo. Perera llevaba razón, las temporadas no son cómo empiezan, sino cómo terminan.



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HISTORIA DE UN HOMBRE LIBRE Por JOSÉ MIGUEL ARRUEGO La primera vez que vi torear a Iván aún estaba modelando su concepto. También su anatomía. Fue en la Feria de Guadalajara de 2004, tres o cuatro días después de cortar una oreja en su presentación como novillero en Las Ventas. Su muletazo aún era corto, muy vertical, porque su cintura todavía era robusta y rígida, pero el embroque ya tenía angostura y destilaba emoción. Había en aquel proyecto en agraz una base de valor sólida y sincera, un pilar fundamental sobre el que años después, con el espíritu de sacrificio diario y una disciplina espartana, se edificaría y desarrollaría su tauromaquia. Lo que ya tenía claro entonces eran sus valores. Reconozco que cuando me los empezó a desvelar Néstor, con quien intercambié mis primeras conversaciones al reclutar los resultados de los festejos de aquel verano, pensé que dentro de su punto de romántico tenía otro de iluminado. El lío vino cuando todas aquellas reflexiones y razonamientos empezaron a cumplirse, incluso en las portátiles y los pueblos donde entonces luchaban a brazo partido por abrirse un hueco. Siendo testigo directo de aquella manera tan ambiciosa como auténtica, tan desnuda como utópica, tan compleja, tan cruda, de salir adelante y querer llegar a la cúspide partiendo de más abajo del subsuelo, era imposible no identificarse con el proyecto. A Iván tardé más en acercarme. Me acojonaba verlo en un patio de cuadrillas y procuraba no hacer coincidir su mirada con la mía. Fue en Illescas, después de un festejo del Certamen de Castilla la Mancha, cuando empecé a romper el hielo. Eran sus primeros años como matador, una travesía dura e ingrata, en la que después de cada triunfo en ‘monumentales’ como Fontanar, Torija o Brea de Tajo dudaba si aquellos esfuerzos delante de toros de Madrid, poniéndose como si de verdad estuviera en Las Ventas, le valdrían algún día, tal y como estaba diseñado el entramado taurino, si quiera para poder confirmar su alternativa. Los cuatro años de incertidumbre que

transcurrieron desde que El Juli le invistiera matador en Vista Alegre en la Aste Nagusia de 2005 hasta que Ferrera le ratificara el doctorado en el San Isidro de 2009 le sirvieron a Fandiño para apuntalar su concepto. Su cintura, más estilizada, comenzó a cimbrearse, el muletazo creció en longitud, y también en profundidad, porque el ajuste era el mismo de siempre, y la intensidad se multiplicaba, no sólo en el último tercio, sino en sus saludos a la verónica, sus quites, generalmente con el capote a la espalda, dejándose llegar la embestida a milímetros de su anatomía, o en sus estocadas, ya entonces un canon de perfección por su modo tan puro y auténtico de atacar, tan en corto, tan en rectitud. En la Semana Santa de 2010 le vi tentar seis ‘pepas’ en la ganadería de Javier Gallego, y después de ver cómo anduvo con ellas, cómo las expuso en la soledad del campo, y hasta dónde se las dejó llegar -’ya vale Iván’, le imploraba Néstor una vaca tras otra, mientras él le miraba en mitad del embroque y le decía ‘espera que me tiene que rozar con la pala en el muslo’- no tuve duda de que aquel tío iba a ser figura. Por eso no me extrañó que un mes después cortara a ‘Agricultor’, un ‘tío’ de Guardiola, la primera de sus 13 orejas en Las Ventas. El toro pasó sin humillar, apenas duró quince muletazos, y nunca se empleó del todo, pero a Iván, que lo toreó muy asentado a la verónica, le sirvió para que Las Ventas comenzara a creer en él, sobre todo después de echarse sobre el testuz para asegurar la estocada, aún a costa de salir por los aires. Había llegado su momento. Aquella oreja la canjeó, por ejemplo, por sendos debuts en Pamplona o Zaragoza, entre otras plazas, pero sobre todo la utilizó para multiplicar su ambiente. Fue al año siguiente, después asustar a Las Ventas en la goyesca del 2 de mayo con una faena épica al pavoroso ‘Delicioso’ de Carriquiri, y de ratificar en San Isidro su proyección con otras dos orejas, la última de un hondo 47 REVISTA TORO


Cuadri llamado ‘Podador’, cuando las ferias del circuito le acabaron abriendo hueco en sus carteles. Imborrable de mi memoria su actuación en San Fermín, donde se fue a chiqueros a recibir con el capote a la espalda a un toro de Fuente Ymbro al que cortó una oreja al alcance de muy pocos después de matarlo de manera soberbia. Pero, convaleciente de un fuerte percance en la Feria de Málaga, aún tuvo que revalidar toda su temporada en la Feria de Otoño en un mano a mano con David Mora, que Iván afrontó a cara de perro. Estoy seguro que sin la oreja (el único trofeo de la tarde) que arrancó a un exigente burraco de la difícil corrida de Gavira, aquella pareja, formada de un modo un tanto forzado, nunca hubiera existido. Los años siguientes Iván defendió con uñas y dientes el hueco que se había abierto en la élite. Después de una brillante temporada americana (Iván también conquistó aquel continente y dejó una legión de partidarios sobre todo en Lima y Medellín, los dos grandes feudos fandiñistas al otro lado del charco) firmó un 2012 para enmarcar que arrancó abriendo la Puerta Grande en la Feria de Fallas de Valencia, con una corrida de Fuente Ymbro y que continuó de modo triunfal en Sevilla (dio una gran tarde con una corrida de Victorino frente a la que firmó su mejor tarde en La Maestranza) y Madrid, donde paseó una oreja de un toro de El Montecillo y cuajó a otro de Adolfo una de las faenas de la Feria, que sin embargo no remató con el acero. Salió en hombros en Pamplona con una corrida de El Pilar, lidió dos corridas en solitario en Bilbao y Valencia en apenas un mes, cortó dos orejas a un encierro de Jandilla en las Corridas Generales de la Aste Nagusia y repitió éxito en Madrid con una gran actuación en la Feria de Otoño frente a una corrida de Valdefresno, triunfos a los que une los del suroeste francés, que le distingue como el torero del año después de verle salir en hombros en Dax, Bayona y Mont de Marsan. Las Puertas Grandes de Arles, Salamanca, Guadalajara, Pontevedra o Toledo, junto a las americanas de Lima y Cali redondearon un año dorado, que culmina con la Oreja de Oro al triunfador de la temporada, que concede Radio Nacional de España. Con rango y vitola de torero grande, abre el 2013 cortando una oreja en Castellón y Valencia a toros de Fuente Ymbro, pero después de quedarse fuera de Sevilla, resulta herido en Madrid 48 REVISTA TORO

en la primera de las tres comparecencias que tenía ajustadas, al entrar a matar a un toro de Parladé al que realiza la mejor faena de la Feria de San Isidro. Retorna a los ruedos por todo lo alto en Soria, luego de un mes de convalecencia, para seguidamente erigirse en triunfador de la Feria de San Fermín, donde, a pesar del bullicio y la algarabía, son capaces de calibrar un toreo reposado, encajado y hondo a la vez, al jabonero ‘Malicioso’ de Fuente Ymbro, y cortar cinco orejas en dos apoteósicas actuaciones en Mont de Marsan. Bayona -donde lidia en solitario una corrida de Fuente Ymbro– y Dax le vuelven a ver salir en hombros y por segundo año consecutivo se alza con el premio al triunfador del suroeste francés, éxitos al que suma una épica faena en Bilbao a un fiero astado de Jandilla llamado ‘Cachero’, una de las cumbres de una temporada que también cuenta con éxitos destacados en Arles, Santander, Cáceres, Salamanca, Burgos, Palencia, Cuenca, Almería, Ciudad Real y Zaragoza, donde realizó la mejor faena de El Pilar al toro ‘Duermevela’, de Parladé. Por segundo año consecutivo Radio Nacional de España le premió con la Oreja de Oro al torero más destacado del año. Su toreo, tan puro, tan genuino, tan verídico como su forma de desenvolverse, en los ruedos y en la vida, había adquirido sello propio, desde su verónica honda y embraguetada, a sus quites de reunión inverosímil, casi siempre por gaoneras o saltilleras, o sus faenas de muleta, descritas siempre muy aplastado en la arena, con la muleta por delante cuando el toro tenía tranco, algo más retrasada, vendiendo mucho cada cite y cada embroque, cuando el animal tenía medidos el fuelle y el recorrido. Y de postre, sus angustiosos cierres de faena, por mondeñinas o bernadinas, antes de uno de sus célebres volapiés. La temporada 2014 estuvo marcada por su salida en hombros de la plaza de Las Ventas el 13 de mayo, durante la Feria de San Isidro, después de cortar dos orejas a dos toros de Parladé, al último de los cuales entró a matar sin muleta. Luego redondearía su paso por Madrid en la Corrida de Beneficencia, cortando una nueva oreja de un toro de Alcurrucén, a la postre la última en una plaza que, como a tantos de sus hijos predilectos, pronto comenzaría a exigirle hasta la intransigencia. Volvió a triunfar en sus feudos más reconocidos, como Pamplona, donde un año más fue el triunfador de San Fermín, con cuatro


orejas en dos tardes, dos de ellas al toro ‘Español’ de Victoriano del Río, y en el suroeste de Francia mantuvo su estatus con una tarde antológica en Mont de Marsan (tres orejas a un encierro de La Quinta) y dos grandes actuaciones en Bayona, donde consiguió dos Puertas Grandes pero también sufrió una severa lesión vertebral tras ser violentamente volteado por un toro de Montalvo. Alicante, Valladolid, Linares (se alzó con el trofeo Manolete), Huelva, Vitoria, Valencia, El Puerto de Santa María, Ciudad Real, Pontevedra, Soria, Palencia, Coruña y Guadalajara, donde se encerró en solitario con seis temperamentales toros de Jandilla a los que cortó cinco orejas, dieron fe de la rotunda campaña del vizcaíno, que culminó con un invierno brillante en Colombia donde salió en hombros en Cali y se alzó triunfador de Medellín después de desorejar al toro ‘Campesino’ de Achury Viejo. Inconformista por naturaleza, guerrero, luchador y tenaz, Fandiño nunca se conformó con lo que tuvo ni con lo que logró, que ya era mucho. Quería el cetro. Y en 2015 buscó el mayor desafío de su carrera: Seis toros en Las Ventas, de ganaderías de las denominadas ‘duras’, tan ponderadas por el sector más exigente de la afición madrileña, cuyo anuncio despertó una expectación sin precedentes. Junto a sus éxitos en el ruedo, el mayor logro de su carrera fue llenar Las Ventas, sin la ayuda del abono y con su nombre como único reclamo, aquel Domingo de Ramos. Ese festejo era un desafío al sistema, una amenaza al engranaje empresarial, si el resultado hubiera sido brillante Iván se hubiera hecho el amo del toreo. Sin duda. Pero el resultado no estuvo a la altura de las expectativas generadas, y se lo hicieron pagar. Interesó más vender su fracaso que su ‘no hay billetes’, se obvió que ningún toro dio opciones reales de éxito, y el único vencido fue el torero de Orduña, a quien los empresarios pusieron el pie encima para que su osadía nunca volviera a resultar una amenaza, mientras el aficionado más conspicuo puso en práctica esa costumbre tan española de hacer leña del árbol caído. Aquella corrida le pesó mucho durante la temporada, aunque consiguió por ejemplo otro gran éxito en Mont de Marsan, donde salió en hombros junto a Enrique Ponce en un apoteósico mano a mano, cortó orejas en Pamplona, Beziers, Bayona o Palencia y abrió la Puerta Grande en Cuenca o Guadalajara, donde cuajó al bravo ‘Imperial’ de El Ventorrillo, la sensación que se quiso transmitir y la que repetían corrillos y mentideros, era que Fandiño estaba en declive. Aquel año, en cierto modo, yo también le abandoné. No fui capaz de soportar la presión de asistir a aquellos juicios tan severos como injustos a los que era sometido y preferí verlo en el campo,

donde, sin la tensión del traje de luces y la opresión del que se sienta en el tendido, Iván engrandeció su tauromaquia. Sus toques se volvieron más sutiles, su trazo más suave, y su toreo, tan reunido como siempre, ganó en plasticidad y cadencia. Incluso con la mano izquierda, que siempre le cantaron menos, toreaba ahora con igual o incluso mejor desenvoltura que con la diestra. Testigos mudos, encinas, robles, alcornoques y un puñado de privilegiados ganaderos, entre ellos, sus amigos Antonio Muñoz, Alberto Revesado, Álvaro Polo y José Luis Pereda. En 2016 ya se vio ese toreo en plazas alejadas del circuito como Sabiote, donde cortó un rabo a un astado fuerte y serio de Villamarta, o Villamayor de Santiago donde le vi ‘acariciar’ a dos ‘patasblancas’ de Caridad Cobaleda de los que obtuvo cuatro orejas. También varios de sus feudos fetiche, entre ellos Mont de Marsan, Bayona o Dax, cuya faena a un toro de Fuente Ymbro fue premiada como la mejor de su temporada, palparon de primera mano esa evolución, pero la obra que define y da credibilidad a esa vuelta de tuerca, fue la que le dibujó al toro ‘Lagunero’ de Jandilla en su último paseíllo en la oscura arena de Vista Alegre. Una obra de seda descrita por un torero de hierro. Naturalidad, despaciosidad y hondura. Cadencia, suavidad y encaje de un Fandiño hasta entonces desconocido para muchos. Porque nunca habían visto torear así al vizcaíno. Sin un tirón, casi sin toques, frente a un toro que tenía tanta calidad como justa fortaleza, al que había que torear con esa clase y ese pulso para afianzarlo y sacarle su fondo. Una obra grande, artísticamente, la mejor de su carrera. Esa faena lo volvió a poner de actualidad y pese a cerrar el año con dos cornadas en Úbeda y Zaragoza, acabó el curso al alza. Esa trayectoria ascendente la prolongó al inicio de esta temporada, en el Carnaval de Ciudad Rodrigo, en la Corrida de Primavera de Guadalajara o la Feria de Pascua de Arles, donde consiguió la última de sus 21 Puertas Grandes en plazas de primera. Aunque Madrid, tan proclive a devorar a sus hijos, no quiso verlo, su enriquecida tauromaquia era cada vez más palpable a ojos de los que no van a la plaza con la faena hecha. Una semana antes de la tragedia, le vi cuajar un ‘Victorino’ en Plasencia como nunca hasta entonces. Embrocado con el toro un metro antes, muy hundido en la arena, en series de hasta seis y siete muletazos, sometidos, que no forzados, descritos al ralentí. ‘Hoy te he visto torear como en el campo’, le dije. ‘Es que cada vez tengo más interiorizada esa manera de torear, y me fluye con más asiduidad’, me respondió. ‘Ya verás como este año, a poco que los toros me ayuden, te voy a dar muchas alegrías’... 49 REVISTA TORO


Manizales una feria con argumentos

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Por ALEJANDRO VARGAS

a temporada 63 de Manizales, con un argumento diferente cada tarde, se inicia con la corrida conmemorativa, en homenaje a los 70 años de una de las ganaderías de la casa, la que fundaron Hernán y Ernesto Gutiérrez Arango, Dosgutiérrez. Para esa tarde un cartel muy joven con la primera figura nacional, Luis Bolívar que se apunta de nuevo a esta ganadería como lo hiciera la temporada anterior, el debut absoluto en esta plaza de Alberto López Simón, triunfador en Madrid en la temporada 2015 y con un importante paso por Cali en las dos temporadas anteriores. Cierra la terna José Garrido, un torero joven que ya debutó la temporada anterior en Manizales y que en Bogotá protagonizó uno de los momentos más importantes de la temporada, al indultar a “Tocayito” un toro de Mondoñedo.

Y si hablamos de argumentos, los mayores los tiene el festival taurino para los niños del hospitalito, que cuenta con las máximas figuras que actuarán en la feria y que lo harán con los toros de la casa, en este caso novillos toros de Ernesto Gutiérrez. Enrique Ponce y Julian López “El Juli” que reeditarán el mano a mano al cierre de la feria, Sebastián Castella un torero muy de Manizales, otro que ya quiere serlo; Andrés Roca Rey. Luis Bolívar que regresará después de actuar en la apertura de la feria y Pepe Manrique que comienza su temporada número 27 de matador en activo y con gratos pasos por Manizales completan el cartel de lujo en el tradicional festival. Retomando el orden de la feria, el día lunes festivo debuta El francés Juan Bautista Jalabert que actuará junto al triunfador de Madrid y Pamplona, Ginés Marín que también pasó ya por Manizales la temporada anterior dejando una grata impresión ante los toros de Dosgutiérrez. Los dos, actuarán con el triunfador de la pasada temporada nacional, Ramsés que en la edición anterior después de ganarse el cupo de la feria al ser el triunfador de Toros y Ciudad en octubre, cortó tres orejas en la feria que debieron ser cuatro a la corrida de Juan Bernardo Caicedo. La terna se medirá a los toros de Santa Bárbara en una tarde que promete. La novillada anuncia a tres nacionales, una novedad pues en Manizales se acostumbra a darle cupo a un extranjero. Dos de los 50 REVISTA TORO

anunciados cuentan con experiencia, Sebastián Cáqueza, muy próximo a dar el paso al escalafón mayor y Andrés Bedoya, novillero de la tierra y que después de un par de temporadas de buscarlo por fin se ve anunciado en la feria de su ciudad en una plaza de la que ya ha salido a hombros en su etapa de novillero sin caballos. Santiago Fresneda, “El Príncipe de América” ha elegido a Manizales para debutar con picadores, tras su campaña en ruedos españoles. Los tres se medirán con los siempre entipados novillos de Achury Viejo. Tras la novillada se anuncia un festejo al que la empresa denominó como la corrida joven. Esa tarde, la del miércoles de feria, se lidiarán toros de la ganadería de Paispamba que llega precedida de haber sido la ganadería triunfadora en la pasada temporada en la que lidió una novillada en la apertura de la misma. Se anuncian con ella, Leandro de Andalucía quien ganó su puesto en la corrida de Toros y Ciudad en el aniversario de la capital de Caldas el pasado octubre, Román, el torero valenciano que ya sabe que es acariciar lo más cerca posible el cielo de Madrid, lo consiguió el pasado verano y muy cerca de hacerlo de nuevo estuvo en el otoño venteño y Juan de Castilla que cerrará el cartel y que llega precedido de una corta pero importante temporada con triunfos en Colombia y en España. El fin de semana que cierra la feria promete ser exitoso, está servido el plato con dos de las ganaderías con mayor regularidad en la cabaña brava colombiana, la de Juan Bernardo Caicedo y la de Ernesto Gutiérrez. Con la primera harán el paseíllo Sebastián Castella y Andrés Roca Rey que ya habrán actuado en el festival la noche anterior, esta tarde lo harán junto al local José Arcila. Y el sábado, como tiene la empresa de Manizales acostumbrada a su afición, se anuncia un mano a mano, esta vez entre los españoles Enrique Ponce, muy cerca de celebrar sus 28 años de alternativa y con una temporada exitosa puesto que ha sido declarado el triunfador absoluto de ella y el último triunfador de la feria, Julián López “El Juli” protagonista indiscutible en Manizales y su feria.


AVISO IMPRENTA


DÁMASO GONZÁLEZ, EJEMPLO DE VERGÜENZA TORERA

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Por OSCAR HERNÁN CORREA

uede tornarse difícil identificar las características toreras del maestro albaceteño Dámaso González. Se dice de él que fue un torero valiente. Que es difícil arrimarse como él lo hizo. Que sus maneras no eran clásicas; pero era un torero referente para todos los que aspiraban ser figuras del toreo. Que era el rey del temple. Que toreaba todo lo que saliera por la puerta de chiqueros. Que era un pedazo de persona. Y puede decirse mil cosas más del maestro Dámaso González. Lo que nunca podrá decirse es que engañó a la afición. En plaza donde se presentó, fuese de la categoría que fuese, ahí dejó el pellejo con su personalidad de siempre. Dejó su corazón. Y dejó en la arena del país donde toreó, muestra irrefutable de lo que significa gozar de vergüenza torera. Dámaso explotó en el toreo en los primeros años de la década del 60 en la plaza de Barcelona. En la tarde de su debut cortó cuatro orejas y un rabo, convirtiéndose en ídolo de la afición, tanto, que se “coló” en varias corridas mixtas con matadores de toros, entre ellas, la de la alternativa de Ruiz Miguel. Toreó donde lo contrataran, con los compañeros que los empresarios acordaran. Lidió las corridas “duras” y “comerciales”. ¿Y por qué esa disposición? Porque era un torero íntegro. Amaba su profesión. Porque siempre lo ilusionó torear. Dámaso fue quizás uno de los últimos toreros nacidos en las capeas. A Curro Alba como se anuncia en esos primeros días, la dureza de la sierra, a la que empezó a ir desde los trece años, le sirvió para armarse con un caparazón con el que resistió los aires, a favor o en contra, con los que se encontró en su vida de torero. Ni las empresas ni los públicos le fueron favorables siempre, pero la raza y su valor terminaron por poner todo a su favor y así casi dos décadas y sin la necesidad de pisar a nadie. Años más tarde Dámaso confesaría que la etapa de las capeas, en la que recorrió toda España, fue la más feliz de su vida porque en ellas pudo torear y eso era lo que quería, torear simplemente torear sin pensar en monumentales o maestranzas, sin viajes obligados, sin hoteles, sin criticas… 52 REVISTA TORO

En lo concerniente a Colombia, podemos registrar que hizo su debut en Cali el 29 de diciembre de 1969, al lado de Joselillo de Colombia y Paco Camino. Cortó tres orejas a toros de Fuentelapeña. En su segunda tarde cortó dos orejas a un toro de Aguas Vivas. Triunfó, igualmente, con toros mexicanos de Santacilia, cortando cuatro orejas, la tarde del 2 de enero de 1978. Tiene en su palmarés el indulto del toro “Consentido” de la ganadería de La Bolsa en 1986; esa tarde cortó cuatro orejas. Ganó dos veces el Trofeo Señor de los Cristales (1978 – 1986). En la imágen lo podemos ver recogiendo el primero de ellos. Manizales también lo acogió. El 8 de enero de 1980, le dio 90 muletazos al toro “Joyero”, de la ganadería de Félix Rodríguez, al cual se negó a matarlo, escuchando los tres avisos. El toro volvió a la ganadería. Dámaso González dio cuatro vueltas al ruedo. El Presidente de la corrida lo obligó a pagar una multa de $20.000 pesos. Aquel toro fundó la ganadería La Carolina. En 1974, en la misma plaza de Manizales, la faena al toro “Tornillo”, de los hermanos Gutiérrez, fue considerada como la mejor de la feria. En 1981 (tarde de diluvio), cortó dos orejas a un toro de Clara Sierra. En Medellín se hablará siempre de la tarde del 31 de enero de 1971, en la que salió en hombros junto al “El Puno” y Antonio Ordóñez, tras lidiar un encierro de Fuentelapeña. Bogotá, aunque en menor medida, también supo de sus triunfos. Dámaso González salió en hombros de todas nuestras plazas de toros. Colombia lo idolatró. Él se ganó el corazón de los aficionados colombianos. Y no por ser el más elegante en el vestir; porque hasta su corbatín ladeado y la camisa sin abotonar, lo hacía ver como un gladiador vencedor cada tarde. Nos queda el mejor recuerdo de él. Su pundonor. Su valor. Su personalidad. Su atrevimiento cada tarde sin atropellar la razón. Colombia lo recordará como un torero que quiso comerse el mundo, y se lo comió. Por siempre, torero valiente. Por siempre, Dámaso “El Grande”.


SOÑANDO CON EL Corazón Partío Por KAREN ZUÑIGA GAEZ

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odos los años me ocurre lo mismo: cuando aparecen los primeros fríos en España me llega desde mi querida Colombia el olor a toro. Ignoro si a los compatriotas que comparten conmigo estancia, trabajo y ocio en suelo español les ocurre lo mismo, pero les puedo asegurar que, para quienes como yo disfrutan de esa bendita locura que es la afición –mejor-, devoción- por la Tauromaquia, llegando noviembre, el olor a toro cae por su propio peso desde las nubes y me llega nítido, gratificante, hasta el barrio en que vivo, al norte de Madrid. ¿ Quien dice que el olor a toro es desagradable? A mí me parece estimulante y retador, porque me recuerda que la fiesta de los toros no ha hecho sino cambiar de residencia, mudarse hasta el lugar que le aguarda todos los años en el Valle del Cauca y le abre las puertas de la Plaza de Cañaveralejo en la ciudad de Cali . Por tanto, todos los años también tomo el portante y me vuelvo al punto de partida de este trajín que llevo practicando desde hace más o menos tres décadas, de acá para allá y de allá para acá….. Un vaivén permanente que también experimentaron aquellos artistas del flamenco español cuando, según la frase del común, se decidieron a “cruzar el charco” para llevar al entorno de otros mares sus cantes por tonás y fandanguillos y acabaron importando a España las milongas, guajiras y colombianas de los aborígenes. Una fusión de artes -en este caso del folclore entre distintos pueblos- no puede obtener más que el calificativo de altamente beneficioso. Tengo la impresión de que en el arte del toreo, sucede algo parecido: los toreros que vienen a Colombia muestran conceptos y estilos que ya triunfaron en la larga temporada española y aquí, en nuestras Plazas vienen a explicar el por qué de esos triunfos, a competir con nuestros toreros o, como en esta ocasión , con otros brotes de nuestro continente; pero también -digo yo- algo habrán de aportar los colombianos , algo habrá de ofrecer esta tierra que lo es, como ninguna otra de Suramérica, de toros y de toreros, y ahí están las páginas de la Historia del Toreo para atestiguarlo. Por estar emparentada con una dinastía de toreros colombiana que inscribió el nombre del país en los carteles de toros del mundo, durante los viajes de retorno a Colombia sueño con toparme en las ferias con un compatriota que apunte a figura del toreo, que rompa a triunfar como rompen a embestir los toros de bandera. Para quienes vivimos largas temporadas lejos de nuestro te-

rruño, no saben el orgullo que genera el triunfo de un colombiano en territorio ajeno, sea cual fuere la disciplina en que se implique: la cultura, el deporte, el arte en general y para quien esto firma, la Tauromaquia. Este año 2017, se ha consolidado en España el torero Andrés Roca Rey como una de las cumbres de la temporada. Paralelamente, ha ido creciendo artísticamente otro joven aspirante a figura llamado Joaquín Galdós, ambos peruanos; y a la vera de ambos, un novillero venezolano llamado Jesús Enrique Colombo apunta muy alto. Los tres, por tanto, proceden de territorios geográficamente afines a Colombia, pero el primero de ellos ha impulsado la fiesta de los toros en Perú a un nivel difícilmente imaginable. En el tema taurino , ha revolucionado literalmente el país. ¡ A ver quién es el guapo que cuestiona públicamente en Lima su feria de toros y la categoría de la venerable Plaza de Acho ¡. La espectacular revitalización de la Fiesta en Perú lleva consigo algo más que la admiración hacia un ídolo de luces llamado Roca Rey; también supone un gran espaldarazo para su reforzamiento – incluso pervivencia- en este Continente y para la aparición de epígonos pertinentes, como los otros dos toreros mencionados. Algo parecido puede ocurrir en Venezuela con Colombo. Mi deseo sería que Colombia estuviera engendrando un figurón del toreo y que su alumbramiento se produjera en el transcurso de las ferias colombianas . ¿ Por qué no podríamos reenviar al resto del mundo taurino las formas y el fondo de un concepto del arte del toreo con pasaporte colombiano? Sería magnífico que así fuera, como lo fueron hace pila de años los cantes “de ida y vuelta”, referidos, empatizando caracteres y aportando a la lírica y épica de la tauromaquia hispánica el ritmo, la cadencia y el tempo de mi tierra. Es bien cierto que los deseos fervientes o la ensoñación de la duermevela en la panza de un avión no dejan de ser la quimera de un espíritu como el mío, tan apegado a su tierra de nacencia. He de reconocer que mi cuerpo nada entre dos aguas, que tengo , como Alejandro Sanz, el corazón partío entre dos mundos unidos por lazos culturales e históricos; pero el corazón (partido o entero) no es más que una víscera, la más importante del cuerpo humano, que a veces suele fallar, para desgracia nuestra. El alma, en cambio, es cosa intangible, incorpórea e indivisible, y la mía es y será colombiana. Es el alma que permite soñar y, a la vez, reconocer que un Rincón no aparece todos los días.


Foto Lucho Herencia

Joaquín Galdós, el nuevo Inca en el Imperio Roca Rey Hubo un momento en el Imperio Inca cuando Huáscar y Atahualpa pugnaban por gobernar el Tahuantinsuyo. Miles de siglos después, la pugna por el cetro del imperio Inca-Taurino recién comienza.

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Por MAGALY ZAPATA

l territorio es Acho, primera vitrina taurina de América y del Perú y en la que su feria, la del Señor de los Milagros 2017, se abrió con una tarde histórica y con dos faenas dignas de Escapulario de Oro, dos faenas antológicas en las manos de un mismo autor, Joaquín Galdós. Con el perdón de la leyenda viva que es el maestro Enrique Ponce, a la sazón con su vitola de “Torero de Lima” y anunciado en el cartel, la fuerza de lo sucedido me obliga a contar que esa tarde olía a un mano a mano entre peruanos. A ese punto hasta parecía una venganza buscada por Roca Rey, de aquella vez cuando de novilleros tuvieron un vis a vis y el resultado por triunfo y sabor, le fue esquivo a pesar de sus pergaminos. Perú ya tenía en Roca Rey un indiscutible líder del imperio incaTaurino, con triunfos de puerta grande por doquier y sin apearse del podio del escalafón español en la temporada, esquema en el que el coso del Acho era su feudo con dos Escapularios de Oro y en el que hoy, como aquella vez, otro le pegó el cante. Un viejo conocido, su archirrival, Joaquín Galdós. Aquella vez, transitando por el escalafón menor, la gente venía a ver a Roca Rey, con su puerta grande en Madrid y las de otras plazas de primera, pero el descubrimiento fue ver y sentir el desparpajo y naturalidad de Galdós, así como el resultado y la puerta grande. Como aquella vez, Galdós pegó puñetazo en mesa pero con mayores y mejores argumentos, con categoría, con torería, con hondura, con templanza y con desparpajo cortó tres orejas que debieron ser cuatro de no mediar la cicatería del palco tempranamente en el tercero de la tarde. Dos faenas rotundas y dos estoconazos de rodar sin puntilla. Larga cambiada en uno, porta gayola en el otro, y un toreo de abandono, de sentimiento, de alma rota en la expresión con emoción que trascendió y con oles que cada segundo iban a más y a más. Ese jaleo surgió desde las mismas entrañas de los vetustos machones de mi querida y vieja señora, Catedral del toreo americano. 54 REVISTA TORO

Tras el festejo, por las redes decían que estaban 2-0, por los dos “mano a mano” y extrapolando la cosa a términos deportivos muy en boga ya que Perú se jugaba su repechaje mundialista, algo que en toros no existe. Es el hoy y él ahora lo que cuenta. Y así, con ese ánimo llegó Galdós a la contienda. Conversando con él la noche previa, cuando velaba sus armas ante tan importante fecha me dijo que Andrés siempre lo ha motivado mucho, por ser de la tierra y por sus condiciones como torero. El sabe que el valor de Andrés es a prueba de balas pero también me dijo que era consciente y confiaba en sus argumentos. “Ahora mismo es difícil competir con él, porque cuando uno está como él, en su momento álgido, la gente está a su favor, pero yo tengo mucha fe en mí como torero, este año estoy encontrando mi toreo y si cuajo un toro en Lima voy a gustar por encima de los otros”. Y así fue. A pesar de tener en contra las estadísticas de su rival, segundo en el escalafón taurino al cierre de la temporada española (que no es poca cosa) y a sabiendas que Roca Rey iría a por todas “porque la espinita la tiene que tener clavada porque fue profunda y porque sé que mi presencia le incomoda y porque somos dos toreros peruanos que buscan el triunfo”. Galdós quería conquistar Acho definitivamente y me lo dijo: “esta tarde lo haré con más ímpetu y con más ganas porque estoy en mi tierra y quiero conquistar mi plaza”. Y lo consiguió, arrebatando, por el momento, el cetro de Acho. En el Perú, y por ahora, para el Perú, para Lima, y para Acho, tenemos dos gallos en pelea, pero sucede que los dos no pueden mandar en un mismo corral. Dos Incas no pueden mandar en un mismo Imperio. Por eso y por ahora, en el Perú, la rivalidad será toro a toro, tarde a tarde. Por eso y con razón surgirán los partidarios de uno y del otro, del que guste más del arrojo que de la ortodoxia, aunque en suma es el del poderío expresado en diferentes versiones. Como aquella época en que el Acho vivió la rivalidad de José y de Juan, y ustedes saben de quienes hablo. Pues hoy, Perú tiene en sus dos toreros, a Joselito y a Belmonte redivivos.


Por CAROLINA BAQUERO

Foto Juan C. González

“Todo el arte gira en torno a la tauromaquia”

Foto Juan C. González

ExpoTaurina

Fue hace nueve años cuando nació la que hasta hoy es la única exposición en Colombia, donde se mezclan diferentes tipos de expresiones artísticas, que buscan mostrarles a los manizaleños y turistas, los más bellos detalles de la tauromaquia. Año tras año en el marco de la Feria de Manizales se lleva a cabo Expotaurina, que reúne a escultores, fotógrafos, pintores y entre otros artistas plásticos; que desean mostrarle a la ciudad, el país y el mundo, su amor a la fiesta a través de sus obras. Al igual que los artistas, también cientos de personas se acercan a las instalaciones del Centro Cultural y de Convenciones, Teatro Los Fundadores para disfrutar de lo mejor del arte. Muestra de la importancia de esta exposición, es la honorable presencia en el año 2018 del Embajador de España en Colombia, Pablo Gómez de Olea Bustinza; quien busca apoyar esta idea que nació en la mente y el corazón del joven Juan David Montes; un manizaleño de una afición inquebrantable por los toros, que vio en esta muestra artística la forma de fomentar la fiesta brava en nuestro país. Durante la próxima galería, que se realizará del 6 al 13 de Enero de 2018, podremos disfrutar de las obras de los artistas: Juan Torres, Walter Zuluaga y Andrés Trejos, entre otros artistas. Una expocision que invita a acercarnos al mundo más bello, el de los toros.

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a fiesta de toros con la que creció Carlos Manuel Rodríguez Garrido fue las de las corralejas de su tierra, el departamento de Córdoba. Se aficionó con las tardes de toros en las que los más valientes del pueblo buscaban pegar mantazos a cambio de unos pesos o una botella de licor. Donde las banderillas se podían poner dentro de un barril, o en el más osado de los casos acostado en la arena. Pronto bajó del palco a la arena a probar suerte, con el trapo y los palos. Pero aquello no lo apasionó. Viajó a Medellín y luego a Bogotá a ver corridas, su amigo Curro Martín lo presentó en sociedad. No quería ser torero. Quería ser banderillero de toros. Aunque pareciera tener edad para probar como novillero, Garrido es la nueva sensación de la plantilla de subalternos colombianos, la que para muchos es la mejor de América. Los banderilleros y picadores son esa segunda fila dentro de ese equipo que lidera el matador, la figura, el encargado de llevarse la gloria. Los que se visten de plata o de negro tienen que cumplir una función específica y está obligado a hacerlo a la perfección. Cualquier fallo, podría ir en detrimento de que el jefe abra la puerta grande. Para ocupar las plazas de ese equipo que se llama cuadrilla, Colombia tiene una zaga de subalternos que bien podrían merecerles la convocatoria a un mundial. En terrenos taurinos significa para Madrid o cualquier plaza del mundo. Cada cuadrilla está compuesta por tres banderilleros, y dos picadores. Los dos primeros banderilleros ponen los palos en un toro, en el otro tienen que ponerlo en suerte. Lo hacen con el capote y en buena parte ayudan a indicarle al toro por donde debe embestir. Tarea nada fácil. Y que lleva muchos años y muchos toros para su perfección. Los picadores son los encargados de castigar al toro y provocar que su bravura explote en todo su esplendor. Deben picar en el morrillo, y ahora en muy pocos segundos deben dejárselo listo para que su matador lo enfrente con la muleta. Para cumplir esas funciones, en Colombia hay mucho dónde escoger. Los más experimentados, con cientos de corridas encima. Gustavo García, banderillero de Luis Bolívar, fue el peón de confianza de César Rincón desde 1996, Cuántos toros no han pasado 56 REVISTA TORO

por su capote en Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao…Wilson Chaparro El Piña, tornero entre semana y torero los fines de semana, en faceta de director técnico dentro del ruedo. Conformó con García y Chiricuto la segunda versión de la mejor cuadrilla de América a las órdenes de Rincón, ahora es el encargado de la más ingrata función en el ruedo, dar la puntilla. Jaime Devia, uno de los casos en Colombia de pasar de matador a banderilleros. De la escuela de Cali han salido auténticos figurones. En nivel de maestros con el capote James Peña, aquel que fuera novillero del año en Bogotá en los años ochenta y tuviera el privilegio de entrenar con Curro Romero. Y Álex Benavídez, cuyo capote hizo que Maracanazo de Guachicono, en la feria de Cali del 2003, se llevara el trofeo al mejor toro. Ha toreado esta temporada en Madrid y actuó a las órdenes de Sebastián Castella en Francia. Además tiene un comprobado imán para llevarse el papelillo del mejor lote en el sorteo. El lo atribuye a bendiciones divinas. Jhon Jairo Suaza Chiricuto se precia de tener las muñecas rotas. No significa una lesión, sino una virtud para manejar el capote. Récord de saludos con montera es Ricardo Santana quien sigue siendo un espectáculo emocionante sus constantes asomadas al balcón. Por muchos años Manizales tuvo un maestro de banderillas y capote. Rodrigo Arias Monaguillo, el peón de confianza de Rincón en sus primeras cinco salidas a hombros de Madrid. Ahora la perla del Ruiz cuenta con una amplia nómina. Emerson Pineda y Héctor Fabio Giraldo, han conseguido colgarse en las ferias. Número aparte Hernando Franco, capaz de enloquecer las plazas con sus acrobáticos saltos al callejón que se advierten imposibles para su voluminosa figura. A caballo no se advierte renovación. Se han retirado Anderson Murillo, Félix López, Luisín, Diego Ochoa y la nómina se reduce. Los actuales picadores llevan décadas, y aún les que muchas puyas que encordar. Clovis Velázquez, jockey de hipódromo como su estatura lo delata, picó por primera vez como profesional en aquella trágica tarde del 20 de julio de 1987 en Sogamoso, en la que el toro Monín corneó mortalmente a Pepe Cáceres. Fue picador de


Colombia,

subalternos de talla mundial Para muchos la plantilla de banderilleros y picadores es la mejor de América, en buena parte gracias a toreros de plata con un nivel superior. Conozca quiénes son los que hacen el paseíllo detrás de los matadores. Por RODRIGO URREGO B.

Ricardo Santana y James Peña, dos de los más destacados banderilleros de Colombia.

César Rincón en Colombia hasta su tarde de despedida. El opuesto de Clovis es Luis Viloria, de la costa, con sus casi dos metros de estatura. Fue descubierto por César Rincón que se le llevó a España desde su reaparición hasta su despedida. Cayetano Romero, mayoral de Mondoñedo, Rafael Torres, el que más trofeos a mejor puya-

zo ha ganado en los 60 años de Cali, Hildebrando Nieto, hecho en el paraíso de la ganadería Salento. William Torres, de la ganadería Vistahermosa, Adelmo Velásquez, y Reinario Bulla, quien ha ascendido por todos los cargos de la cuadra de caballos, hasta ponerse el castoreño. Apenas una muestra de nombres de toreros de plata colombianos con nivel de mundial. 57 REVISTA TORO


Toros para todos, la nueva apuesta de Cañaveralejo Por RODRIGO URREGO BAUTISTA La temporada Toros para Todos llegó a su tercera edición y en ella se destacaron tres nombres. El del novillero Juan Sebastián Hernández y el de los matadores David Martínez y César Manotas. Los tres fueron declarados triunfadores al final del ciclo y participarán en los intercambios con otras plazas como se anunció al momento de anunciar los carteles.

Alzate y Hernández hacen respetar la casa Siete novillos de Rocha Hermanos se lidiaron en el primer festejo de Toros para Todos 2017. Dos orejas se cortaron, una la paseó Juan Camilo Alzate y la otra Juan Sebastián Hernández.

la circunstancia no pareció amilanarlo. Se repuso y se lo pasó muy cerca asustando a los espectadores que lo recompensaron con la oreja. Sebastián Cáqueza, de Choachí, y quien actuó en sustitución de Santiago Fresneda, apostó por la variedad con el capote. Lo saludó de rodillas en el terció y de esa misma forma, pero en la mitad del ruedo, lo despidió. Hizo un quite con el capote a la espalda, y con la muleta dejó detalles de buen toreo, sobre todo cuando toreó al natural, pero la faena no alcanzó a sumar los suficientes méritos y la espada tampoco tuvo eficacia. El ecuatoriano José Aandrés Marcillo era la cuota foránea del sexteto y no tuvo suerte en su debut en Colombia. El tercero de la noche se empecinó en no embestir y el novillero nunca se pudo lucir. Como pasó inadvertido regaló un séptimo novillo, pero tampoco consiguió acercarse al triunfo.

Juan Camilo Alzate nació en Bogotá y Juan Sebastián Hernández en Sogamoso, pero los dos sueñan con hacerse toreros en la escuela taurina de Cali. Por eso, los dos jugaban de locales en la novillada de la temporada Toros para Todos 2017, y en esa condición hicieron respetar la casa, fueron los triunfadores de la noche al cortar una oreja a cada uno de sus novillos de Rocha Hermanos, casualmente los mejores del encierro.

Juan SebastiDavid Manjarrez y Santiago Viloria pasaron inéditos. Tuvieron que enfrentarse a dos novillos que plantearon dificultades y con los que ambos apenas pudieron dejar destellos de sus ganas de ser toreros.

Alzate abrió el marcador apenas en el primero de la noche, que llevaba por nombre Navideño (380 Kg.) y que no se cansó de perseguir la muleta con la que el torero lo desafiaba. Comenzó su faena con un pase cambiado por la espalda que encendió los ánimos de la noche. Aunque el novillo a veces prefería buscar las zapatillas del novillero, Alzate supo engañarlo con la tela roja. Su esfuerzo cautivó al público y tuvo como premio la oreja luego de una eficaz estocada.

David Martínez fue el que más se acercó al triunfo en la segunda tarde. Dio la vuelta al ruedo tras la lidia del quinto, en una difícil tarde en la que los toros de Dosgutiérrez no facilitaron una buena faena en Cañaveralejo.

Hernández se sumó al carro del triunfo en el tercero. Marginado (392 Kg.) fue sin duda el mejor de la noche. El que tuvo más alegría para embestir y el que parte del público tomó partido a su favor. El de Sogamoso lo saludó con una larga cambiada de rodillas, su mejor trance con el capote. Con la muleta se fue al centro del ruedo, se tiró de rodillas y así vio pasar al animal que embestía con la fuerza propia de un tren. Ya de pie Hernández se sintió torero en series por ambos pitones, tanto con la mano derecha y con la izquierda interpretó suertes estimables. Sufrió un desarme pero

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Dosgutiérrez y un examen difícil de superar

Los seis toros de Dosgutiérrez que salieron al ruedo de Cañaveralejo eran imponentes. Intimidaban con su sola presencia, con sus largos pitones y con sus fieras embestidas. Pero lo que no ofrecieron fue la llave del triunfo. Ninguno de los seis toreros la tuvo fácil, por el contrario pasaron más de un trago amargo. Pepe Manrique, el más experimentado del cartel, apenas pudo espantarle las moscas al primero de la tarde, que no solo se resistió a embestir sino que cuando lo hizo amenazaba con llevarse por delante lo que tuviera enfrente. Cristóbal Pardo también padeció la misma mala suerte con el segundo.


Media veronica de Andrés de los Ríos.

Ricardo Rivera y un toro de Punta Umbría

Juan Camilo Alzate cortó la primera oreja de la feria.

Franco Salcedo no tuvo opción en su tarde.

Aunque este toro se movió más, nunca dejó estar cómodo al torero que sudó más de la cuenta para agradar al público, sin conseguirlo. El toro vendió muy caras sus embestidas y fue arrastrado entre ovaciones.

en condición de regalo. Toros que causaron admiración por sus bonitas hechuras, pero que luego hubo poco juego.

Gustavo Zúñiga fue un torbellino. Dos largas cambiadas de rodillas fueron el prólogo de su actuación. Levantó los tendidos con tres pares de banderillas, y brindó la faena de muleta a su hijo a quien le prometió jugarse la vida, con ese aliciente volvió a echarse de rodillas. Pero el huracán perdió intensidad, tanta que en la espada sonaron dos avisos, en buena parte por una herida que se produjo el propio torero con su espada. Hubo aplausos mientras se marchaba a la enfermería. El mexicano Antonio Lomelín debutó en Cañaveralejo, pero no fue su tarde. Su toro tampoco se la puso fácil y el torero también pasó fatigas. Dos avisos le sonaron. Dice el adagio que no hay quinto malo y esta vez no fue la excepción. Parapente fue el que embistió con mayor emoción y el que más opciones de triunfo ofreció. El caleño David Martínez encendió los ánimos al poner las banderillas, también se tiró de rodillas para iniciar su faena de muleta. El toro siempre persiguió el engaño del torero, aunque la faena tuvo altibajos el público la vivió con entusiasmo, tanto que reclamó el premio para el torero. La presidencia no asomó ningún pañuelo. Camilo Pinilla también se estrenaba en Cañaveralejo y naufragó con un toro imponente. Lo intentó por todos los medios pero su faena no trascendió. César Manotas se lleva el triunfo El torero de Cartagena cortó la única oreja al cuarto toro del encierro de Punta Umbría y fue el máximo triunfador de la temporada Toros para todos 2017. La juventud taurina de Cali se tomó el ruedo de Cañaveralejo. A las 4:00 de la tarde, después de que se corrió el cerrojo de la puerta de cuadrillas, fueron ellos los que encabezaron el paseíllo en la dorada arena. Vestidos de blanco reivindicaron su afición y reclamaron libertad en tiempos en los que el toreo es cuestionado desde varios frentes. Tras ellos, los toreros con banderas de Colombia protagonizaron un emotivo paseo por el albero. Luego se abrió la puerta de los sustos y por allí salieron hasta siete toros del hierro Punta Umbría (procedencia Vistahermosa), el último de ellos

Volcán (450 Kg.), el primero de la tarde, no hizo erupción y se fue inédito. La lava, o la bravura que llevaba dentro, no tuvo sintonía con el español Emilio Serna que poco se entendió con él. Pajarito (478 Kg.), segundo de la tarde, apenas voló en los vuelos del capote de Andrés de los Ríos que lo toreó con mucha clase. Pero se vino a tierra en la muleta donde escasearon sus embestidas. El torero de Manizales estuvo firme y con el engaño en la mano izquierda se lo pasó muy cerca. El toro tardó en caer y el premio que se había ganado en la faena se redujo a un saludo desde el tercio después de un aviso. Ricardo Rivera volvió al ruedo de su tierra donde ha protagonizado faenas inolvidables, pero esta vez se encontró con la mansedumbre de Pernito (448 Kg.), tercero de la tarde. El toro traicionó a su estirpe y no tuvo ganas de embestir. Rivera lo provocaba con su muleta pero el animal no quiso dejarse seducir por ella. Al torero le sonaron los tres avisos. No quiso quedarse con ese recuerdo y regaló el toro sobrero en séptimo lugar. Tampoco encontró fortuna porque el Palillero (452 Kg.) no tuvo casta para embestir, por el contrario lo hizo sin entrega y con algunas embestidas traicioneras. Rivera le plantó cara y el público le agradeció con sus aplausos. Huracán (462 Kg.), cuarto de la corrida, no sopló como lo sugería su nombre, pero sí fue el que más quiso seguir las telas. La suerte lo puso en el destino de César Manotas quien fue el torero que más consiguió emocionar al público. Además, fue certero con la espada. Provocó que de la presidencia asomara un pañuelo blanco para conceder el premio de la tarde, que a la postre fue el mayor de la temporada Toros para todos 2017. Leandro de Andalucía, debutante en Cali, se tiró de rodillas para iniciar su faena pero a Piel de Liebre (482 Kg.) pareció enfurecerse con el alarde y le hizo pasar un susto que para fortuna del torero no tuvo mayores consecuencias. Luego solo fueron intentos vacíos, el toro tampoco quiso embestir. También escuchó tres avisos. Franco Salcedo se fue a por todas, tanto que no esperó a que saliera el sexto. Se fue a buscarlo hasta la puerta de toriles. Allí se arrodilló y lo recibió con una larga de rodillas. Con la muleta intentó plantearle lidia en los medios, pero el toro, sin ningún escrúpulo, prefirió refugiarse en las tablas.

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Guillermo Valencia De niño torero a matador

Revista TORO ha seguido la carrera del joven torero de Popayán desde sus inicios de becerrista, lo acompañó en su primer viaje internacional, a Ecuador, y ahora será testigo de su alternativa, diez años después.

Por RODRIGO URREGO B. No existe un nombre más aristocrático para los payaneses que el de Guillermo Valencia. El primero que lo hizo célebre fue el poeta modernista y político que aspiró a la presidencia en 1918. Luego, su hijo, Guillermo León Valencia, sí alcanzó a imponerse la banda presidencial en 1962. Popayán, la capital del Cauca, ha sido tierra fértil para presidentes, pues es la ciudad que más ha tenido, 15 en total. En cambio no ha sido próspera en toreros. Pero otro Guillermo Valencia, con nombre de mandatario, quiere gobernar el toreo colombiano. Hace diez años, en los más recónditos pueblos del Cauca, Huila y Nariño, el nombre de Guillermo Valencia era el de aquel niño de pequeño traje de luces que era capaz de medirse a vacas y becerros en los festejos patronales. Siempre de la mano de su mentor, el matador de toros Juan Polo. Su padre, también Guillermo Valencia, había soñado con la gloria taurina pero se tuvo que resignar ser un rebuscador en el toreo. Así como vestía de luces, se vestía de cómico. Y en las noches se dedicaba a las artesanías taurinas. Las hazañas del niño torero pronto trascendieron los pueblos escondidos, y empezaron a oírse en las grandes capitales. Guillermo, nacido en vísperas de una navidad, el 23 de diciembre de 1994. Tenía 13 años cuando apareció en Bogotá en 2008, y su pequeña figura, ante novillos que se veían más altos que él, conmovió al público de la Santamaría. Se hizo ídolo en varios festivales de verano consecutivos, y 60 REVISTA TORO

alternó con novilleros que le llevaban años de ventaja. En 2009 llegó su primer viaje internacional. Casi un día de viaje desde Cali hasta Ecuador, para debutar en una de las últimas ferias de novilladas antes del referendo que prohibió la muerte de toros en la plaza de Iñaquito. Como lo había hecho en Bogotá, Quito también se enamoró del pequeño genio, y eso que por asuntos de edad casi no le dejan hacer paseíllo. Guillermo y su familia ya se habían radicado en Cali, pues el niño torero se había matriculado en la Escuela Taurina de esa ciudad. Su madre, doña Leo, siempre ha sido su mayor guardián. Seguramente ella no lo verá como el hombre que es, lo seguirá viendo como el niño de las plazas de pueblo en el Cauca. A su regreso, Cali, Manizales, y por supuesto su Bogotá, se rindieron de admiración. Guillermo empezaba a ganar algunos centímetros, su voz volvía gruesa, y su toreo a madurar. Cruzó el Atlántico, pisó tres veces el ruedo de Las Ventas, recorrió las plazas del sur de Francia, y representó a Colombia en ese mundial de novilleros que cada año tiene lugar en Arnedo, aunque no consiguió calzarse el zapato de oro. De aquel niño torero lo que quedan son gratos recuerdos. El hombre en el que se ha convertido tiene por delante un futuro en blanco, con todas las páginas por escribir. El niño con nombre de poeta se hará matador de toros en Cali. El primer torero en tierra de presidentes.



LA E S C U ELA RE S I S T E Cali tuvo la mejor escuela taurina de América hace apenas quince años. DE aquella cantera de toreros queda poco. Pero sus primeros alumnos la mantienen con vida. Por RODRIGO URREGO B. Cuando al joven José Humberto Eslava le picó el bicho del toreo, abandonó el balón de fútbol que parecía ser lo que más lo seducía de niño. Fue en 1949, cuando vio su primer corrida. Decidió que lo suyo era jugarse la vida en el redondel.

El secreto de la escuela era que precisamente le entregaba a los aspirantes lo que necesitan para hacerse toreros. Toros. Los ganaderos de la región ponían a disposición vacas y toros cada semana. Y las novilladas pre-feria sin picadores y con picadores sumaban una decena.

No la tenía fácil. En las calles y puentes de Honda, en el Tolima, no había manera de emprender el camino para llegar a ser matador. La capital más cercana a su pueblo era la del vecino departamento de Caldas. Manizales, ya tenía su plaza Monumental.

Además, los maestros eran de auténtico lujo. Vasquez II y El Cali fueron directores, y de España fueron contratados los maestros Agapito, Gregorio Sánchez, Joaquín Bernadó. Por eso, de todos los rincones del país llegaron a la sultana.

Fue el comienzo de Joselito Eslava. En aquellos años convulsos de la violencia entre liberales y conservadores, la única forma de hacerse torero era en España. Aún había pocas ganaderías, y la llamada provincia aún no había sido colonizada. La Santamaría era la plaza que daba festejos todo el año, y también era el lugar para hacer contactos y poder cruzar el charco.

Y por si fuera poco, la escuela y sus novilladas hacían parte del mundial de novilleros, una puerta abierta para que los colombianos torearan en España, México, Francia y Ecuador.

Pepe Cáceres lo cruzó para hacerse torero. Y solo volvió hasta que recibió el título de matador de toros en la Maestranza de Sevilla. Abrió puertas y señaló el camino. La única forma de hacerse torero era España. Siempre lo ha sido.

El Gino, Gustavo Zúñiga, Edwin Salazar, Mariano Cruz Ordóñez (Ecuador) Alejandro Gaviria, Paco Perlaza, Ramiro Cadena, Guerrita Chico, Luis Bolívar, Andrés de los Ríos, Héctor José, Ricardo Rivera, César Manotas, José Fernando Alzate, Santiago Naranjo, Luis Miguel Castrillón, Franco Salcedo y próximamente Guillermo Valencia, son nombres de los que alcanzaron el sueño.

Para los que no pueden cruzar el charco, Bogotá es la alternativa. La capital siempre ha sido el mayor refugio, la ciudad donde se entrena a la altura, la región donde más ganaderías se reúnen. La Santamaría ha sido la catedral del toreo colombiano, y ha marcado el derrotero el resto del país.

Muchos otros se quedaron en el camino, pero no por ello dejaron de ser toreros. En esos años 90 brotó en Cali la mejor generación de banderilleros. Gustavo García, James Peña, Ricardo Santana, Álex Benavídez, Chiricuto, Raúl Morales.

Pero en los años 90 el arúspice de soñadores de gloria vestidos de luces tomó otro rumbo. Eran los años de esplendor de Cañaveralejo y la feria taurina que alimentaron el ambicioso sueño de ganaderos y empresarios del Valle. Tener una escuela de toreros. La Escuela Taurina de Cali llegó a convertirse en las mejores del mundo. Primero por sus instalaciones, y luego por la cantidad y calidad de alumnos que pasaron por sus aulas.

De aquella bonanza poco queda. En la sede de la escuela ahora funciona Corfecali. Y son ahora los antiguos diamantes los que se ponen el traje de maestros.

Diego González, quien triunfó en Madrid de novillero, fue uno de los primeros valores. La escuela de Cali era trampolín hacia la Escuela de Madrid u otras de España para aquellos alumnos aventajados.

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Con el liderazgo de Paco Perlaza y Diego González, y el concurso de Santana, Chiricuto, James y Morales, la escuela de Cali resiste. A diario estos toreros quieren echar a volar los pocos sueños matriculados. En la pasada temporada Toros para Todos de Cali, dos de sus alumnos, Juan Sebastián Hernández (Sogamoso) y Juan Camilo Alzate (Bogotá) fueron los triunfadores.




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