NOTICIAS | ENTREVISTAS | REFLEXIONES CULTURALES Nº 17. DICIEMBRE 2023
PIPIOLAS FIN DEL MUNDO | LUIS FERCÁN | NEVERLAND BARI | SARRIA | DELORENZO | SOFÍA LAFUENTE | RIPOLL | MAURI | CRISTINA RUBIO
Sold Out es una revista cultural, descargable y gratuita, sin pretensiones, escrita y diseñada por personas enamoradas de canciones, párrafos literarios, fotografías, películas y toda clase de manifestaciones artísticas. Puedes escribirnos para sugerir lanzamientos y publicaciones a revistasoldout@gmail.com, aunque también puedes enviarnos opiniones y sugerencias que puedan inspirar contenidos diferentes para nuestras páginas en próximos números. Te invitamos a suscribirte y que la Revista Sold Out llegue cada mes a tu correo electrónico. También la puedes compartir con tu entorno y amigos.
X & IG: @revistasoldout
¡SISTEMA DE ENTRETENIMIENTO!
La Caracol.
Texto y fotografía: Dani Pach
Hemos sobrevivido al Monkey Week, y esto no es baladí, teniendo en cuenta los pogos en los que nos vimos inmersos viendo a La Paloma o a estos ‘colgaos’ de Sistema de Entretenimiento. ¡Qué tremenda ida de olla lo de montar conciertos en una pista de coches de choque! ¡Sonaba el claxon y venga, todos a darse de hostias! Lo pasamos muy bien en Sevilla, la verdad, con conciertos raros pero disfrutables como el de Los Planetas (había mucho purista cagándose en el piano), descubrimientos como las Fin del Mundo, divertidas sorpresas como los Cosmic Guacho, y una fiesta digna de ver con Camellos. Hubo más cosicas, pero todo pillaba a desmano y claro, uno ya tiene una edad. Entre medias, ha habido grandes conciertos en el centro del país, como los Wizinks de La M.O.D.A., Xoel López y Vetusta Morla, las “trivieras” de Arde Bogotá, además de grandes conciertos en salas como el de Bum Motion Club, Morning Drivers & Vuelo Fidji, Victorias e incluso la vuelta de Nudozurdo. Vamos, que ha habido conciertos en Madrid como para olvidar el suelo de tu casa y tu ropa limpia. Los sold-outers incluso nos hemos ido al teatro al quinto coñEl Escorial, para disfrutar de la obra de una de nuestras protas de este mes, Miren Iza. Un no parar que nos ha evitado entrar mucho en Twitter, que es nuestra terrible fuente de noticias, donde hace días que
leemos que Madcool está llevando a cabo una estrategia de marketing un tanto curiosa, emplazándonos a vernos en 2025 y 2026, prácticamente al mismo tiempo que una joven promesa del punk pop como Avril Lavigne confirmaba en sus canales oficiales su presencia en la edición de 2024. La peña se atraganta con los memes y la prensa se está volviendo loca al no saber qué pasa, y todo esto es muy divertido. Siempre nos quedará el Tomavistas, aquí en Madrid, y festivales que dan un paso más en sus próximas ediciones, como el Canela Party o el Polifonik. Hay nivel, amigos, porque además ya hay un primer avance de artistas confirmados para el Sonar, y el Sonorama, a golpe de lechazo y vino rico, ha puesto la cinta de casete a correr para confirmar su primera tanda de artistas y una limitación de abonos para que la experiencia sea más cercana a un Canela que a un Madcool. Se cierra el círculo, como todo en la vida, y mientras tanto se anuncian giras que nos generan ilusión infinita como la de Karmento, que acaba de publicar un sencillo doble que tenéis que escuchar cuanto antes, amigos del folclore. Entre esto y el nuevo disco de Musgö, la nueva canción de Las Odio y el último trabajo de El Buen Hijo, tenéis para muchas horas de diversión musical, aunque vuestro salón no sea una pista de coches de choque. ¡Entertainment system!
La historia real nunca escrita.
José Caracol & Nacho Serrano. (Publicación ind.) Tres décadas de música en vivo dan para mucho, y no solo entre el escenario y el backstage. Este libro va más allá de los 6 mil conciertos que se celebraron en la hoy desaparecida Sala Caracol, y lo cuentan de primera mano su artífice, José Manuel Alonso, junto al periodista Nacho Serrano. Las ilustraciones son cosa del fotógrafo Domingo J. Casas, que no lo habrá tenido fácil a la hora de encajar tantos años de música en tan pocas páginas. Esta es una crónica de la resistencia ante las autoridades, empeñadas en considerar a la música en directo como algo delictivo, unida a la inclusividad y pluralidad. Por la Caracol han pasado artistas de todo tipo, desde Sexy Sadie a HIM, pasando por Chavela Vargas (¡sale incluso en su documental!), Radiohead, Dover, Texas, Estopa, Morcheeba, Andrés Calamaro o Los Piratas. Esta redacción visitó la sala por última vez, por cierto, para ver a Sienna. Muchos de esos artistas participan, a su manera, en estas páginas que incluyen además un prólogo brutal de El Gran Wyoming, y que se vende exclusivamente en Amazon (en físico y en digital), con la idea de llegar a cuanta más gente mejor. Los beneficios generados se ceden a una organización sin ánico de lucro de ayuda a los músicos. Además de mantener la sala abierta costase lo que costase, José Caracol nos cuenta entre sus páginas cómo se dieron en esa nave industrial grabaciones de Caiga Quien Caiga, momentos únicos como el despegue de Fito Gabrales o Christina Rosevinge, incendios reales y burocráticos, y un sinfín de aventuras entre las que nos encontraremos incluso con una grande como Lola Flores. Este es el último libro indispensable de este año mágico.
2
Fotografía oficial Neverland Bari Texto: Dani Pach
Neverland Bari
zona zero, el punto de partida
Fotografía por: @bea11trice
Festivales confrimados: Toledo Beat Festival Mediterránea Festival
Quizás sea éste uno de los discos más esperados de lo que queda de año, teniendo en cuenta la expectación que se ha ido generando conforme este banda de trotamundos lanzaban adelantos. Por supuesto, a Neverland Bari les avalan las canciones, y también una marea de fieles fans que no han dejado de apoyarles hasta este mismo instante. El disco cae en nuestras manos casi de rebote, y como nos flipan los rebotes, hemos querido darle unas vueltas a estas trece canciones que no son las típicas que uno mete en un primer disco para darse a conocer. Lo decimos porque hemos visto a mucha peña sacar cualquier cosa tan solo “por tener algo fuera”, y eso es malgastar la bala más importante de un nuevo proyecto musical. Los mismos errores abre precisamente el camino, y ya en estos primeros minutos somos conscientes de las letras profundas, elaboradas y complejas, algo que también se sale de lo común. Estamos acostumbrados a lo fácil, y esto es otro rollo. A continuación se suceden pistas ya conocidas, como Mentiras de M, Órbitas perfectas, y uno de los temas que más destaca en este trabajo, Por si mañana no existiera, abonada probablemente a uno de
los clímax de los conciertos. Tras el pegadizo Acero inoxidable, nos encontramos con una de las joyas de este trabajo, San Vicente do Mar, un homenaje a los artistas gracias a los cuales esta banda (¡y muchas más!) existe. Cuando suena Que nadie encienda, uno no puede evitar acordarse precisamente de bandas como Supersubmarina, pero es que majos, la voz de uno no se puede cambiar, y para forzar la máquina ya está el hijo de Ferreiro. Aquí toca gozar y bailar con buenos ritmos latinos un corte como Tik Tok, quizás la rareza más fabulosa del disco. La pista nueve, Indivisibles, baja marchas por momentos, entre lo frenético y la reflexión, y más allá de los estribillos adictivos, comprobamos que a los Neverland les mola esto de las introducciones con atmósferas tenues, misteriosas, y por eso repiten en la ya conocida Bandera blanca, sencillo que en un primer momento había sido elegido para abrir el disco. Nos pega genial justo ahora, las cosas como son, y somos muy fans de esos coros festivaleros. Tras otra gran canción como Termocardiovascular, afrontamos el final de Zona Zero subiéndonos al helicópero de la pista que da nombre al disco, hacemos la cuenta atrás y nos ponemos a saltar como locos en los minutos más guitarreros y limpios de los 46 que completan esta maravilla. ¿Es el momento más pop del disco? Pues puede que sí. La guinda la pone Pearl Harbor, una despedida dolorosa, de película, que nos pone la piel de gallina y que, pese a todo, guarda un pequeño halo de esperanza. Y hablando de esperanza, da una oportundidad a este gente. Te la estarás dando a ti...
Fotografías: @bea11trice Texto: Dani Pach
mirem iza, tulsa 6
Amadora es maldita y pop. Amadora es Tulsa, María Velasco y todas las demás. Nos fuimos a La taberna de mi abuelo, en Arganzuela, para charlar un ratito con una de las artistas que más hizo, sin saberlo, por que quienes hacemos hoy esta revista, nos interesásemos mucho más por la música alternativa que se ha ido haciendo en este páis desde hace décadas. Contigo crecimos, Miren Iza. Del teatro a las salas, Amadora. Ya ha salido el disco, al fin ¿Cómo estás? Pues estaba hasta ahora muy nerviosa, se me olvidaban muchas cosas, y todo era por el estreno de la obra. Estaba fallida, se me olvidaba el teléfono, el bolso... estaba errática y ansiosa. En teatro estuve en Las Bárbaras en 2019 sustituyendo a María Rodés, y me encantó aquello. Pero ahora el proceso era diferente, y la Sala Verde de los Teatros del Canal impone mucho. ¿Cómo se construye un disco así? Ha sido una idea impulsora la del propio personaje. Ha sido súper poderoso, y me he dejado guiar por las ganas de querer contar la vida de una persona que era una ficción, pero que compartía conmigo cosas que me he ido encontrando en la vida, en madres, tías, hermanas, mujeres más o menos cercanas, y esa idea motor ha sido más poderosa que nunca. Por eso todo ha ido más rápido. Cuando encuentro una idea o concepto, como en Centauros, siento que ya estoy dentro, siento que va a haber disco. Yo hago los discos y siempre pienso que son el último, y tiene sentido porque tienes una idea y no sabes si después vas a tener otra. Y me parece bien, eso te quita presión, aunque en realidad prepara el terreno para que vuelvan a surgir. Pero tienes que tratarte con mucha indulgencia si no tienes nuevas ideas. Notamos un poco de misticismo, algo denso que envuelve las canciones. A lo mejor llamas místico, aunque quizás también lo es, al intento de vincular todo lo que está pasando con la herencia católica. Hay una introducción en SANTAMÁRTIR del libro de Santa Águeda, que es una festividad en el País Vasco en la que se sale en la víspera a la calle con makilas y llamar a la tierra para que se acabe el invierno y que empiece la primavera. Ella fue una mártir, le cortaron los pechos, ese fue su martirio. En el caso de la intro de La Estrella (Enrique Morente), hay un rezo, laico en este caso, que es como una transformación, es decir, sigo necesitando una especie de guía pero no la voy a buscar donde me dijeron que la buscara. Decías: “se confunde el instinto natural con una construcción social”. Es que te lo encuentras a diario, de hecho las mujeres tenemos que decidir en un momento dado si queremos o no ser ma-
dres, y esa es una súper cuestión. La confrontación propia de querer seguir el precepto de madre, hermana, tía, mas ver lo que lo que había alrededor, hace que sea una cuestión inevitable, es decir, no es una inspiración, es simplemente tener los ojos y vivir en tu era. Es casi más difícil no hacerse la pregunta, y cuando yo me la hago, la resuelvo con canciones. Las respuestas muchas veces aparecen en las canciones. No quiero hacer historia es la canción fundacional del disco, Tacones Lejanos fue la segunda casi seguida, y en las dos se da toda esa cosmovisión familiar, que es el momento conyugal, el momento madre hija, dónde estoy, qué quiero o no quiero... Es verdad que la primera es una visión más de Amadora, y Tacones es la más mía, la que más escribo desde Miren.
de la propia canción. Me pregunto si ya no puedo seguir aquí, y en la propia canción se resuelve que sí, que aún me quedan cosas por hacer. Mi intención era que el resto del disco se convirtiese en un “bueno, vale, ya que me quedo, voy a ver hacia dónde transformo”.
¿Llevas a tu terreno también 024? ¡También! En este viaje narrativo, cuando alguien tiene dolor, angustia, y no es capaz de salir en una determinada situación, es muy humano pensar en el suicidio. Es el gran tabú social, y era una oportunidad para hacer una alegato de la vida. Diría que es el punto de inflexión del disco, en medio
Una persona clave vuelve a ser Ángel Lozano, en la música... y en la ficción. Es brutal, el papel de Ángel es muy difícil de definir porque mucha gente no sabe lo que hace un productor. Yo tampoco lo sabía hasta que conocí, primero a Carasueño (por su labor vital en La Calma Chicha), y luego a Ángel. Cuando tú depositas una
Y en esa transformación, aparece una canción súper bonita: Laguna. Esto fue un encargo de María Velasco, es una celebración de la amistad. En un momento dado del proceso, porque íbamos escribiendo de forma muy simultánea, me dijo: “ahora sí que echo de menos un momento amiga”. Ahora Amadora tiene una persona con la que se alía, y hay algo ahí muy rescatable, explorable.
confianza en alguien, le entregas una canción, y con esa canción CREA. No es que matice, no es que mejore el sonido, es que convierte la canción en otra cosa. Yo necesito conocer mucho alguien para estar en un espacio seguro de proposiciones, y con Ángel es ya el tercer disco, con lo cual el diálogo que hay es muy libre. No aconseja, él interviene, actúa, y yo noto que hay cosas en el disco que sé que sin él no habrían sido. Hay momentos de cuando venga el león pálido, del arreglo final de 024... hay cosas que ha elevado, otro nivel. Entonces quieres salirte un poco de lo habitual, y aparece María Velasco. La busco. No la conocía personalmente, pero la periodista cultural Marta García Miranda me habló de ella cuando le dije que estaba pensando en hacer algo escénico con el disco. Me la ‘leí’ toda, porque tenía que haber una sintonía artística, y sentí esa sensación (que pasa mucho en la literatura) de que era algo así como mi alma gemela. Es como una especie de hermana punki que va por delante. Tuve la osadía de llamar a su puerta, y se enroló. Cuando le conté el te-
ma, le interesó lo suficiente como para darle una vuelta, pensarlo, meditarlo, y sobre todo encontrar sus propios motivos para hacerlo, que era algo muy importante. Yo tenía y tengo los míos, y ella tenía los suyos como para investigar, para hablar con su madre desde otro prisma... Lo podría haber hecho otra persona, pero habría sido otra obra, y a mí la que hay me encanta. Ahora que el proceso se terminó, pienso en cómo es la intuición, es decir, tú vas con una confianza en algo que sientes e intuyes, pero nada te garantiza que las cosas vayan a funcionar. Ha sido todo un poco kamikaze - que es la productora, por cierto (risas) -. Al final todo encajó, nuestra gran obsesión era que ambos mundos estuvieran integrados en escena, que no fuesen momentos actrices por un lado y momento música por otro, y creo que eso se ha conseguido. Fueron tres fechas, y después vendrán las salas, imagino. Esto es una producción grande, no podría salir solo con eso. A partir de enero se van a ir solapando las dos cosas, y en los conciertos habrá repertorio de todos los discos. Fotografía por: @bea11trice
¿El formato de directo será el que vimos en la representación de Amadora? Ahora mismo la banda es un cuarteto formado por Clara Collantes, Marlon Pacho, Ramiro Nieto y yo, y en enero se cambiará, porque es que los músicos... la precariedad musical da para otra entrevista (risas). Hablando de esa eterna precaridad, la sentirás en tu entorno también. Y hay una especie de brillantina que engaña un poco, porque muy poca gente vive de la música. Y la música tiene que ser una profesión digna a todos los niveles, seas un grupo o un instrumentista. Tienes que asegurarte de que te den de alta, que tengas una serie de protecciones laborales como con cualquier otra profesión. Y cuánto cuesta salir adelante con un proyecto como el de Tulsa. Yo siempre he buscado estar bien, ser feliz, entonces cuando la balanza se inclina hacia la angustia suelo frenar. Tengo un amigo actor con un proyecto musical y flipa con lo precario. Hace falta unión en el tejido, y tengo esperanza de que se termine dando.
8
Una vida nómada Un puñado de canciones Un dream team Es uno de esos artistas que hemos visto crecer de manera orgánica y con mucho curro en los últimos años, dentro de esa remesa de grandes nombres al más puro estilo “buho real” como Ede, Yoly Saa, María de la Flor o Eva Mcbel. Precisamente en esa cantera inagotable de grandes promesas, nos quedamos prendados con la música del santiagués cuando escuchamos a dúo, en vivo y en directo, una canción titulada Portugal, que llevamos desde entonces muy adentro, y que en cierto modo nos salva. Porque esto, amiguis, va de salvarse, y en los meses previos al lanzamiento de su tercer larga duración, Fercán parece tenerlo más en cuenta que nunca. En lo relativo a los shows estará bien reaarmado, ya que contará con una banda de verdadero lujo, con Nacho Mur en las guitarras, Rodrigo Valiente en el bajo, Carlos Aranzegui en la batería, y Carlos Gil en el teclado. Con estos mimbres todo será mucho más fácil, pero si volvemos a lo importante, al alma, a las canciones, tenemos que sentarnos, abrir la mejor botella que tengamos en casa, encendernos un cigarro y ponernos en modo avión para disfrutar y entender cada matiz, cada detalle de los tres adelantos de este nuevo trabajo que Fercán publicará en febrero. El primero es busco, escrito durante la pasada gira, entre Cádiz y Asturias, y que habla precisamente de esa vida por momentos solitaria mediante la cual el artista ha aprendido a entenderse a sí mismo, a conocerse mejor, además de ser más consciente de que las canciones seguirán estando ahí para salvarle. Es una pieza de apenas tres minutos con la intensidad tan propia de la canción de autor, y con unos matices folk que terminan de completar la experiencia al alcanzar las emociones, que es otro de esos dones de Luis. El vídeo, por cierto, se grabó en su autocaravana,
en película de 16 mm, en Asturias, y es un fiel reflejo de este cuaderno de viaje, casi hipnótico. El segundo sencillo es tu recuerdo (verde otoño), publicado a finales de octubre, y es quizás una de las canciones más crudas, que no frías, del artista, quien vuelve al origen y nos regala dos minutos y medio de voz y guitarra, sin nada más que pueda desviar nuestra atención. Esta canción es una despedida desde la oscuridad, pero deseando todo lo bueno que se le puede desear a alguien en su nuevo camino. También es reflexiva y autocrítica, algo que prevalece sobre la tristeza que parece invadir la composición. El videoclip se rinde al minimalismo, con tan solo una silla de madera en el cuadro, gasolina y un mechero, y es que no se puede representar mejor con tan pocos medios lo que uno quiere expresar. El último adelanto es ahí atrás (miedo en el mar), en el que Fercán vuelve a la intensidad y a las emociones más a flor de piel, ligadas en esta ocasión a una mala experiencia haciendo surf, y es que el mar es ingobernable. Este suceso ayuda al artista a ver dentro de sí mismo para hablar sobre esas situaciones de las que quieres salir corriendo pero algo, una fuerza incontrolable, no te lo permite. Esos silbidos en la parte de atrás de la autocaravana al final son una pequeña esperanza dentro de una composición profunda y dura que encuentra todavía más sentido en el vídeo, tenso y peligroso, en el que el mar y el ser humano luchan por domarse mutuamente. Luis seguirá de trotamundos, viajando a su manera y recopilando experiencias y acompañándolas de canciones, unas veces propias y otras veces de otros artistas como Sufjan Stevens, Tom Rosenthal o El Mató. El viaje tiene cosas muy buenas, y a buen seguro habrá otras que no, pero este paralelismo de irse cada vez más lejos al mismo tiempo que viaja hacia sus adentros es para volverse locos. Si quieres verle en directo, Luis Fercán actuará entre diciembre y enero en Torrelodones, Boiro, Tenerife y Gran Canaria, conciertos pre-gira muy especiales para gozarlo con esa “mirada de alma vieja”.
Luis Fercán
Fotografía: Alejandro Famos Texto: Dani Pach
Fotografías: @bea11trice Texto: Dani Pach
PIPIOLAS El sueño que acaso soñaron
Han sido una de las grandes sorpresas del último año y medio, y se lo siguen currando a conciencia. Todo empezó cuando cayó en nuestras manos El verano que me debes (2022, Elefant) y nos explotó la cabeza cuando sonaron los primeros segundos de Club del 27. Adriana Ubani y Paula Reyes son Pipiolas, un dúo lleno de carisma y con un arrollador espíritu artístico que se intuye cuando hablan y se disfruta cuando actúan. Pudimos tomarnos con ambas un buen cóctel en el Lolina Vintage Café mientras hablamos de No hay un Dios, un LP para terminar de embaucarnos a todos. ¡Al fin, disco fuera! ¿Cómo estáis? Adriana: no nos lo preguntan mucho, la verdad. Antes me preguntaba una amiga por FaceTime que qué tal la salida, y le decía que el previo conlleva tantas cosas, que una vez que sale es como “vale, ya está”. De vez en cuando miras los números, la gente que lo comparte, pero ya estás más relajada, ya te quitas algo de responsabilidad. Paula: en mi caso, el día que salió el disco me lo pasé llorando, no podía parar porque al final me estoy despidiendo de un proceso, de algo en lo que llevas trabajando mucho tiempo, y de repente se hace real. Era un cierre, una despedida en realidad. Es el inicio de algo, y también un adios a muchas cosas. A: el final de los procesos siempre tienen un algo agridulce, pero esas clausuras se disfrutan. Cuando acabé en Amar es para siempre estaba súper triste y sensiblona, pero al mismo tiempo estaba muy contenta porque me permitía mirar hacia atrás y decir “jo, pero qué guay haberlo vivido”. P: soy más melancólica. No puedo disfrutarlo aún porque estoy pasando el duelo de que esto ya deja de ser nuestro, pero nos senti-
mos muy arropadas con comentarios muy positivos que no esperábamos, viendo que funcionan algunas canciones a un nivel con el que tampoco contábamos, teniendo en cuenta además que llevamos muy poco... es una sobreestimulación de cosas buenas, y que estemos hablando con tantos medios por hacer algo que tan diverido... Nunca sabes a dónde te va a llevar un disco, aunque el primer EP daba pistas. A: al final aquello se conformó por la necesidad, estupenda y maravillosa, en base a la inercia de las canciones que íbamos sacando, pero esto es algo mucho más pensado. En nuestro primer
Café la Palma teníamos dos canciones fuera. P: y el concierto fue sold out en apenas cuatro o cinco días. Nabor quiso programarnos, decía que iba a ir muy bien, y quería que nuestro primer concierto fuese allí. El EP lo sacamos entonces porque surgió la necesidad de agrupar las canciones que teníamos antes de firmar con Elefant. Fue una pipiolada total, pero esto nos generó la necesidad de reestructurar todo muy rápido, porque ha ido la cosa a toda velocidad. Nos sentimos a la altura, con energía y con la capacidad de llevarlo adelante, pero es que en el quinto concierto estábamos en la Riviera teloneando a Ginebras. Aparece Elefant y la cosa se pone seria. P: ¡y nos contactan por un MD de Instagram! tengo una foto llorando, diciendo a Albanta y a Adriana: “acabamos de recibir un mensaje de Elefant Records, no sé si sabéis qué es Elefant” y me dicen “no, ¡pero qué es esa cara estás poniendo!” (risas). El sello discográfico indie por excelencia, el de toda la movida madrileña, y nos está preguntando si tenemos más música. “¡Sí, tenemos!”. Nos escribieron en marzo, y nuestra primera canción la habíamos sacado en enero, por eso digo que todo ha ido muy rápido, y vamos a tope con ello, pero claro, tienes que disociar y relativizar, porque de repente estás abriendo para Rigoberta Bandini, y cómete eso, ¿sabes? Ahora, en cambio, incluso habrá canciones que no hayan podido entrar. P: hay cosas dibujadas en el disco de piezas que saldrán después... A: pero no hay ninguna canción terminada que se haya quedado fuera por que no nos cuadrase.
P: lo que teníamos claro es que queríamos hacer un disco más largo, que en realidad son cuarenta minutos nada más, pero nos metían algo de miedo con eso de que ya no se escuchan discos así. ¿Dónde habéis grabado esta vez? A: en la habitación de nuestro productor, Pablo (Vau Boy). Salvo un par de temas en los que hacían falta ciertos instrumentos y que grabamos con Carlos Hernández, el resto fue en donde Pablo, con su perrita y con su micro de veinte euros (risas), que igual no vale eso pero no es el estudio más tocho ni queríamos que lo fuese. Del bedroom se pasa a atmósferas más vivas, más duras. P: siempre hacemos pop, pero experimentamos, transitamos diferentes espacios sin pedir permiso, y quizás se intuye la tranquilidad de que todo este proceso se lleve a cabo desde casa. Como curiosidad, hemos sido portada de una lista de rock, “Rock de ahora 2023”. A: ¡Pues es pop, my rey! P: hay alguna canción que se acerca, y está guay que te den cabida en esos espacios. Mujeres y rock. Haciendo pop podemos tener guitarras muy rockeras también. A: al final todo va sonando a lo que necesita sonar. Somos muy nuevas, no hay espectativas cerradas ni claras al respecto de lo que hacemos, y el no saber qué se espera de nosotras nos permite hacer lo que va surgiendo, y eso es interesante.
En cambio, muchos artistas se sienten realizados cuando encuentran lo que consideran que es su sonido. A: me parece surrealista, y puedo entender por qué lo consideran así, pero, ¿y ahora qué? ¿ya solo vas a hacer ese sonido? Creo que encontrar tu sonido es no saber qué haces exactamente, pero algo que haces te suena a un sonido reconocible de otro artista o de ti mismo. Va más allá de hacer algo súper estructurado y cerrado. P: es un honor si te dicen que algo suena a Pipiolas. Si ya te dicen eso cuando todavía has sacado un primer LP, sin haber podido mostrar ni investigar caminos en los que a lo mejor nos vayamos a sentir incluso más cómodas... quizás eso sea encontrarlo. ¿Este disco es menos bailable? P: en directo quizás no habrá tanta fantasía Disney. Hemos tenido que alejarnos un poco del modo petardas porque, abanderándolo con mucha ironía y con orgullo, ahora tenemos un abanico mayor de posibilidades, todo está creciendo y sí, menos bailable, pero con la oportunidad de hacerlo más performático. La idea de hacer show siempre va a estar presente, no somos de coger una guitarra porque queremos movilidad, y siempre va a haber sorpresas de esas que nos gustan y que nadie se espera. A: y la banda viste mucho, los tres tienen una personalidad súper fuerte, son llamativos también en los directos, entonces nos dan mucha comodidad y la
confianza depositada nos permite nosotras hacer lo que nos da la gana.
a
Habladme de la colaboración con Ginebras, y de esa conexión total. P: de hecho la parte más complicada aquí era la musical a la hora de colaborar, que llevábamos mucho tiempo con lo de hacer colabo medio en broma, medio en serio. Sacaron su disco cuando nosotras estábamos empezando, y no había cabida en aquel momento, pero nos decían siempre que les apetecía un montón. A Ginebras las querían para hacer muchas colaboraciones, y un día Magüi me llamó y me dijo “¿esto que hemos hablado va a ir en serio en algún momento?”. A: nos dijo: “tenemos que decir sí o no a las peticiones que nos llegan, y con Pipiolas queremos hacerlo sí o sí, pero necesitamos confirmarlo”, y Paula dijo que por supuesto, aun sin saber cuándo ni cómo. P: tenemos la colaboración con Vau porque queríamos que al final con todo su trabajo saliese su firma junto a la nuestra, pero no queríamos que la única propuesta musical como tal fuera con ellas. Tardamos en pasarles cosas porque queríamos encontrar el sonido que nos encontrase a ambos proyectos. Les pusimos la demo en casa cenando, les encantó, y ya a partir de ahí nos pusimos todas juntas a hacer arreglos. Y volviendo a la versión de Aute...
13
A: una de las personas más importantes, que está en este proyecto desde el principio y que nos ha ayudado un montón, es nuestra amiga Albanta. Que se llama así por la canción de Aute, y que él cuando escribe esta canción ella ni habría nacido, pero habla de ella. Si había una colaboración pensada, tenía que ser Ginebras, y si había una versión, tenía que ser esta. Es un trocito de amor, de agradecimiento a ella. En aquella cena en casa de Paula también pusimos esta canción, y Albanta obviamente se sabe la letra de la canción, y decía “esta me suena”, haciendo el amago de cantar incluso, y al
rato se dio cuenta y nos empezó a preguntar si esto era real, si iba a en serio. Es una persona muy emocional, se echó a llorar y decíamos “¡tía, que tiene que ser divertido esto!”. Y lo fue, muy divertido y muy bonito, encima juntándose todo. Al final esto ya es mucho más que monetizar el trauma. A: este disco tiene un mensaje más afín a gente de nuestra generación, porque somos conscientes de lo que está bien y de lo que está mal. No es amor, desamor y ya. P: el arte no es útil, pero es necesario. Estas canciones no son de autoayuda, pero sirven para entenderte a ti, desde la identificación, la sensibilización. El amor como un proceso abierto.
Fotografías: @bea11trice Texto: Dani Pach
IZARO Un sano regreso
3.0
“Me llamo Izaro y me dedico a hacer canciones desde 2015”. Así resume la artista de Mallavia, casi a modo de recordatorio personal, el sentido de su aportación al mundo. La naturaleza cautivadora de sus canciones adquieren un prisma todavía más emocional desde el punto de vista de la superación personal, de la consciencia de sus pies pisando, unas veces el asfalto, otras veces la hierba. Necesitábamos escuchar de su propia voz el sentido y la necesidad de ese proceso que concluye en cerodenero, doce pistas donde emocionarnos, donde poder bajar a la
tierra, y donde degustar mucha verdad. todo como para adentro. Me apetecía Desde la Plaza de las Cortes de Madrid mucho ya que saliese. para el mundo, un inolvidable ratito. Ese proceso suena muy necesario. ¿Cómo está Izaro Andrés? Es maravilloso. Llegué a un punto de Ahora mismo estoy... como he comido cansancio insostenible, y eso me llevó muchas golosinas y ya he pasado el a la pena, y a ver una montaña que de momento de mucho cansancio, estoy inicio no entendía, y que no era otra como una niña revolucionada. Y tengo cosa que la sobreexposición y la fama. hambre. Estoy súper contenta por la Me dije: la tengo que subir, la tengo salida de este disco, ha sido un proceso que gobernar y la tengo que bajar. Vi largo - aunque siempre lo es -, pero en súper necesario un descanso este caso ha sido apagado a los medios mediático porque necesitaba trabajar porque he estado un año sin redes, sin sin que nadie me estuviera mirando, y medios, y sin conciertos, preparándolo tener un lunes, y un sábado, y poder
organizar mi vida. Cuando te dejas llevar por el ritmo frenético de este trabajo, de estas industrias extrañas, tu vida parece pausarse pero el mundo sigue girando, tus amigos siguen viviendo. Mi vida se pausa, y la de mi entorno más cercano, la vida de mi pareja, por ejemplo, también se pausa. Está condenado a esperarme en según qué cosas, mientras yo no dejo de dar vueltas, y llegué a la conclusión de que es demasiado sacrificio, hay demasiado ruido, demasiada gente hablando, y por eso necesité apagar. Y este año no te puedo decir cuánto he disfrutado. Cenar
a la misma hora, ver Mihiluze (un programa de la Eitb)... eso era la vida. De repente estaba viviendo al fin la vida de Izaro persona, porque llevaba mucho tiempo viviendo solo la de Izaro artista, y debía hacer caso a la otra. ¿Y cómo será exponerse ahora? Me da un poco de vértigo. Vuelvo de otra forma, he estado en terapia los últimos dos años, y me doy cuenta de que, desde que empecé a ser más conocida, siendo tan joven, y con las cosas sucediéndose rápido sin ser del todo consciente, compartía un montón
en redes. Para mí ahora es súper importante fijarme en lo que no comparto, en lo que me guardo para mí. Por ejemplo, en las entrevistas siempre pensaba que había que responder todas las preguntas, y ahora pienso que no, que no tengo que responder todo lo que me preguntan. Y con detalles así, siento que para vivir en esa exposición, porque al final mi trabajo está totalmente unido a eso, convivo con un público, y me encanta de hecho convivir con ello, necesitaba también saber conciliar todo eso con mi bienestar.
Esto te podría dar pie a componer de otra forma, quizás. Compones más liberada, con menos culpa y menos juicio, que son cosas que están todo el rato dando vueltas. También lo hago más agradecida a mi público, porque es cierto que el dolor llama mucho la atención: estás haciendo equis cosas, pasa algo que te nubla la vista y te pasas mucho tiempo mirándolo porque te está generando mucho dolor, y porque tienes que apagar ese fuego, que es algo normal, pero ahora disfruto muchísimo más mirando a esas cosas que son algo así como pomada. ¿Por qué cerodenero? Nace del hecho de enfrentarme a aquella montaña mientras todo estaba pausado. “Ahora vais a esperar, porque yo tengo que solucionar esto”. Voy a por todos mis traumitas, que creía que no molestaban tanto, porque no es una cosa grande que haya pasado, son un montón de cosas pequeñitas que se fueron acumulando y, de repente, no pasa agua por el canalón y te dices, ¡por Cristo, ahora tengo ir capa a capa solucionando! Para mí ha sido como poner todos los traumas a cero, y además el 31 de diciembre cumplo treinta años, y me lo he planteado como una Izaro 3.0. Lo pongo todo en orden, y adelante con la nueva década. ¿A qué o a quién canta Izaro ahora? A muchísimas cosas. El set list está organizado por el viaje en la montaña, entonces cada canción está a una altura del viaje, y por tanto cada una tiene una climatología propia. El viento que me imagino en la escalada, o en la cima en el momento de reflexión, o ya de vuelta, que simboliza la sanación. Para mí ha sido muy importante escribirlas todas, pero ha sido muy bonito escribir las de sanación. Un día, tras escribir todas las horas que quedan, salí a pasear, que hacía mil que no salía y en ese momento pensé: “estoy bien, se me ha ido la pena. Me he curado”. Y entonces veo todo el proceso y me digo: “¡Izaro, oso ondo! Qué bien que hiciste este viaje”. Pero es verdad que en la subida hay mucha rabia, y para mí es la primera vez que me pide el cuerpo componer desde la rabia que me genera la mediatización
de mi persona. Tu concepto de ti se escapa, ya camina solo, y entonces hay cosas de ti que ya no puedes controlar. La subida a la montaña es dura, hay electrónica, hay agobio, hay dolor, hay un “¡cállate ya!”; luego está la cima de la montaña, que es ese momento de reflexión que te decía; y luego ya es la curación, y esto supone congas, contrabajos, cosas más orgánicas... se representa cómo suena en producción cada estado de ánimo. El viaje empieza con una intro. Es un intento de gobernar la sobreexposición. En vez de dejar que alguien me descubra (porque así esa persona puede medir cuánto coger de mí), seré yo la que le haga creer que me está descubriendo, porque en realidad me estoy dejando ver. Es como cuando te cruzas en el monte con un oso: si le ves, es porque él quiere que le veas, porque él ya te ha olido a un kilómetro. Es esa sensación, así yo mido cuánto muestro y cuánto me puedo guardar. Eso es la intro. A nivel estético han cambiado muchas cosas, y en tus videoclips. Son más duros, más urbanos, marcianos, extraterrestres. ¿Dónde sucede en mi cabeza que tenga que subir esta montaña y luego bajarla? Todo es más raro, sin ser tan accesible, todo el rato se suceden peleas en mi cerebro, y todo ello ocurre súper lejos de mi cuerpo. Me imaginaba todo el rato en el void de Stranger Things, donde está Eleven, en el agua, en la oscuridad, aunque su cuerpo esté en el sofá. Y le tocan, pero nadie puede llegar a ella, porque ella está allí. La ansiedad es lo que hace disociarte de tu cuerpo, y para mí todo ha sido disociado en esa dimensión, en un lugar extraño, como el yeti: no existe pero sí. Son lugares abstractos que solo están en tu cerebro, más lejos de la naturaleza, que es donde está el cuerpo, que es donde ha estado hasta ahora. Han salido cuatro vídeos - de los cuatro singles -, pero en realidad es todo uno, porque grabamos treinta minutos de vídeo, todo seguido. Lo grabamos en Oyarzun, en Zinealdea, en plató. Fue una semana de rodaje y fue una experiencia brutal, hice el guión, porque quería contar esto de una forma muy concreta. Ya está ente-
ro en Youtube, porque para mí era súper importante contar todo el disco. Hay canciones acortadas para que sean esos treinta minutos por mis treinta años, y por mi versión 3.0. Volviendo a todas las horas que quedan... me gusta mucho esa luz. Es el momento en el que vuelvo a salir a la calle. Me paran muchas señoras, gran parte de mi público son ellas, y las amo con locura. Son gente que te quiere entender, me gusta quedarme hablando con ellas pero como este año estaba triste, para que no sucediese pues salía poco. Ahora que vuelvo a salir, me vuelven a parar y ya no me importa. Paseando por el río cerca de casa la escribí, contactando con la naturaleza, que es mi bienestar. Quería que fuera banda sonora Disney, con la Orquesta de Bratislava con un arreglo que hizo Pascal Gaigne -, con un arreglo que hizo un amigo
con un coro de Bilbo... Es como de banda sonora que suena cuando los créditos, que tú dices “ala, ya está, se ha acabado la peli”. ¿Y esto cómo se lleva al directo? Obviamente sin orquesta (risas). Esta canción la tocaremos prácticamente como nació: un piano y yo. La tocará mi pianista Garazi, y va a ser muy traído al orgánico, y al final (ojo al spoiler) quiero quitar micros e instrumentos y cantar cerquita del público. Me apetece, ya que al final del viaje somos tú y yo, personas, cantando juntos. Así terminaré. Y como en tu bío, después de cantar, tocará dormir. Dos cosas que amas. He conseguido además regularizar mis horas de sueño, y he vuelto a cantar yo, en mi casa, sin trabajar, que era algo que hacía siempre, después de cinco meses largos. He vuelto a ser yo.
FIN DEL MUNDO CONQUISTANDO EL PLANETA DESDE LA PATAGONIA
Vinieron, nos vieron desde tres escenarios diferentes del Monkey Week, y vencieron, vaya si vencieron, y no solo en la batalla de bandas matinal de esta feria musical. Las grandes sensaciones de la banda formada por Julieta H, Lucía, Yanina y Julielta L se han ido repartiendo por las ciuades de Oviedo, Madrid, Gibraltar, Málaga o Zurich, y la gira europea continúa con bolos en Barcelona y diferentes ciudades de Francia e Italia. También han sido confirmadas para festivales enormes como el Lollapalooza argentino, que se celebrará a mediados de marzo y que cuenta en su cartel con Arcade Fire, Blink 182, Sam Smith o Limp Bizkit entre otros muchos nombres gordos. Si te estás preguntando de dónde han salido estas chicas, pues mira, date vida y abre ya mismo tu plataforma favorita (Bandcamp también vale) y ponte el disco que ves aquí a la derecha, que esta revista se tiene que leer y escuchar a la vez.
Las Fin del Mundo nacen como formación en 2019 en Buenos Aires, siempre con las marcadas raíces de la Patagonia Sur, y desde un primer momento son marca de la casa sus pasajes, las transiciones continuadas, con sus punteos característicos, y una voz tenue, casi como escondida, tímida y reverberada, que en realidad tan solo está buscando el momento perfecto para poner la guinda a cada composición. Sí, sabemos lo que estás pensando: estas cosas aquí no triunfan. Existen, por supuesto, pero no triunfan, no venden, no encajan ni con lo establecido y diría que ni siquiera con lo underground. Y ahí es donde radica esta especie de éxito, porque esta banda ha tenido que cruzarse medio planeta para decirnos que sí es posible que funcionen en vivo esas canciones, con base en el indie más cercano al post rock, y generando emociones desde lo instrumental, sin caer en el virtuosismo más obsceno, lleno de solos imposibles y egos desmesurados. Esto, amigas y amigos, es una banda con todas las letras, y ahí entra el hacerlo sencillo, el trabajar en equipo y el currar como cabronas, siempre sumando con el equipo que desde las cortinas negras lo ve todo con la misma ilusión. Y ojo, el equipo que hay detrás es amplio, empezando por Spinda Records y siguiendo por La Novena Escena (España), Brain Productions (Brasil), Annibale (Italia) y el INAMU argentino. Todos a una para que este gran tour de Todo va hacia el mar siga yendo como un reloj. También desde Bandcamp puedes hacerte con su disco, que está a la venta en formato vinilo (en diferentes colores), en formato CD e incluso en casete rosa (eso sí, son muy poquitas copias), así que ahora que se acercan fechas para regalar, no pierdas el tiempo y ve a por tu disco de las Fin del mundo, que estas revelaciones no son nada comunes. Nos merecemos artistas así, proyectos sinceros que nos devuelvan al origen, a las raíces, a lo que nos ha traído hasta aquí. Gracias, Fin del Mundo, porque no era fácil el cometido. Campeonas del puto mundo. Texto y fotografías: Dani Pach
Fin del Mundo: Todo va hacia el mar. (Spinda Records) Estas ocho canciones son la suma de los dos EPs iniciáticos de la banda, es decir, las primeras cuatro pistas pertenecen al EP homónimo, y las cuatro últimas se extraen de La ciudad que dejamos. En cualquier caso, es un disco que, de manera obligada, tienes que escucharlo de principio a fin, porque va a ser la forma más enriquecedora de conocer la evolución y la forma que las músicas han ido dando al proyecto casi desde que nace hasta nuestros días. Las flores y El fin del mundo ya muestran esos matices tan cuidados, las melodías y el detalle de las voces, completando con delicadeza ambas composiciones. Eso sí, no podemos obviar el inicio del disco, y es que La noche recoge y musicaliza de manera magistral los versos de Alejandra Pizarnik en Un dibujo de Klee. Entre tanto, La distancia es quizás la pista con más protagonismo vocal (al mismo tiempo es la más corta), casi rogando el descanso físico y mental, algo que chocará en la segunda parte del disco con temas más cálidos como Hacia los bosques, con tres únicos versos, letales y mágicos, extraídos esta vez de Vida, poema de la gran Alfonsina Storni, que parecen tener continuidad en las segundas oportunidades de El próximo verano. Encaramos la parte final del disco con Desvelo, con letras más distópicas y una línea de bajo interesantísima que toma el control a mitad de pista, siendo quizás la que mejor podría resumir el rollazo de estas chicas. El redondo se termina en todo lo alto, a tope intensidad con El Incendio, que es de verdad un final de fiesta, un the end liberador, cuyos versos terminan dando nombre al disco y que además nos despojan de lo tóxico, de nuestra zona de confort, para que nos dejemos llevar, con o sin miedo. Eso será la vida, al fin y al cabo. Este trabajo es una experiencia maravillosa.
27
Fotografías: @bea11trice Texto: Dani Pach
un HERMOSO CAOS
Energía positiva, muy buen rollo y un buen puñado de canciones responsables, sanadoras y, en definitiva, necesarias. La vuelta al ruedo de Claim es una gran noticia para la música de este país. Bengala (SonBuenos) es un conjunto de diez pistas maravillosas en las que encontramos ingenio, ironía, sueños y muchas reflexiones. Antes de su firma en Marilians, compartimos un refresco (y unas algas, que conste) en un patio casi diseñado para la ocasión. ¡Tras cinco añitos, aquí estamos! Adrián: se dan muchos factores para “tardar” tanto, empezando porque terminamos gira en 2020, bastante completa con nuestro primer disco largo. Como complementamos esto con la vida que lleva cualquier otro trabajador, en aquel momento estábamos componiendo mucho más despacio de lo habitual. Teníamos algún tema ya, con mucha calma, pero de repente llegó la pandemia y se nos juntó con el hecho de que estábamos buscando un cambio de rumbo, habíamos dejado SonBuenos porque estábamos replanteando cosas... y de repente con el covid nos quedamos con una mano delante y otra detrás. De repente no teníamos apoyo para publicar nada, hicimos algún lanzamiento puntual sin ningún tipo de altavoz, hasta que ya por fin, los mismos SonBuenos, entre otras personas, nos rescatan. Ramón: dicen que somos el único grupo por el que lo harían, y de hecho son el único con Fotografía por: @bea11trice el que lo han hecho de verdad. A: y nos dicen en ese momento: “no tengáis prisa, porque ahora - ya 2022 - va a sacar disco todo quisqui.” R: y así fue (risas). Nos sirvió para tomarnos las cosas con más tranquilidad, también a nivel vital. Algunos hemos sido padres incluso, y decidimos hacerlo con mucho cariño, con mucho mimo. Al final estamos como reempezando. Es como un primer disco, como si la banda acabase de nacer, un disco de “queremos volver y que la gente nos conozca”. Llamáis a las canciones “diez mapas mentales”. Muy de repensar. R: veníamos de hacer dos discos, el Barbados (2015), que hablaba de los viajes que habíamos hecho en nuestra época de Erasmus, y veníamos de Sofá Paraíso (2018), que era un viaje más introspectivo, pero que se daba dentro de tu ciudad. Este nuevo disco, Bengala, es un viaje mental. Trabajamos la madurez, los sentimientos... cuando tienes una banda se plantean mil situaciones que uno no espera plantearse en su vida, y jugamos contra la ansiedad, contra esa competición en la que parece que estamos todos los músicos de intentar agradar todo el rato. El hilo conductor al inicio de este trabajo era ese, cuidarnos, la salud mental. A: hay muchas referencias a la gestión de
las emociones, porque es algo súper importante, y más en la actualidad. Hay canciones como Hermoso caos, Puente de los peligros, Hasta luego o nunca, que tratan de reubicar, de reencontrarse consigo mismo. Creo que simbolizan ese momento en el que uno dice “hostia, empiezo a estar bien. He pasado por un proceso jodido, y puedo estar vulnerable todavía, pero creo que voy por el buen camino”. Hay muchos altibajos en el disco, simbolizando esas idas y venidas que uno puede tener, pero siempre enfocado desde un prisma positivo, de quitarle hierro a la vida.
nalmente entraron también en el disco. A: Alberto intentó darle un giro a la banda en aquel momento, y Lalo fue la elección ideal porque necesitábamos agarrarnos a algo, y ese algo era recordar qué es lo que nos había convertido en una banda, cuáles eran las razones por las que la gente había venido a vernos a festivales y salas. Y sobre todo necesitábamos que el disco sonara a nosotros, teniendo en cuenta también la evolución. El conocernos desde hace tanto, habiendo compartido tantas cosas y teniendo en cuenta además que la banda le gusta, se nota a la hora de hacer su trabajo.
En Hermoso caos parece concentrarse exactamente todo lo que dices. A: fue muy visceral, la letra la compuse súper rápido, y no sabría qué decir. La canción nace desde la frustración, pero también con la idea de hacer una autocrítica casi cómica. Soy un desastre y voy a reirme un poco de ello. Creo que eso hace que mucha gente empatice porque al final son cosas que nos pasan a todos.
En el equipo está también otro gran nombre: Pablo de Torres. R: es amigo desde Barbados, que le llamamos para que nos hiciera las transcripciones y registrar las canciones, allá por 2015. He trabajado con él también en Better Souls, y es alguien a quien le encantan las canciones. Conoce la trayectoria de la banda, y estamos jugando con eso, que es vital porque no es algo que tenga en cuenta un productor de directo convencional. Es alguien que desde fuera está dentro. A: Pablo lleva un tiempo haciendo producciones de directos en su proyecto, de hecho vive en Madrid, y lleva una coral incluso, y se sale un poco de lo que es el indie, pero ha ganado un montón de experiencia gracias a todo eso. R: tiene claro lo que es un espectáculo, lo que hace a la gente levantarse. En los bolos hay que generar momentos, de alegría, de euforia, momentos más calmados... tienen que estar pasando cosas. Había más opciones, pero nos convencía que fuera de la familia, como Lalo y como SonBuenos.
Y en la nave de la producción, están dos colosos: Lalo y Carlos Hernández. R: Lalo empezó prácticamente con nosotros. Primero con Ayoho (su banda), y luego siguió con las programaciones de Sofá Paraíso. Nos encantó aquello, de hecho a mitad de aquel proceso nos ofrecieron a otra persona y dijimos que no, que queríamos seguir con él porque nos estaba gustando muchísimo. Ahora creímos que, como conoce muy bien la banda, y además estábamos en proceso de volver a la gente que nos apoya, a la familia, volver era algo natural. Sus padres nos conocen, su hermano nos ha hecho vídeos, hemos estado en su casa. Era volver a tener un hermano con nosotros grabando y componiendo. También está Alberto Belando, quien produjo Genes y Roses, que son pistas de pandemia que fi-
Escuchando Suspiros de España, casi parece un vamos a calmarnos. A: y con la leyenda negra de una frase de
R: ¡totalmente! ¡Quiero tener tu presencia! A: no es una referencia, pero salió así y tiene un rollo parecido, pero solo al principio. R: tiene el sampler, alguna guitarra española... en realidad suena a España. Nos guste o no, hay cosas que llevan taladrándonos la cabeza desde niños y lo llevas dentro, pero es parte del collage que queríamos componer. A: esa guitarra en concreto es muy puñetera, a mí me ha dicho alguien que le recordaba a los Crystal Fighters. R: esa fina línea entre Seguridad Social y los Crystal Fighters (risas).
Hemingway, que no digo realmente en la canción, y de hecho es una frase que ni siquiera dice él en ningún momento - y si la dice no tengo constancia -, pero sí que es la lectura que yo hice de Por quien doblan las campanas. Esa frase la digo en algún momento, y creo recordar que en Cadena Ser, dieron por hecho que era de él. R: el caso es que nunca habíamos hecho canciones que hablaran de otra cosa que no fuésemos nosotros mismos. Es una lectura de las cosas que nos definen como país por encima de la política. Ahora mismo todo el mundo se empeña en llevar etiquetas de un partido, de otro, y nosotros en realidad somos de la plaza, de las fiestas, de la terracita, del estar con nuestros amigos, del carácter de aquí. Incluso en la banda tenemos diversas sensibilidades políticas, formas diferentes de pensar y eso es bueno.
Es bueno que no pensemos igual, que lleguemos a acuerdos. A: de hecho, es la última canción que se compone del disco, entra casi de rebote porque tenía la convicción, me puse un poco pesado y aunque la maqueta no tenía la fuerza necesaria, le veía potencial. A Lalo le convence, y nace de la idea de hacer una canción que en la que toquemos tierra, y que hable de una cosa mucho más concreta. Lo que quiere decir la canción es que en realidad hay tantas patrias como habitantes tiene. Para mí serán mis amigos, las calles de mi barrio, y para alguien que vive en una aldea de Galicia, la patria será otra cosa muy distinta. De ahí este engendro de bandera pixelada. Los nacionalismos no tienen ningún sentido, y va un poco por ahí. ¡El ritmo recuerda a... Seguridad Social!
Llevado al directo, y con el Inverfest de fondo, ¿no os pilla el toro con las fechas? R: no nos pilla el toro, de hecho es parte del plan. Es un plan consciente de la dimensión que tiene la banda ahora mismo, y lo que no tiene sentido es que hagamos cincuenta fechas y el año que viene estamos separados porque hemos puesto dinero y nos hemos peleado. ¿Qué es lo normal? Pues hacer Murcia - lo acabamos de hacer -, vamos a hacer Madrid, y seguiremos haciendo cosas con cariño, bien hechas, y a partir de ahí que sea el público el que nos lleve a otros lugares. Si nos dice: “en Barcelona queremos que vengáis”, pues lo estudiamos y vamos para allá. Pero es una inversión muy grande para una banda moverse, alquilar una sala, reservar un hotel... somos cinco, y los que hoy no están y yo comemos como animales. Al final un grupo tiene un componente empresarial que no podemos olvidar. Es muy guay tocar por toda España, nos encantaría de hecho, pero hay que ser consciente de la situación en la que vivimos. Ahora mismo es lo que tenemos, y saldrá alguna sala y algún evento más, y queremos ir a festivales. En cualquier caso, estamos en un momento en que lo que venga, bienvenido será, lo abrazamos. A: dicho esto, hemos preparado un directo muy guapo, y es verdad que la voluntad de pasarnos por diferentes ciudades en las que siempre nos han tratado muy bien, como Valencia, Barcelona, Sevilla, alguna ciudad del norte, sí que está. Vamos poco a poco. También es cierto que el sello nos aconseja y nos va proponiendo cosas, posibles fechas, pero siempre vamos con cuidado. R: también tenemos en cuenta que no hay muchas salas de calidad en las ciudades. En Murcia, sin ir más lejos, no hay salas para un aforo de 200 personas, que es lo que solemos meter. En Madrid es más difícil, y no sabemos además qué ha pasado con los precios de los alquileres, pero ¡guau!. Te estás jugando tus ahorros para visitar una ciudad, y a veces pensamos algo así como “si me va a costar mucho dinero visitar tal ciudad sin saber si va a funcionar, casi mejor me lo guardo y me hago una canción”. Pero es nuestra posición ahora. Ojalá dentro de poco podamos decir que hemos reventado las salas, que al final es lo que queremos.
Si tienes alguna pregunta, duda o sugerencia...
revistasoldout@gmail.com
! R U O T ON
Fotografías: @bea11trice Texto: Dani Pach
ARDE BOGOTÁ
¡TRIVIERAS!
La bogotamanía parece que sigue subiendo niveles cuando uno ya piensa que es imposible superar un presente de locos. Los de Cartagena están poniendo del revés a todo el personal del rock entre Grammys, Premios Ondas y demás parafernalia, que está haciendo además que mucha más gente se suba al carro - y hay para elegir, a juzgar por sus letras - de la banda de la que todo el mundo habla. Arde Bogotá deslumbró en sus tres Rivieras seguidas, algo que pocas veces hemos visto, y revolucionó además el avispero de las entradas anticipadas al anunciar su primer Wizink, hasta el punto de llenar toda la pista y prácticamente todo el graderío del Palacio de los Deportes en apenas medio día. Este hecho, que no había sucedido jamás, y menos con una banda de nuestro país, refleja la ida de olla de un proyecto que se ha ido de madre hasta un punto que los chicos jamás podrían imaginar. Prepárate para la chapa que te va a dar tu cuñado en la cena de Navidad al respecto de todo esto: ¡alerta spoiler! te dirá que no son tan buenos, que estaban en el momento y en lugar exactos, que han tenido suerte porque sus canciones ni fu ni fa, que la industria utiliza artimañas para que estén donde están, y que la banda de su amigo Pepe toca mil veces mejor pero no llenan estadios porque eso sería algo así como venderse. Fuera coñas, Arde Bogotá se han ganado con mucho trabajo y sudando como cabrones, ser hoy una de las bandas más importantes de este país. Lo que pase mañana nos importa un carajo, carpe diem, nuestra más sincera enhorabuena, y saludos a quienes estaban de espaldas comiendo marineras como si no hubiera mañana mientras actuaban en la murciana plaza de Santa Catalina hace cuatro años. ¿Nos repetimos? ¡Puede! Pero en la Sold Out nos gusta estar donde las cosas ocurren, y celebramos todo lo bueno que le pase a esta gente. Se viene otro añito gordo de furgo en medio de la A3.
LA M.O.D.A.
Otra gran victoria es la de estos incombustibles burgaleses que, con un crecimiento orgánico brutal y súper trabajado, y siendo banda y oficina a la vez, han conseguido llevar a gente de todas las edades y a público de toda clase y condición a recintos de todo tipo en España y en América. En este nuevo Wizink, La Maravillosa Orquesta del Alcohol ha querido presumir de buenos amigos, de esos que han ido surgiendo en el camino, y cuya fórmula han tenido que emular en otras ciudades. Son peña agradecida, son sencillos, humildes y tocan de la hostia, dejándose la piel una vez más con sus canciones y con su filosofía. ¡Piensa global, actúa local! No hay banda más auténtica en carácter y en pensamiento, y por ello no quisimos perdernos este conciertazo que marca una pausa más que necesaria. Toca descansar, hacer balance, y rearmarse para lo que venga en el futuro. Se les echará de menos, pero siempre podemos ir a visitarles a su tienda y hacer gasto. ¡Viva Burgos y sus artistas!
MATEO FALGAS En la ruta a veces te encuentras artistas inesperados que te sacan de tu zona de confort, te sorprenden y emocionan. Mateo abría en la Galileo una noche de folk en la que presentaba su trabajo El bosque finlandés, un EP autoeditado ideal para escuchar con calcetines gorditos y un café bien caliente. “Aquí estoy para ti”, dice en los primeros minutos de su disco, y no queríamos dejar pasar la ocasión de tomarle la palabra y recomendar sus canciones, en medio de esta espiral súper chula de proyectos folkies, minimalistas, con atmósferas naturales, orgánicas, llenas de niebla, árboles híper altos y la humedad perfecta para una buena ración de nostalgia. No tiene conciertos a la vista, pero estaremos atentos para contártelo. La foto de portada, por cierto, es de Olalla Herrero, y no puede ser más bonita.
Decíamos en números previos de la Sold Out que la música - o más bien la industria - no siempre es justa con los artistas, y reiteramos lo dicho cuando hablamos de Lígula. Gran recital el de los madrileños para presentar Hoy, un disco increíble que esperamos que sirva como herramienta para alcanzar más públicos y más metas, sin que les venzan los versos de Cansado de pelear. Precisamente para esa canción - y alguna otra - contaron con la colaboración en directo de Mamen Martínez, quien pone su voz en la grabación y no podía perderse una noche tan especial. Este tercer álbum llega tras prácticamente una década de experimentación, de conciertos y de muchas idas y venidas en torno al indie-folk que nos consta que estaría llenando recintos mucho más grandes en otros países. Os invitamos a escuchar sus diez canciones en contexto, y atendiendo a sus letras. Os vais a llevar un buen puñado de buena sorpresas.
LÍGULA
XOEL LÓPEZ A ver, tenemos que confesar que estuvimos en una especie de ensayo con público para este Wizink de Xoel en el Peor para el Sol, en petit comité - y compartimos escalera con algún político pepero, una cosa loquísima -, y entonces veníamos ya curados de spoilers. Aún así, su súper banda nos hizo cantar absolutamente todo lo que tocaron una vez más, dejando en lo alto las canciones más bonitas del gran Caldo Espirito (Esmerarte, Sony). Para el recuerdo se quedará siempre el momento Xiana, tanto como el cajón de canciones de Deluxe, que el propio artista definió como “un concierto dentro de otro concierto”, y que contó en El cielo de Madrid con la colaboración especialísima de Nina de Morgan. No faltó Tierra, ni Lodo, ni por supuesto Madrid, en una noche en la que todos pudimos corear el nombre de Xoel tras más de quince años desde aquella Riviera que él jamás olvidará. En la vida hay que ser agradecido, y Xoel es quizás de los artistas más conscientes de los momentos, de las situaciones y de los vaivenes musicales, actuando y hablando con la elegancia de quien sabe de la importancia del camino ya andado. Era un concierto largo, larguísimo, pero a muchos nos sigue sabiendo a poco. Tigre de bengala ponía el final bailable a otro recital épico de una banda que encaja como ninguna en todo tipo de espacios y aforos. Nos vemos en el siguiente ensayo en el Peor. Guiño, guiño.
Lo de Vetusta ya no son conciertos, superando desde hace mucho y de manera natural esa fase que casi ningún artista es capaz de pasar, para ofrecer un rito, una experiencia musical única, de quitarse el sombrero, la chaqueta y lo que se tercie. No tenemos palabras para describir este Wizink en el que prácticamente emulaban el inolvidable concierto del Wanda, con un escenario lleno de músicos que ya son familia, cada vez más grande, empeñados en fundir de forma magistral el iniciático indie-pop en una amalgama de sonidos populares, dando una vital y notoria importancia al folclore, a los ritmos y sonidos de nuestras celebraciones, y de lo nuestro en general. Siguen contando para ello tanto con las galegas Aliboria y los palentinos El Naan, y han comprendido la importancia de las intensidades, del contexto de las canciones, de los lugares, de la vida, para regalarnos una experiencia completa difícil de olvidar. Quizás esto sea el fin de una etapa tras dos años intensísimos de rodar con Cable a Tierra, Leiva mediante. Venga lo que venga, seguirán en el top.
Sofía Lafuente - No me conoces. (autoeditado / ONErpm)
Delorenzo - Adrenalina de más. (autoeditado)
Sarria - Flor. (Esmerarte I.C.)
A medio camino entre EEUU y España, y con parada vital en la ciudad de Londres, Sofía lleva dos añitos regalándonos canciones, e incluso a mediados de este año lanzó un EP titulado Mitología Personal. Esta canción, en cambio, es ya la tercera de la nueva era de la artista, abonada al pop más íntimo, pero con un punto más de intensidad ligada al desamor. A veces echamos de menos las voces limpias, y por eso sus canciones son una muy buena noticia, acompañadas de suaves pianos y una sutil base que cubre de forma súper elegante estos tres minutos y medio, con pequeñas revoluciones corales y una pausa instrumental final muy emotiva. El vídeo, por cierto, es tan sencillo como maravilloso, dirigido por Jacqueline Day, y nos da una idea más clara de ese universo minimalista que Sofía ya mostró en NMM.
La Gran Vía ha abandonado el fuego y lo inhóspito de Tripulante Urbano, en pro de este verano inusual lleno de sombrillas, tablas de surf y tiburones malasañeros. En esta distopía se mueve lo más cálido de Delorenzo, quien, por cierto, publicará el 14 de diciembre un último adelanto que aunará todas sus pistas en un EP con mucha miga. Quizás más ligado a la canción de autor, las pinceladas blues y jazz se funden con una voz más cercana al pop de bandas como 84 o Vikxie, y en este caso particular nos anima a relativizar, a pausar esta vida perra y disfrutar un poquito el momento, dejando a un lado las preocupaciones y bailando “con las dudas y la curiosidad”. ¡Hay que reinventarse, gente! El diseño de la portada es cosa de Ibai Ganuza, que se vuelve a salir, y es que en Madrid la playa no nace, pero se hace, como casi todo. Y ojo, se viene la batalla...
Desde Málaga y con mucho punch de rock clasicote y detallitos folk y soul, se está paseando sin reparos por nuestra redacción itinerante este sencillo, que supone el pistoletazo de salida al que será el nuevo disco de Sarria, que podremos disfrutar cuando llegue la primavera. Flor ha sido grabada por el gran Paco Loco, producida por John Agnello (Aerosmith, Alice Cooper...) y masterizada en Sterling Sound (Lennon, Bruce, Ramones), así que amigos, esto es crema de la buena, llena de detalles del rock patrio, pero también con mucho rollo de la música de los Beatles o los Doors. Se desprende mucho talento entre riffs, para contarnos la historia de quien, ya prácticamente derrotado por la vida, encuentra un sentido a su existencia justo cuando había decidido decir adios para siempre. ¡Hay flores que todo lo pueden! Deseando escuchar más.
Mauri - A pleno pulmón. (autoeditado)
Cristina Rubio - Enfrentarte o dejarlo escapar. (autoeditado)
Ripoll - Humo y heridas (feat. Algora) (Lunar Discos)
En la Sold Out somos muy fans de los power trío toledano Mauri, y creo que lo decimos poco. Este sencillo es casi un regalo navideño, y supone el tercero publicado durante el año. Lentos pero planificados, estos son unos minutos de mucho desmelene, con el clásico estribillo de saltar como si no hubiera mañana, para contarnos que vale, la vida es dura y todo ese rollo, pero hay que seguir, sin miedo a equivocarse, a meter la pata, para al fin disfrutar el camino, que luego pasan cosas y nos jode echar la vista atrás. Es un sencillo con mucho cuerpo, fresquísimo y con una energía más cercana al indie punk, bailable y con muy buena vibra, que nunca está de más. Esta pista fue grabada por Fran Meneses en Metropol Studios, y estos tíos han aprovechado la estancia madrileña para darse un paseíto por el Retiro, supongo que para intentar respirar lo más parecido a esa cosa llamada aire, y de paso han grabado un clip curiosete, a pesar de no subirse en las barquitas. Ni por esas caen en el mainstream. Ojalá en ese camino surjan bolos...
Puede que ya no queden valientes, pero en la música lo son, y lo pueden demostrar, todos aquellos artistas que han renacido, que se han reinventado o que, como el caso que nos atañe, han encontrado al fin el lugar ideal para su voz, una avenida llena de luz, zonas verdes y esa cascada de cuerdas vocales que dejan un rastro natural, muchas veces también ligado a las palabras, al idioma. Este segundo sencillo en español es una pequeña joya grabada entre Diciembre Estudios y Musigrama (pianos), y lo es por sus chelos, por sus violines y por esa voz limpia y agradecida, que nos habla de las relaciones personales, las más complicadas e irracionales. Se viene esta pista a nuestros oídos tras Como un animal, adelantos del esperado disco que publicará este año que entra. Si te mola la canción de autor, sin duda te gustará todo lo que hace Cristina, no en vano presentó sus nuevas canciones en el Café Libertad 8 hace poquitas semanas. Eso sí, este proyecto va mucho más allá, ligado a un pop intimista que ojalá pase por el circuito de salas.
En épocas de cambios bruscos, el ser humano común se hace cambios impensables en el pelo, y los artistas, que gastan más estilo, cambian la estética de sus canciones y de sus portadas. Gran aporte esta pista de un ex de los siempre recordados Alborotador Gomasio, que para este segundo adelanto de su nuevo trabajo, cuenta con Víctor Algora, otra personalidad en esto del poppismo, quien se ha encargado precisamente de diseñar la portada. Nuestros dieces totales al sentido de todo esto, representando con melancolía ese presente incierto, ese futuro que parecería no pertenecernos. Compartimos las heridas tal y como compartimos el humo, en esas noches en las que intentamos encontrar un sentido común a las cosas que nos pasan. El universo de guitarras pop, con sus estribillos “facilones” nunca lo son - y sus aires modernos, está de enhorabuena. Por cierto, Ripoll actúa casi ya en Madrid, este 9 de diciembre en Siroco, junto a las eminencias de Detergente Líquido.
¡LAS RESEÑITAS! 19
Fotografía y texto: Dani Pach
Una semana de monos
Hablábamos en la página 2 de los días frenéticos en Sevilla, y no queríamos dejar pasar la oportunidad de hablar de lo necesarias que son las ferias de la industria como el Monkey Week, el Big Up! de Murcia o el BIME en Bilbao (y en Bogotá). Este mundillo es pequeñito de narices, y la única pega que le pondríamos es que los artistas tengan representación, además de la que ya tienen en escenarios en todo tipo de parques, plazas y lugares súper originales, también en las charlas de la industria, en los debates, en los coloquios. Al final, todo esto es por ellos, por sus canciones, y a veces uno echa en falta escucharles fuera de los corrillos desenfadados. Algunos querríamos verles con un montón de gente delante, dispuestos desde sus asientos a hacerles preguntas como a cualquier otro, porque al final ellos son - o deberían ser - la industria. Somos unos románticos, unos adictos a lo idílico muy a conciencia, pero ahí queda eso. Por cierto, el avance del Sonorama que veis a la derecha no se ha descuadrado, simplemente nos molaba cómo quedaba. Esta es la forma más estúpida y rápida que he encontrado para introducir en este cajón que Ajenjo puso énfasis, entre confirmaciones como OBK o Molotov, en el futuro de una banda en concreto. Ellos son Malmö 040, y como aquí somos de hacer caso a los mayores, nos hemos puesto su última canción, Los lugares donde irás (Acqustic), junto a Hey Kid, y volvemos a ser conscientes de la importancia que cada vez más se le está dando al folk por parte de muchísimos artistas que llevamos un tiempecito viendo en los carteles de festivales grandes y pequeños. A lo mejor estamos aquí dejándonos la vida “criticando” a un indie maltrecho con el que ya casi nadie se identifica, cuando podríamos invertir ese tiempo valiosísimo en recopilar las propuestas de todos esos jóvenes artistas que apuestan de verdad por una rama más folkie, y que por lo bajini están ocupando cada vez más espacio en las listas y en las salas. Guitarrica marcó el camino, y lo están siguiendo amigos soldouters como Inazio, Besmaya, o esta banda de Barcelona de la que empieza a hablar ya mucha gente. Cuando el río suena, ya se sabe, y mientras, vamos a ponernos La sed de Club del Río, que nos da mucha paz.
"Lo que antes era un cielo azulado ahora es sólo es un decorado como de cielo irlandés...”
William Eggleston: Sin título. Vangoura despues de ti.
LA CONTRA