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Decálogo de los suegros

Por: Mónica Pacheco Góngora

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Todos estamos familiarizados con el estereotipo de los suegros metiches y criticones; aunque debemos decir que no todos son así. Sea cual sea nuestra situación, lo cierto es que los suegros pueden ser una gran fuente de soporte y cercanía.

Todas las relaciones humanas implican el encuentro de dos personas, de dos historias, diferentes formas de pensar y personalidades, distintas educaciones; la relación suegros-nuera o yerno no escapa a esta realidad. Más aún, se vuelve una relación más intensa porque afecta directamente a la persona que más quieres, tu hijo o hija, ya que obviamente queremos lo mejor para ellos y quisiéramos que nada malo les pasara y que su vida fuera completamente feliz.

Pero si a esto le sumamos que desde que son pequeños, querámoslo o no, tenemos ciertas expectativas de vida para nuestros hijos, anhelamos que tengan una vida perfecta de acuerdo a nuestros estándares; esto incluye a la pareja que escojan para casarse.

Con las siguientes ideas ofrecemos algunos consejos que pueden ayudarnos a ser mejores suegros:

1. Buena Comunicación: Muchas veces los malos entendidos y las suposiciones se dan por no hablar lo que pensamos o sentimos. Decir cosas por debajo de la mesa o a espaldas del otro o ‘dar a entender cosas‘ vician la comunicación. Hay que reflexionar si somos sinceros y auténticos en nuestra relación con nuestros yernos o nueras; seguir la intuición siempre es buena herramienta.

2. Ser generosos: Hay que abrir nuestros corazones, nuestro hogar, nuestra familia al nuevo miembro de la misma; hay que procurar estar disponibles cuando se nos necesite. Recordemos que el amor es un ejercicio de la voluntad, hay que querer a la nuera o al yerno.

3. Una buena actitud: Debemos procurar, no solamente ante la pareja de nuestros hijos, sino ante la vida, tener una buena actitud. Hay que seguir superándonos y disfrutar esta etapa de nuestras vidas.

4. Ser buenos abuelos: El amor, la preocupación y la entrega por los nietos van de la mano con ser buenos suegros. No debemos además involucrarnos en la educación de los nietos, aunque a veces nos parezca inverosímil la manera en que los educan; sólo en caso de que nos pidan consejo o si fuera algo imperante que debamos corregir, platicarlo con nuestro hijo o hija.

5. Ni tan cerca, ni tan lejos: Una cosa es estar disponibles y la otra estar encima de nuestros hijos y sus parejas; los límites son indispensables. Deja ir a tus hijos, permitiendo que con sus parejas puedan construir su propia vida y familia juntos.

Desde siempre, la relación de los suegros con nueras y yernos está llena de experiencias y anécdotas; algunas positivas y otras parecen sacadas de una novela de terror.

6. Ser tolerantes: La persona que se casó con tu hija o hijo viene de otra familia, otra educación, otras expectativas. Ser tolerante es respetar aquello que no me es familiar y estar abiertos al aprendizaje; mi punto de vista no es la verdad absoluta.

7. Ser un nuevo apoyo: Las responsabilidades frente a los hijos cambian, al igual que nuestro protagonismo en sus vidas. Tu hijo o hija y su pareja están construyendo su propio hogar. Es importante que sepan que estas ahí, acompañándolos; da la bienvenida a este nuevo miembro de tu familia, multiplica el amor, no lo dividas.

8. Buscar puntos de encuentro: Hay que fijarnos en lo que sí hay. Mejor hay que buscar y disfrutar lo que nuestro yerno o nuera aportan a su familia, sus cualidades y virtudes; la clave está en no girar en torno a las diferencias, sino a los puntos de encuentro.

9. Ser asertivos: Significa afirmar con certeza, que hacer y decir se igual a lo que piensa o sienta. No hay que hablar por hablar; si no sé, mejor pregunto. Digo y hago las cosas en el momento justo en que debo hacerlo, por ejemplo no dar consejos no pedidos. La persona asertiva no agrede ni se somete, manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos, ideas o sentimientos con respeto, actuando desde un estado interior de confianza.

10. Crear un ambiente familiar positivo: Hay que sumar y no restar. Podemos partir del hecho que el yerno o nuera también aporta a la familia experiencia, alegría, amor, su unicidad. Procuremos tratar a nuestras nueras o yernos como parte de nuestra familia.

Ofrezcamos armonía y paz. No hay razón alguna para pelear por el amor de alguien ¿existe acaso algo más maravilloso que más y más personas quieran a alguien que uno ya quiere?