Conocer Uruguay

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Editorial Para este segundo número de Conocer Uruguay incursionamos en tres emprendimientos históricos ejemplares para nuestro país, ellos tienen un punto en común: sus propietarios fueron todos inmigrantes de origen europeo. La Estancia La Paz fundada en 1857 por Richard Bannister Hughes, un comerciante británico que jugó un papel muy importante en la historia agropecuaria de nuestro país importando los primeros ejemplares de la raza Durham (Shorthorn) para mestizar el ganado criollo. También fue pionero en el proceso de alambramiento de la zona rural. Casi un siglo después el establecimiento es adquirido por otro inmigrante, esta vez de origen belga, el ingeniero agrónomo Pierre Wyaux. La Compañía Liebig’s de origen alemán, un importante saladero instalado en 1863, en Fray Bentos. En 1924 es adquirido por capitales ingleses y pasa a llamarse Frigorífico Anglo constituyéndose en el emprendimiento que marcó una revolución industrial en toda la región. En 1854 una familia de origen alemán, los Lahusen, se instala en el departamento de Colonia creando Los Cerros de San Juan,

un establecimiento ejemplar en la explotación de varios rubros como la viña, la cabaña, la forestación y la agricultura, entre otros. Para cada una de sus áreas los alemanes contrataron técnicos europeos de primer nivel. Luego, por un tema de sucesión, el establecimiento pasa a manos de la familia Booth, de origen británico. Los tres emprendimientos fueron fundados en una misma época, entre los años 1854 y 1863. ¿Es casual o Uruguay realmente fue, en esa época, un imán para las inversiones europeas? Además, visitamos un paisaje extraordinario a pocos kilómetros al norte de la ciudad de Minas, el salto de agua del Penitente. Invitamos para este número a Ignacio Iturria, un artista uruguayo reconocido en todo el mundo. Aprovechamos esta ocasión para agradecer a todas las empresas y personas que nos acompañan en Conocer Uruguay. Sin su apoyo sería imposible realizar esta tarea. Javier Irureta Goyena Gomensoro



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ESTANCIA La PazLa Paz eST ANCIA eSTANCIA La estancia La Paz fue fundada en 1857 por un inmigrante inglés en 20.000 cuadras de campo entre los arroyos Negro y Rabón, en lo que hoy es el departamento de Paysandú. Richard Bannister Hughes nació en Liverpool, a los 20 años arribó a Montevideo y estableció una casa comercial que llegó a tener sucursales en Buenos Aires, Río Grande y Liverpool. Su inquietud y aptitud para los negocios lo llevan a dejar de lado la actividad comercial y aprovechar la depresión en que estaba sumido el medio rural tras la Guerra Grande para adquirir los campos de La Paz, consideradas unas de las mejores tierras de esa zona de Paysandú.


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La Estancia fue fundada en 1857 Entrada principal al casco de la Estancia

Hughes trajo de Inglaterra los primeros ejemplares de la raza Durham que llegaron al país para mestizar el ganado criollo. Los campos de La Paz también fueron pioneros en el proceso de alambramiento que comenzó a mediados de la década de 1860.Además de delimitar la propiedad, con el alambramiento se formaron potreros para separar distintas categorías de ganado y mejorar su manejo. Ese sistema significó un cambio fundamental en la forma de explotación de los establecimientos ganaderos que luego fue imitado por las demás estancias.

Hughes también fundó un saladero en Fray Bentos, en un ejemplo de integración vertical de la producción ganadera. Este será luego adquirido por la compañía de origen alemán Liegbig’s Extract of Meat Company, dedicada a la fabricación de extracto de carne. Más adelante la Liebig’s es reconvertida en el frigorífico Anglo (ver nota en página 24). La edificación tiene una planta con galerías, aljibe y en un anexo la capilla, además –como muchas estancias de la época– posee un mirador que servía para avizorar la llegada de los “indeseables”, de los indios “infieles” o gauchos desconocidos.


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Las columnas en hierro son de diferentes medidas, traĂ­das especialmente desde Inglaterra


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En 1956 otro inmigrante, esta vez de origen belga, compra la estancia La Paz a los descendientes de Richard Bannister Hughes. El ingeniero agrónomo Pierre Wyaux y su esposa María Helena reconstruyeron el casco original de la estancia, así como la capilla, manteniendo su estilo original. La capilla, reliquia histórica del siglo XIX, tiene una arquitectura de la Inglaterra victoriana que recuerda a las capillas de Liverpool.Además en su interior posee un magnífico vitreaux que le da su nombre: Capilla del Buen Pastor. Allí se han dado todo tipo de c elebraciones cristianas desde aquellas épocas hasta el presente, como bautismos, comuniones y casamientos. Allí descansan los restos de Richard Bannister Hughes, su señora Adelina Rücker y de María Helena Dumot de Wyaux, entre otras personas vinculadas a esta estancia. El establecimiento cuenta actualmente con 1.800 hectáreas pobladas con alrededor de 3.000 vacunos.Tiene además una

Su arquitectura proviene de la Inglaterra Victoriana, recuerda a las capillas de Liverpool

cabaña de la raza Charolais con productores traídos directamente de Francia. El sistema de explotación de alta rotación es el ejemplo de la zona. Plantaciones de trigo se rotan con pasturas que proveen el alimento para el ganado, el cual es sometido a diferentes cruzas buscando el vigor híbrido como Charolais-Aberdeen Angus, Charolais-Hereford y algunas cruzas Cebú. Además, el establecimiento combina la explotación ganadera con el turismo rural, coordinando los espacios naturales con la trayectoria histórico cultural. Se revalorizan los factores de atracción turística del lugar como el ecosistema, paisaje, agro-ecosistemas, valores etnográficos, patrimonio cultural y trascendencia histórica. El año pasado, la Hostería y Estancia La Paz obtuvo la certificación ISO 9001:2000 y de esta manera se convirtió en la primera estancia de Uruguay en alcanzar ese nivel de calidad certificada.

El vitreaux le da el nombre a la capilla: “Capilla del Buen Pastor”


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Los turistas que se hospeden en La Paz pueden disfrutar de variadas actividades: cabalgatas guiadas, caminatas didácticas, paseo en barco y pesca, canotaje, avistamiento de aves, observación de la galaxia, vuelos ultralivianos, piscina, tenis y voley. La hostería cuenta además con un spa campestre, donde deleitarse con una variada selección de masajes, sauna, hidromasaje, tratamientos faciales, corporales y otras terapias alternativas.



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Los turistas pueden disfrutar de variadas actividades: Cabalgatas, caminatas didácticas, pesca, avistamiento de aves, piscina, tenis, spa y otros

Cómo llegar:

Estancia la Paz

Por Ruta 3 rumbo al norte, antes de llegar a la ciudad de Paysandú en en el Km 336 se toma el camino a la izquierda unos 14kms.(Camino de tosca en buen estado). A mano derecha encontrará la entrada de la Paz

Fuentes : Antiguas Estancias del Uruguay (Tomo I) Edición: Irureta Goyena Ediciones



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Salto de agua deldelPenitente Salto de agua Penit ent Penitent entee En el departamento de Lavalleja, a 25 kilómetros de Minas, se encuentra el salto de agua del Penitente. Una cascada de más de 50 metros de alto, rodeada de un entorno agreste, donde reinan la tranquilidad y la belleza. La caída de agua cristalina está enmarcada en una quebrada

sobre fondo rocoso y vegetación silvestre. El torrente se precipita a una piscina natural con fondo de piedra, donde se puede tomar unos baños. Actualmente funciona el parador Penitente, ofreciendo servicios de gastronomía, con zona de camping, cabalgatas y vivero.


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Alberto Vignale atiende personalmente a los visitantes

El Parador ofrece una muy buena gastronomía con el apoyo y apadrinamiento del famoso restaurante La Huella de José Ignacio en Punta del Este

salto de agua del penitente por Francisco Ferber - Propietario Creo que en la vida hay que ser agradecido por las cosas buenas que nos tocan en suerte. A mí me tocó recalar en estos “pagos” siendo muy joven en el año 1964. Por supuesto que venía con ese impulso juvenil a poner en práctica mis conocimientos agropecuarios; o sea que mis ojos analizaban el campo pura y exclusivamente bajo el punto de vista productivo. A medida que pasaba el tiempo fui conociendo a los “nativos” del departamento y poco a poco comprendí el amor que profesan por sus sierras (la canción Minas y abril con letra de Santos Inzaurralde es un ejemplo), contagiándome de inmediato, ya que nos marca la diferencia con el resto del país y nos crea una identidad casi exclusiva. El salto del agua del Penitente es uno de esos accidentes geográficos que tuve la suerte que estuviera en mi campo, y no faltaba oportunidad para visitarlo asiduamente, ya sea en cada recorrida de campo (a caballo que eran las más lindas), ya sea con mi familia o con gente que nos visitaba y quería conocerlo. Recorrer el salto para gente que no fuera allegada a mí era realmente una expedición, ya que no se accedía por calle ninguna.

Fue así que en conversaciones con uno de los concejales del departamento (don Juan Otegui), del entonces Sistema Colegiado en el año 1965, hice una donación de nueve hectáreas para acceder a él. Más adelante formé familia y tuve tres hijos, quienes creo que disfrutaron mucho más que yo del salto del agua. Poco a poco me di cuenta de que aquel “accidente geográfico” era un privilegio que a la larga iba a tener que ser compartido libremente con el resto de mis compatriotas. Fue así que un día visitando al intendente Héctor Leis (el popular y estimado Bolita) primero y años después con el intendente Herman Vergara y el ministro de Turismo de la época, Pedro Bordaberry, fui cediendo a la presión de mi conciencia, y a las veladísimas sugerencias de los ya mencionados, y concreté la donación de otras tres hectáreas para construir un parador. Puedo decir que hoy en día no me arrepiento para nada de mi decisión, porque felizmente la concesión del parador y sus alrededores cayó en manos de Alberto Vignole, que lo hace muy bien. A lo largo de estos cuarenta y tantos años podría contar varias anécdotas o acontecimientos (conciertos musicales exclusivos: Emil Montgomery, filmación de la famosa serial del Curro Giménez, etcétera), pero ocuparía mucho espacio. Lo del principio: agradezco haber vivido la mayor parte de mi vida aquí y, sobre todo, haber formado a mi familia entre estas queridas sierras.


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En el lugar se encuentra un vivero de flora aut贸ctona


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El Salto de penitente por Pedro Bordaberry El encanto de un lugar es como el de una mujer. No alcanza con que sea linda por fuera, sino que también debe serlo por dentro. Por eso es que me gusta tanto el Salto del Penitente. Llegué ahí en abril de 2002 con Herman Vergara y me enamoré del lugar. El problema es que no hay un parador ni baños, me dijo el intendente minuano. En los meses siguientes trabajamos juntos para solucionar esa carencia (yo desde el Ministerio, él desde el Municipio). La geografía allí es única. Una cascada que cae desde lo alto de la piedra, hasta un lagunón, allá en lo bajo. Después el agua sigue corriendo, serpenteando entre sierras y quebradas. La imponencia de las piedras, el ruido del agua cayendo, los cuervos que vuelan en lo alto, más los gritos de los teros desde el cañadón son suficiente atractivo. Pero tenía razón don Herman. Faltaba infraestructura. Así fue que construimos juntos un parador que – creo– interpreta la geografía y el espíritu del lugar. Los arquitectos, unos muchachos jóvenes y talentosos que ganaron el concurso, siguieron las enseñanzas de Vilamajó. Hicieron una obra que respeta la topografía del lugar (se entra por el techo) y permite disfrutarlo más. En el tiempo que llevó la construcción primero y la promoción después, fui conociendo el lugar y la gente por dentro. Descubrí entre las sierra e hice amistad con Carlitos Paravís y su guitarra. Montados en el Nitocarlo y el Carapé, llegamos juntos al Salto una mañana. También me reencontré con los versos de Santos Inzaurralde. Comí un churrasco con Quique Souza colgados de la sierra en la Villa, a unos pocos kilómetros. Pancho Ferber apareció casi pidiendo permiso, con su bondad a cuestas. Así fue que los sonidos de las guitarras y los silencios de la amistad se sumaron al color de la sierra y el salto. Después se dio en concesión el parador. Con el concesionario aparecieron los aromas y los sabores de la carne asada, el pan recién horneado y los dulces caseros. Todos los sentidos a pleno. Varias veces me pregunté por qué me enamoré de ese lugar. Será por la geografía, por la gente, por la música o por los sabores. Quizá por todo, o quizá la respuesta esté en uno de los versos de Santos. Ese que sentencia que los vascos somos como los talas, nacemos y vivimos entre las piedras. Dr. Pedro Bordaberry Herrán Ministro de Turismo 2000-2005

Se forman en la caída de agua varias piscinas naturales


Vista general del Salto de Agua

Villa Serrana A muy pocos kilómetros del salto de agua del Penitente se ubica la localidad de Villa Serrana, proyectada y realizada en 1945 por el arquitecto Julio Vilamajó como una villa de descanso al estilo europeo. El emblemático Ventorrillo de la buena vista, símbolo del lugar, el embalse de agua, ideal para la pesca, y los caminos trazados en medio de la naturaleza, ideales para caminar o cabalgar, forman parte de este sitio tan especial. Vilamajó construyó la villa con un sentido de conservación de los elementos culturales y naturales del lugar. Así, la perspectiva de las sierras de Minas y su entorno es la protagonista. Su idea de conservar los elementos característicos le llevó a disponer la construcción de los edificios en áreas de altura media, de manera de proteger los valles, las cañadas y su vegetación. Para la edificación utilizó materiales del lugar como piedra, madera, paja y ladrillo de campo, buscando siempre el diálogo entre la arquitectura y el medio y sin someterse a las premisas y técnicas desarrolladas en lo medios industrializados. De esa manera también protegió los oficios artesanales y las formas típicas de construcción de la zona. El arquitecto realizó además algunas prescripciones respecto de la forma en que se debían materializar las futuras construcciones.


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Julio Vilamajó nació en Montevideo en el año 1894. Fue uno de los mayores creadores en el campo arquitectónico de Uruguay, reconocido más allá de los límites del país. Del estudio de su trabajo se desprende el aspecto que caracteriza toda su obra: una integración entre la arquitectura y el medio que la contiene. Excelente dibujante, artista de mente fecunda, proyectó residencias privadas, edificios de apartamentos, hoteles, edificios educativos, urbanizaciones, complejos deportivos y establecimientos comerciales.

Cómo llegar:

SALTO DEL

PENITENTE Desde Montevideo tomamos Ruta 8, pasando Minas en el Km 125 tomamos un camino a la derecha. Recorremos unos 15 kms hasta el Parador. Desde allí podemos acceder a Villa Serrana.


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En 1947 fue designado como uno de los diez arquitectos integrantes de la Junta de Proyectistas Consultores para la construcción del edificio de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. En Uruguay construyó las residencias Ellis, Casabó, Perisco, Yriari y Vilamajó; los edificios Juncal, Moncaut, Musante, la Facultad de Ingeniería y muchas otras obras que conforman el patrimonio cultural del país. Fuente: www.uruguayenelmundo.com.uy

Estancias turísticas La Calaguala Ruta 8 - km 145 Contacto: RF 04402347 - Cel: 099 38 75 19 Montevideo: 200 28 42 lacalaguala@adinet.com.uy www.paysandu.com/lacalaguala

La Fortaleza Ruta 8 - km 145 - Cno. Vecinal 4 kms. Contacto: Montevideo: 708 77 96 - 707 14 92 Cel: 099 76 77 26


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FrigoríficoFrigorífico Anglo Anglo En Fray Bentos la industria saladeril estuvo presente desde mediados del siglo XIX. La Liebig’s Extract of Meat Company, compañía de origen alemán dedicada a la fabricación de extracto de carne, se instaló desde 1868 en las inmediaciones de la ciudad.


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La Empresa cre贸 el Barrio del Anglo para personal del Establecimiento.

Antiguo Muelle donde se embarcaban los productos nacionales


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Actualmente funcionan dentro del Barrio del Anglo pequeñas plantas Industriales

En 1924 la compañía fundada por Liebig se convierte en el frigorífico Anglo. Desde ese momento fundacional, y a lo largo de varias décadas, la fábrica y la ciudad vivirán una relación casi simbiótica, caracterizada por el impresionante volumen de producción que alcanzó en sus épocas de auge. Fray Bentos fue el lugar específico donde comenzó la verdadera revolución industrial en la región del Río de la Plata. La industria del extracto de carne, sobre la base del invento del químico alemán Justo von Liebig, requirió no sólo maquinaria adecuada totalmente desconocida hasta el momento, sino sistemas para obtener más pronto el ganado, mejorando así su calidad y la producción. Ello trajo como consecuencia profundos cambios en las estancias, en la cruza de ganados cerriles, en el tratamiento del transporte y los medios de comunicación (el ferrocarril, el telégrafo) y en la radicación de la gente cerca de los centros de producción, acelerando el crecimiento de las ciudades. El revolucionario alimento-medicina, que había sido solamente fabricado en laboratorios alemanes, pasó a ser un producto al alcance de todos los hogares y rápidamente invadió el mercado mundial. La fama del extracto de carne llevó consigo el nombre de Fray Bentos, convirtiéndose en el sinónimo de calidad y de bondad en productos cárnicos. Fray Bentos fue tan famoso que el gran escritor Julio Verne eligió el caldo derivado del extracto de carne para sus “astronautas” como desayuno, apenas “llegaron” a la Luna, en su famosa novela de 1895. A partir de 1924 comienza a funcionar el frigorífico Anglo donde era la fábrica. La industria frigorífica tuvo un peso muy importante en la economía nacional a partir de su instalación.


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Vista del interior del Museo


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Sala de maquinas de las cámaras de frío

Impactante edificio donde funcionaban las Cámaras de Frío


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En 1911 la industria saladeril faenaba el 76% de los bovinos del país. Para el año 1929, los frigoríficos lo hacían en el 95%, siendo hegemónicos en el rubro. En ese mismo año, el 84% de las exportaciones uruguayas era producto de la ganadería. Hasta la Segunda Guerra Mundial, el Anglo vivirá su época de oro, proveyendo de sus productos a Europa, fundamentalmente a Inglaterra. Las inestabilidades sociales y políticas de Europa signaron la suerte de la empresa en Fray Bentos. La Segunda Guerra, con todo su significado de destrucción de la maquinaria productiva de Europa, originó cambios importantes en los rubros comerciales y en los tipos de producción. Se dio fuerte impulso a las conservas de carne. En junio de 1943 salieron por el puerto del frigorífico 14 millones de latas de corned beef en incesantes envíos de barcos, a los que esperaban los submarinos nazis a la salida del Río de la Plata. También se ampliaron los rubros a casi todos los productos y subproductos de frutas, verduras y hortalizas, conservas, comidas enlatadas, jabones, dulces, jaleas, huevos, conejos, cerdos, pavos, etcétera. Alrededor de 4.500 personas trabajaban en las zafras del Anglo. La población de Fray Bentos tenía una proporción de 1 a 3 de sus habitantes como empleados en la fábrica. La economía local y de los departamentos y colonias agrarias circundantes, el transporte y la prestación de servicios encontraban en el establecimiento, al parecer, un interminable sustento. Sin embargo, poco a poco se fueron paralizando las inversiones, la renovación de estructuras y el mantenimiento. La década de 1950 a 1960 encuentra a la fábrica en decadencia. Apenas cumplidos los 100 años, ya se vislumbró una agonía causada por la culminación de las guerras, la recuperación de Europa, la formación de bloques comerciales internacionales, la reestructuración económica y la creación del Mercado Común Europeo. Además de otros elementos no menos importantes relacionados con procesos políticos, comerciales y gremiales de Uruguay. En 1971 los ingleses vendieron las instalaciones al gobierno uruguayo. De la mano de los ingleses se fueron también los contratos y el mercado para las carnes uruguayas. La última faena en el frigorífico Anglo se realizó en 1979 y la década del 80 sorprendió a aquellas instalaciones, una vez sede del pulular de obreros, de sonidos de sirenas, de ensordecedores mugidos y lamentos vacunos, en una muerte que muchos no querían decretar.

Entrada al horno para precosido del producto enlatado

Tubo de ganado de acceso a la Planta

Fachada del Museo


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Cómo llegar:

Frigorífico Anglo

A Fray Bentos se llega por la ruta 2- 309 kms. Para llegar a la antigua planta se accede tomando la costanera 2kms hacia la izquierda desde el centro de la ciudad. Pasando el puerto deportivo se encontrará el Barrio del Anglo.

Estancias turísticas La sirena A 50 kms. en paraje San Ginez - Ruta 14 Km 4,5 y Cno.Vecinal 10 Kms. Contacto: TF (0530)2726 Montevideo: 601 37 10 - Cel: 099 28 53 99 info@lasirena.com.uy - www.lasirena.com.uy

El Copihue Ruta 2 Km 271 Contacto: TF (0532)3286 - Cel: 099 53 26 98 talopez@adinet.com.uy - www.elcopihue.turincon.com Club de Golf de Fray Bentos



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Principal Cava de la Bodega


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Antigua construcción de piedra actualmente utilizada para eventos de degustación

BodegaBodega Los Cerros de Los Cerr os San de SanJuan Juan Cerros La historia de la bodega Los Cerros de San Juan se remonta al año 1854, cuando la familia Lahusen, proveniente de Alemania y de larga tradición agrovitícola, adquiere “cuatro suertes de estancia” ubicadas entre los ríos San Juan y de la Plata, en el sudoeste del departamento de Colonia, dando surgimiento a la compañía rural Los Cerros de San Juan y Cochicó. La elección del lugar tuvo en cuenta las características del antiguo lecho del río San Juan, recubierto de gravas y cantos rodados, similar a la región de Bordeaux. Además de la plantación de vides y la elaboración de vinos, la compañía rural se dedicó a la explotación forestal, a seleccionar ganado vacuno de pedigrí, desarrollar la agricultura y hasta extraer arena para la construcción. Los Lahusen se rodearon de inmigrantes para atender cada

rubro, respetando sus especialidades: irlandeses para criar el ganado, alemanes para la forestación, españoles para trabajar las huertas e italianos y franceses para atender las viñas y elaborar vinos. Entre 1860 y 1872 la empresa moderniza sus instalaciones: construye una nueva bodega, totalmente de piedra que se conserva intacta hasta el día de hoy. En 1872 llegaron toneles de roble, procedentes de la alemana Selva Negra y la francesa Nancy, que fueron albergados en la nueva bodega y que actualmente continúan siendo utilizados para la cría de los vinos producidos en Los Cerros de San Juan. La bodega vieja mantiene a su alrededor las 35 viviendas del personal y de los patrones que provienen de aquella época e instalaciones como la panadería, la herrería, la


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Estela de Frutos en贸loga de la Bodega

Arroyo San Juan


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En plena vendimia

Antiguo ombĂş frente al casco de la Estancia


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carpintería e incluso el antiguo almacén de ramos generales, empleado actualmente como lugar de recepción para visitas y desarrollo de eventos. Desde entonces Los Cerros de San Juan se caracterizó y distinguió por la producción de vinos finos. Los Lahusen y los Booth, familia de origen británico integrada por lazos matrimoniales, dirigieron la empresa hasta 1988 cuando pasó a manos de los hermanos Álvaro y Alfredo Terra Oyenard, cuyos ancestros vascos tenían una profunda cultura vitivinícola. Los Terra se hacen cargo de la empresa, luego de una larga vinculación con la misma de más de treinta años. En las últimas dos décadas del siglo XX se fue reconvirtiendo la totalidad del viñedo. Hoy se crían uvas tannat, cabernet sauvignon, merlot, tempranillo, pinot noir, riesling, gewürtraminer, sauvignon blanc y chardonnay. De las 221 hectáreas que tiene todo el establecimiento, 45 están sembradas con viñedos que producen aproximadamente 50.000 cajas de vino fino cada temporada. Hay también una profunda puesta al día en equipamiento y tecnología. Los frutos del nuevo impulso se aprecian en la década de 1990 y se mantienen a comienzos de 2000 tanto en el mercado interno, reafirmando su histórica condición de bodega de vinos finos, como en los concursos de vinos en el exterior.


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Los Cerros de San Juan exporta sus vinos a Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Brasil, Corea y Japón. La bodega cuenta además con un antiguo sistema de enfriamiento que es considerado patrimonio histórico del vino mundial. Hacia 1860, los Lahusen hicieron cavar una cámara por debajo de la bodega que en el invierno se colmaba de agua fría de lluvia, recogida en los techos. Por la misma circulaban cañerías de bronce, las cuales se llenaban de vino en épocas de vendimia para generar el enfriamiento necesario, típico de la tecnología alemana. Al no haber bombas eléctricas, los operarios lograban la circulación del vino por medio de una bomba impulsada por su propia fuerza generada al pedalear en una suerte de bicicleta fija. Cuando terminaba la vendimia, el agua ya se había templado y era retirada de la cámara que volvía a ser llenada en el próximo invierno. Con el crecimiento de la producción, la cantidad de agua fría fue insuficiente por lo que se agregaban barras de hielo a fin de poder enfriar el vino. Hoy todavía pueden observarse las cañerías de bronce en el aljibe del segundo subsuelo. Algunos especialistas indicaron que sería el primer sistema de control de temperatura de fermentación que registra la historia vitivinícola del mundo.

Fuentes : Antiguas Bodegas del Uruguay - Irureta Goyena Ediciones Archivo Bodega Los Cerros de San Juan


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Sistema de frío por medio de cañerías


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Cómo llegar:

Bodega los cerr os de san juan cerros

Desde Montevideo por ruta 1 hacia Colonia, desde allí por ruta 21hasta el km 213. En la entrada a la izquierda anunciar su llegada.

Estancias turísticas DON MIGUEL Ruta 1 Colonia Valdense, Ruta 52 Pueblo Cufré: Pueblo Cufré se toma la calle Guayabo hasta llegar a Don Miguel Desde la bodega a Don Miguel hay 105 Kms. Contacto : RF. (0550)2041 esmiguel@adinet.com.uy - www.agroturismodonmiguel.galeon.com


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Ignacio Igna cioIturria Iturria Ignacio Ignacio Iturria es uno de los artistas plásticos uruguayos contemporáneos más reconocido en el mundo. Su obra ha sido expuesta a lo largo y ancho de América del Sur y Central, así como en Estados Unidos y Canadá, Europa y Japón. Nació en Montevideo en 1949, hijo de un inmigrante vasco, asistió al colegio Christian Brothers y luego estudió diseño técnico en la UTU. Muy pronto comienza a pintar estimulado por su profesor Nelson Ramos. Su primera exposición es en la galería Contemporánea de Montevideo. Acerca de dicha exposición comenta en aquel momento: “Si algún día pudiera llegar bien al alma de las cosas, yo creo que eso es lo que importa. En mis cuadros yo

trato de abrir al personaje como si se encontrara envuelto en su propia humanidad y descubrir así lo de adentro, lo que hace ser lo que después aparenta”. En 1977 se casa y se instala en Cadaqués, España, donde va a “sosegar su expresionismo, aclarar su paleta, a transformar el dibujo lineal en pintura...”, según confiesa él mismo. Regresa temporalmente a Uruguay en 1979, donde realiza varias exposiciones. Vuelve a España en 1982, instalándose en Barcelona, lo que le permite mantener una estrecha relación con pintores catalanes tales como Tharrats, Cuixart y Pitxot. En este tiempo recorre exhaustivamente España, dedicándose especialmente a Andalucía y Castilla.


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Su pintura fue cambiando y evolucionando.“De aquel primer expresionismo de la adolescencia queda todavía la materia en el tono de su obra actual. Esquemático en el tratamiento de los fondos, geometriza los planos, consigue la armonía por el equilibrio de las distancias. Coloca las imágenes de humanidad, patetismo, sentimiento. En el hombre o la mujer pone la vida”,

escribió Elisa Rouband en el diario El País en 1980. En 1984 Iturria regresa a Uruguay y realiza exposiciones en Punta del Este y más tarde en Buenos Aires y en los dos años siguientes en distintas ciudades latinoamericanas. En 1988 es uno de los 15 artistas seleccionados por el Fund for Artists Colonies de Nueva York para participar en una colonia


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de artistas, lo que le posibilita un año después pasar tres meses en EEUU conviviendo con artistas de distintos países. Participa también en la exposición 100 años de pintura uruguaya y, tras exponer en diversos países iberoamericanos, en 1994 gana el Gran Premio de la IV Bienal Internacional de Pintura de la ciudad de Cuenca, Ecuador. Esta bienal es muy

recordada por Iturria por ser el comienzo de la amistad con personalidades muy significativas del arte latinoamericano. En agosto del mismo año expone en la galería Praxis de Lima. “Todo parte de una introversión, buscas dentro de ti y ahí esta todo, sólo tenés que expresarlo, sólo tenés que pintar tu mundo. Ahora yo pinto esas cosas con placer, gozo


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pintando”, dice el artista en esa época a un semanario de dicha ciudad. En 1997 participa en la VI Bienal de La Habana, representando a Uruguay. En ese mismo año obtiene el Gran Premio de la XII Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe en Puerto Rico. Entre sus últimas exposiciones destacan las realizadas en 1998 en el Museo Nacional de Buenos Aires y en el Museo Rufino Tamayo de México. En el año 2001 se le otorga el premio Pedro Figari en Montevideo. “Aproximarse a la obra de Ignacio Iturria conlleva, inevitablemente, enfrentarse a lo que ha sido la evolución del arte en las últimas décadas, un arte que se articula tomando como referencia el juego de encuentros y desencuentros que se establecen entre el artista y su entorno más cercano, o lo que es lo mismo entre el arte y la vida”, opina Consuelo Ciscar Casabán, directora general de Promoción Cultural de Museos y Bellas Artes de Valencia. Sus obras integran colecciones particulares y de museos como las del museo José Luis Cuevas de México, el de Bellas Artes de Caracas, el de Arte Contemporáneo Sofía Imber, también de Caracas, además del Museo de Arte Contemporáneo de Montevideo y el de la OEA.


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Museo García museoFernando ffernando ernando garcía

Antiguos Carruajes segunda parte

El coche cristalera es fabricado en París en 1880 por la fábrica SAUBION en 1890, es un oumbnibus de gran lujo.Su denominación popular se debe a los cristales que caracterizan la caja, en su interior cuenta con asientos bis a bis forrados en cuero con finas terminaciones en madera.


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coche baño Lo que se observa es un coche de campo argentino, este tipo de vehículo aparece en la segunda mitad del siglo XIX, llamados comúnmente coche baño, su denominación se debe a la posición en la que el cochero maneja el carruaje en los días de lluvia. Su techo rígido, puertas y cristales delanteros parecen un adelanto de los modelos de autos popularmente conocidos como cachila.


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breck

cupe

Breck que perteneció a Juan María Pérez y Fuentes es un coche de los más comunes en nuestra campaña y ciudades, este fue fabricado en París en 1879, cuenta con una lona tratada de color negro, que la hace impermeable, y freno de manivela.

Observamos el frente de una Cupe fabricada en Londres en 1884, coche de gran lujo y costo, con cristales y techo rígido, protección en el estribo de ascenso y descenso, su interior totalmente recubierto en cuero con finas terminaciones realizadas a mano. Estos carruajes eran utilizados por los hombres de negocios por su agilidad en el tránsito londinense, livianos, con rodados con goma maciza y tirado por un caballo, a lo sumo dos, son sus ventajas principales.


Fuentes: Encargado del Museo Luis Álvez y Lic. Edgardo Pérez

Cómo llegar:

Museo ffernando ernando garcía

En Montevideo, Carrasco Norte - Camino Carrasco 7005, antes de llegar al arroyo Carrasco, límite departamental con Canelones. Se puede entrar también por la calle Servando Gómez. Horario de Visita: Martes a Domingos de 13 a 19 hs. Tel. 601 92 28


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“Arte y Tradición Gauchesca” Desde los inicios de la conquista en el Río de la Plata empieza la producción de objetos de metal para atender las necesidades de soldados y colonos. En esa época comienza la realización de hojas para cuchillos. Desde tan lejanos tiempos, será el cuchillo de gran tamaño, auxiliar invalorable y útil imprescindible e inseparable del hombre de campo. Entre los productos de arte y tradición rural se exhiben actualmente los elementos de uso gauchesco con finas terminaciones en plata, oro y alpaca. La colección comprende mates, bombillas, cuchillos, hebillas, yuntas, pasa pañuelos, llaveros, fustas, rebenques, frenos, estribos y yerberas-azucareras que también se hicieron de plata para las vajillas más lujosas de la gente del campo y de la ciudad. Hoy en día las exclusivas piezas artesanales son confeccionadas a mano por excelentes orfebres uruguayos que integran los talleres de Brela joyas & Laffitte joyeros. Los objetos se destacan por su diseño, calidad y terminación. En tanto, muchas de las antigüedades se encuentran en los principales museos uruguayos. El país cuenta con importantes eventos y exposiciones rurales que permiten la exhibición de los productos de arte gauchesca. Por ejemplo, la Exposición Rural del Prado en setiembre de cada año, la Patria Gaucha en Semana de Turismo, la Criolla del Prado y la Criolla del Parque Roosevelt.


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Esas muestras permiten obtener presencia internacional. El prestigio de las piezas uruguayas es reconocido en el mundo. Estas colecciones presentan como uno de los objetos más característicos el puñal, facón o cuchillo. Antiguamente tenía un significado muy importante porque se trataba de un elemento de supervivencia. Era utilizado para cazar, para comer, como herramienta para armar viviendas y como arma de defensa. Otro de los objetos simbólicos de la cultura gauchesca es el mate que originariamente tomaban los indígenas. Al llegar los conquistadores creyeron que los indios bebían la infusión de una hierba, de ahí el nombre “yerba” que le dieron, cuando en realidad eran las hojas de un árbol, el Ilex paraguariensis. Fueron los indígenas quienes empezaron a cultivar los árboles de “yerba mate”, que antes sólo crecían naturales en la selva. Desde mediados del siglo XVI en toda la región rioplatense se desarrolló un activo consumo de la entonces llamada “hierba del Paraguay”, que pronto se convirtió en auténtica bebida nacional en algunas zonas. Las técnicas de decoración –pirograbado y burilado– del recipiente natural para preparar el mate, fruto seco de la calabacera común, fueron conocidas en tiempos precolombinos por los indígenas regionales. En cambio, la bombilla parece ser una creación colonial o criolla. Los mates de plata se hicieron al comienzo imitando a las calabazas naturales, pero pronto adoptaron las formas parecidas a objetos del culto religioso, como los famosos mates de cáliz que tuvieron una gran difusión en el medio local. El vaso es un recipiente menor hecho de guampa con borde de plata que era usado por el gaucho para tomar agua. Mediante una soga de tiento se le echaba al centro de una corriente de agua, sin bajarse del caballo, para obtenerla fresca y pura, lo que no era posible si se la recogía de la orilla. En los locales de las Joyerías de Brela y Laffitte puede apreciarse una completa colección de platería gaucha. La misma es muy variada, desde objetos antiguos hasta la nueva colección con dos líneas bien definidas: la imitación antigua y la colección de vanguardia.

Es una tradición en Uruguay, de todos los estratos sociales, obsequiar un cuchillo, un mate o una bombilla ya sea de plata, alpaca u otro metal.

Por BRELA joyas & Laffitte joyeros


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