Revista santo&seña. Edición 2.

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Impresiones santo&seña, una publicación de

Editorial

Fundación CAPCA

JULIO ALFONSO CÁCERES: 30 AÑOS DE AUSENCIA

Editores

Cindy Cardona C. Ángel Castaño Guzmán Hugo Hernán Aparicio Diseño y diagramación Fundación CAPCA Impresión

Conceptos gráficos En foto de portada

Carlos Yepes Avivi fundacioncapca@gmail.com ISSN:

2027-6966

Número 2 Febrero de 2011

Contenido Ensayos de media luna. Paisajes en granos de

2 arroz. Los (H)usos del pasado. Caza de citas. Libelos y memorias, en la poética del imaginario. El país de Leopoldo Benites Vinueza. El grito de la ceiba es la memoria. Julio Alfonso Cáceres: 30 años de ausencia.

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a vitalidad de la cultura de cada región examinar su lozanía. La cultura es, entre suele medirse por la cantidad de libros muchas cosas, la construcción conjunta editados, número de asistentes a de un mundo simbólico habitable. Se conciertos o recitales, premios logrados y traduce a la vida cotidiana, al menos en un largo etcétera. Tal premisa parte de la mentalidades democráticas, en la perspectiva que iguala las manifestaciones consolidación de una ciudadanía libre de artísticas con ese concepto escurridizo y las ataduras de la ignorancia, la anfibio que es la cultura, cuya salud comercialización de la política, las preocupa a todos. El asunto alcanza ribetes siniestras jugarretas de la corrupción de comedia en labios de profetas de la administrativa y la hipnosis de la posmodernidad —sombra protectora para prosperidad impulsada por el turismo. El fenómenos hasta ayer irreconciliables—, nivel de desarrollo de un pueblo es defensores, por fidelidad a una tradición, de detectado con facilidad por su prácticas cuestionables. El debate participación responsable en la vida suscitado por la actuación de un popular pública. La palabra, antes que semilla de cantante vallenato, artistas, es lanza para la El nivel de desarrollo de un dinero entregado a un defensa de la dignidad pueblo es detectado con chiquillo, recompensa de humana y comunión con facilidad por su la naturaleza. su valentía para cantar, y participación responsable el posterior toque de sus en la vida pública.” Posdata: si bien la genitales, cumple a la metódica aplicación de perfección el papel de e s t r a t e g i a s catalizador de argumentos. La respuesta del juglar c o m u n i c a t i v a s d i r i g i d a s a l a costeño al ser interrogado sobre el hecho transformación del ciudadano en resume la naturaleza mutable de la idea: Lo consumidor ha creado los no lugares, hice porque esa es la cultura de mi tierra. Y sitios destinados para la compra y la no miente. Entonces, ¿el término reúne en exhibición, no es menos cierta la porfiada un solo costal al muralismo mexicano, las existencia de espacios reacios a la compras compulsivas de las niñas chic mercantilización de la vida. En Armenia, — c u l t u r a d e c o n s u m o — y l a s para mencionar un ejemplo, las manifestaciones de aprecio de varones actividades del Centro de Documentación e Investigación Musical de la Hoya del caribes? Quindío, han servido de antídoto contra la En vista del océano de visiones tejidas proliferación de templos de la vacuidad. alrededor de una realidad simple —vivida a En dos veladas, nutrido público asistió al diario—, pero de pasmosa complejidad lanzamiento de una cartilla infantil de —el embrollo es mayúsculo al darle una Gonzalo Osorio Toro y, el viernes definición—, contribuimos con el caos al siguiente, a un recital poético de Alfonso lanzar en esta tribuna una manera de Osorio Carvajal y Óscar Piedrahita G.

El libro se convierte, además, en ocasión para rememorar historias y costumbres locales, en la pluma de acuciosos reconstructores del pasado. Gustavo Páez Escobar Disponible en Calarcá: Papelería Skrybe y sede de Calarcá.net

Jorge Hernando Delgado Cáceres “Se van desdibujando los amigos. De cien que eran sólo quedan cuatro, incluyendo sus sombras. Hay que contar fantasmas en estos inventarios para no saber nunca cómo estamos de solos.” Julio Alfonso Cáceres.

1916; bachiller inconcluso del colegio de don Jesús Duque y don José María Ramírez. Ingresó al periodismo en 1933, a los 17 años, trabajando como jefe de redacción del semanario Transmisión, de Jesús López Dávila. En compañía del poeta Gilberto Agudelo fundó en 1937, en Manizales, el grupo Atalaya.

Uno de los escasos recuerdos de mi niñez es estar en medio de una multitud. La imagen se fijó con ayuda de comentarios familiares que evocaron por largo tiempo la coronación pública en Armenia de mi tío abuelo, Julio Alfonso Cáceres, en octubre de 1962. Hace poco supe quiénes presidieron el acto: Baudilio Montoya, Adel López Gómez y Jorge Zalamea. Llamó mi atención la noticia del Diario del Quindío del 25 de septiembre del mismo año, con el titular: Don Gonzalo Echeverri B. dona la corona para Julio Alfonso Cáceres. En la nota agradecían el obsequio, anunciaban que la corona fue elaborada por Joyería Roldan y se exhibiría el 1 de octubre en un local comercial de la ciudad.

Con Adel López Gómez, Luis Vidales, Humberto Jaramillo Ángel, Jesús Arango Cano, Euclides Jaramillo Arango, integra la nómina de escritores quindianos de proyección internacional. Sus colaboraciones en Gazeta de Limeira, del Brasil; Revista América, de La Habana; El Heraldo Salteño, de Uruguay; Cosmópolis, de Buenos Aires; El Comercio, de Quito y la Revista de la Universidad de Puebla, de México, eran permanentes. Fue miembro honorario del Comité Cultural Argentino, de Buenos Aires; de la Sociedad de Escritores Americanos, de La Habana y del grupo La Fragua, de México. En 1970 recibió en Calarcá la medalla Eduardo Arias Suárez.

Betty Cáceres, recuerda que su padre, Alfredo, le prestaba a Julio Alfonso los pantalones largos para salir de noche. También cuenta que lo visitó en Roldanillo, Valle del Cauca, en plena violencia de los años 50. Pocos días antes una cuadrilla de pájaros conocida como La pantera negra lo había secuestrado para llevarlo al Dovio y coronar allí a una de sus reinas. Terminaron los godos con Julio Alfonso, borrachos, echándole vivas al partido Liberal. Nunca A Julio Alfonso lo conocí cansado; acababa olvidó mi madre lo visto en el marco de la de ser padre de una niña: él, de 60 años y, para empeorar las plaza de Roldanillo: volquetas y zorras cargadas de cadáveres y cosas, casi ciego. Fui siempre muy directo con él; su poesía me trozos de cuerpos que traían del Dovio. parecía cursi. Le censuré eso de coronarse como los romanos, asistir casi como dama de honor a los desfiles y coronar reinas Una tarde hablamos de Stefan Zweig, escritor que influyó de belleza recitándoles poemas. Sonrió, agitó el bastón y profundamente en su generación; recordaba que Zweig en cambió de tema. Cuando terminó, le insistí. ¿Por eso los compañía de su esposa se suicidó, aunque por entonces se llamaron grecoquimbayas? Fue de izquierda pero los hechos habló de una siniestra maquinación nazista. Lo consideraba uno protagonizados por Stalin lo hicieron abandonar el partido de los maestros de la biografía. Me habló de su biblioteca traída comunista. No quería hablar del tema. desde Cali en tren, después de haber vivido allí 30 años; pensaba regalarla a su ciudad; inicialmente los periodistas le En 1952, Julio Alfonso coronó en La Plaza de Bolívar de hicieron un homenaje, pero las cosas no funcionaron. Meses Armenia a Baudilio Montoya; el ritual vanidoso desvela aquel después me enteré que había vuelto a utilizar el ferrocarril para momento socio-económico del territorio caldense, fortalecido retornar la biblioteca a Cali. Falleció a la edad de 63 años. La por el cultivo del café. El impacto social de tales acontecimientos biblioteca, finalmente, quedó en poder de la Universidad de era masivo. Las coronaciones de reinas por los poetas fueron Caldas. comunes en esa época. El mismo Gabo reconoció haber participado en banquetes semejantes. Ponerse la rama de olivo Con Vértebras, Cáceres inaugura el ensayo en el Quindío sobre la cabeza, en acto de coronación pública, no era propio Con Vértebras (1938), Panoramas del hombre y del estilo del Julio Alfonso que escribió en 1938 su primer libro, Vértebras, (1949) y Vaguedad de los días (1963), Julio Alfonso Cáceres se dedicado a Carlos Marx. perfila como pionero del ensayo en el Quindío, género poco estudiado en la región. Vértebras, promocionado en el periódico Periodismo y poesía El cincuentenario, con el siguiente eslogan: libro de siluetas Julio Alfonso Cáceres nació en Armenia el 20 de octubre de cortadas por la tijera de fuego de la revolución, es una de sus A mediados de los setenta tuve entre mis manos la joya; consistía en una rama de olivo en oro macizo; la sacamos de la vitrina donde se encontraba guardada junto a la colección de arenas de desiertos y pipas. Cada una tenía su propia historia, me comentó el poeta. Una de estas era de León de Greiff, amigo de tertulias y mujeres.

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