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En Portada: Miriam Vázquez
Miriam Vázquez Ruiz
SER JOVEN Y MADRE SOLTERA ME PREPARÓ PARA ENFRENTAR ADVERSIDADES EN LA POLÍTICA
Por: Revista Política Es
Miriam Vázquez Ruiz —diputada indígena, istmeña, originaria de Juchitán de Zaragoza y hablante de la lengua zapoteca— se define como una persona de trato afable a quien le gusta el trabajo territorial, y como militante de una izquierda progresista donde la idea de la lucha política es transformar, motivo por el cual se identifica con el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien ha acompañado en los momentos más importantes de su agenda política y social.

Desde una corta edad presenta interés por entender las condiciones sociales del entorno rural y campesino de donde residió la mayor parte de su vida. Señala que sus primeras lecciones en materia política fueron obligadas por las circunstancias: como acompañar a su madre en el desarrollo de su trabajo en constantes asambleas con los comisariados ejidales. Además, cree que ser parte de una generación que atestiguó los excesos del poder de una clase gobernante; así como el inicio de la pérdida de la hegemonía del partido dominante la hizo pensar que un cambio político y social en el país era posible.
Al mirar a la distancia, recuerda una infancia no convencional, pero llena de grandes momentos: “observar la inteligencia de su madre para resolver los asuntos agrarios”. La idea de emular y seguir esta misma ruta se fortaleció al tener otro modelo de liderazgo bajo la figura de su suegro, Daniel López Nelio, uno de los principales dirigentes de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI) en Juchitán de Zaragoza.
En este territorio1, la efervescencia y las condiciones políticas que llevaron a esta organización a ganar las elecciones municipales en 1981 fueron los detonantes que motivaron a la hoy presidenta de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura a adoptar como profesión la política.

Es así como a los veintiún años se vuelca en el activismo social y en las actividades políticas. En este sentido, manifiesta que su conciencia está vinculada al movimiento zapatista y que a partir de estos ideales desarrolla su quehacer político. El cual comenzó como consejera nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), para el cual militó por veinticinco años; sin embargo, tiempo después, se afilió al Partido del Trabajo.
Así mismo, ha sido dos veces regidora del municipio de Oaxaca de Juárez, ha participado en espacios de la sociedad civil para defender la Agenda de Género presidiendo la Asociación Civil Nacional de Mujeres INAMUJ en Oaxaca y la organización Vini-Xhuba orientada a promover los derechos de las mujeres, ha trabajado con organismos internacionales como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y ha tenido la oportunidad de caminar en casi todos los municipios del Estado.
Desde el año de 1999, cuenta con experiencia empírica en el desarrollo de campañas políticas para la diputación local y federal, senaduría y gubernatura en distintos procesos electorales.
A nivel personal, opina que hay muchas formalidades en la política que deberían ser eliminadas, como el caso de algunas ceremonias que sólo sirven para la foto pero que no aportan nada al quehacer público; respecto al papel de la mujer en la política considera que en esta década se cosechará lo que otras mujeres del pasado sembraron y eso se va a evidenciar en el 2024. De igual forma, directa y sin decir nombres de personajes, afirma que la misoginia y el acoso sexual aún son persistentes; por ello, ante estas malas experiencias, que sabe de primera mano, ha legislado para evitar que esto siga sucediendo.

Tiene dos hijos varones: uno dedicado a las artes visuales y otro próximo a titularse en la carrera de Sociología en la UNAM Comenta que ser madre a los veinte años de edad ha sido lo más complejo que ha enfrentado, pero que no se arrepiente porque ha sido la fuerza que la ha impulsado a trabajar por sus objetivos.
Hoy, como presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, veo atrás y recuerdo tiempos difíciles donde estuve a punto de tirar la toalla, pero la obligación de sacar adelante a mi familia y la adversidad de enfrentar el mundo sola fue una formación política que también me ayudó [a forjar] el carácter que se necesita en el puesto en el que estoy
En palabra de Miriam Vázquez Ruiz
La política de izquierda que no transforma, no sirve.
La misoginia y el acoso sexual hacia la mujer siguen vigentes en la política, por ello, lamento que abunden este tipo de compañeros, incluso en mi propio partido.
Existen demasiadas formalidades en el mundo de la política que deberían de eliminarse.
La mejor política pública que puede promover el Estado es la salud emocional de la familia porque así se transmiten valores y se crean mejores ciudadanos.
Ser madre soltera fue uno de mis grandes miedos, pero hoy no me arrepiento porque eso también preparó mi carácter para enfrentar las adversidades en la política.
