>> Amar queriendo El amor es, por definición, inefable, se resiste a ser expresado con palabras y, por tal razón, es un territorio reservado a los poetas. Pero esa emoción indefinible –o de difícil definición– nutre lamentables lugares comunes que enseñan a niños y jóvenes que amar es sinónimo de dominio, estereotipos sexistas, pasiones tóxicas. De esa educación sentimental habla la autora del artículo para denunciar mensajes perversos en la música, la televisión, también en los libros, y para reivindicar aquellas formas de amor basadas en el respeto, la complicidad, el apoyo mutuo, la pasión serena (también en la literatura infantil). Nos enseñan un mundo donde el amor perfecto no es algo que se construye, sino que surge de la magia, del instinto y del azar. Nos enseñan un mundo donde el amor perfecto derriba barreras, alcanza éxtasis y doblega voluntades. Donde parece que se quiere a pesar de todo, y no gracias a todo.
Autora Ainara Bezanilla Equipo Peonza
Y quizás ahí radica el error, si cabe: que quien nos enseña acerca del amor no tiene ni puñetera idea de amar. Claro que hay una parte instintiva e irracional, del tipo “te huelo y te quiero”, pero también hay otra parte harto importante en la cual te planteas si quieres o te quieren bien y si juntos mucho mejor o esa persona saca tu peor lado pero que, como estás enamorado, decides ignorar. En la literatura infantil y juvenil el amor se presenta como un hecho arrebatador que rasga vestiduras y supera las dificultades a golpe de dramatismo, pero ¿nunca habéis deseado un libro, una película, una historia que comience justo al final de un libro, justo 5