nóesis 39

Page 35

Pedro V. Siller Vázquez

Vol. 20 • número 39 • 2011

Caraveo dictó sus memorias en los años cincuenta, después de su paso por el orozquismo, zapatismo y finalmente incorporarse en los años veinte a la revolución institucionalizada, sin conceder jamás frente a las versiones que denigraban a las facciones dentro de las cuales luchó y sus memorias aparecieron en una editorial privada. En sus recuerdos Orozco estruja a Madero, pero ordena bajar la mira de los rifles de los villistas. No inculpa a Villa, pero es Orozco el que le pide que calme a sus hombres. La de Sánchez Azcona es la versión propiamente institucional, escrita probablemente a fines de los años veinte y reproducida por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana para las celebraciones del cincuentenario de la misma. A Madero, la rebelión de Orozco le produjo una enorme lesión anímica, lo llenó de resentimiento; con mucho, para los maderistas de entonces el destino trágico de su líder se debió principalmente a la rebelión orozquista, a la falta de paz pública en el norte que cegó las esperanzas de implantar las reformas prometidas. Así que para él es válido cambiar la actitud de los personajes en el recuento actual de los hechos: Orozco aparece como el violento frente a Madero mientras que Villa solo muestra arrepentimiento por su mera presencia en la insubordinación. La lectura del suceso del trece de mayo en la versión de Sánchez Azcona, puede verse como un ejemplo de la posterior interpretación de la revolución mexicana: que el maderismo, como aspiración democrática encarnada por esa clase media ilustrada, fue poco comprendida en su momento entre las masas populares, pero la muerte de Madero la despierta en la conciencia popular y es posteriormente retomada, elevándolo a la categoría de apóstol frente al cual el pueblo aún le pide perdón, o en palabras de Villa: “¡ajusíleme, …castígueme!”. La presencia de Orozco nos daría otra lectura: la de un proceso revolucionario que tenía que negociar, conciliar los intereses entre las fracciones revolucionarias y que la violencia estalla cuando falla este proceso de negociación, como consecuencia de un equilibrio que no se alcanza (¡Usted no es capaz de dar de comer a la gente!). En los meses siguientes, hasta febrero de 1913, la inestabilidad será precisamente lo que caracterice al período maderista.

35


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.