Narraciones - Publicación del Centro de Salud Mental n° 1

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Año 3/ Diciembre 2019

Narraciones Publicación del Centro de Salud Mental n° 1

5. Neoliberalismo: mujeres, género y movimientos feministas

Dora Barrancos Marta Dillon Danila Suárez Tomé Sara Ardila-Gómez Gabriela Margall Agustina Saubidet Gabriela Rodríguez Irene Greiser Sonia Julia Altube Silvia Hofman Bárbara Goldschtein, Agustina Lanzillotta Lua Pons Bárbara Alperowicz, Andrea Degiovanni Débora Zilberman

ISSN: 2618-3005



Narraciones Publicaciรณn del Centro de Salud Mental Nยบ1 Nยบ 5 - Diciembre 2019

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Comité de Docencia e Investigación. Jefa de unidad Dra. Cristina Brío Secretaria CODEI Lic. Patricia Álvarez Zunino

Narraciones Dirección Silvina Czerniecki Comité Editorial Pablo Castillo Marina Pambukdjian Elena Singerman Gabriela Aldaz Melisa Rapoport Alejandra Mariel Lipper Analia Laura Pollini Ivana Mariel Osorio Irina Strobino Niedermaier Daniela Vendramini Corrección Paulina Radunsky Diseño Editorial Malena Schvartz Arte de Portada y dibujos de secciones Débora Zilberman Manuela Pedraza 1558, C.A.B.A. Mail: narracionescentro@hotmail.com Editorial El Zócalo ISSN: 2618-3005

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Publicación del Centro de Salud Mental Nº1

Narraciones

Nº 5 – Diciembre 2019 3


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Índice Introducción Agradecimientos Pág. 8

Editorial Por Pablo Castillo, Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki Pág. 11

Conversaciones Entrevista Dora Barracos Por Pablo Castillo, Celeste Vanucci y Silvina Czerniecki Pág. 20 Entrevista a Marta Dillon Por Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki Pág. 29

Discursos La historia de “las mujeres de mi país”: La experiencia de escribir de La Historia Argentina Contada por Mujeres Por Gabriela Margall Pág. 50 De la diversidad y de la diferencia, todavía Por Gabriela Rodríguez Pág. 56

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“Cuando la mujer se vuelve parte del inventario” Por Agustina Saubidet Pág. 63 El transexual y la época Por Irene Greiser Pág. 75

Desde el Centro “Las violencias contra las mujeres, un problema social y de salud” Por Silvia Hofman Pág. 84 Lo que este tiempo nos dejó Poner en palabras el abuso sexual en la infancia. Una mirada desde el feminismo y la clínica psicoanalítica Por Sonia Julia Altube Pág. 89

Arte y Literatura No se trata Por Grupo Sobretodo: Bárbara Alperowicz, Andrea Degiovanni, Débora Zilberman Artistas invitadas: Claudia Cristiani, Verónica Vidal Maehara, Silvia Liberalotto y Nidia Bellene Pág. 100 La libertad de los cuerpos: una lucha trans-versal Por Integrantes de BARDO, colectivo contracultural, Bárbara Goldschtein, Agustina Lanzillotta y Lua Pons Pág. 102

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Concurrentes y Residentes Ella enseña existiendo. Sobre Sidonie Csillag, la “joven homosexual” de Freud Por Daniela Vendramini Pág. 108 “De víctima a dueña de sus decisiones” Por Lucía Natalí García Pág. 115

Libros Un itinerario posible del feminismo argentino a través de los prólogos feministas de Diana Maffía Por Danila Suárez Tomé Pág. 122 En nombre propio Relatos de vida de mujeres que tuvieron internaciones psiquiátricas prolongadas y ahora viven en la comunidad Por Sara Ardila-Gómez Pág. 126

En las diferentes secciones respetamos la singularidad en que cada autor recorre la temática escogida, como así también las opiniones vertidas sobre los diversos temas, siendo de exclusiva responsabilidad de los respectivos autores el contenido de cada texto.

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Agradecimientos En este nuevo número queremos agradecer a: Juliana Di Tullio y Mara Brawer por su compromiso y compañerismo estimulante. Agradecemos especialmente a Lorena Pokoik y a Matías Contreras por su compromiso y apoyo para que esta revista sea declarada por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de interés para la comunicación social y la cultura. María José Greslebin y Mónica Bazzalo por el cariño y generosidad. A Paulina Radunsky, amiga y compañera entrañable. A Juan Lehmann por su permanente colaboración y sus ideas que tanto nos enriquecen. Y a cada uno, de quienes participaron en este quinto número de Narraciones con sus ilustraciones, textos escritos, entrevistas o conversaciones prestigiando esta publicación y posibilitando la continuidad de este hermoso proyecto. ¡¡Muchas gracias!!

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Con un gran entusiasmo y alegría comunicamos que la Revista Narraciones recibió la declaración de interés para la comunicación social y la cultura otorgada por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Declaración Nro. 445/2019). “Narraciones”, es una publicación que realiza un grupo de trabajadoras y trabajadores del ámbito de la Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el marco del Comité de Docencia e investigación del Centro de Salud Mental Nº1 “Dr. Hugo Rosarios”. Por tal motivo reiteramos nuestro profundo agradecimiento a la legisladora Lorena Pokoik y a su asesor Matías Contreras. Todas/os los que nos enredamos en Narraciones ¡nos llena de alegría y placer este grandioso proyecto!

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Editorial Pablo Castillo, Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki “Simone de Beauvoir: Las mujeres siempre han sido para usted lo novelesco, en el sentido Stendhaliano. Jeans–Paul Sarte: Si, lo novelesco era indispensable. Se podría decir que en la medida en que el hombre se las arregla para perder una parte de su sensibilidad, para desarrollar últimamente su inteligencia, se vió obligado a reclamar la sensibilidad del otro, de la mujer, es decir, a poseer a las mujeres, que eran sensibles para que su sensibilidad llegara a ser una sensibilidad de mujer.” La ceremonia del adiós Seguido de conversaciones con Jeans–Paul Sartre

El tema que nos convoca en esta nueva edición es, Neoliberalismo: mujeres, género y movimientos feministas. Nos interesa situar la tensión inherente entre estos términos, contextualizándolos en este tiempo histórico y marcando las diferencias que el discurso hegemónico tiende a borrar. Por ser temas políticos, se trata de establecer su complejidad, y la polémica o debates discursivos que se suceden y los bordea. Si bien la discriminación o la violencia contra la mujer no es un fenómeno propio de nuestra época ni característico de determinadas culturas; es sin duda en términos de Castoriadis un analizador para interpelar los valores y conductas que se producen en la especie humana desde tiempos tan arcaicos como lugares diversos. Por lo tanto es importante una lectura histórica, política y también, singular. Walter Benjamin nos plantea que “articular históricamente lo pasado no significa conocerlo tal y como verdaderamente ha sido”, 11


sino “que significa adueñarse de un recuerdo tal y como relumbra en el instante de peligro1. Nada de lo que verdaderamente haya acontecido ha de darse por perdido para la historia (…) Solo a la humanidad redimida le cabe por completo en suerte su pasado”2. Nuestra memoria es política y nosotros somos políticos por nuestra condición de hablante ser, del lenguaje que nos preexiste, pero no podríamos estudiar ni entender lo ocurrido, sin ubicarlos en el marco de los acontecimientos políticos y modelos de estados con sus lineamientos económicos que atraviesan la historia de nuestro país desde varias décadas. En este número no podemos dejar de destacar la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que han transformado su dolor en una lucha ética y política, cambiando el rumbo de nuestra historia. Gabriela Margall, en su escrito nos habla de un relato de la historia en la que “se ha opacado, oscurecido o silenciado una vida intensa, política”3 de mujeres patriotas y protagonistas de nuestra historia pero también acalladas sus voces plasmadas en escritos que dan cuenta de la Historia Argentina bajo la creencia de que no había documentos históricos de su puño y letra, donde expresaran sus ideas de manera sostenida. Sara Ardila, en los relatos de vida de 21 mujeres, rescata sus voces para dar a conocer la experiencia en primera persona del proceso de externación desde el “antes de la internación, su estancia en el hospital y la recuperación de la vida tras ser externadas4” mediante el Programa de Rehabilitación y Externación Asistida del Hospital José A. Esteves (PREA). Escrituras 1 Walter Benjamin. Conceptos de filosofía de la historia. Editorial Agebe, pág. 7. ² Walter Benjamin. Conceptos de filosofía de la historia. Editorial Agebe, pág. 6. ³ Gabriela Margall. “La historia de `las mujeres de mi país´: La experiencia de escribir de La Historia Argentina Contada por Mujeres”, revista Narraciones Nº 5. ⁴ Sara Ardila. En nombre propio. Relatos de vida de mujeres que tuvieron internaciones psiquiátricas prolongadas y ahora viven en la comunidad. Revista Narraciones Nº 5.

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que implican una inscripción en la historia de una página mejor. Para Silvia Hofman estas violencias ejercidas contra las mujeres configuran un problema social y de salud. Los diversos estereotipos y los roles asignados históricamente, “constituyen el fundamento de la discriminación hacia las mujeres y de los sistemas jerárquicos que las oprimen, siendo una de las características esenciales de la sociedad patriarcal, generando vínculos asimétricos entre varones y mujeres basados en una supremacía masculina y en una distribución desigual del poder”5. Si bien el feminismo, como nos comenta Dora Barrancos, surge en el contexto que brinda la modernidad, es desde una situación paradojal, “en la medida en que los derechos de las mujeres nunca retrocedieron tanto como en el pasaje del antiguo régimen al régimen liberal democrático republicano porque la emergencia de la burguesía en tanto grupo es consecuente con las regulaciones patriarcales. Así, el pasaje a la modernidad coagula una repatriarcalización de la sociedad en la medida en que el orden burgués apela a la separación de las esferas de lo público y lo privado”; (…) “cristalización de lo público, colonización de lo privado a lo público”6. El neoliberalismo no lo podemos simplemente pensar como la corriente capitalista, económica y política, responsable del resurgimiento de las ideas del liberalismo clásico, “no es únicamente una ideología que defienda la retirada del Estado y su desmantelamiento a favor del mercado, en la “mano invisible” del capitalismo financiero. El neoliberalismo, a diferencia del liberalismo clásico o el neoconservadurismo, es una construcción positiva, que se apropia no sólo del orden del Estado, sino que es un permanente productor de reglas institucionales, jurídicas y normativas, que dan forma a un nuevo tipo de “racionalidad” dominante. “… El neoliberalismo ⁵ Silvia Hofman. “Las violencias contra las mujeres, un problema social y de salud”. Revista Narraciones Nº 5. ⁶ Entrevista Dora Barrancos. Revista Narraciones Nº 5.

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no es sólo una máquina destructora de reglas, si bien socava los lazos sociales, a su vez su racionalidad se propone organizar una nueva relación entre los gobernantes y los gobernados, una gubernamentabilidad según el principio universal de la competencia y la maximización del rendimiento extendida a todas las esferas públicas, reordenándolas y atravesándolas con nuevos dispositivos de control y evaluación: como insistió Foucault, explicando la génesis del neoliberalismo, es la propia población la que pasa a ser objeto del saber y el poder”7. Sayak Valencia nos plantea que “si el capitalismo convierte a los seres humanos en mercancías, la sangrienta dinámica en su versión neoliberal antes de desecharlos, los tortura o despedaza. Así los decapitados, los desollados y los desaparecidos son el reflejo más elocuente del modelo socio económico actual que configura un nuevo campo de sentido simbólico que produce sujetos capaces de desarrollar, impasibles, esas estremecedoras prácticas”8. Es de destacar, que en nuestro país, surge el Colectivo “Ni una menos”, que contagió a varios países de Latinoamérica, Europa y Asia. Es decir, paralelamente a esa producción de sentido y la puesta en acto en sus prácticas objetivantes surgen movimientos cuyo carácter emancipatorio, promueven prácticas subjetivantes en lo singular y en lo común, como son los movimientos feministas, o colectivos que en sus bases se plantean principios propios del feminismo. El colectivo “Ni una menos” surge a partir de unas seguidillas de femicidios ocurridos en nuestro país donde las mujeres fueron encontradas en basurales o en bolsas de residuos. La aparición de movimientos sociales y políticos, ponen en revisión el aparato discursivo y llevan a la modificación e interrogación de los discursos. Podemos mantener que las definiciones; ⁷ Jorge Alemán. Nota en Diario Página 12, fecha: jueves, 14 de marzo de 2013. ⁸ Sayak Valencia. Capitalismo Gore. Prólogo Marta Lamas. Editorial Paidos, pág. 9.

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los discursos, sostenidos en actos de palabras contienen un posicionamiento ético-político. La política hace de cada concepto un objeto de disputa por otorgarle uno u otro sentido. Otros colectivos, como Bardo o el Grupo Sobretodo9, que se presentan como contraculturales ponen el acento en la necesidad de expresar y soportar, a través de poner los cuerpos en acción, del ensamble ficcional, del pasaje de lo individual a lo colectivo, lo que resulta intolerable de los relatos de mujeres víctimas de violencias, el dolor que resuena en los límites de lo indecible y de mujeres que en la historia y en distintos sectores de la cultura, lo político y lo social rompieron con las formas de vida de la época, mostrando otras formas de habitar el mundo. “Formas disidentes que rompen con lo `normal´ y repiensan la identidad, el amor, los estereotipos, la sexualidad”10. Siguiendo a Walter Benjamin sostenemos que “No hay acontecimiento o cosa en la naturaleza animada o inanimada que no participe de alguna forma del lenguaje, pues es esencial a toda cosa comunicar su propio contenido espiritual. Y las palabras `lenguaje´ en esta acepción no es en modo alguno una metáfora”11. Agustina Saubidet en su escrito nos muestra como el foco puesto en la naturaleza humana como resultado de las relaciones sociales, o producto de una práctica social, desde Marx y en consonancia con Lacan, le ha permitido al feminismo luchar en contra de la naturalización de “La” feminidad y con esto de las tareas asignadas, de formas de ser, de los comportamientos impuestos por el sistema sobre las mujeres como una suerte de destino. No obstante, nos dice ⁹ GRUPO SOBRETODO: Bárbara Alperowicz, Andrea Degiovanni, Débora Zilberman. Artistas invitadas: Claudia Cristiani, Verónica Vidal Maehara, Silvia Liberalotto y Nidia Bellene. “No se Trata”. Revista Narraciones Nº 5. ¹⁰ Bárbara Goldschtein, Agustina Lanzillotta y Lua Pons. Integrantes de BARDO, colectivo contracultural. “La libertad de los cuerpos: una lucha trans-versal”. Revista Narraciones Nº 5. ¹¹ Walter Benjamin. Conceptos de filosofía de la historia. Editorial Agebe, pág. 33.

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que en la medida en que estas relaciones se privatizaron, las mujeres pasan a ser “objeto de usufructo privado, sustituto de las tierras perdidas12”. La perspectiva del feminismo tiende a cuestionar este statu quo establecido y confronta y discute poder sobre conceptos, prácticas y valoraciones de nuestra sociedad que toma como verdades. Interroga y permite “comprender las relaciones de poder y de opresión (...) en las formas de ser y estar” en el mundo, de vivir y de los cuidados, es decir de habitarlo como sostiene Marta Dillon en nuestra conversación planteándonos a su vez un feminismo popular, unido a los movimientos sociales, un feminismo negro, marrón y territorial13. Es de destacar que por su fundamento epistémico, el psicoanálisis permite leer el concepto de lo femenino, en tanto enigma freudiano, como no equiparable, ni subsumible, ni exclusivo de la mujer en tanto tal, ni tampoco del feminismo en tanto movimiento político. Gabriela Rodriguez en su texto hace referencia a que “el psicoanálisis, que ha servido tanto de argumento como de blanco de crítica en estos debates [sexo-género], participa de ellos aportando una respuesta que trastoca el binario sin mimetizarse con la atmósfera de época, contexto queer teñido de un relativismo nominalista que secreta nombres para la diversidad soportada en muchos casos por alianzas con usos tecnológicos”, y sitúa que por su parte Lacan, lejos de sostener ese binario y de las categorías a las que responde, formula lo que llamaría sexuación a un proceso paradojal, al tratarse de una “decisión inconsciente” del terreno de la lógica, y que implica la inscripción en la función fálica que consigue enlazar lo pulsional y el lenguaje14. Escribe, “el sexo, entendido como posición sexuada, ciertamente no es ni natural, ni anatómico, ni

¹² Agustina Saubidet. Cuando la mujer se vuelve parte del inventario. Revista Narraciones Nº 5. ¹³ Entrevista Marta Dillon. Revista Narraciones Nº 5. ¹⁴ Gabriela Rodríguez. De la diversidad y de la diferencia, todavía. Revista Narraciones Nº 5.

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cromosómico, ni hormonal15 –como señala Judith Butler”, ni tampoco mera construcción social. Bajo esta formulación la posición sexuada se configura como un modo de vivir la pulsión, desmiente un supuesto ontológico de base, evita el esencialismo y limita la vía deconstructiva de los significados sociales que no alcanzan para producir la diferencia sexual16. La formulación del sujeto del inconsciente, sitúa a la pulsión como el eco del significante en el cuerpo, por cuanto si “el misterio del cuerpo hablante se revela como la juntura del goce y la palabra en el viviente, el lenguaje será definido como elucubración de saber sobre la lalengua, aluvión de la historia no subsumible en la crónica de los acontecimientos”17. Irene Greiser por su parte destaca que “a diferencia del discurso amo preponderante de la era victoriana en la cual el ideal primaba sobre el goce hoy en día se pone de manifiesto lo inverso, es decir, que el goce prima sobre el ideal”. Freud y también Lacan sostienen que la sexuación procede de una elección que es la de la modalidad de goce cualquiera sea la identidad sexual e independiente de ella dando lugar a su problematización. No obstante “la distinción entre los sexos, se cae en una confusión que se funda en un supuesto natural, la anatomía que se realiza en dependencia del lenguaje. En esta torsión según lacan, la anatomía se sitúa como supuesta realidad inicial produciendo un efecto natural que no proviene sino del lenguaje que estructura lo que se ve”18. “El psicoanálisis hace del sexo la falla donde tropieza toda producción de significación, razón por la cual es indiscutiblemente ¹⁵ Judith Butler. El género en disputa, “Sujetos de sexo/género/deseo”. Editorial Paidós. ¹⁶ Gabriela Rodríguez. De la diversidad y de la diferencia, todavía. Revista Narraciones Nº 5. ¹⁷ Carmen González Taboa. “La cita Fallida”, prólogo de Gustavo Dessal, pág. 8. Editorial Grama. ¹⁸ Gabriela Rodríguez. Lacan entre las feministas. La objeción de la mujer. Editorial haces, pág. 59.

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no- deconstruible.” …“El sexo es lo que hace tope al deslizamiento incesante de la significación y es en este punto donde se ubica la elección sexuada para cada uno”19. Así podemos afirmar que el equívoco siempre es del orden del lenguaje, y no de los cuerpos y hace presente la materialidad gozante de lalangue; reverberando en el cuerpo. “El goce del cuerpo se materializa como eco del equívoco y en ese eco resonante consiste la pulsión. Esa sonoridad de lalangue que se resiste a ser dividida en entes discretos porque los sonidos tienen vecindades y contagios unos con otros, es lo que acecha detrás de todo discurso claro y ordenado precipitando de tiempo en tiempo un tropiezo del hablante”20. Proponemos, para este número, dar unas vueltas por estos términos, ponerlos en tensión, conjunción, tramarlos, situarlos; ya que el poder de la palabra crea mundos, ficciones, desarma, inventa y recrea, por su potencia operadora, agitando los cuerpos de cada quien. En esos trayectos nos toparemos con cuestiones relacionadas con las transformaciones del capitalismo global y sus consecuencias políticas, sociales y subjetivas. ¿Cómo impactan las nuevas tecnologías? ¿Qué sucede cuando las categorías de análisis no parecen ya responder a lo que nos devuelven estas intempestivas coyunturas locales y regionales? Parafraseando a Nicolás Casullo: “Bienvenides a pensar los feminismos entre épocas”.

¹⁹ Gabriela Rodríguez. Lacan entre las feministas. La objeción de la mujer. Editorial haces. Pág. 57. ²⁰ Patricia Polari. Física y Poética del acto analítico. Editorial letra viva. Pág. 15.

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Conversaciones

DĂŠbora Zilberman 19


Dora Barrancos Pablo Castillo, Celeste Vanucci y Silvina Czerniecki Socióloga, historiadora y feminista. Con ella dialogamos sobre los vínculos entre el feminismo y los partidos populares en la Argentina. La violencia que conforma el sistema patriarcal y en la inequidad básica que implican las relaciones asimétricas de género, que benefician a los varones por encima no solo de las mujeres, sino de todas las sexualidades que no se sujetan a la heteronormatividad. Su modo de emocionarse cuando habla de las nuevas generaciones que hoy ocupan los espacios públicos es tan contundente como la mejor de sus reflexiones: “Ninguna de las feministas de la generación del 70 imaginamos que hoy íbamos a tener feminismos de masas”. Narraciones: ¿Cuándo podemos empezar a hablar de feminismo? Dora Barrancos: El feminismo surge en la lucha contra el abolicionismo, la pelea contra la esclavitud. Y esa es una marca de la modernidad. Incluso contra el estatuto racialista de la modernidad que es gravísimo. Narraciones: ¿Qué buscas visibilizar cuando definís al feminismo como un tópico de la modernidad?. Y ¿Qué consecuencias esta definición arrastra? Dora Barrancos: El feminismo solo puede emerger en las condiciones de posibilidad que da la modernidad. Es en cierto modo, una situación paradójica. Porque la modernidad le imprime una fuerte regresión a los derechos de la mujer. Nunca retrocedieron tanto los derechos de la mujer como en el pasaje del antiguo régimen al 20


Estado liberal-democrático-republicano. Fundamentalmente porque esa emergencia de la burguesía como grupo es absolutamente consecuente con las regulaciones patriarcales. Narraciones: Esta cuestión que planteas: ¿Da a entender que las regulaciones patriarcales a lo largo de los tiempos no funcionaron siempre de la misma manera? Dora Barrancos: Es así. Hay períodos donde las tensiones se aflojan o se constriñen. El patriarcado no siempre es el mismo. Es claramente un invento del neolítico superior. Antes no existía. Lo notable es que en el salto a la modernidad se coagula una repatriarcalización de la sociedad porque el burgués es un orden que va a apelar de una manera tajante a la separación de las esferas, de una forma como no la hubo antes. Desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XIX se produce una cristalización completa de la esfera pública. Lo que se produce ahí –si lo quisiéramos leer en clave marxista- es una colonización del orden privado al público. Narraciones: Y si hubiese sido al revés ¿Qué hubiera pasado? Dora Barrancos: Si hubiera habido una colonización de lo público a lo privado las mujeres hubieran quizá desatado las amarras de lo doméstico; pero es lo privado lo que prevalece. El que opera en el orden familiar buscando una re-vinculación patriarcal de la familia que va a tener una gran visibilidad en la vida pública. Porque además esa regulación implica también otorgar a los varones la autoridad sobre todos los órdenes. Este sentido que viene de la gran vía evolucionista darwiniana donde las mujeres estarían en default; forma parte de las características propias del orden burgués. Narraciones: Y ahí ¿Cuál es el papel que juegan la ciencia en general y las nacientes ciencias sociales en particular?

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Dora Barrancos: Se podrá decir que siempre existieron notas y formulaciones raciales o segregacionistas pero estos no se compadecen con la autorización que le imprime a estas posturas el discurso de la ciencia. Con respecto a las ciencias sociales prioritariamente la demografía que se desarrolla en cuanto al conocimiento le imprime a la física social y la sociología un registro de varones y mujeres. De todos modos, van a tener un despliegue singular. Tenés a un sociólogo como el inglés Herbert Spencer que acompaña toda la teoría evolucionista y también te vas a encontrar con el alemán Georg Simmel que tiene un libro maravilloso Cultura femenina y otros ensayos, aunque es probable que sea visto más como una voz solitaria. El mismo Max Weber que estaba casado con la socióloga feminista Marianne Weber, no se percataba del sometimiento femenino, no vas a hallar en toda su obra ninguna nota de él que hable a favor de la liberación femenina. Por otra parte hay algunos registros que podemos destacar con respecto a este tema tanto en el socialismo utópico como aún en el propio Augusto Comte. No tengo duda que las mujeres son la obsesión del Ensayo del siglo XIX. Narraciones: Y ¿Freud? Dora Barrancos: Siempre diremos que Freud se da cuenta de algo. Pero su lectura llega hasta el umbral. Si hoy reinterpretáramos la histeria veríamos que es un fenómeno producido por el patriarcado. Faltaron tal vez tres notas más de Freud que quizás hubieran repensado los complejos básicos. Narraciones: Tampoco podemos saltearnos los límites epocales. Dora Barrancos: Totalmente. El constructor sigue siendo el sistema patriarcal. El pensar la condición femenina absolutamente diferenciada, donde las mujeres son la parte de la naturaleza que sigue natural, y que solo hasta cierto punto se compadece con la noción de sujeto. Creo que en ese movimiento queda clara la altísima inseguridad del patriarcado. Quien trabaja este tema es el 22


historiador alemán Peter Gay en su libro La experiencia burguesa. Quizás algunas de estas cuestiones hoy están mejor analizadas pero lo que describe Gay es esa atmósfera de mucho temor hacia las mujeres. Y cuando se cristaliza un imaginario de esas características lo que se impone es otro imaginario de limitaciones, restricciones y cercenamiento de derechos. El siglo XIX es el siglo de mayor constructo patriarcal. Porque el siglo XII, por ejemplo, que es un siglo religioso, no es una etapa que se destaque por la construcción patriarcal. Se produce una cierta volatilidad de las relaciones fuertes. No hay una hegemonía. Había conventos con monjas no regladas. Imaginamos como algo casi imposible que los obispos les pusieran normas a las monjas. Por lo menos la historiografía con la que contamos da cuenta que existen facultades de administración que corren por cuenta de las monjas. Después el Renacimiento sí es un proceso mucho más ordenador y a medida que corre el proceso civilizatorio –que si bien no es linealhay cada vez una mayor predominancia del sistema patriarcal. Y, en ese sentido, el siglo XIX, además de ser el momento en que se constituyen los Estados-nación es la constitución también hegemónica del orden patriarcal. Precisamente, a través de ese ordenamiento privado que permiten los nacientes estados nacionales modernos es que se sostiene que la mujer es a través del marido. Narraciones: Desde esta perspectiva ¿Se podría decir que la mujer estaría en una peor situación que en otros momentos históricos? Dora Barrancos: Si. Hay notas de espacios de mujeres en siglos anteriores donde la historiografía nos dice que por lo menos en ciertos círculos empezaban a tener una presencia importante. Entiendo que el siglo XIX a pesar de una mayor visibilidad del feminismo se cierra con una cantera de resistencia más fuerte a ese discurso. Narraciones: Y siguiendo con los autores ¿Qué importancia le asignas a Engels?

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Dora Barrancos: Sin duda, su pensamiento es central para pensar cómo se constituye el estado, la propiedad privada moderna y la familia. Sin embargo, lo notable es que la vida política que le correspondía a las organizaciones obreras en plena expansión de la segunda mitad del siglo XIX, tampoco pudieron celebrar el derecho al trabajo en el mercado de las mujeres. Hubo un plegamiento a la valorización patriarcal de ese vínculo. Notable ¿No? Efectivamente la réplica del orden burgués en la vida familiar proletaria es completa. Hoy tenemos mucho análisis histórico. Hay un estudio muy interesante que analiza el comportamiento que tiene el grupo de obreros ingleses –a los que Eric Hobsbawm llamaba la aristocracia obrera- que eran aquellos que formaban parte de una elite porque poseían una especialidad muy marcada (maquinistas de trenes, linotipistas, relojeros, etc.) y que lo primero que hacían cuando mejoraba un poco su situación económica era retirar a las mujeres del trabajo. Es cierto que las condiciones laborales de las mujeres eran muy penosas pero no se sabe que predominaba más, si esa sobresalía más penosidad o que las mujeres no estaban hechas para el mundo del trabajo. Esas contradicciones siempre estuvieron de alguna manera presentes. El mismo Alfredo Palacios tan defensor de causas justas, en 1930 todavía seguía sosteniendo que el mejor lugar para la mujer era el hogar. Con esto no quiero decir que no acompañaran las luchas de las mujeres sino que no había ningún entusiasmo por alentar la actividad económica de la mujer por fuera de la casa. Narraciones: ¿Excepto si eran maestras, por ejemplo? Dora Barrancos: Si. Porque en todo caso eran las que reemplazaban simbólicamente a la sagrada madre. Y en la Argentina, esto no ocurre hasta mediados del siglo pasado. Si bien mi generación es la que irrumpió en las universidades existen muchos casos de mujeres que dejaron colgados sus títulos. Lo que quiero señalar que el derecho a ser sujetos de pleno reconocimiento en el mercado laboral es una agencia reciente de las feministas de la segunda ola y 24


una conquista que lentamente se ha venido sosteniendo en nuestra sociedad. De hecho, hoy todavía sigue existiendo una diferencia muy significativa entre actividades femeninas y masculinas. De ahí que tengamos tanta escasez de ingenieras electrónicas o mecánicas. Narraciones: En los sectores populares, ¿Cómo se tramita el discurso feminista? ¿Tiene cierta especificidad? Dora Barrancos: Es una muy buena pregunta. Las feministas emergieron en el mundo entre las mujeres de los cuadros medios letrados. Si tomamos Latinoamérica vemos que el primer movimiento lo hacen mujeres en general letradas. Esta situación lleva a que haya muchas dificultades de acercamiento a otras mujeres. Y dependerá según el lugar de la articulación política mayor que se da entre los diferentes grupos. El caso de Chile es muy particular. Porque la tradición socialista de Luis Emilio Recabarren considerado el padre del movimiento obrero chileno encuentra puntos comunes muy fuertes con el feminismo. Estamos hablando fines del siglo XIX principios del XX. En general el socialismo en nuestra región fue un cauce de identificación de la mujer con el feminismo. O las librepensadoras. En otros lugares esta identificación vino más de los grupos liberales. En la Argentina hay una tradición más conservadora donde la liberal queda muy opacado. Si hubiera un auténtico cauce liberal se habría votado la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Yo me incorporo al feminismo mitad de la década del 70. Y es cierto que había una cuestión medio extraña en los procedimientos. Porque simultáneamente había una cierta condensación de los sentidos. Nosotras habíamos llegado, y eso nos habilitaba de alguna forma para excluir a aquellas que no rezaban con tanta conciencia la cartilla. El feminismo de aquél entonces no se entusiasmó por formular una acción de masas. Hoy las cosas han cambiado enormemente. Las mujeres de los sectores populares siempre tuvieron más barreras que sortear. Primero las sociales, educativas, etc. Pero hoy existen feminismos populares; algunos más arraigados que otros. Y 25


también está el despertar resonante del para sí. Hay una reacción importante de las mujeres de los pueblos originarios a las prácticas patriarcales. Es cierto que así como mi generación muchas veces tenía una posición un poco esquizofrénica cuando decía anticonceptivos para nosotras. Para las mujeres de los sectores populares, no. Hoy también desde ciertas intermediaciones de los sectores populares aparecen cuestionando al feminismo con el argumento que son miradas que vienen de otros sectores sociales. Si bien nosotras hemos cometido errores en el pasado hoy estamos en mejores condiciones para relacionarnos con más alta resonancia con esos sectores. Hoy cada vez más esas mujeres sienten que ni un mal matrimonio debe aceptarse ni soportar los maltratos porque deban ser vistos como efectos de las propias circunstancias sociales. Narraciones: Y ¿Cómo funciona el peronismo en medio de ese discurso? Dora Barrancos: El peronismo es un cauce que tiene sus contradicciones pero muchas menores que las de otros cauces. Si se analiza el peronismo es una historia de autorización de participación de las mujeres en la política. Se podrá decir que el socialismo también pero la masividad que le imprimió el peronismo es innegable. La figura de Eva Perón es una ruptura imaginaria en nuestra vida política al punto que con ella se produce una cuasi feminización del poder político. Y Evita que no era feminista era una contra-feminista, feminista. Sabe cuáles son los déficits en cuanto a los derechos de las mujeres, cuál debe ser el lugar de la mujer en la política. Esa construcción le da al peronismo una mayor amigabilidad con las mujeres: por ejemplo, la rama femenina. Pero además es el movimiento que catapulta a las mujeres en el parlamento con más del 25% de representación. Si tomamos la historia de la Unión Cívica Radical ese partido tuvo mucho ninguneo con sus mujeres. Precisamente por ello las radicales fueron particularmente tenaces con la ley de cupo. En 1951, la UCR no llevo una sola mujer en sus listas. 26


Narraciones: Y ¿Cómo pensas ese rechazo que en algunas mujeres hay sobre la figura de Cristina? Dora Barrancos: Es complejo. Casi para un estudio psicológico. Pienso que esa sobrevalorización de lo femenino que muestra Cristina cuando dice por ejemplo: “Yo siempre me pinte como una puerta”, es lo que produce una contra identificación. No se puede negar que hay un componente en ese rechazo de lo que en buen romance llamaríamos el gorilismo pero aún en sectores donde no existe ese ensañamiento igual permanecen miradas críticas sobre su figura. Pero también si ella hubiese aparecido como frágil o débil también ahí habría un problema. Ahí hay un papel que juegan también los medios de comunicación y las nuevas tecnologías en la configuración de esa escena que se articula con cierta posición muy marcada en amplios sectores de la clase media donde los diferenciales de clase tienen una preponderancia determinante. Y esto también se traslada a sectores medios bajos que pudieron movilizarse hacia arriba. Es como si hubiera una especie de diferenciación preventiva. Narraciones: ¿Cómo es tú relación con Rita Segato? Dora Barrancos: A veces tengo disensos con ella pero la quiero mucho. Le tengo un enorme cariño y por supuesto, mucho respeto intelectual. Creo que Rita tiene un gran motivo anarco libertario que la enciende. Y entonces le aparece la inefable antropóloga. Esa que está siempre mucho más cerca del paisaje primitivo humano más originario. Entonces ese paisaje originario sin Estado en comunidades de gente es un paisaje utópico me parece que solamente está auxiliado por algunas evidencias de la prehistoria. Porque en la verdadera historia está el patriarcado y la puja de poder. Desisto de cualquier forma que busque idealizar pasado por futuro. Y me parece que a veces esa mirada de Rita libertaria que la lleva a renegar en cierta forma del Estado no la comparto. Si el Estado se corre posibilita las manos del mercado, y si hay una fuerte retirada no hay más salud pública. ¿Cómo vamos a asistir a 27


las mujeres golpeadas?. En cambio, su presencia tambiĂŠn posibilita justicia y polĂ­ticas pĂşblicas. Prefiero soportar todas las injurias del Estado a las dimensiones de los escabrosos forcejeos de poder que se dan en una sociedad sin Estado.

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Marta Dillon Marina Pambukdjian y Silvina Czerniecki Es periodista, activista, escritora y militante feminista. Es editora del suplemento feminista Las 12, y creadora del suplemento LGTBQ+Soy, del diario Página 12. Es hija de la abogada Marta Taboada (1942-1977), detenida desaparecida por la dictadura cívico-militar de Videla hasta el año 2012. Participó de la agrupación H.I.J.O.S. desde su origen en el año 1995. En 2015 fue una de las fundadoras del colectivo Ni una menos iniciado en Argentina para denunciar la violencia hacia las mujeres y los femicidios. Marta nos recibe en su departamento en Palermo, amable, fresca y dispuesta, aunque con su teléfono en mano no para de trabajar. Tiene que cerrar el próximo número de Las 12. Desde el inicio no deja pasar los conceptos, rigurosa con los términos, señala el sentido que tienen para ella o lo que, a su entender, podemos decir, son fallas conceptuales comunes, contradicciones entre términos. Se define principalmente feminista, e insiste en que de lo que se trata es de formas de vida y de cuidado. Así, dejó de ser esta una entrevista para ser una charla amena. No descansa, al finalizar tarde ya, se sube a su bicicleta y se dirige a un encuentro con amigues. Narraciones: ¿Podemos hablar en plural o en singular: es movimiento feminista o movimientos feministas? Marta Dillon: Depende a qué nos vayamos a referir, si yo hablara de nuestro territorio hablo de movimiento feminista que es un movimiento en donde conviven diversos feminismos. Y también se puede hablar de movimientos. Porque no son lo mismo los movimientos feministas o el feminismo en la Argentina, o los feminismos en Argentina, que son cosas distintas. El movimiento tiene que ver con acciones comunes, con citas como 29


el encuentro Nacional que ahora es plurinacional. Se nos va a dificultar cada vez más el nombre, pero es así digamos, con ciertas convergencias y disputas, es un movimiento que tiene la particularidad de salir juntes a la calle, entonces, en los feminismos convivimos quienes formamos parte de las muchas corrientes de los feministas, modos de entender el feminismo, énfasis en determinadas cuestiones del feminismo. Convergemos en un solo movimiento que es profundamente callejero y es territorial también. La calle tiene una dinámica donde se cohesiona. Vos podés ver ese movimiento. Narraciones: Hablas generalmente de un feminismo popular, entendemos que complejiza el concepto. Marta Dillon: Yo te puedo decir lo que yo entiendo por feminismo popular, es una definición bien argentina y lo entiendo más ligado al feminismo territorial. Desde la crisis de los ´90 y el estallido del 2001 los feminismos se anclaron, se imbricaron con los movimientos sociales y movimientos piqueteros fundamentalmente. Se empezaron a hacer asambleas de mujeres en principio, se poblaron. Cambiaron la constitución de lo que eran los encuentros de mujeres a partir del 2003 de manera muy radical en el sentido que llegaron de manera muy masiva las mujeres en los movimientos piqueteros y eso constituyó una forma de feminismo que tenía que ver o estaba directamente ligada a la práctica también callejera que era piquetera, de demanda de necesidades básicas, pero también de comprensión del trabajo reproductivo, de la violencia contra las mujeres, de comprensión de la posibilidad que daba el sentarse en círculo porque muchos de estos movimientos están ligados a la olla popular, a sostener la vida cotidiana en el piquete o a los comedores, donde encontraban tareas que implicaban mirarse a los ojos, contarse anécdotas, romper con el aislamiento de las casas, de las familias encerradas, y eso, es una comprensión del feminismo desde la práctica y desde la experiencia que politiza muy rápidamente y que para mí es casi una definición de feminismo popular. Después hay muchas apropiaciones y en el último tiempo lo de 30


feminismo popular está como esparcido y entonces pareciera como que el feminismo popular es un feminismo no académico, más marrón, más negro, pero bueno, el feminismo negro no te va a decir somos feminismo popular, te van a decir somos negras, igual que las indígenas, entonces lo popular es un término que esta más en disputa en la Región, más en estos momentos. Entre popular y populista, pero es eso, es un feminismo que se agarra de la mano desde la práctica y desde la comprensión de las relaciones de género como las relaciones de poder y de opresión y a partir de ahí puede explicar la propia genealogía, el funcionamiento de las estructuras políticas, las relaciones con las compañeras y compañeros. Narraciones: Sos parte del momento fundacional del Colectivo Ni una menos, ¿cómo fue este proceso? Marta Dillon: A mí me causa gracia, no lo digo por la pregunta, lo digo porque me vienen las anécdotas y esto me resulta como gracioso pensar en un momento fundacional. Igual hubo un momento en que hicimos Ni una menos, un primer acto en donde convivíamos Mercedes Funes, que era editora de Gente21 y ahora fue, todavía es, funcionaria de Avelluto en el gobierno de Macri, con nosotras digamos y gente como Pía López de otro campo. Pía es una intelectual, pero si ligada a un sentir popular, a un sentir virando hacia la izquierda o Vero Gago, qué sé yo. Entonces ahora Mercedes Funes funcionaria de Avelluto saca un libro de no sé qué, ligada a la administración y el buen ejercicio del poder y lo presenta como fundadora de Ni una menos entendés. Para mí, más allá, cuando recuerdo las anécdotas es como un episodio esto, pero tiene 4 años de activismo; pero no es lo mismo Mercedes Funes que yo, me parece más valioso el proceso de militancia, que continuó siendo; y sí, por eso fue un acontecimiento que por suerte desbordó porque era cuasi mediático y la verdad desbordó porque lo hicimos desbordar también; pero bueno, la anécdota o el mito fundacional es que había habido una serie de femicidios ²¹ Revista Gente: medio gráfico de la República Argentina, dedicado a personajes del espectáculo y la farándula de Editorial Atlántida.

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muy performáticos en el sentido de mujeres arrojadas en bolsas de basura, encontradas en basurales, encontradas no por autoridades que la deberían encontrar sino por otras mujeres, el caso de Lola Chomnalez, el de Ángeles Rawson a dos cuadras de acá, y convivía eso con una narración de los femicidios histórica que siempre fue así pero que en la reiteración se tornaba cada vez más violenta. Lo que estaba haciendo, cuál era su biografía, si salía a bailar sola, si iba en short a una entrevista de trabajo. Me acuerdo no sé si era por Melina Romero, que la madre se hizo una pequeña marcha en el obelisco previo a Ni una Menos y entonces le preguntaban: “pero usted cree que fue a una entrevista de trabajo?, porque ella estaba con short” y se escucha: “déjense de joder con el puto short”; le habían matado a la hija. Y Pía estaba en el Museo de la Lengua y ya se había hecho una maratón de lecturas. Era la directora del Museo de la Lengua y en ese museo, como se habían hecho algunos actos con relación al tema de la coyuntura, habíamos hecho una maratón de lecturas sobre el aborto. ¿Qué era eso?, convocar a muchas mujeres escritoras, periodistas a leer algo sobre el aborto y eso quedo como una red de muchas periodistas y algunas escritoras, y entonces hicimos una lectura en contra de los femicidios. En ese momento no se llamaba Ni una menos, pero fue como el primer acto de Ni una menos. Donde ahí la disputa era, fue una disputa, a la que siguió después una discusión bien fuerte porque en aquel momento aparecían esos cuerpos embolsados, entonces había como ideas locas, estaba María Moreno también; éramos un montón realmente, pero como estaban los cuerpos embolsados había algunas que tenían la loca idea de leer embolsadas metidas en bolsas y otras que decíamos ni en pedo, encima que hacemos una cosa que es endogámica, meternos además adentro de una bolsa. Y, además, yo no quiero ocupar el lugar de la muerta. Es más, hice un texto con Virginia Cano, filósofa, profesora de Púan que decía: “no somos las mujeres de la bolsa”. Era todo un texto en contra de esa postura porque nos parecía victimizarse. Pero la cosa es entre la victimización y la rabia. Fue como una tensión que atravesó todo el escenario del 3 de junio de 2015 porque no se siguió con esa lectura. Estábamos por volver a juntarnos para ver qué otra 32


cosa hacíamos, nos íbamos a juntar en mi casa. Yo vivía en Saavedra en ese momento cuando pasó lo de Kiara Báez y fue el twitter de Marcela Ojeda que decía: “compañeras ¿qué vamos a hacer?, ¿seguir contando los femicidios y no hacer nada?”22. Y entonces se decidió salir a la calle. Primero esa, una cosa, bueno ¡vamos!, y nos manifestamos en el puente de las mujeres; también, era una cosa medio loca el puente de las mujeres. Es el puente que está en Puerto Madero, es como también irse a,… y nada, quedó el 3 de junio, pero la fecha fue porque Claudia Piñeiro tenía un viaje, todas cosas así muy de casualidad entendés. Pero bueno, después se fue armando, se puso una fecha 3 de junio que era a casi un mes y distancia [del twitter] y se fue armando con las facilidades de que había muchas comunicadoras, muchas twitteras; y después, estábamos las lumpen, es que éramos todas las otras que les tomamos el acto (sonríe). Hicimos el documento, nos pusimos los pañuelos del aborto y bueno, las disputas fueron un montón, no querían que se diga la palabra aborto, no querían que se diga educación sexual en el documento, entonces veníamos del proto-proto feminismo, y ¡no!, no podés hacer un acto del femicidio sin hablar de educación sexual, ni de aborto, ¡entonces no! Al final, la palabra aborto no la pudimos poner en el documento. Pusimos el derecho de interrumpir el embarazo o a elegir si queremos o no. Pero después eran todas las discusiones, ¿quiénes leen el documento?, que lo lea ¡una actriz!, dale. ¡Actrices famosas entonces! Sugerimos un par que las tenía ubicadas, son amigas mías y cuando subieron les pusimos el pañuelo del aborto, eran Maitena y Erica Rivas que son re guerreras. Y ahí, se produjo otro quilombo, -¡qué se saquen el pañuelo!- no les voy a pedir que se saquen el pañuelo, ¡cada quien se manifiesta! Pero bueno, el pañuelo no tenía la misma relevancia que tiene hoy. La rapidez con la que cambian las cosas… ²² El twitter al que hace referencia Marta Dillon es: “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales... mujeres, todas, ¿bah... no vamos a levantar la voz? NOS ESTAN MATANDO” - Marcela Ojeda (@Marcelitaojeda). 11 de Mayo, 2015.

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Narraciones: Vos te presentas como activista y periodista, ¿cómo se da este encuentro, esta conjunción entre periodista y activista? Marta Dillon: Es una ventaja enorme, en un punto si y en otro punto no tanto, porque contamina mucho el trabajo también, pero tengo la ventaja de tener, bueno no es que tenga, dirijo un suplemento feminista que tiene 16 páginas donde muchas cosas se pueden decir ahí y eso sin ninguna jactancia. En Las 12 hay chicas, que son grandes ya, que la leían y fue su primera lectura feminista y la tenían todos los viernes en el diario; por decirte, una nota sobre madres lesbianas la hicimos en 1998, del imaginario de las familias lesbianas, y como eso, miles de cosas sobre todo por la constancia. Hubo otras publicaciones, y qué sé yo, pero siempre se interrumpían, o, cuando salió Las 12 también salió Clarín Mujer que también tenía una pretensión de ser más intelectual y a los 10 números ya era un suplemento de moda porque no es negocio para nadie el feminismo, ni siquiera ahora, salvo que vendas...; podés vender remeras, por ejemplo, no hay un consumo para diarios o para medios de publicidad, no hay. Entonces yo creo, digamos de alguna manera, el periodismo feminista es un periodismo militante sin dudas porque tenés que meter palabras que no están en el vocabulario, porque tenés que poner temas que no están y son peliagudos y siempre estas luchando ahí porque te piden que hagas cosas para mujeres, que son otras cosas completamente distintas en un suplemento feminista que no fue siempre feminista Las 12 pero se hizo feminista, y eso fue por militancia. Entonces mi práctica profesional es militante, no hay una gran distancia; sí hay distancia entre el activismo de la calle y festejar paros feministas, pero buena parte de los contenidos que salen en la calle están en el suplemento, no sé si respondo. Narraciones: Incluir términos que no están en el vocabulario, a la vez intervenir en las formas comunicacionales que sostienen el statu quo, de la opresión, del patriarcado, ¿hay algo qué 34


hacer con las buenas prácticas de la comunicación, con la ética comunicacional respecto de las formas de tratar estos temas? Marta Dillon: Es necesaria una ética comunicacional y es necesario un uso del lenguaje y ahí puede haber un conflicto en el sentido de volver inteligible algunos conceptos como, por ejemplo, patriarcado. Ahora todo el mundo dice patriarcado, pero hace un tiempo, no tanto, tenías que poner patriarcado, guión y explicar un poco de que se trata el patriarcado que es casi imposible, y que todavía hay que seguir explicando, pero quiero decir que de pronto se convirtió en una palabra de uso coloquial lo cual a mí me resulta impresionante, me detengo a pensarlo; pero con relación a las buenas prácticas de la comunicación, es un ejercicio constante. La denuncia de abusos, por ejemplo, como una cosa bien complicada, porque ahí interviene el lenguaje jurídico también, que si lo usas de una manera te puede generar causas, nos ha generado causas sobre todo en los abusos intrafamiliares que siempre están ahí dispuestos a demandarte, entonces, tenés que forzar las cosas para decir y no sentenciar, pero no sé cuál sería la buena práctica o la mala práctica, creo que nosotras hacemos buenas prácticas (ríe). Narraciones: Quizás en esto del suplemento y en esto de introducir términos. Esto opera hacia los ámbitos de comunicación, sobre qué términos usar y qué términos no, de alguna manera interroga a los otros términos. Marta Dillon: ¡Sí, total! Narraciones: ¿De qué se trata lo del juicio ético, feminista y patriarcal que hicieron? Marta Dillon: Y bueno, eso son prácticas activistas pero de alguna manera es como en la Justicia, así con mayúscula, en la institución Justicia es uno de los lugares donde más se retrae lo que se avanza en la sociedad, bueno también sucede en la publicidad, son lugares muy anquilosados, agarrados a las viejas prácticas, y el juicio 35


ético, feminista y popular a la justicia patriarcal, -no lo puse yo a ese título, ¡lo puedo asegurar! (ríe)- fue una manera de replantear, de tomar las formas de la Justicia en el sentido de que haya un jurado, alguien que presente un caso, haya voces que sean testigo de ese caso, y reescribir. Se presentó de todo, femicidios, casos de abusos, expropiación de tierras, cuestiones habitacionales, Milagro Sala, muchísimas cosas en esos juicios, pero bueno, es una cuestión activista en algún sentido, es performática, pero de alguna manera, sí, la acumulación de todos esos casos, -además que ese formato se dio en otros territorios de Latinoamérica, Guatemala, Honduras-, es como una recopilación de las aberraciones de la Justicia patriarcal o de cómo opera la Justicia patriarcal y hace sentido, digamos, que muestra cómo falta una perspectiva de género en los fallos, es más una herramienta de denuncia que otra cosa. Narraciones: Vos decís que hay cosas no narradas en los femicidios, señalas algo corporativo entre los varones. Marta Dillon: Sí, aún cuando hemos logrado desterrar algunas narraciones como la del crimen pasional, por ejemplo. Recuerdo un programa de María Laura Santillán. Hace bastantes años ella hizo un programa, en donde planteaba, quería contar femicidios, pero los contaba desde esta cuestión de los excesos del amor. Ella pretendía denunciar lo que se hace en nombre del amor en esa misma lógica discursiva. En ese momento escribí sobre eso y la hice bastante pelota. Era como muy disruptivo porque también teníamos programas como Mujeres asesinas23, donde también la mayor parte de los casos eran de autodefensa, pero estaban planteados en términos de policial o de locas perversas que terminan matando. Yo lo que creo, es que aun cuando hemos desterrado muchas de esas prácticas, las hemos desterrado desde los movimientos sociales desde los movimientos ²³ Mujeres asesinas, fue una serie de televisión argentina producida por Pol-ka. Basada en el libro “Mujeres asesinas” de Marisa Grinstein, sobre casos reales de homicidios perpetrados por mujeres.

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feministas, si queda como siempre obnubilado quienes son los femicidas, porque cuando vos vas a ver quiénes son, no tienen nada de distinto de cualquier otro varón en general. Es el mismo que el que va a la cancha, puede ser tu pareja, y siempre lo que se construye es la idea del monstruo y nosotras cuando decimos “es un hijo sano del patriarcado” reponemos un poco eso pero no están los relatos de lo que es ser un hijo sano del patriarcado y también está la dificultad de pensar cómo es que son funcionales a un sistema de opresión que está articulado pero que tiene ejecutores no comprometidos implícitamente con la causa y sin embargo son funcionales. No es que un varón va a matar a una mujer o a una travesti, podría ser también, pensando, lo hace reponiendo su autoridad masculina en general, siempre lo hace reponiendo su autoridad masculina, no pensando como un militar que podría matar en nombre de su bandera, ¿se entiende?, pero si esas narraciones faltan, faltan las narraciones que podrían hacer que otros varones se vieran en ese riesgo y pudieran romper el pacto masculino de silencio sobre la violencia sexual y sobre la violencia femicida. Siempre se les habla a las mujeres en definitiva aún cuando se habla de cómo eran las víctimas no estigmatizando, sino contando sus prácticas militantes, sus sueños que tenían, siempre se hace un énfasis en las víctimas que es una práctica de memoria, que eso también hizo un buen aporte Ni una menos en relación con entender que hay unas víctimas que son nuestras y que merecen ser lloradas y de duelo colectivo; todo eso está bien repuesto. Ahora una cosa que hacemos es poner los corazones en territorio que son señalización de lugares donde se han cometido femicidios. Narraciones: Eso tiene una componente de memoria… Marta Dillon: Claro, ¡exactamente! No las ponemos en el piso para diferenciar, por ahora se han puesto cuatro -hasta la fecha se vienen señalizando 4 corazones territorio: el primero en 2017, fue por Mica Gaona de la 21-24, Barracas, el segundo por Lili Zambrano, en Palpalá el 13 de junio de 2008, el tercero por Elida Del Valle, otra 37


vez en la 21-24, Barracas, y el cuarto por Claudia Seiman del barrio de Villa Lugano-, pero sí, ¡pero sobre todo la práctica de memoria! Solo saber quiénes son los genocidas, dónde están los genocidas, lo que se hizo con los escraches de H.I.J.O.S. con relación a señalar que no hay un buen vecino, no sos un represor y buen vecino, no sos un buen padre. Y, por suerte, aparecieron las ex hijas también para decirlo, pero esa práctica que hizo H.I.J.O.S. con los escraches está un poco conculcada en el tema de los femicidios y en el tema de la violencia sexual, porque la sexualidad es violenta. Y, sobre todo, en el tema de la violencia sexual, el ir con nombre y apellido a denunciar. Los escraches se han convertido en esta denuncia de prácticas abusivas, sucias en algunos casos. Narraciones: ¿Cuál es tu opinión justamente acerca del punitivismo y los escraches en estos casos? Marta Dillon: Definamos estos escraches de los que estamos hablando, la práctica de denunciar en red con nombre y apellido a determinada persona, en general, se da muchísimo entre adolescentes sobre todo con páginas abiertas para decir “este me hizo tal cosa, este me hizo tal otra”, que generan segregación de chicos que están en etapa de formación, que son muy estigmatizantes y que no resuelve sino anulan la posibilidad de la negociación de las relaciones interpersonales en el sentido de rever las prácticas. Esos escraches, en principio entre adolescentes, la verdad, que a mí me generan, la impotencia de ser una adulta que no sabe cómo resolver esas dinámicas con una toma de conciencia de lo que es la violencia machista y lo que es la violencia sexual que hasta hace muy poco estaban naturalizadas y de pronto se desnaturalizan, dicen ¡esto es violencia! Entonces, no es solo esto es violencia y cuáles son las estructuras de la violencia, sino también éste es el violento; son prácticas medio de linchamientos a mi modo de ver. Pero a la vez, como adulta y como adultos, adultas y adultes en general, no les damos respuesta a las chicas que toman una conciencia muy rápida de cuáles son sus derechos porque si dicen no, no les escuchan el no, no hay una respuesta de eso, entonces ellas han 38


encontrado en las redes sociales una manera de defenderse, de seguir posicionando sus sí y sus no, y entonces me genera también una dificultad moral juzgar esas prácticas; o sea, no son las prácticas que yo elegiría, me parece que deberíamos poder habilitar otro tipo de diálogos con y de los adolescentes, de escuchar, de generar espacios permanentes de reflexión y formación en relación a cómo vivir la sexualidad, cómo desaprender lo que tenemos aprendido, y que les adolescentes lo aprenden rápidamente. También en términos de opresión, de competencia, de metáforas, de guerra, todo el tiempo dar vueltas en torno a la sexualidad, entonces hay una dificultad ahí bien grande y además, yo soy pro sexo podríamos decir así con una definición amplia, y la sexualidad es opaca no es cristalina, ni el consentimiento es cristalino, y nadie está exenta, ni exento del uso de la violencia o del uso de alguna práctica que en algunos espacios pueden funcionar y en otros no y son leídas como abusos, como la insistencia por ejemplo, no sé, o propuestas de prácticas no convencionales; y si, me parece que es bien problemático para la experimentación sexual para el descubrimiento de qué es lo que te gusta, lo que no te gusta y tener el miedo de ser acusada, acusado, acusade de haber ido más allá de las normas permitidas. El punitivismo tiene eso como si vos ves lo que pasa en las universidades de Estados Unidos que no se pueden juntar los profesores y profesoras que no se pueden relacionar con alumnes, no podes tener una reunión con la puerta cerrada porque ya te pueden acusar, pero sin embargo los niveles de violencia, los índices de violación en las universidades son impactantes; no resuelve el problema de la violencia sexual, tampoco resuelve la posibilidad de reconvertir, de disfrutar de la sexualidad como un lugar de ensayo y error permanente sin tener que acusar ¡error!, ¡error! y que los errores se conviertan en eso, en abusos; y lo último, el tema de escrachar pone a quien se ha sentido victimizada en un lugar de mucha soledad y en un lugar inmóvil digamos. No sabes que hiciste; por supuesto, lo primero que hay que decir es que hay tonalidades de la sexualidad, de lo que se puede considerar abuso, es un poco lo que está enchastrado con relación a los escraches. 39


Es un tema complejo que me parece que es muy urgente de abordar. Que lo podemos abordar en charlas, entre quienes más o menos estamos de acuerdo, etc., pero no llega a las adolescentes. Nos está costando un montón llegar. Narraciones: ¿Lo tienen en agenda como tema entonces? Marta Dillon: Y sí, para mi es uno de los grandes temas. Aparte yo fui parte de H.I.J.O.S. y la práctica del escrache es algo que construimos juntes, y tenía un montón de regulaciones en el sentido que había que construir el escrache. Era una práctica colectiva y tenía investigación, tenía una acusación muy formal y que sí buscaba el punitivismo porque estábamos hablando de crímenes de lesa humanidad y lo que buscábamos era justamente aislar; que el país entero sea una cárcel para estos genocidas, el barrio, que no le vendan el pan, y que esta misma palabra se esté usando para aislar a chicos que por ahí tienen 14 o 16 años y que no hay nadie que les esté hablando, y bueno, qué sé yo, es complejo. Y ¿el neoliberalismo?... (risas) Narraciones: A eso iba la siguiente pregunta. Uno a lo largo de la historia se encuentra con textos o historias, o relatos de la historia donde ha habido mujeres con posiciones claramente feministas. ¿Qué particularidad tienen los movimientos feministas en este momento histórico que construye también el neoliberalismo con toda su ideología de base? Marta Dillon: Bueno, feminismo ha habido siempre, pero bueno, creo que estamos construyendo o estamos asistiendo… Los feminismos, tienen la capacidad de narrar todas las prácticas sociales, todas las relaciones sociales y en ese sentido cuales son las bases en donde se articula el feminismo, en un punto es la división sexual del trabajo, a lo que hace a la autonomía de los cuerpos y la desarticulación del pacto heterosexual que más o menos, son como las bases entre la división sexual del trabajo; el feminismo se torna, tiene, la capacidad de entender la distribución de las riquezas y los 40


modos en que se extrae valor; y, sobre los cuerpos de las mujeres y de los cuerpos feminizados, la extracción de valor es una extracción permanente y constante de nuestro tiempo, de nuestra energía, en función de sostener la fuerza de trabajo; y para que hagamos esto, se construyen universos simbólicos como la idea de familia, la idea del amor romántico, de la reina de la casa, esto que Silvia Federici decía en relación a: “eso que dicen amor, es trabajo no pago”. Entonces, en esta etapa del Neoliberalismo profundamente extractivista, donde además, hay diálogos feministas con quienes están en la defensa de los territorios con conflictos sociales, que se van narrando en términos feministas cuando se habla de No a la mega minería o No a los agrotóxicos, digo por simplificar, pero las que están en el territorio denunciando lo que hacen los agrotóxicos, denunciando la pérdida de la autonomía sobre las semillas, son mujeres que lo entienden desde su propios cuerpos y entienden que no hay distancia entre el cuerpo y el territorio que habitan. Y entonces, en nuestra historia, la de nuestro país en particular, es muy visible como las mujeres han sido las que han denunciado la impunidad de los crímenes de lesa humanidad, institucionales, de terrorismo de Estado; pero también, la AMIA, el caso María Soledad; y también, esto que te digo frente a la megaminería, en defensa del agua, los agrotóxicos, y, frente al hambre, organizando comidas, cuidados colectivos. Entonces, el neoliberalismo en esto necesita de las mujeres sosteniendo la casa cerrada para poder seguir extrayendo valor. Somos una fuente de ingresos del neoliberalismo para decirlo muy llanamente y creo que esta comprensión de generar diálogos a través de herramientas particulares como la herramienta del paro feminista me parece que es una herramienta que no es de ahora, pero que ahora ha vuelto a ponerse en marcha pero de una manera transnacional, conectando conflictos muy diversos y narrándolos en clave feminista y en clave antimperialista y anticapitalista porque no estamos hablando de feminismos que discuten solamente cupo de los lugares de poder. Ya no hablamos más como en los 90 del techo de cristal o de que haya más mujeres en la política. Se puede pedir paridad y está bien, pero no es su norte solamente esa paridad, sino lo que estamos 41


disputando son otras formas de vida por fuera del consumo permanente, por fuera de la ilusión del éxito permanente que da el capitalismo. Que es eso, tener una familia bonita e H.I.J.O.S. bien criados y habitar en espacios bien cerrados sin conexión con los demás, digamos, y que hace que eso asegure que siga funcionando la máquina productiva; y me parece que, las feministas en función, digo en cada una de sus demandas, como cuando disputamos aborto no estamos disputando solamente sobre el derecho de nuestro cuerpo como si mi cuerpo es mi propiedad privada y entonces yo decido, sino que estamos pensando en qué diseños de familias queremos tener, de qué se trata la maternidad, porqué tenemos que estar condenadas al mandato de la maternidad. Estamos pensando en el deseo, se complejizan otras discusiones, y eso hace que tengamos una posibilidad de enfrentarnos al neoliberalismo y que también el neoliberalismo lea esa potencia y actué sobre nosotras, y esto se ve ahora, se ve en Chile, los modos en que se reprime, lo ves en Bolivia, lo vimos en Ecuador, se ve en Brasil. ¿Por qué esta alianza, de pronto tan cerrada, entre el fundamentalismo cristiano y el Capitalismo en esta etapa?, y bueno, ahí hay una necesidad de volver a un orden que va más allá de lo económico o de la democracia formal, es un orden que tiene que ver con sustentar la reproducción, los trabajos reproductivos para que sigan reproduciendo fuerza de trabajo y sobre todo valor sin retribuir nada. Narraciones: ¿Cómo fue ese proceso en el que encontraste el cuerpo de tu mamá y la escritura del libro Aparecida24? Marta Dillon: No es personal nada más, es político; bueno, todo es político, no es íntimo, aunque la intimidad también es política. Los restos de mi madre fueron encontrados en el 2010 y los enterramos en el 2011, porque hubo todo un proceso largo en el que me fue acercando a la posibilidad de verlos y saber cuánto. Había muy poquito. ²⁴ Aparecida de 2015, es el libro en que Marta Dillon relata cómo fue notificada de la aparición de los restos de su madre Marta Taboada, quién fue detenida y desaparecida por la dictadura cívico militar en el año 1976 siendo ella una niña.

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La desaparición forzada ya genera -en este período histórico el terrorismo de Estado con la impunidad sobre estos crímenes, además con la figura de la desaparición, no sé si es la figura el término-, ser hija de una madre o padre o ambos desaparecides genera también un cuerpo colectivo. Y de hecho en H.I.J.O.S., el primer periódico de H.I.J.O.S. se llamaba La Mirada. Nos reconocíamos, no lo veía en ese momento, lo veo ahora, entonces en ese momento nos parecía re fuerte y nos reconocíamos; a todes nos había pasado que en algún momento íbamos en algún colectivo e íbamos a encontrar a nuestra mamá o nuestro papá y la fantasía de que, y muchas fantasías comunes, la fantasía de hacer un orfanato, por ejemplo, de hacer refugios para huérfanos. Bueno, la orfandad tiene de hecho muchas cosas en común, pero, además, el no saber, no hablar. En muchas familias no se habló durante muchísimo tiempo. Muchas familias fueron apropiadoras de sus propios familiares en el sentido de negar la historia, de ponerles otros nombres. Entonces, en ese sentido, hallar el cuerpo, bueno los restos de una desaparecida o de un desaparecido es parte de esta historia común, y de hecho para mí el primer funeral que asistí de un desaparecido fue en 1996 que era por un compañero de H.I.J.O.S., fue apoteótico porque recién se estaba formando H.I.J.O.S., fue como una ceremonia de duelos colectivos, que sabíamos que nos estaban prestando un poco de ese padre para hacer esa ceremonia que no llegas a hacer. Yo la pensé un montón, que los ritos -bueno no es algo que no se haya pensado en la historia-, pero en ese momento asistimos de una manera muy visceral sin pensar cual era la necesidad de ese rito o qué nos podía provocar. Marchamos con los restos, que siempre se convierten en unos pajaritos porque son unos huesitos y encima siempre mal tratados por haber estado enterrados en la intemperie, y entonces iba Gastón con esos huesos de pajarito y nosotros marchando y el modo en que lloramos personas que teníamos edades bien diferentes -porque en H.I.J.O.S. había personas con edades bien diferentes-, había bien chicas, otras como yo, y había más grandes, como una catarsis enorme y la posibilidad de seguir y pararnos después. 43


Eso pasaba mucho en H.I.J.O.S., las asambleas empezaban el jueves y no nos separábamos hasta el jueves siguiente; pero les quiero decir no era, es una idea nueva el hecho de lo colectivo, tenés que hacer espacio para decir: si es mi mamá, hagamos un minuto, ordenémosnos, esta es mi mamá, pero no siento ningún conflicto de esto que sea una historia común. Y creo incluso que las historias particulares, el hecho de que sea esta mi mamá, esta yo y estos mis hijes, me parece que aun en esa primera, primerísima persona, igual se construye una historia colectiva y que hay algo de la maternidad, de las maternidades en ausencia y las maternidades que construimos las hijas, que bueno, son búsquedas muy fuertes en relación a que no hay una repetición, esto que podía ser en la generación de mi madre, pero bueno, mi mamá era así entonces yo soy así. Hay como una interrupción generacional donde hay que reconstruir también modos de ejercer la maternidad totalmente estigmatizada, cuestionada. No cuidaron a sus hijes y andaban con las armas, y entonces se convierte en una experimentación el tema de la maternidad que también es eso, como recuperar el lugar de angustia para reconvertirlo, qué sé yo, tengo la imagen del día de la madre hace tanto, ahora estoy muy vieja, fue hace tanto (ríe). Cuando era más chica, tengo algunas amigas que realmente se hicieron mis hermanas con esa militancia en H.I.J.O.S. donde ya pasaron 25 años de eso, donde los días de la madre, ya incluso siendo madres, era más protagonismo de nuestra ausencia que de que éramos madres nosotras, como algo bien complejo cuando dejas de ser huérfana, ¡por dios! Yo creo que sí, después de enterrar a mi madre, deje de ser huérfana, ¡sí! Narraciones: Y el libro, ¿qué efecto tuvo? Marta Dillon: Lo que pasa que piensen que yo soy periodista y escribo cotidianamente, escribo mucho en primera persona y entonces además tuve ese privilegio de escribir en primera persona las columnas que hacíamos sobre H.I.J.O.S., Vivir con virus. Para mí el libro fue cómo convergen varias cosas; no es la historia de mi mamá, no es tampoco mi historia, yo creo que es más un ensayo sobre 44


la muerte, sobre el vínculo filial, pero es inacabado seguramente; sobre el duelo, no le veo complejidad, al contrario, lo veo como un alivio haber podido escribir, eso me parece, que era un libro que se venía escribiendo en mi historia, el tema es escribir otro, ese me parece peor conflicto (ríe). Narraciones: ¿Qué impronta tiene esa historia en vos con relación a tu militancia? Marta Dillon: Esta historia en mí tiene todo por supuesto, las preocupaciones que están en el libro están en mi militancia, las preocupaciones sobre la vida, la muerte, sobre los vínculos familiares, sobre los círculos de cuidado además. Más que los círculos familiares me parece que es una de las partes centrales de mi activismo cómo pensar el cuidado, cómo pensar la reproducción, la responsabilidad afectiva, como poder amar por fuera de los parámetros del statu quo, cómo el pacto heterosexual, de las nociones de eficacia, de éxito; para mí son centrales en las búsquedas feministas y por supuesto si tenemos que luchar contra el capital, pero para mí personalmente, hay exploraciones súper necesarias en estas y que se están dando, que de alguna manera muchas hay, hay mucho eslogan también en el feminismo y que quedan como así: “si duele no es amor”, guau y se repite, “si duele no es amor”, “si duele no es amor” pero que plancha totalmente cualquier discusión; otra, “no es no”, pero bueno son cosas que hemos construido y que también de pronto se transforman como en piedras y anulan los debates. Narraciones: Entonces la pregunta es ¿Cómo mantener la interrogación de todo esto sin que se cristalicen otros sentidos? Marta Dillon: Igual las cosas se desafían a sí mismas, nosotras podíamos decir definamos la familia, bueno te la redefino, círculos de cuidado recíprocos y responsables ponele, bueno ahora lo ponemos en práctica y… jajaja, lo tenés que redefinir sobre todo en prácticas que son muy basales, ponele de la convivencia, porque qué es lo que estamos buscando, para mí es otra manera de vivir juntes. 45


Realmente yo creo que de lo que se trata es de formas de vida, justamente si vos pensás otras formas de vida, ni el consumo, ni la máquina productiva son formas de vida, pero entonces si podes cristalizar sentidos, sobre todo deberíamos ejercitar prácticas distintas, y yo creo que de alguna manera todas las cuestiones que hay ahora mismo sobre el amor, a mí me parecen discusiones muy fértiles que parecen discusiones de clase media, pero yo no creo que sean de clase media como cuando decimos que el aborto es un problema de clase media burgués, sabemos que no es así. También sabemos, que el deseo no es un tema burgués, o pensar el deseo, pensar el amor, pensar las familias, todo lo contrario; de dónde están agarradas y sujetas las clases populares, los sectores más vulnerados, y, están sujetos de eso, de estar condicionados a que el deseo principal sea la maternidad, todo está organizado en función de la maternidad, los planes sociales, las cooperativas, los horizontes laborales, ese sector está condicionado a que tenés que armar una familia y de que esa familia tenés que cuidarla, qué sé yo. Narraciones: Estás nombrando políticas públicas, ¿qué rol debería tener el Estado? Marta Dillon: Primero pensemos qué rol le damos al Estado. El Estado tiene un rol fundamental en el sentido de la cosa pública digamos, desde la educación, desde qué educación vamos a dar y de volver a pensar los sujetos y sujetas políticas no en términos de mujeres y varones sino de la división sexual del trabajo digamos, yo insisto en eso; lo que pasa, que hay que ver qué Estado queremos o qué posibilidades hay. Para mí, otra distribución de la riqueza, otro pensamiento acerca de qué se trata la tierra y la naturaleza y no solo pensado como recurso natural. Me cuesta mucho, la verdad, redefinir el rol que debe tener el Estado. Si el rol es el de proveer una educación accesible, pública, no sexista, y no solamente; sino con una perspectiva feminista, de eso estoy convencida y no con perspectiva de género. Generar espacios donde se puedan tramitar las violencias, generar programas de prevención, y tendría que pensar otro modo de dis46


tribuir las riquezas y de asistir a los sectores más vulnerados que no sea a través de la maternidad, eso también es fundamental pensar los cuidados colectivos, las tareas de cuidado por fuera de las estructuras, por fuera de la familia tradicional. Eso es un rol del Estado muy fundamental porque si no está borrada de la asistencia las lesbianas, las travestis, los gays y todas las identidades posibles que pueden tener o no tener hijes, bueno, muchos se fugan hacia esta otra posibilidad de no reproducirse digamos, de pensar la justicia reproductiva que algunos quieren reproducirse y otros no se quieren reproducir y todo el mundo tiene derecho a una distribución de la riqueza solamente por todo lo que ya hemos trabajado, claramente por estar acá, y esa sería una gran responsabilidad del Estado, integrar a todas las personas que viven en un mismo Estado. Narraciones: ¿Por qué perspectiva feminista y no de género? Marta Dillon: Para mí, la perspectiva de género es una perspectiva binaria, son términos acuñados en los ´90. Es una perspectiva pensada con un mundo dividido en varones y mujeres y que busca la igualdad, otro término que para mí es complejo. ¿Igual a qué? Porque podemos pensar la equidad, que es un poquito mejor, pero la perspectiva feminista es más disruptiva en el sentido de que lo que queremos es cómo pensar en la igualdad de clases. No vamos a encontrar la igualdad de clase, no vamos a encontrar la igualdad de género en todo sentido, la perspectiva feminista tiende a explotar la perspectiva género-sexo y a poder abrir el imaginario a otras formas de ser y de estar en el mundo, eso de formar familia y de generar valor en la vida cotidiana. Entonces si vos pensás en una perspectiva de género difícilmente va a entrar qué relación tenemos con los animales, con las plantas, con la propia identidad sexual, que se puede ir y venir, que no es estanca. Es más disruptivo que la perspectiva de género que es más estanca y es binaria. Narraciones: Muchísimas gracias por esta conversación. Marta Dillon: De nada, gracias. 47


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Discursos

Débora Zilberman

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La historia de “las mujeres de mi país”: La experiencia de escribir de La Historia Argentina Contada por Mujeres Gabriela Margall En febrero de 1852, horas después de la Batalla de Caseros, Mariquita Sánchez, desde Montevideo, le escribía a su hija Florencia Thompson: “Creía que había algo y me lo ocultaban. En fin, gracias a Dios están buenos y con moños celestes ¡qué lindas estarán las muchachitas! Si tú estás contenta, ¡qué diré yo que soy tan entusiasta de la libertad, que he pasado tantos malos ratos por no someterme a ciertas miserias, que solo por ti me quedo ahí, no pudiendo en mi interior dejar de sentir la humillación y envilecimiento de mi país, yo, que vi nacer su libertad y pasé por tanto susto con tu pobre padre! (…) ¡Qué quieres que te diga! Estoy loca por Urquiza. ¡Qué lenguaje! ¡Qué moderación! ¡Qué a mi gusto todo! Me parece que estoy en el año diez. Nada celeste hay aquí lindo. Estoy deseando algo, nada tengo aún. (…) De nadie me acuerdo tanto como de Cipriana Obes, que me consolaba en mis penas. ¡Cómo estará Carmen Belgrano! ¡Qué loca estoy por ir a ver a todas mis patriotas! Voy a escribir la historia de las mujeres de mi país. Ellas son gente.”25 ²⁵ Sánchez, Mariquita. Intimidad y política: diario, cartas y recuerdos. Prólogo y selección de Mizraje, Gabriela. Adriana Hidalgo Editora. Buenos Aires, 2010, pág. 260.

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Estos párrafos fueron escritos en un momento de conmoción: la noticia de la caída de Rosas era muy esperada, por los exiliados en Montevideo, pero al mismo tiempo, estaba la preocupación por el resultado de la batalla sobre los que vivían en Buenos Aires. Dentro de esa conmoción, Mariquita Sánchez escribía y no solo resumía su propia historia, sino que se proponía un objetivo que tenía que ver con su identidad como mujer y con su identidad como parte de un colectivo mayor: “las mujeres de su país”. La potencia que tienen palabras como las de Mariquita crece cuanto más se las lee. Su papel como dueña de la casa donde se cantó por primera vez el Himno Nacional ha oscurecido una vida intensa, política, y ha opacado un amplio conjunto de escritos de su autoría que no solo hablan de su vida, dan cuenta de la historia argentina desde el inicio del siglo XIX hasta el país construido después de la batalla de Pavón. Más aún: en esa gran cantidad de escritos no queda registro de que se haya cantado el himno en su casa, mientras que sí queda registro de un deseo: el de escribir la historia de las mujeres de su país. No es casual, entonces, que la frase inicie cada uno de los tres volúmenes de La Historia Argentina contada por mujeres. El objetivo que dio inicio a esta colección era simple: el de escribir una historia donde la voz de la mujer contara la historia. Que fueran las mujeres las que tomaran la palabra y ocuparan su lugar en el proceso histórico diciendo “yo estuve aquí”, “yo viví esto”, “esto es lo que pasó”. Era un cambio de punto de vista que, de inmediato, provocaba una pregunta: “¿hay fuentes para eso?”. Y la respuesta asombraba a todos: sí, hay documentos históricos donde se encuentra la voz de la mujer desde la conquista de América hasta el presente. Así como se cree con fe ciega que el himno se cantó por primera vez en la casa de Mariquita Sánchez, se ignora que su estreno oficial fue el 28 de mayo de 1813 y fue cantado por un coro de niños preparados por Blas Parera, que Parera murió en España y se llevó las partituras originales, que Pedro Esnaola recuperó la música de 51


memoria en la década de 1830 y que la música sufrió varias modificaciones. Así también “se cree que” la voz de la mujer no fue registrada, que las mujeres no escribieron, ni expresaron sus opiniones políticas, ni tuvieron una vida pública en la medida que las costumbres sociales lo permitían. La expresión “se cree que” es vaga e injusta: desde la década del ’80, desde el retorno de la democracia, los estudios de género se han hecho un lugar dentro de la tradición historiográfica argentina. En la actualidad, pioneras como Dora Barrancos26 o María Sáenz Quesada27 -por nombrar solo dos mujeres provenientes de lugares historiográficos diferentes- ocupan un lugar destacado dentro de la historia de los estudios de género. En el año 2000 una colección de dos volúmenes, Historia de las mujeres en Argentina, fue la plataforma para que se conocieran el conjunto de investigaciones que se venían realizando desde la década del ’80 en adelante28. La idea de una historia “contada por mujeres” nació de la necesidad de proponer una alternativa a ese “se cree que” instalado en el público que no está inmerso en las ciencias sociales. La colección, entonces, no tenía como propósito ser novedosa. En ese sentido, nos reconocimos dentro de esa larga línea de investigadores (en su mayoría mujeres, pero no solo mujeres) que hacían estudios de género desde hacía más de treinta años y nos pusimos un objetivo más modesto: la divulgación histórica. Hacer historia de divulgación es hacer esa historia que se pone el conocimiento histórico a disposición de un público no especializado. La idea no era hacer una historia de la mujer, sino una historia argentina con fuentes donde la voz que hablaba era de una mujer. ²⁶ Barrancos, Dora, Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos, Sudamericana, Buenos Aires, 2007. ²⁷ Sáenz Quesada, María, Mariquita Sánchez. Vida política y sentimental, Sudamericana, Buenos Aires, 1995. ²⁸ Gil Lozano, Fernanda; Pita, Valeria Silvina; Ini, María Gabriela (compiladoras); Historia de las mujeres en Argentina, 2 volúmenes, Taurus, Buenos Aires, 2000.

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En la colección hicimos historia con toda clase de mujeres: conquistadoras, indígenas, militantes, periodistas, escritoras, cocineras, inmigrantes, militares. Mujeres conocidas como Eduarda Mansilla, Juana Manuela Gorriti, Manuela Rosas y otras mujeres cuyos nombres recién aprendimos al escribir la colección como Mariana de Peralta, Josefa Almeira o Gertrudis Amores. Algunas quedaron afuera, por la propia dificultad de disponer de documentos escritos: obreras o prostitutas, por ejemplo. Otras impusieron su voz dentro del conjunto porque había mayor cantidad de material disponible y que no podía dejarse de lado: Mariquita Sánchez, Eduarda Mansilla, Juana Manso, las anarquistas del periódico La Voz de la Mujer, “hablaron” varias veces en la colección, lo que viene a ratificar que las mujeres no solo expresaban sus ideas, sino que podían hacerlo de manera orgánica y sostenida a lo largo del tiempo. El trabajo era complejo porque había que establecer intersecciones entre tres variables: temas y períodos históricos, por un lado, y disponer para cada intersección una o más fuentes escritas donde la que hablaba era la mujer, por el otro. Había temas que resultaban obligatorios como la conquista de América, las invasiones inglesas, la revolución de mayo, la guerras civiles entre unitarios y federales, el rosismo, etc. Había otros temas que, por nuestras propias inquietudes y objetivos nos resultaban imprescindibles como la sexualidad femenina y la violencia de género. Y había otros temas que resultaban necesarios, aunque siempre dejados de lado, como la moda -es decir, cómo se esperaba que una mujer se presentara ante el mundo- o la preparación de alimentos -es decir, una de las formas en los que una sociedad se reproduce como tal-. La experiencia de la propia escritura también nos ofreció material. Mientras preparábamos los libros, descubrimos otros temas que nos sorprendían: por ejemplo, el conocimiento y la participación que tenían las mujeres en la economía y que derribaba una vez más los “se cree que”: “solo se dedicaban a bordar, a estar en la casa, cuidar a los hijos y no sabían nada de política”. Si empezamos 53


la colección con la certeza de que las mujeres habían participado activamente en la vida social, terminamos la colección con dos preguntas: ¿qué más hacían?, ¿qué estamos dejando de lado? Y ¿por qué no sabíamos nada de esto? Como ya señalamos, el objetivo de la colección fue la divulgación a un público masivo interesado en historia, pero no especializado. De este modo, debimos tomar ciertas decisiones metodológicas: tuvimos que dejar de lado la definición de conceptos, los marcos teóricos, la historiografía, incluso las citas bibliográficas fueron reducidas al mínimo. La decisión es cuestionable, lo aceptamos, pero que también define a la divulgación de cualquier ciencia, cuyo objetivo es hacer accesible un conocimiento complejo cuyos métodos de investigación y marcos teóricos están en permanente discusión como son los de las ciencias sociales. Por la misma razón, elegimos no recurrir a archivos. Estamos seguras de que la voz de la mujer espera ser rescatada en los archivos de todo el país. Pero hacer un trabajo de investigación en archivos públicos, hubiese requerido una tarea de años y un equipo de investigadores de todo el país. La tarea era imposible de realizar en el mediano plazo y por eso elegimos recurrir a documentos ya publicados que fueran de fácil -o sencillo, al menos- acceso a quien estuviera interesado en ahondar sobre el tema. A pesar de los límites y los problemas que presenta la colección, creemos que puede hacer un aporte a la historia de y con las mujeres, gracias al conjunto de voces reunidas. Ellas nos cuentan que eran partícipes activas de la vida social que llevaban, que conocían la vida política que las afectaba de manera directa y que eran sujetos conscientes de los procesos sociales que vivían, de la opresión de una sociedad patriarcal, del mantenimiento de las costumbres, la obediencia como mandato. Así como Mariquita Sánchez deja dicho que ella vio nacer el país en 1810, así hay otras mujeres que vivieron las guerras civiles, la violencia, el mantenimiento de una estancia, la participación política. Recuperar sus voces es recuperar 54


la parte que falta de la historia argentina y, creemos tambiĂŠn, es construir para nosotras una nueva identidad como mujeres argentinas.

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De la diversidad y de la diferencia, todavía Gabriela Rodríguez Escribir un aguafuerte en materia de sexualidad (aguafuerte sexualis) no disimularía hoy la relevancia de un sintagma como el de “diversidad sexual”29, que desde el último siglo se propone en remplazo del gastado, cuando no dudoso, “diferencia sexual”. Diversidad plural que se ha vuelto preferible al dos de los sexos, que crece con los números y pasa a la multitud. Ya no victorianos, pero igualmente empujados a hablar de sexo, somos presa de la discusión sobre el modo de abordar la infancia llamada trans, los mecanismos de reasignación del sexo, los efectos de la ahora ley de identidad de género. Discusión que traen al primer plano una distinción que separa el sexo del género, binario que dio lugar en las humanidades a un sinnúmero de debates desde su invención. El psicoanálisis, que ha servido tanto de argumento como de blanco de crítica en estos debates, participa de ellos aportando una respuesta que trastoca el binario sin mimetizarse con la atmósfera de época, contexto queer teñido de un relativismo nominalista que secreta nombres para la diversidad soportada en muchos casos por alianzas con usos tecnológicos. En los años 70´ un psicoanalista americano Robert Stoller proponía la división de la identidad sexual en sexo y género haciendo lugar al enigma transexual, y repartiendo lo que presumible correspondía a la biología diferenciado de la impronta social. Contemporáneo Lacan en su Seminario, lejos de ese binario y de las categorías a las que responde, construía lo que llamaría sexuación como un proceso algo paradojal, pues se trata de una “decisión inconsciente” que pone la cuestión en el terreno de la lógica (es el marco de las ²⁹ Sobre los usos problemáticos de este sintagma: “Diversidad sexual un concepto problemático”. Norma Mogrovejo.

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fórmulas de la sexuación), y que implica la inscripción en la función fálica que consigue enlazar lo pulsional y el lenguaje. “La identificación sexual no consiste en creerse hombre o mujer”30 podía afirmar Lacan en 1974, lo cual quiere decir que la posición sexuada no proviene de lo que el yo pueda predicar de sí, pero tampoco de una supuesta evidencia anatómica, distinción que solo toma un valor bajo dependencia del lenguaje. El sexo entendido como posición sexuada, ciertamente no es ni natural, ni anatómico, ni cromosómico, ni hormonal31 –como señala Judith Butler, teórica feminista americana que dio el puntapié de la llamada queer theory desde la que se impugna los estudios de género-. Sin embargo, y en tensión con los desarrollos de Butler, el psicoanálisis sostiene que tampoco es una mera construcción social, si bien tiene una historia hecha de identificaciones, la posición sexuada en cuanto modo de vivir la pulsión es un resultado que desmiente cualquier idea que suponga un presupuesto ontológico de base, con ello evita el esencialismo (atribución de esencias), pero también pone un límite a la vía deconstructiva, los significados sociales no alcanzan a producir la diferencia sexual. “En el psiquismo no hay nada que permita al sujeto situarse como ser macho o ser hembra”32. La noción de género desde los gender studies sería elevada durante un tiempo al estatuto de una categoría útil en las academias, en especial para el feminismo, porque con su fuerza explicativa permitía situar “los modos posibles de atribución a los individuos de propiedades y funciones imaginariamente dependientes de su sexo”33, pero al permanecer en el terreno de la asignación de atributos deja sin considerar la dimensión pulsional que interesa al ³⁰ Jaques Lacan. Seminario 18. De un discurso que no fuera de semblante. Editorial Paidós. ³¹ Judith Butler. El género en disputa, “Sujetos de sexo/género/deseo”. Editorial Paidós. ³² Jaques Lacan. Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós. Buenos Aires. ³³ Femenías, Gianella, Santa Cruz y otras. Mujeres y Filosofía. Teoría filosófica de género. “Aportes para una crítica de la teoría del género”. Centro editor de America Latina (1994).

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psicoanálisis. El sujeto en el origen, polo de atributos por venir34 sobre el que caerán una serie de significantes ligados a un discurso, abre el campo de las identificaciones que son parciales. Si bien estas remedian la división subjetiva que causa el lenguaje, articuladas a la insistencia del ¿quién soy?, desorientan en cuanto a la pulsión y su objeto, un resto que vuelve a dividir al sujeto. Lo que la identificación no satisface, se expresa como “malestar de género”-y puede ser puesto en pie de igualdad con el malestar en la cultura freudiano-. La operación de atribución referida que el género conlleva, será leída por Judith Butler valiéndose de un término de John L. Austin como acción performativa operada por el dispositivo sexo-género. En la discontinuidad establecida entre cuerpo sexuado y género culturalmente construido (que reproduce la oposición naturaleza/ cultura) algo se encubre y algo se excluye sostiene la autora con lucidez. Lo que se encubre permite otorgarle al primero un carácter natural, y al segundo la condición de inmodificable; lo que se excluye, da cuerpo a una serie de prácticas sexuales que contradicen, subvierten, o definitivamente no se avienen al reparto esperado. Con ello la autora muestra tanto el carácter de artificio vago del género, una actuación performance –aquí el travestismo es el paradigma–, como sostener que el sexo en tal caso es una categoría tan construida como la de género. La oposición binaria de los sexos se establece como resultado de los discursos y su acción, de ahí el llamado dispositivo sexo-género con sus intereses políticos y sociales (planteo de clara inspiración foucaultiana). La línea demarcatoria que establece la distinción entre los sexos depende de ciertas convenciones que cambian a lo largo del tiempo, y es esta línea la que funciona para Butler como “ideal regulatorio”, o más específicamente como “criterio normativo”35. Si las convenciones delimitan la “diferencia sexual”, porque determinan lo que vemos, ³⁴ Jaques Lacan. Escritos 2. “Observaciones sobre el informe de Daniel Lagache”. Editorial Siglo XXI. ³⁵ Judith Butler. “No parece haber ninguna razón para negar que existan estas manos y este cuerpo mío”. Los sentidos del sujeto. Herder. Barcelona. 2016.

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lo que comprendemos como diferencia sexual, esta pasa por una fabricación del lenguaje que la propia Butler sin embargo revisará más tarde, para mantenerse a resguardo del “linguisticismo” que indica que aquello construido por el lenguaje es también lenguaje. Riesgo que le fuera señalado entre otros por Joan Copjec, quién lee la empresa butleriana como la realización de una proeza, quitar “el sexo del sexo”36 que se traduce en una idea de lo sexual privada de cuerpo, pura fabricación de lenguaje. En los 90´, tras más de una década de validez, la categoría de género sería finalmente puesta en tela de juicio, subvertida por Butler, al son de una serie de prácticas sexuales calificadas como no-normativas que abren interrogantes en el campo de la sexualidad: ¿qué es ser un hombre?, ¿qué es ser una mujer? Pero estas preguntas que son también preguntas que el psicoanálisis articula (no hace más que escucharlas sin cesar en sus divanes) sin partir del establecimiento de una norma -algo evidente después de Tres ensayos sobre teoría sexual-, no hace que Butler (y con ella la queer theory) concluya en consonancia con el psicoanálisis, la eliminación de la diferencia sexual37 como su conclusión, se erige como saldo cínico de las ruinas de la categoría de género y contribuye a la generación del “contexto queer”38. Lo que se abrió en el campo de las humanidades a partir de la caída de la categoría de género correlativo del cimbronazo que afecta a los semblantes ligados a la sexualidad, encarna en la teoría queer y es el resultado del camino disolvente del construccionismo, no sin contar con la acción del propio discurso analítico en su denuncia del semblante. Sucintamente, y a riesgo de simplificar, esta teoría cuestiona la idea de una identidad sexual apuntando contra ³⁶ Joan Copjec. El compacto sexual. Instituto de Estudios Críticos. Paradiso. México. 2011. ³⁷ Judith Butler. “¿El fin de la diferencia sexual?”. Deshacer el género. Paidós. Barcelona. 2006. ³⁸ Gabriela Rodríguez. “Dopo il genere...”. Lacan entre las feministas. La objeción de la mujer. Tres Haches. Buenos Aires. 2019.

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la norma heterocentrada que presumiblemente asentada sobre la diferencia sexual, razón por la cual impugna también a su paso el binomio hetero/homo. El sexo, será una construcción efectuada por el dispositivo del género y la crítica sistemática de la diferencia sexual abrirá al estudio de las llamadas “tecnologías de género” que producen un sinfín de nuevas identidades descriptas como “nómades”, plásticas, inestables, paródicas. La impugnación de la diferencia deriva en diversidad39. Este relativismo se nutre del construccionismo social (incluso de su fina versión deconstructiva) desde el que se objeta el resabio esencialista del psicoanálisis (ignorando la incompatibilidad del psicoanálisis con cualquier esencialismo sexual). Las nuevas retóricas del género ahora devenidas tecnología, se tornan permeables a la idea de multitud40 favoreciendo la adopción de identidades móviles, efímeras antes que identificaciones fijas, desde donde puede ser señalada una paradoja: la identificación que hiciera del yo freudiano un precipitado inestable, hecho de rasgos parciales –significantes– extraídos del Otro cuya estabilidad se aseguraba por la función de desconocimiento, (lo que daba impresión de una identidad), pierde terreno en la discusión frente al propio término identidad que ha ganado brillo por presentarse en su faz calidoscópica de multitud, que encaja bien con el mercado de nombres ofertados para los “miles de sexitos”41. Todavía…, con Lacan, la discusión sobre la diferencia sexual se renueva y da lugar a un capítulo que revisita las fórmulas de la sexuación, no sin el asedio de los desarrollos antes comentados. La imposibilidad de hacer universal a partir de lo sexual “desviación ³⁹ Graciela Musachi. “GLTTBI”. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales. XV Jornadas Anuales de la Escuela de Orientación Lacaniana. EOL. Grama. 2007. ⁴⁰ Preciado, B., “Retóricas de Género. Políticas de identidad, performance, performatividad y prótesis”. ⁴¹ La expresión es retomada del artículo “Virgen-lobo-moth”, de Graciela Musachi, quién parafrasea a Elizabeth Grosz.

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paradójica de una norma que no existe”42, ironiza Alenka Zupančič, (tal como se lo capta en la experiencia analítica), descubre el singular de una diferencia diferente (valga el pleonasmo) designada como “diferencia absoluta”43, la que no se origina en el poder del binario que caracteriza la operatoria del discurso, ni se sigue de la lógica diferencial, razón por la cual no se reduce a un binarismo, ni se explica enteramente por el dos numérico. La figura astronómica del “agujero negro” presta modelo a MarieHelene Brousse para esclarecer el carácter problemático y a la vez singular de la diferencia sexual cuando “todo lo que entra en su interior… se vuelve inaccesible”44. Ocurre, es cierto, que la pregnancia del binario hombre/mujer termina neutralizando las demás diferencias, sean estas de clase, de raza, culturales o las que se quieran (algo especialmente advertido por el feminismo). Pero la diferencia que interesa todavía, hace existir un régimen renuente al universal que no procede de, ni por, la traza clasificatoria. El que funda un tipo de “asimetría”, para retomar un término freudiano, radical, con la especificidad de este goce que aunque llamado femenino, no se discierne respecto del goce masculino porque no proviene como aquel de ninguna Aufhebung, puntualiza Jaques-Alain Miller45, se erige en puro acontecimiento del cuerpo. El psicoanálisis anclado en los usos poéticos de la palabra preserva esta diferencia singular –más allá de las lógicas del género (identitarias), incluso de la conmoción creciente de la diferencia sexual propiciada por la teoría queer (no identitaria)-. Diferencia que se capta como singularidad ¿desgenerizada?, se podrá decir, ⁴² Alenka Zipančič. “Diferencias sexual y ontología”. Ser-para-el-sexo. S&P Ediciones. Barcelona. 2013. ⁴³ Daniel Roy. “Quatre perspectives sur la différence sexuelle”, publicación online de L’Institut psychanalytique de l’Enfant. ⁴⁴ Marie-Héléne Brousse. “El agujero negro de la diferencia sexual”, publicación online de L’Institut psychanalytique de l’Enfant. ⁴⁵ Jacques-Alain Miller. “El ser y el Uno”. Curso de la orientación lacaniana. (Inédito) 2011

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pero no descorporeizada. Al no extraerse de la operatoria binaria fundada en el orden del lenguaje se deshace de las formas de la segregación (propia de los mecanismos de lo social), en tanto acontecimiento de cuerpo escribe para el ser hablante una exigencia de goce sin relación con los atributos del género, pero encarnada. Para el psicoanálisis se tratará de propiciar esta verdadera subversión con Lacan46 de la subversión del género, desde la que incluso se reorganiza el campo feminista47.

⁴⁶ Eric Laurent. “Subversión de la subversión”. Cierre del curso “Subversión lacaniana y teorías de género”. Dictado en la Escuela de la Causa Freudiana (ECF) por Clotilde Leguil y Fabián Fanjwaks. 11 de junio de 2014. París. Fuente: Radio Lacan. Traducción: Luis Volta. ⁴⁷ Para un panorama de las relaciones entre el feminismo y Jacques Lacan, consultar: Gabriela Rodríguez, “Feminismo lacaniano. Lacan entre las feministas”. Lacan entre las feministas. La objeción de la mujer. Tres Haches. Buenos Aires. 2019.

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“Cuando la mujer se vuelve parte del inventario” Agustina Saubidet Durante los 70´, algunas corrientes del feminismo le criticaron a Marx haber posado su mirada sólo sobre el trabajador asalariado industrial (productor de mercancías, los proletarios de las fábricas); descuidando otro aspecto central para sostener al sistema: las actividades destinadas al cuidado y a la reproducción de nuestra vida (el trabajo doméstico, la sexualidad, la procreación); en general actividades realizadas por la mujer y no remuneradas en términos económicos. Una de las recientes autoras que retoma este punto se trata de la socióloga Silvia Federici, a partir de sus trabajos Calibán y la bruja48 y El patriarcado del Salario. Si bien su interés por el lugar de las mujeres dentro del modo de producción capitalista se debió a la ausencia de trabajos dentro del marxismo, Federici supo reconocer las escasas veces que Marx realizó algún comentario sobre este punto. Por ejemplo, en La Ideología alemana, cuando habla de la esclavitud latente en la familia, y de cómo los varones se apropian del trabajo de las mujeres; o en el Manifiesto cuando denuncia la opresión de las mujeres en la familia burguesa, tratadas como objeto de propiedad privada y usadas para transmitir la herencia. Federici redime a Marx sosteniendo que uno de sus principales hallazgos fue haber podido ubicar a la naturaleza humana como resultado de las relaciones sociales, es decir, producto de una práctica social (al igual que lo señala Lacan durante el Seminario 24: “…en todo caso hay que ser sensato o darse cuenta de que la neu⁴⁸ En este texto la autora investiga la relación entre la aparición de la ciencia moderna y la sustracción de los saberes, que tenían algunas mujeres, en relación con el cuerpo: el período de la caza de brujas.

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rosis eso remite a las relaciones sociales, se sacude un poco la neurosis, y no es en absoluto seguro, que de ese modo se la cure por eso. La neurosis obsesiva por ejemplo, es el principio de la conciencia”49). Este foco puesto en las relaciones sociales le ha permitido al feminismo luchar en contra de la naturalización de “La” feminidad y con esto de las tareas asignadas, de formas de ser, de los comportamientos impuestos por el sistema sobre las mujeres como una suerte de destino. Ahora bien, si la fuerza o capacidad de trabajo es lo más valioso que tiene el sistema (pues de allí proviene la plusvalía), la mujer se ha vuelto la oculta garantía de que esta fuerza se reproduzca50, sobre todo en las clases más bajas. Federici entonces intenta desarmar las coordenadas que hicieron que las mujeres quedaran congeladas en estos lugares. Un poco de historia. Hacia fines del siglo XIX, con el salario del obrero masculino, las mujeres fueron excluidas del mercado salarial: su trabajo se volvió doméstico. Se perdieron así algunos rasgos de igualdad entre hombres y mujeres; pues, a través del salario, se generó una nueva jerarquía, una nueva desigualdad: el varón tiene el poder del salario y se convierte en el supervisor del trabajo no pagado de la mujer y junto con esto, el poder de disciplinarla. Todo este proceso llevó a la desvalorización, a la invisibilización del trabajo doméstico y a su naturalización como ‘el trabajo’ de las mujeres. Claro está que el trabajo de la casa no es sólo la limpieza, es servir a los que ganan el salario, tanto físico como sexual ⁴⁹ Lacan, J. (1976-1977). Seminario 24. El fracaso del Un-desliz es el amor. Argentina: Artefactos, 2013, pág. 185. ⁵⁰ Estas referencias de la mujer como objeto de goce pueden encontrarse en Lacan tanto en el Seminario 6 como durante el 14, cuando toma a la mujer en relación al valor, al intercambio y al usufructo en relación a Marx y a las Estructuras elementales del parentesco de Lévi-Strauss.

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y emocionalmente, criar a los hijos de manera que se adapten al sistema. El método del materialismo histórico sin dudas le permite demostrar al feminismo que las jerarquías de género e identidad son una construcción necesaria para sostener el funcionamiento del sistema: el trabajo doméstico y la familia se vuelven los pilares de la producción capitalista. Con el capitalismo montado sobre el patriarcado europeo judeocristiano, se generalizaron los privilegios individuales masculinos en base a la categoría de propiedad privada y con esto algunas formas de abuso. Recordemos que en las sociedades capitalistas patriarcales la figura del padre concentra todo el poder51, y “cuando un hombre está investido de poder, resulta difícil no abusar de él”52. Este proceso de hacer de las mujeres objeto de usufructo de manos privadas, no comienza con el capitalismo. Durante el pasaje entre la baja Edad Media y la consolidación de la Modernidad, las mujeres fueron excluidas de los medios de producción, volviéndose objeto de usufructo de los hombres en el ámbito privado. Así se privatizaron las relaciones. Las mujeres, como nuevos bienes comunes, objeto de usufructo privado, son el sustituto de las tierras perdidas53. ⁵¹ Estos puntos son desarrollados por Lacan en su texto “Los complejos familiares” (1938) y el “Mito individual del neurótico”. ⁵² Freud, S. (1937a). Análisis terminable o interminable. En Sigmund Freud Obras Completas. Tomo XIX. Versión López Ballesteros. Buenos Aires: Hyspamérica, 1993, pág. 3362. ⁵³ “Fue a partir de esta alianza entre los artesanos y las autoridades de las ciudades, junto con la continua privatización de la tierra, como se forjó una nueva división sexual del trabajo o, mejor dicho, un nuevo «contrato sexual», siguiendo a Carol Pateman (1988), que definía a las mujeres —madres, esposas, hijas, viudas— en términos que ocultaban su condición de trabajadoras, mientras que daba a los hombres libre acceso a los cuerpos de las mujeres, a su trabajo y a los cuerpos y el trabajo de sus hijos. De acuerdo con este nuevo «contrato sexual», para los trabajadores varones las

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Dentro de los estudios de Federici, está omitido un trabajo de Marx bastante temprano y recientemente traducido al español, Acerca del suicidio. Al comenzar este texto, Marx nos advierte que no debemos creer que los únicos que sufren del sistema son los trabajadores asalariados: “como si en lo que respecta al resto de la sociedad, el mundo existente fuera el mejor de los mundos posibles”54. Para Marx, el suicidio, la indigencia y la locura, se vuelven síntomas de la sociedad capitalista. Para pensar el suicidio, Marx parte de las investigaciones de un policía francés, funcionario de carrera, Jacques Peuchet que, según el mismo Marx, es de esos proletarias se convirtieron en lo que sustituyó a las tierras que perdieron con los cercamientos, su medio de reproducción más básico y un bien comunal del que cualquiera podía apropiarse y usar según su voluntad. Los ecos de esta «apropiación primitiva» quedan al descubierto por el concepto de «mujer común» que en el siglo XVI calificaba a aquellas que se prostituían. Pero en la nueva organización del trabajo todas las mujeres (excepto las que habían sido privatizadas por los hombres burgueses) se convirtieron en bien común, pues una vez que las actividades de las mujeres fueron definidas como no-trabajo, el trabajo femenino se convirtió en un recurso natural, disponible para todos, no menos que el aire que respiramos o el agua que bebemos. Esta fue una derrota histórica para las mujeres. Con su expulsión del artesanado y la devaluación del trabajo reproductivo la pobreza fue feminizada. Para hacer cumplir la «apropiación primitiva» masculina del trabajo femenino, se construyó así un nuevo orden patriarcal, reduciendo a las mujeres a una doble dependencia: de sus empleadores y de los hombres. El hecho de que las relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres existieran antes del advenimiento del capitalismo, como ocurría también con una división sexual del trabajo discriminatoria, no le resta incidencia a esta apreciación. Pues en la Europa precapitalista la subordinación de las mujeres a los hombres había estado atenuada por el hecho de que tenían acceso a las tierras comunes y otros bienes comunales, mientras que en el nuevo régimen capitalista las mujeres mismas se convirtieron en bienes comunes, ya que su trabajo fue definido como un recurso natural, que quedaba fuera de la esfera de las relaciones de mercado”. Federici, S. (2015). Calibán y la bruja, mujeres cuerpo y acumulación originaria. Buenos Aires: Tinta Limón, pág.172-173. ⁵⁴ Marx, K. (1846 [2011]). Acerca del suicidio. Buenos Aires: Las cuarenta, 2012, pág. 64.

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funcionarios que saben más qué pasa en concreto en la sociedad que ciertos socialistas atolondrados, como lo referencia Abduca (2011) en la introducción del texto. De esta manera retoma cinco casos. El primero se trata de una joven, hija de un sastre, pronta a casarse con un joven carnicero en julio de 1816. El día anterior a que se celebrara la boda, la joven se quedó en la casa de su prometido. Al día siguiente, cuando regresó a la casa familiar, sus padres se enfurecieron con ella por considerar que había cometido una deshonra a la familia. No hubo forma de que entraran en razón, continuaron insultándola sin límites, junto con los vecinos, que se sumaron al menosprecio y a la denigración. El sentimiento de vergüenza llevó a la joven a suicidarse arrojándose al Sena, vestida de novia. Comenta Marx: “Las personas más cobardes, las que no son capaces de enfrentar nada, se vuelven implacables ni bien pueden ejercer su autoridad absoluta de jerarquía de edad. El mismo abuso de esta autoridad es una especie de sustituto brutal de toda la sumisión y subordinación a las que ellas mismas se rebajan, les guste o no, en la sociedad burguesa”55. El segundo caso refiere a una joven mujer muy bella que se casó con un joven hombre burgués. Luego de algún tiempo de amor, el hombre contrajo una extraña enfermedad que deformó su columna, lo hizo envejecer de golpe y cambió su humor. Se volvió celoso y violento, y por bastante tiempo la mujer soportó estos suplicios. Al parecer “la misericordia había reemplazado al amor”56. Afirma allí Marx: “La desgraciada esposa fue así condenada a la esclavitud más intolerable, controlada por el señor M. con la ayuda ⁵⁵ Marx, K. (1846 [2011]). Acerca del suicidio. Buenos Aires: Las cuarenta, 2012, pág. 75-76. ⁵⁶ Marx, K. (1846 [2011]). Acerca del suicidio. Buenos Aires: Las cuarenta, 2012, pág. 86.

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del código civil y el derecho de propiedad. Base de las diferencias sociales que vuelven al amor independiente de los libres sentimientos de los amantes y permitía al marido celoso encerrar a su esposa con los mismos cerrojos con lo que el avaro cierra los baúles de su cofre. La mujer es parte del inventario”57. Concluye Marx: “el celoso es ante todo un propietario privado”58. Finalmente, la joven se suicidó. El tercer caso es de un hombre que, al no tener dinero, no logra patentar sus descubrimientos científicos. Se mató para evitar las humillaciones y querellas que le harían los acreedores, que le habían prestado el dinero para realizar estas investigaciones. La humillación pública junto con la falta de dinero, se vuelven un ‘coctel fatal’ para este tipo de hombres de ciencia. El cuarto caso se trata de una joven burguesa, de familia de banqueros, que quedó embarazada producto del abuso de un tío con el que convivía. La joven concurrió al médico para realizarse un aborto sin explicar el contexto en el que produjo el embarazo. El médico se negó a realizarlo y le sugiere irse a vivir al extranjero. Ella se suicida. El quinto caso refiere al de un militar que fue despedido sin muchas explicaciones. Intentó ingresar al “mercado laboral”, pero le fue imposible. Se suicidó ante la deshonra de no poder mantener a su familia y ser una carga para su esposa e hijas. Sin dudas, no son sólo las mujeres quienes son tomados como objeto por parte del sistema. Las exigencias de poseer dinero y poder resultan una carga para nada menor en los hombres. Tal como lo expresa la psicoanalista Clara Coria, la obligación de mostrar siempre una potencia inagotable, potencia que se mide en cantidad. Así, tal “como las mujeres padecen de dependencia, los hombres ⁵⁷ Marx, K. (1846 [2011]). Acerca del suicidio. Buenos Aires: Las cuarenta, 2012, p. 83 ⁵⁸ Marx, K. (1846 [2011]). Acerca del suicidio. Buenos Aires: Las cuarenta, 2012. p. 88

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bres padecen de no poder sentir y expresar sus fragilidades”59. Si bien es verdad que tanto hombres como mujeres padecen del sistema, es importante diferenciar que la masculinidad, como afirma Segato, es un título; la feminidad, no. Es decir que las formas de explotación y de disciplinamiento son diversas, discursivas, no biológicas. Por otro lado, las mujeres, a diferencia de los hombres, poseen un doble valor: uno dado por su capacidad reproductiva y otro, por su capacidad de trabajo asalariado (sujeto del mercado). El problema, como ya en la época freudiana lo planteaba Otto Gross (1920), es que el capitalismo ha ubicado a las mujeres ante la disyuntiva de la renuncia a la maternidad o la renuncia a la libre autodeterminación, creando así una oposición y un conflicto entre estos dos aspectos, conflicto que responde a las necesidades del sistema en la distribución de las tareas para su mantenimiento. Concluyendo, tanto hombres como mujeres son explotados por el sistema, pero de diferentes formas. Lo que queda claro también es que lo vivido pasivamente (explotación del sistema) es reelaborado y repetido de manera activa en el espacio privado, descargando la ira (producto del maltrato del sistema) sobre los otros (mujeres, niños y ancianos, sujetos-objeto) a los que se los considera (por efecto del discurso capitalista), objetos poseídos o sujetos menospreciados. Sin embargo, más allá del menosprecio y del maltrato, son fuente de poder y campo de su ejercicio. Se trata entonces de una reproducción de una relación de un abuso de poder a partir del establecimiento de una relación asimétrica (la que sea)60. Ahí, también radica el origen del plus de gozar ligado al goce fálico, efecto del discurso. Claro, existen diferentes grados de este gozar de más de los ‘privilegios de género’. En uno de sus extremos ⁵⁹ Coria, C. (2014). El sexo oculto del dinero. Formas de dependencia femenina. Argentina: Paidós, pág. 111. Sobre este punto también puede consultarse a Rita Segato y su concepto de mandato de masculinidad. ⁶⁰ Ver Foucault, M. (1980). El poder, los valores morales y el intelectual.

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se encuentra el incesto61, como forma de usufructo más allá de cualquier ley; y en un grado mucho menor, lo que Meler62 dio en llamar: el neurótico obsesivo como un tirano doméstico, caracterizado por un tipo de vínculo de dominación y de control sobre los miembros de su familia que “detentan menos poder”, anulando sus deseos personales y volviéndolos instrumento de sus necesidades. “Si el dominio del bien es el nacimiento del poder”63, y “el hombre que detenta poder le resulta difícil no abusar de él”, sin dudas el psicoanálisis tiene aún mucho recorrido que realizar y hacer junto a Foucault. Si no se contempla la teoría del poder y del saber, la lectura clínica en relación con el goce y con las políticas plusválicas, que habitan los discursos y educan a los cuerpos, corre el riesgo de desorientarse. No debemos olvidar que el modo de producción capitalista se inscribe sobre los cuerpos bajo una gramática, una forma de relación particular, basada en la explotación del cuerpo del otro, tomado como objeto de usufructo64: con el fin de la obtención de plusvalía. De esta manera, el valor de más de lo producido por uno, es sustraído por otro que no produce. Se dice por ahí que para todo hombre la mujer es un síntoma, pues sitúa algo de su goce del síntoma, en la mujer. ⁶¹ Fridman, I. (2019). Violencia de Género y psicoanálisis. Agonías impensables. Buenos Aires: Lugar Editorial. ⁶² Meler, I (2012). Las relaciones de género: su impacto en la salud mental de mujeres y varones. En Burin, M., et al. La crisis del patriarcado. Buenos Aires: Topía. ⁶³ Lacan (1959-1960). Seminario 7. La ética del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 2015, pág. 284. ⁶⁴ “El usufructo es una noción del derecho que reúne en una sola palabra lo que ya recordé... en ese seminario sobre Ética del que estaba hablando recién... para saber la diferencia que hay de herramienta (outil), que hay de lo útil (l´util), en la jouissance [goce] ¿Lo útil para qué sirve? Es lo que nunca se ha definido bien debido a un respeto -un respeto prodigioso- que gracias al lenguaje el ser hablante tiene por medio. El usufructo significa que uno puede gozar (jouir) de sus medios pero no debemos despilfarrarlos. Cuando recibimos una herencia, tenemos el usufructo, podemos gozar (jouir) de él a condición de no usarlo demasiado. Esta es la esencia del derecho: repartir, distribuir, retribuir lo que es de la jouissance (el goce)”. (Lacan, 1972-1973)

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Se dice por ahí también que hombre y mujer son hechos de discurso65. No hay garantía tampoco de que una mujer no vaya a ejercer el poder de la misma forma con un hijo, volviéndolo objeto de goce de su propio fantasma66. “Hay muchas formas de generar plusvalía que no son el dinero”, dijo Lacan67 respondiendo a Guattari, y para mí, ésta fue una de sus mejores advertencias clínicas. Quien quiera oír que oiga.

⁶⁵ Lacan, J. (1971). Seminario 18, De un discurso que no fuera del semblante. Buenos Aires: Paidós, 201, pág. 135. ⁶⁶ Lacan, J. (1969). Dos notas sobre el niño en Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012. ⁶⁷ Lacan, J.(1972). Interventions sur l’exposé de P. Mathis: «Remarques sur la fonction de l’argent dans la technique analytique».

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El transexual y la época Irene Greiser La época La transexualidad se impone como una manifestación de los tiempos que corren. Se torna importante poder hacer una relación entre la época y el fenómeno transexual que considero congruente con la actualidad. Lacan convoca a los analistas a unirnos al horizonte de nuestra época y advierte “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”68. Hay una relación entre el declive del padre y el declive de la virilidad. Al declive del padre le sigue un declive de lo viril. El reino del padre implica que el padre como agente de castración impone al varoncito la interdicción del objeto primordial, la madre, y esa amenaza es la condición de acceso a lo viril. Esa virilidad no amenazada se pone de manifiesto en una serie de síntomas como puede ser la violencia de género (a la cual ya me he referido en otros textos). Otro puede ser un empuje al corte. Miller en su ponencia en el Congreso de Comandatuba calificó al discurso amo actual como hipermoderno, que a diferencia del discurso amo preponderante de la era victoriana en la cual el ideal primaba sobre el goce, hoy en día se pone de manifiesto lo inverso, el goce prima sobre el ideal. Dos síntomas de nuestro actual malestar se corresponden a ese declive, el transexualismo como empuje a la mujer, que no necesariamente implica una psicosis clínica y violencia de género como ⁶⁸ J. Lacan. “Función y campo de la palabra y el lenguaje” en Escritos 1, Siglo XXI. Editores, Bs. As., 1988, pág. 309.

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máximo repudio de lo femenino a través del femicidio. En mi libro Sexualidades y Legalidades me aboco a dos síntomas de la actualidad, Violencia de Género y Transexualismo. Habría que agregar la pornografía y el abuso sexual infantil. Es Lacan quien introduce el término de transexualismo que no encontramos en Freud. Cuando el padre oficiaba como semblante de la ley y agente de la castración imponía la restricción del goce y la norma heterosexual. La represión de la sexualidad y la hipocresía eran los síntomas que respondían a esa regulación, se gozaba pero a escondidas. Lacan vivió la época del mayo francés cuyo slogan era prohibido prohibir, se trataba allí de revuelta contra el padre de la tradición y esa época promovió el sexo libre. Pero la época actual es otra, se trata de un real sin ley. Al no situarse alguien que encarne el lugar de la excepción, ello da por resultado que si no hay uno en posición de excepción que preste el cuerpo para encarnar esa función de interdicción, entonces cada uno puede ser su propia ley, una consecuencia de ello es la dictadura del uno por uno y otra consecuencia es que todo se relativiza, todo puede ser intercambiable. Ese relativismo también puede tornarse mortífero más que habilitante. El adagio del individualismo contemporáneo que pregona “se tu mismo”, tu puedes elegir tu propio sexo, podemos emparentarlo con el fenómeno trans. El transexualismo, la violencia de género, abuso sexual infantil y pornografía son síntomas del actual malestar que no lo eran en la época de Freud. Si en la época de Freud se trataba de un debate con la medicina, hoy se trata de un debate del psicoanálisis con los derechos humanos. Hoy el sujeto puede elegir su propio sexo. La tecnología posibilita y la ley legitima. La época actual donde todo parece estar permitido, desde el orden médico-jurídico no pareciera traer aparejado una liberación 76


sexual sino que justamente esa libertad pone de manifiesto una cierta banalización del sexo y también una guerra entre los sexos. En la época actual el sexo no se oculta, es la época de gran hermano. Para Lacan el sexo siempre fue el Otro sexo, es decir lo femenino, aquello que Freud mencionó como enigma y Lacan ubicó como aquella modalidad de goce ilimitada e indecible. De la norma única a la diversidad La actualidad lejos de imponer la rigidez de la norma única macho, propone una diversidad de elecciones, un género fluido y un relativismo caracteriza a la época. En cuanto a la elección sexuada una variedad de elecciones se le presentan a los sujetos. Muchos quieren ser mujer, otros convertirse en hombres, cambiarse de nombre, vestirse de mujer y otros pasar al otro sexo. Los tiempos han cambiado y de la época del menú fijo pasamos a un menú a la carta en la cual la diversidad toma el relevo de la norma única. Lesbos, trans, gays, bisexuales, alosexuales, homosexuales, heterosexuales, drags, son todas formas que escapa a la rigidez de la norma heterosexual. ¿Pero podemos a todas estas diversidades nominativas ubicarlas como posiciones sexuadas? En principio la identidad sexual no determina ninguna posición sexuada. Las posiciones sexuadas implican una elección por parte del sujeto, por eso Lacan habló de situación, es decir que el sujeto al elegir opta y así se hace responsable de su situación. No lo hace en función de su identidad sino que más allá de su sexo anatómico elige una modalidad de goce: si se sitúa del lado donde todo el goce es fálico estará del lado masculino o si elige la modalidad femenina en la cual el goce no está enteramente delimitado por el falo, es decir no toda en el goce fálico. Pero ello no quiere decir que esté por fuera de la norma fálica sino que como notoda se inscribe en él. Esa elección es independiente del sexo anatómico. 77


Desde el psicoanálisis sabemos que la sexualidad es traumática, en tanto no hay inscripción no solo de lo femenino o masculino sino también no hay a nivel del inconsciente una fórmula que inscriba el partenaire adecuado. Es por ello que Lacan hablo de trouma, neologismo que da cuenta del agujero en el saber en relación al sexo. En la época freudiana el síntoma conversivo daba cuenta de una complacencia somática y el padre era una brújula, los síntomas se ordenaban alrededor del padre. Pero hoy en día nos encontramos con síntomas que lejos de ser complacientes con el cuerpo se rechaza el cuerpo que se tiene, podemos citar desde las anorexias, hasta una nueva modalidad en la cual los niños desde muy pequeños ponen de manifiesto un rechazo al cuerpo que tienen y se los escucha decir que han nacido en un cuerpo equivocado, pero cabe preguntarse, ¿quién ha nacido en un cuerpo acertado? Los significantes del feminismo tales como empoderamiento, cosificar, cuerpo, opresión, objetalización, discriminación, tu cuerpo es tuyo, son significantes preponderantes de nuestra actualidad y no lo eran de la época freudiana. La pregunta histérica “soy hombre o soy mujer” toma en el fenómeno del transexualismo la certidumbre de haber nacido en un cuerpo equivocado. Más allá de si se trata de neurosis o psicosis hay una brújula de orden ético para un analista: el equívoco es del orden del lenguaje, no del cuerpo. El cuerpo no habla, el hombre habla con su cuerpo. Ese cuerpo funciona como caja de resonancia porque es un cuerpo pulsional que se hace eco de un decir que no es lo mismo que plantear que el cuerpo hable, que el cuerpo pida, el cuerpo no habla, el hombre habla con su cuerpo. No es lo mismo el eco de un decir que el eco genético. El equívoco es del orden del significante no del cuerpo.

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Transexualismo Lacan es quien introduce el término “transexualismo”, que no encontramos en Freud. Lo que sí Freud nos aporta contradiciendo la frase napoleónica que la anatomía no es el destino: la pulsión es asexuada, y si hay diferencias psíquicas respecto del sexual anatómico, esas diferencias requieren de un sujeto que las lea. La cuestión del transexual se dirime alrededor del falo y de la creencia de haber nacido en un cuerpo equivocado, creencia que puede tomar la forma de una certeza lo cual no quiere decir que deba ser remitida a una certeza psicótica. Como modo recordatorio tomaré dos indicaciones de Lacan, a sabiendas también que la época actual es otra. Una referencia la tomaré del Seminario 18. De un Discurso que no fuera del semblante69 y otra del Seminario 19. O peor. En el Seminario 18 Lacan, al tiempo que recomienda la lectura del libro de Soler, Sex and Vender, realiza una crítica sobre la obra, basada en que el autor, carente del concepto de conclusión lacaniana, elude por completo la cara psicótica de los casos tratados. No obstante, en el Seminario 19, Lacan se ubica desde otra perspectiva y aborda el transexualismo desde de la locura. “Su pasión, la del transexual, es la locura de querer librarse de ese error común que no ve que el significante es el goce y que el falo no es más que el significado. El transexual ya no quiere ser significado por falo, por el discurso sexual que, lo enuncio, es imposible. Su único yerro es querer forzar mediante la cirugía el discurso sexual que, en cuanto imposible, es el pasaje a lo real”70.

⁶⁹ J . Lacan. El seminario 18. De un discurso que no fuese del semblante, pág. 30. Bs. As., Paidós. ⁷⁰ Lacan. El seminario 19…O peor. Pág 17. Paidós, Buenos Aires.

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Ahora bien, es preciso aquí diferenciar una falla de un error. La falla está referida a la falta “en ser” que habita a todo ser hablante, en tanto no hay inscripción ni de lo femenino ni de lo masculino en el inconsciente. Esta falla es común y no privativa del transexual. No hay inscripción de hombre ni de mujer, porque la relación sexual no existe y no existe para todos. Por ello, Lacan afirma irónicamente que se trata de “un error común”. François Ansermet en la “Elección del sexo”71 dice que en el transexual se trata de una identidad sexual provisoria que le ocasiona sufrimiento y la vive como un error a la espera del cambio de una identidad sexual que subsane ese error y que todo el tema del transexualismo se dirime alrededor de la certeza. El hincapié que hacen algunos sujetos en relación al sufrimiento de sentir que han nacido en un cuerpo equivocado como lo expresan muchos de ellos, lo empuja a testimoniar de aquello que Ansermet denomina un pasaje al acto como puede ser la cirugía de reasignación de sexo que toma la forma de acto de pasaje al Otro sexo. Muchas veces esto puede ser el modo que encuentra el sujeto de hacerse un cuerpo, y allí vemos como la reasignación de sexo funciona como una solución. Otras veces la reasignación de sexo puede ser el modo, la invención que le permita al sujeto construir un lazo social. También cabe aclarar que no todos los transexuales optan por la cirugía. Hay quienes con el cambio de identidad les resulta suficiente. Tomaré una nota que salió en la Revista Viva del 28 de Enero de 201872, «Leandra dice: “Soy mi propia obra de arte”, “Me casé conmigo misma”, “Soy mi propia mujer”». Egresada a los 19 años del Colegio Carlos Pellegrini ingresó como hombre y se graduó como mujer, dice la nota. “Me identifico como una chica trans pero me gusta que mi aspecto sea ambiguo”. ⁷¹ Ansermet François (2014). Elegir el propio sexo, usos contemporáneos de la diferencia sexual. Revista Digital Virtualia Nº 29. ⁷² Artículo completo: Cada loco con su cuerpo. “La locura de cada uno”. Grama Ediciones. Compiladores: Gabriela Camaly y Gerardo Arenas.

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Leandra es actriz y quiere ser cirujana plástica. La nota por cierto muy interesante hace una diferencia entre el drag, las neo trans, las chicas trans, que da cuenta que la transexualidad de la actualidad no es la de la época de Lacan. Las drag usan ropas femeninas y una expresividad exacerbada para realizar un personaje teatral… hacen comedia. “El arte drag fue el primer alcance que tuve para poder descubrirme como mujer trans.” “Lo que busca el drag es romper con las barreras del género… es un arte que no depende del género.” ¿Cómo habita su cuerpo Leandra? Leandra, dice la nota, habita su cuerpo a través del maquillaje y luego con el bisturí, no tapa nada, “Soy mi propia obra de arte”, lo denomina “Operación yo”. De ese modo Leandra se convierte en La Leandra pero ello no la convierte en la mujer de Dios para engendrar niños shreberianos y allí tenemos un cambio epocal. Es de interés la diferencia que Leandra hace entre el drag y el trans: quiere dejar muy en claro la diferencia entre el drag como expresión artística que trasgrede el género, es decir, es una representación, una teatralidad que realiza un personaje a diferencia del trans que es una identidad, la de aquellas personas que se identifican con el género opuesto a su sexo biológico… “El sexo es el pene o la vagina y eso no define quien sos. El género es la vivencia y es lo que se amolda a los roles de masculinidad o femenidad.” Hoy día las palabras y los cuerpos quedan separados, hay una crisis de las normas que afectan a esos cuerpos y los sujetos son librados a una autodeterminación. Si la época en cual desde el Otro social se marcaba fuertemente el rosa para las niñas y el celeste para los niños, esa brújula hoy no existe, ello no quiere decir que los sujetos no tengan sus síntomas. Esa falla de estructura en cuanto a la sexuación atraviesa épocas y a nosotros como psicoanalistas nos compete ocuparnos del sujeto que sufre más allá de su elección sexuada. Así como Leandra a través de la invención se hace un cuerpo como obra de arte, a los analistas nos queda el esfuerzo de poesía que no lleve al sujeto a un empuje ciego al quirófano sino 81


que invente su propia solución y una de ellas también puede ser el quirófano. La diferencia entre ser un cuerpo y tener un cuerpo se torna fundamental para una lectura del transexualismo en la actualidad. Lacan a partir de Joyce afirma que el LOM, (el hombre) tiene un cuerpo y no tiene más que uno. “El hombre tiene un cuerpo, cree que lo tiene, y no tiene más que uno”. Se trata para un analista no solo de ver qué podemos decir como psicoanalistas del transexualismo o la violencia de género sino de considerarlos como la ventana desde la cual leer la actualidad que se presenta sin ley, con sus efectos de segregación, de guerra entre los sexos, racismos, rechazos de la sexuación en una pluralidad de nominaciones que amparados en el “Yo soy”, “Yo me auto percibo”, “Yo tengo derecho”, recurren a la ciencia para que les de un cuerpo y a las leyes para que de los nombres que ya no escupe el padre.

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Desde el Centro

DĂŠbora Zilberman

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“Las violencias contra las mujeres, un problema social y de salud” Silvia Hofman La noción de género organiza la realidad y la subjetividad de mujeres y de varones, es una construcción socio cultural que refiere a las características adscriptas a los sexos biológicos. Históricamente a los géneros se les han asignado roles de manera inequitativa y jerárquica con cualidades que refieren a varones y mujeres, tales como fortaleza, actividad, inteligencia versus debilidad, pasividad e intuición, sobre las mismas se han establecido la asignación de funciones y responsabilidades sociales a cada género que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Los estereotipos y los roles de género están muy presentes en nuestra sociedad, podemos encontrarlos en el lenguaje, en la asignación de obligaciones dentro de la familia, en las relaciones afectivas, en los medios de comunicación y en la publicidad. Constituyen el fundamento de la discriminación hacia las mujeres y de los sistemas jerárquicos que las oprimen, siendo una de las características esenciales de la sociedad patriarcal, generando vínculos asimétricos entre varones y mujeres basados en una supremacía masculina y en una distribución desigual del poder que explica las violencias sobre las mujeres. Uno de los fines de la perspectiva de género es contribuir a la construcción subjetiva y social de una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde y con las mujeres. Esta mirada considera la diversidad de géneros y la existencia de mujeres y hombres como un principio fundamental.

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La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en 1995 defendió la incorporación de una perspectiva de género como un enfoque fundamental y estratégico para alcanzar los compromisos en igualdad de género. El análisis de género feminista es contrario al orden patriarcal, contiene la crítica a los aspectos nocivos y opresivos que se generan por la organización social basada en la desigualdad y la jerarquización política de las personas basada en el género. La crítica de género y el extrañamiento de las mujeres en relación con el sentido y el orden del mundo y los contenidos asignados a sus vidas, han sido móvil fundamental del avance de los feminismos en el mundo contemporáneo, son incontables sus aportes. Cabe destacar la creación de conocimientos nuevos sobre viejos temas y problemas, argumentos demostrativos y recursos de explicación así como la legitimación de los particulares conceptos de millones de mujeres movilizadas en el mundo con el objetivo de oponerse al orden patriarcal. La ideología patriarcal está tan firmemente interiorizada, sus modos de socialización son tan eficaces que la fuerte imposición estructural en que se desarrolla la vida de las mujeres, presenta para muchas de ellas la imagen misma de un comportamiento libremente deseado y elegido. Por lo expuesto es decisivo que las mujeres puedan llegar a deslegitimar en su interior y fuera de ellas mismas un sistema que se ha erigido sobre el axioma de su inferioridad y subordinación a los varones. Los feminismos han tenido entre sus fines conceptualizar adecuadamente como conflictos y productos de relaciones de poder determinadas, hechos y relaciones que se consideran normales o naturales, así como la tarea determinante de descubrir y desarticular las variadas formas de justificación presentes en la sociedad. La globalización ha implicado la expansión del sentido patriarcal y neoliberal de la vida, pero los mismos conductos permitieron que se difunda el feminismo de muchas maneras, entre otras con 85


el nombre de perspectiva de género que expresa las aspiraciones de las mujeres y sus acciones para salir de la enajenación y mejorar sus condiciones de vida. En nuestro país fue promulgada el 1° de abril de 2009 y reglamentada mediante el Decreto 1011/10 “la ley Nacional 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. De acuerdo a ésta ley, se considera violencia contra las mujeres a toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, dignidad, libertad, integridad física, psicológica, sexual, patrimonial, como así también su seguridad personal, quedan comprendidas asimismo las cometidas desde el Estado o por sus agentes. Podríamos afirmar que violencia de género, es todo acto violento ejercido sobre las mujeres por el mero hecho de serlo, es provocar a la mujer un daño o sufrimiento psicológico, físico o sexual hasta su expresión más extrema, el femicidio, motivado por odio, desprecio o sentido de posesión hacia las mujeres. La violencia contra las mujeres busca mantener el control y el dominio sobre el género femenino, no es circunstancial ni aislada, es la manifestación de las relaciones históricamente desiguales entre mujeres y hombres, presente en todas las culturas y clases sociales, es, por lo tanto, estructural. En el Equipo de Género del Centro de Salud Mental N°1 brindamos atención psicológica individual a mujeres víctimas de violencia, también contamos con una intervención grupal mediante el taller denominado “Tejiendo redes” con una práctica específica para trabajar sobre los efectos de las violencias en las subjetividades, empleamos técnicas grupales, expresión corporal y música para fomentar el reconocimiento y la canalización de las emociones. Se abordan temas relacionados con los miedos, los sentimientos de culpa, la auto desvalorización y las relaciones sociales, dando lugar 86


a nuevas sensaciones y actitudes para lograr el empoderamiento de las participantes. Las violencias contra las mujeres son un problema social y de salud, las mujeres requieren ser escuchadas y asistidas respetando sus derechos, trabajando sobre las huellas que quedan luego de haber padecido violencia. Es imprescindible incluir la perspectiva de género en nuestro quehacer profesional, tener una mirada inclusiva, reconocer la diversidad, visibilizar, concientizar, tener enfoques e iniciativas y una forma de abordar la realidad que contemple la dimensión de género y el rol de las mujeres para construir un camino hacia la igualdad sin dominaciones ni jerarquías.

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Bibliografía •

Bourdieu, P. La dominación masculina. Editorial Anagrama Barcelona. 2003.

Fernández, A. M., “La mujer de la ilusión: Pactos y contratos entre hombres y mujeres”. Editorial Paidós, Bs As. 2006.

Fernández, A.M., Las lógicas sexuales. Amor, políticas y violencias. Buenos Aires, Nueva Visión. 2009.

Lerner, Gerda, “La creación del patriarcado”. Editorial Crítica, 1990.

Meler I., “Crisis del Patriarcado”. Topía Editorial, 2012.

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Lo que este tiempo nos dejó Poner en palabras el abuso sexual en la infancia. Una mirada desde el feminismo y la clínica psicoanalítica Sonia Julia Altube Resumen Me interesa focalizarme en el relato de abusos sexuales sucedidos en la infancia de mujeres que hoy son adultas y cómo esto se entrama como posibilidad dentro de un tratamiento psicoanalítico. Principalmente, surge del trabajo con mujeres adultas que entraron al servicio de salud mental a partir de situaciones de violencia de sus parejas y que gracias a un trabajo en transferencia se fue asociando, delimitando, un tiempo de trauma anterior: el del abuso sexual de larga data en la infancia y adolescencia. A partir de ello, se habilitó un momento de poder hablar de lo más difícil de una historia singular y familiar. Ubico un valor en el trabajo de los feminismos en visibilizar los abusos sexuales, quebrando el pacto familiar y patriarcal que los mantuvo bajo secreto, y de cómo generan un tejido social más propenso para poder empezar a (de)consistir estos excesos que circulan generacionalmente e inter generacionalmente como una de las formas más crueles de violencia hacia las mujeres, las niñas y los niños. El poder denunciar, y no sólo desde una acepción jurídica, sino el poder romper el silencio y la desnaturalización del horror, es un punto de partida para poder conmover el lugar de mujeres que han sido objeto de goce de otro y que llevan esta marca en su cuerpo. También ubico en valor del psicoanálisis para poder alojar lo traumático, inscribirlo como parte de la historia, que será un 89


capítulo, marca de dolor -más no un destino- y armar una trama compleja con este estrago tan temprano que permita errar los destinos más mortíferos de la compulsión a la repetición. Tiempo del trauma El abuso sexual en la infancia abarca un arco de conductas en las que un niño/a es convocado/a por parte de un/a adulto/a a participar en actividades sexuales que no puede comprender, para las cuales su psiquismo no está preparado, y que puede incluir cualquier tipo de actividades oro genitales -incluso sobre estimulación en los cuidados primarios- exposición a imágenes y escenas sexualizadas y la participación en pornografía. En algunos casos se trata de violaciones y en otros de actos mucho más sutiles de seducción. Estos actos violan la ley y los tabúes sociales y en ningún caso podríamos hablar de consenso del niño o la niña.73 Lo que está aludido en estos casos es el incesto, ya que en su mayoría los abusos sexuales en la infancia suceden en el ámbito de lo privado, en el espacio cotidiano de lo intrafamiliar y son llevados a cabo por adultos/as que deberían ser los responsables de los cuidados primarios de los niños y niñas. Por eso, inauguran con estas acciones el capítulo más siniestro en su temprana historia, ya que se vuelve extraño y dañino aquello que debería ser lo más seguro y familiar. El lazo social que agoniza en los cuerpos Existe un momento previo al trauma, tiempo de la historia y las lógicas sociales que lo devienen posible y que se vuelve necesario analizar para entender cómo un cuerpo deviene objeto de apropiación y goce sexual de un Otro. ⁷³ Toporosi, Susana: “En Carne Viva. Abuso Sexual Infantojuvenil”. Editorial Topía, Buenos Aires, 2018, pág. 23.

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Como señaló Levi Strauss, el tabú del incesto es una ley de prohibición que al mismo tiempo que niega la sexualidad con los miembros del mismo grupo, habilita la circulación, la exogamia, y permite así el intercambio social y económico. Es una ley básica de la cultura: funda el parentesco, y con él, la regulación de la sexualidad permitida. Si bien en cada cultura puede funcionar con sus particularidades, su universalidad recae en que siempre alguna relación quede prohibida.74 En un aspecto estructural, y desde la particularidad de nuestra cultura, podríamos decir que ocurre el incesto cuando no opera la interdicción de la sexualidad de los adultos dentro de los grupos responsables de los cuidados primarios, tanto en el clivaje de la sexualidad transmitida en dichos cuidados, como también cuando un niño o niña desde sus fantasías se dirige a ellos. Lo que debería regularse para sostener el orden generacional y dirigirse a lo exo, se mantiene dentro del mismo grupo, no se cede. Así como Levi Strauss y Lacan formularon que lo que se intercambian (o se retienen) son las mujeres del grupo, desde el feminismo se señala como el patriarcado, “la ley de los padres” se entrama con “la ley de la cultura” en un tráfico de mujeres que son pactadas por los varones de dicho grupo y de este modo ingresan a la cultura no como sujetos de ésta sino como objetos.75 Este sistema de organización social, que funda el privilegio de lo masculino, instituye una legalidad que atraviesa la historia, pero esconde en su aparente ordenamiento una violencia previa hacia el grupo de las mujeres, basada en su potencia gestacional y reproductiva.76 ⁷⁴ Levi Strauss, Claude: “Las Estructuras Elementales del Parentesco”. Paidós, Barcelona, 1969. ⁷⁵ Saubidet Bourel, Agustina: “Incesto: El Tabú del Edipo. Cuando la función del ‘por lo menos uno que no’ es fallida”, Stylus, Revista de Psicanálise, Rio de Janeiro, 2018, págs. 79-90 y Rubin, Gayle: “El Tráfico de Mujeres: notas sobre la ‘economía política’ del sexo”, Revista Nueva Antropología, Vol. VIII, No. 30, Méjico, 1986. ⁷⁶ Segato, Rita: “La Célula Violenta que Lacan no Vio” en “Las Estructuras Elementales de la Violencia”, Editorial Prometeo, Buenos Aires, 2010, págs. 83 a 104.

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Por otro lado, el capitalismo genera sus propias lógicas de objetalización de los cuerpos, obteniendo ganancias al menor costo, sin ceder nada, y haciendo usufructo de los cuerpos que generan valor, cuerpos proletarios de producción y cuerpo de las mujeres con su trabajo invisible de reproducción y cuidado en la esfera doméstica. Lo que se señala desde una interesante articulación entre feminismo, antropología y psicoanálisis es que se trata de lógicas de goce del capitalismo haciendo serie con las de lo incestuoso en donde no se pierde nada y se goza, se usufructúa con lo más propio, con ‘el propio producto’, y en donde la ley de los padres adquiere su forma más descarnada.77 Gran traumatismo La clínica demuestra que el abuso no sucede sin dejar marcas de lo traumático ya que se trata de la irrupción de una cantidad de difícil elaboración para el aparato psíquico en el campo de una sexualidad en donde juegan las fantasías edípicas de niños y niñas dentro del autoerotismo. Aquí es donde irrumpe el placer genital del adulto, y lo que es del orden de la fantasía, se vuelve real. Sobre todo, porque se juega el secreto, se prolonga en el tiempo, y se coacciona con amenazas de pérdida de amor y abandono o formas de seducción, ilusión y decepción. Cabe destacar que en la mayor parte de los casos no es advertida por otros/as adultos/as, muchas veces porque algo de este (des) orden también circuló generacionalmente o inter generacionalmente. Sin embargo, un hecho no es traumático de por sí, sino por la medida de sus efectos y esto sólo podrá demostrarse a posteriori, por cómo sea recibido por el sujeto. Aunque autores consideren que en el caso del abuso sexual en la infancia existe un “gran traumatismo” que, por su fuerza y tenor, es un desarticulador del psiquismo.78 ⁷⁷ Saubidet Bourel, Op. Cit., pág. 89. ⁷⁸ Toporosi, Op. Cit., pág. 45.

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Al momento que sucede el trauma, se puede observar sintomatología variada y gravemente alterante.79 No obstante, me interesa focalizar en lo que sucede con el traumatismo y lo traumático con el paso del tiempo y los efectos de guardar el silencio, la desatención y la desmentida familiar, y los destinos de dicho exceso. Luego del traumatismo y del despliegue sintomático, puede sobrevenir el aislamiento y la introversión. Se puede lograr también cierta organización yoica a lo largo de la infancia, la adolescencia o la adultez. La escisión, el encapsulamiento, la renegación serán mecanismos defensivos instalados que pueden permitir sostener la ilusión de un yo libre de conflicto psíquico, pero que, por otro lado, lo empobrecen, pues hay una parte de la vida anímica que remite a estos hechos que se encontrará afectada. En suma, la falta de simbolización y elaboración de lo vivido tornan al sujeto más vulnerable a los efectos de la angustia y al reencuentro traumático. Un punto de importancia es el advenimiento de la pubertad, como momento en el que potencialmente se produce la comprensión de la sexualidad y los trabajos psíquicos que acompañan los cambios corporales en el sentido de una sexualidad genital. Esto da el marco para comprender que allí hubo un goce sexual de un adulto del que se fue objeto. Un recuerdo o una representación, puede adquirir entonces eficacia traumática, resignificarse en el sentido del abuso. Sin embargo, la eficacia traumática no es lo mismo que el poder recordar el hecho, ya que el trauma afecta esta capacidad de recuperar los recuerdos, que podrán permanecer escindidos. Muchas veces llegan a la adultez habiendo reconocido los síntomas, efecto de lo traumático y habiendo recordado los hechos ⁷⁹ Pueden darse retrocesos en logros evolutivos, fijeza de estimulaciones sexuales, hipersexualización, pesadillas, cambios abruptos de conducta. También son comunes las “reviviscencias”, signos de percepción que irrumpen y son efecto de lo visto y oído que invaden el psiquismo. Estos síntomas son indicio de que algo disruptivo está sucediendo más aún, no hay un trabajo simbólico sobre ellos (Conf. Toporosi, Op. Cit., pág. 49).

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abusivos pero todo esto permanece desarticulado, ajeno a su historia, a su vida anímica y a su presente, como un rompecabezas desarmado con sus piezas desunidas y que no logran encastrar. Lo que se desplegó en los tratamientos mencionados fue el establecimiento de relaciones donde siguen siendo objeto de goce de otro. Allí donde el fantasma posibilita una distancia entre el sujeto y el objeto, esto parecía no desplegarse. No surgía el entramado de aquel velo que permite hacer del mundo un lugar a ser habitado sin la presencia siempre acechante de la angustia, pues había un otro siempre predispuesto al daño, a la intromisión y a la violencia.80 Por momentos, parecían no encontrar sostén y la pasividad como falta de respuesta las dejaba expuestas a los peores excesos. Con el despliegue del análisis, esto se fue entramando con un agujero anterior, más antiguo -y más siniestro- donde la sexualidad y el dolor dejaron una marca como efecto del sadismo de un adulto. Tiempo de hablar “Para poder hablarse, siempre se necesitan dos”- Marcelo Viñar Poder dar testimonio de un abuso que ocurrió en la infancia es un trabajo que instala lo ominoso y siniestro, reprimido en lo familiar, en el plano de la transferencia. Cuando esto ha sido un secreto sepultado por la culpa y la vergüenza el poder hablar se transformará en un acto. Si esto no es posible aún, en el espacio transferencial se despliega el silencio, la palabra hueca, o la compulsión a la repetición, el “acting” tras “acting”, que hablan de lo imposible de ligar. Y aquí el psicoanálisis, en ese encuentro de dos que invita a hablar y hablarse, tiene mucho que aportar ya que da la posibilidad de llevar lo que se actúa, lo que se muestra, y a la vez se escamotea como asociación, al terreno de la transferencia. Considero que la transferencia que instala el encuentro analítico dispone un marco privilegiado para que el inconsciente pueda ⁸⁰ Saubidet Bourel, Op. Cit., págs. 83 y 84.

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expresarse, para que se produzca un saber sobre sus historias allí donde no se reconocen, donde hay enigma y agujero, y donde también padecen. Se trabajará para darle un sentido a sus síntomas, y que así lo desligado pueda ligarse y olvidarse, pero también para encontrar formas alternativas de hacer con esa marca traumática que puede haber quedado impresa en el cuerpo como economía de goce que liga lo doloroso al amor y la objetalización en el encuentro con el otro. Y de parte de quien analiza, será necesario que pueda prevalecer su “deseo de analizar”, para devenir soporte de lo más pulsional de este encuentro y así poder abrir la vía de la palabra, y también de una necesaria excepción. Esto ocurrió con una paciente que siempre se sentía retada por el otro y con ello sobrevenía un deseo “de apagarse”, de no querer enfrentar nada. La transferencia adquirió en cierto punto este tenor y vía un trabajo de armar una excepción, algo del goce mortífero del otro que se repetía pudo regularse y abrir así un trabajo que permitió la aparición de piezas del inconsciente que fueron valiosas para su análisis. El recuerdo en sí mismo podrá no aparecer, pero el trabajo con sueños, “reviviscencias”, y “recuerdos hipernítidos” 81, como suerte de metonimias o deslizamientos de lo ocurrido, podrán transformar los “fragmentos” en “indicios”, o signos que permitan remitir a la escena traumática.82 Vía un trabajo de simbolización y darle sentido a dichos fragmentos e indicios se podrá llegar a una “construcción” 83 conjunta con quien se analiza, a modo de hipótesis de lo ocurrido. Como mencioné al principio, ubico la importancia de la desnaturalización de los hechos abusivos que los feminismos llevan adelante. Un lento pero insistente quiebre de los discursos patriarcales y sus excesos largamente incuestionados, que van habilitando un lugar propenso para su reconocimiento, su denuncia, y que ⁸¹ Freud, Sigmund: “Construcciones en Análisis” en “Obras Completas”​, Tomo XXIII, Buenos Aires, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2010. ⁸² Toporosi, Op. Cit., págs. 55 a 76. ⁸³ Freud, Sigmund: “Construcciones en Análisis” en “Obras Completas”​, Tomo XXIII, Buenos Aires, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2010.

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pueden tener eco dentro de un tratamiento. Es necesario hablar del abuso sexual en la infancia para que no permanezca impune y con una carga de culpa invertida, vergüenza y silencio en quienes lo padecieron. Tiempo de elaborar: del trauma a la trama Elijo abordar este punto con una viñeta clínica que resume el tratamiento con una paciente sobreviviente de abuso en la infancia, que no hace justicia a todas los desaciertos y frustraciones vividas durante el tratamiento pero que quizás permita ilustrar algo del trabajo en transferencia. Considero que este encuentro permitió una construcción, una trabajosa simbolización que mediante palabras, siempre errantes y escasas, no dejan de ser el mejor medio que disponemos para armar y expresar la experiencia del dolor.84 Elena de 33 años llega al servicio por haber sufrido violencia por parte de su ex pareja, de quien se encontraba ya hace dos años separada y divorciada. No obstante, consulta luego de una crisis que tiene como escenario al cuerpo, y que consistió́ en un conjunto de síntomas variados como dolores de cabeza y “pinchazos”, que irrumpen luego de una noche en donde decide tomar “para olvidar toda su vida”. Elena es traída por la mamá, casi no habla ni me mira cuando la encuentro en el hall. Sin embargo, le ofrezco entrar sola para que me cuente sobre ella. Los síntomas corporales nunca dejan de tener prevalencia a lo largo del tratamiento y puede relatar que comenzaron en la adolescencia, la cual recuerda como una época de tristeza, soledad y aislamiento de su grupo de pares. También me dice que en esta época “odiaba a todos los hombres”. Las situaciones de violencia relatadas dentro de su última relación se enmarcan en los procesos ⁸⁴ Viñar, Marcelo: “El enigma del Traumatismo Extremo. Notas sobre el Trauma y la Exclusión. Su Impacto en la Subjetividad”, ​Revista Uruguaya de Psicoanálisis, Montevideo, 2014.

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de violencia en la pareja de larga data, con malos tratos verbales, y algunos hechos de violencia física, amenazas, y una posición subjetiva de Elena muy desvalorizada y de poca autonomía. Pone el acento en las escenas sexuales: ofrecía su cuerpo ‘‘en bandeja’’ para no estar sola, o “solita”, como resuena una y otra vez en su discurso. Por más que pudo oponer un “basta” a la violencia cotidiana -se separó y divorció- estas situaciones se sostienen debido a los contactos existentes con su hijo. Son reconocidas por Elena como cargadas de violencia, pero es ella quien se reconoce incapaz de operar un corte que no la deje una y otra vez en el lugar de ser maltratada por su ex pareja. La principal red familiar de Elena son mujeres de su familia, su mamá y tres hermanas quienes tienen mucha influencia en su manera de pensar, sobre cómo deben comportarse las mujeres, cómo deben relacionarse con los hombres: básicamente la idea que prevalece es conseguir un hombre que las sostenga desde una posición muy tradicional de la feminidad. Elena se divide entre ser parte del grupo de estas mujeres y seguir estos mandatos desde su ideal, y su ruptura, la cual vive con culpa y el miedo a quedarse “solita”. No obstante se encuentra detenida, inhibida, ya que es sumamente dependiente económica y subjetivamente y fantasea con conocer a un hombre que de una forma “principesca” la salve de sus problemas. En una sesión recuerdo que me había contado acerca de un curso de cosmiatría que había realizado, que le gustaba trabajar con la piel y el maquillaje. A la sesión siguiente, le traigo unas revistas de moda y maquillaje. Por primera vez su cara se ilumina con una sonrisa y puedo ver algo vital. A las pocas sesiones, relata un abuso de larga data sufrido por parte de uno de los hermanastros de su madre. Indagando en la historia familiar, hubo varios abusos que mantuvieron este en la línea de la naturalización. Además operaba una suerte de mandato de silencio y complicidad de su mamá ya que dependían material97


mente de la convivencia con este tío (“tío malo”). Luego de poner en palabras el abuso “algo que de repente recuerda” en el marco de un tratamiento psicológico que hizo a sus 27 años, lo comparte con su madre y hermanas quienes le restan importancia, como algo que les sucedió́ a todas. Elena es tildada de exagerada. Ella es “la loca, la débil”. Se va construyendo un relato en donde lo más siniestro de su historia y de la historia de los niño/as y mujeres de su familia es puesto en palabras, y a partir de reconocer el daño vivido en su infancia, y que este es marca pero no destino, va armando una trama que permite ver cómo se ubica en posiciones donde su cuerpo es entregado como moneda de cambio a un otro, para no sentirse “solita”. Este significante también trae una historia de abandonos. Cuando era una bebé sufrió una enfermedad respiratoria que obligó a la mamá a migrar para ser tratada. La gravedad del cuadro exigía tratamientos más complejos, por lo que un tío (“tío bueno”) se ofrece a cuidarla y pagar sus tratamientos. Pasa los primeros años de su vida con el “tío bueno” y su mujer y tiene los mejores recuerdos de esos momentos, de sentirse querida y cuidada. Su mamá luego “la robó”, y se la llevó de vuelta a su pueblo. Me cuenta que sus tíos se sintieron muy tristes y que siempre disfrutó poder visitarlos. “Me querían como una hija”, cuenta emocionada. Recuerda un verano en la playa, que su tía se había quemado por el sol, que tenía ampollas en la piel, pero ella la quería tanto que le acariciaba la zona quemada y le pasaba cremas. Hoy Elena trabaja como cosmiatra, con mucha dificultad pero también con mucho empeño, en su emprendimiento “Divina Piel”.

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Arte y Literatura

DĂŠbora Zilberman 99


No se Trata GRUPO SOBRETODO Bárbara Alperowicz, Andrea Degiovanni y Débora Zilberman Artistas invitadas: Claudia Cristiani, Verónica Vidal Maehara, Silvia Liberalotto y Nidia Bellene Cuando te arrancan el color, cuando te quitan la identidad, cuando te convertís en ausencia, no hay peor presencia. Sobretodo, la escribimos, la exponemos. Sobretodo... No se Trata. Sobretodo es un grupo de gestión performática. Somos tres artistas plásticas que motivadas por un tema, de contenido social, sentimos la necesidad de expresarnos poniendo el cuerpo en acción y lograr la transformación de una escena. El desafío de 2019 fue crear un espacio de concientización sobre La Trata. En un primer encuentro, el productor Guido Fernández Cornide, nos acercó textos y videos de mujeres recuperadas de La Trata, obtenidos de una investigación que realizó. Nosotras ya convocadas por Ana Spinetto, directora de BADA, Feria de Arte, contábamos con un espacio de 12 mts x 3 mts y tres meses para realizarla. Inmediatamente convocamos cuatro artistas plásticas. Ya éramos siete para empezar la gestión. Elegimos armar la habitación de una adolescente, un lugar agradable, habitado y amable. Una cama, un escritorio, un espejo, mesa de luz, libros, lámpara, objetos, ropa, todo blanquísimo y puro, lo intervendríamos a través de la escritura. 100


Llegó el día. Cada artista, testimonio en mano, avanzó sobre el espacio con su propia impronta. Fibras, lápiz, carbonilla, tinta, acrílico sólo color negro, arrasando el blanco. A medida que pasaban las horas se abandonaba lo propio por lo nuestro. La dramática daba lugar al ensamble, a soportar juntas lo que resultaba intolerable: los relatos. En esta improvisación pautada fuimos cubriendo el espacio; fuimos acordando momentos de encuentro, conversaciones; fuimos viendo la obra como un todo. El mismo proceso se repetía en el público que se acercaba a un supuesto espacio agradable para encontrarse con el drama. Sus caras se transformaban frente al horror. El paso a paso del proceso creativo Primer día: Espacio en blanco. Cada artista elige un lugar para intervenir. Segundo día: Las historias se ficcionan y con el correr de las horas se generan emociones que se ven traducidas en la intensidad del trazo. Tercer día: Surge el dibujo como narración. Aparecen caras, manos, cuerpos. Cuarto día: Ya no hay espacios en blanco; los cuerpos, nuestros cuerpos son parte de la obra. Somos María, Juana, Estela...

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La libertad de los cuerpos: una lucha trans-versal Integrantes de BARDO, colectivo contracultural Bárbara Goldschtein, Agustina Lanzillotta y Lua Pons Cinco personajes que, por algún motivo u otro, rompieron con las formas de vida de su época. Cinco cuerpos que se encuentran en un mismo espacio atemporal para contar sus historias: una anarquista de principios del siglo XX, el referente del movimiento homosexual de los ‘80 y ‘90, la cantante que le puso ovarios a la cumbia, y las dos principales luchadoras y dignificadoras del colectivo trava-trans. Sus historias de lucha se funden para mostrarnos otras formas de vivir el mundo. Formas disidentes que rompen con lo “normal” y repiensan la identidad, el amor, los estereotipos, la sexualidad. Cinco cuerpos que buscan la libertad de sus cuerpos. Y es en ese viaje en donde se van encontrando y acompañando entre sí. “Si el hecho de ser homosexual afecta a quienes lo son es a causa de la falta de derechos, de la discriminación y la marginalización a la que somos expuestos injustamente.”85 Termina diciendo el personaje que encarna a Carlos Jauregui, en la obra teatral FURIAS, de cuerpos incendiados. Un corto teatral que busca ponerse en los cuerpos de cinco personajes, que en sus contextos socio-culturales fueron rupturistas. Que pudieron, con mucho costo, tener vidas contrahegemónicas y sobre todo, dieron batalla para lograr reivindicaciones y derechos, ⁸⁵ Extracto del texto de la obra “Furias, de cuerpos incendiados”.

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que algunxs no pudieron ver, pero hoy sus caras flamean en banderas y sus nombres suenan en canciones populares, “lo dijo Lohana y Sacayan al calabozo no volvemos nunca más”, haciendolxs eternxs. Abre la obra Lohana Berkins, activista trans: fundó la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), fue candidata a diputada nacional en el año 2001, aceptada en las listas electorales; lideró la creación de la Cooperativa Textil Nadia Echazú, la primera Escuela Cooperativa para travestis y transexuales. En 2010 conformó el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, que fue aprobada. Se trató de la primera Ley en reconocer la identidad de género de las personas en términos de autopercepción y garantizar el pleno acceso a la salud. En el año 2013 fue nombrada al frente de la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual. “Me acuerdo que en mi infancia pedía juegos de niñas para las fiestas y que cuando entré a la escuela primaria, empecé a sentir la discriminación del sistema educativo: yo quería formarme en la fila de nenas, pero me ponían en la de varones y yo me plantaba en el medio de las dos. A los 37 años me inscribí en la Escuela Normal 3 para ser maestra. Cuando los profesores pasaban lista, no me nombraban.”86 Contaba Lohana. Por algún rincón del espacio, comienza su monólogo quien encarna a Carlos Jauregui, el primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), quien fundó además la asociación Gays por los Derechos Civiles y en 1992 encabezó la primera marcha del Orgullo en Buenos Aires. Ayudó a impulsar el primer proyecto de unión civil y la inclusión de la orientación sexual en la cláusula anti-discriminatoria de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. “Toda mi adolescencia sentí una disociación muy grande entre lo que escuchaba en el colegio y lo que yo realmente pensaba y sentía. ¿Acaso necesito del permiso de los otros? Si este es mi ⁸⁶ Ídem.

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deseo, es mi vida… ¿A quién voy a pedir autorización para vivirla como quiero? ¿Qué voy a hacer? ¿Ocultarme, esconderme? En ese entonces podía escuchar un discurso que me identificaba, existía un Frente de Liberación Homosexual que me ayudó a no sentirme tan solo.”87 Irrumpe Gilda, su voz y su carisma le hicieron ganar un lugar en una banda de género tropical, y su familia cedió, después de una oposición tenaz, a que incursionara en el mundo del espectáculo. Myriam se convirtió en Gilda, en honor a la femme fatale que encarnaba Rita Hayworth en la película del mismo nombre. Ella se lanzó como solista y consiguió ingresar como artista de las compañías discográficas, en un género que por entonces era exclusivo para voces masculinas o mujeres voluptuosas. “Yo no respondía al prototipo voluptuoso de las cantantes de cumbia en la Argentina de los noventa. Pero ni todas las barreras que me ponían los productores, ni el rechazo inicial del público, ni la oposición de mi marido lograron bajarme de los escenarios una vez que subí a ellos convertida en Gilda.”88 Sin vueltas, sin endulzamientos, se presenta Diana Sacayan. “Era transexual, una niña travesti de 13 años. Me fui de mi casa a vivir como yo quería vivir, entonces, desde niña conocí lo que era el trabajo, empecé a ejercer la prostitución como modo de supervivencia. Todavía sigo luchando para salir de ahí, porque es un lugar horrible; estamos cansadas de que nos condenen eternamente a esos rincones oscuros.”89 Diana creó el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L), colaboró en el armado del programa de inclusión al sistema educativo de travestis y transexuales, pueblos originarios y población carcelaria en el marco del Programa Dignidad, Trabajo y Justicia. Fue integrante del equipo del Programa de Diversidad Sexual del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xe⁸⁷ Extracto de la obra “Furias, de cuerpos incendiados”. ⁸⁸ Ídem. ⁸⁹ Ídem.

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nofobia y el Racismo (INADI) desde donde desarrolló una labor muy importante a favor de la no discriminación y la inclusión del colectivo de la diversidad sexual. En 2014 fue elegida como Secretaria Trans Alterna del Consejo de ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex). Formó parte del Frente Abolicionista Nacional (FAN) y participó en el Frente Nacional por La Ley de Identidad de Género. Viajando en el tiempo, poniendo estos cinco universos en un mismo espacio-tiempo, entendiendo sus luchas como hilo conductor; cierran las presentaciones con América Scarfó: una de las pioneras del movimiento anarcofeminista que irrumpe en los principios del siglo XX poniendo en marcha un proceso cultural alternativo de ruptura del sistema ideológico vigente, en especial, de aquellas costumbres que eran reguladoras de la sexualidad. Fue una anarquista comprometida con los temas que la interpelaban: la sexualidad, el compañerismo, la superación de las contradicciones inherentes a las relaciones familiares y afectivas entre los propios anarquistas. “Querido camarada: soy de la opinión de que para llegar a la revolución es necesario liberarse de toda clase de prejuicios, convencionalismos, falsedades morales y códigos absurdos. He conocido a un hombre, un camarada de ideas. Según las leyes burguesas, él está ‘casado’. Ocurrió que las circunstancias nos hicieron encontrar al principio como compañeros de ideas. Nos hablamos, simpatizamos y aprendimos a conocernos. Así fue naciendo nuestro amor. El amor libre que no conoce barreras ni obstáculos.”90 En un instante vemos en la puesta tres cuerpos caídos, ya no importa quienes son, representan persecuciones, encarcelamientos, asesinatos, vergüenza, ocultamiento, pero no por mucho tiempo, la fuerza de lo colectivo lxs levanta: “Queridas compañeras: El tiempo de la revolución es ahora, porque a la cárcel no volvemos ⁹⁰ Extracto de la obra “Furias, de cuerpos incendiados”.

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nunca más. Estoy convencida de que el motor de cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo.”91 Cinco historias, cinco referentes de la búsqueda de la libertad, del derecho a elegir, sobrepasar los límites establecidos de la norma. Cinco cuerpos que nos dejaron más derechos, que nos abrieron camino y nos entregaron el legado por los que nos quedan conquistar. En diferentes momentos, coyunturas, grupos sociales, lucharon, en el mundo del revés, por el derecho a ser.

⁹¹ Extracto de la obra “Furias, de cuerpos incendiados”.

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Concurrentes y Residentes

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Ella enseña existiendo Sobre Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud Daniela Vendramini “Evidentemente para Sigmund Freud la conducta de ciertas mujeres no tiene nombre” María Moreno

Un diálogo tenso Entre el psicoanálisis y las teorías de género se sitúa, utilizando una expresión de Rita Segato92, un diálogo tenso. Por un lado, los estudios queer y las teorizaciones feministas critican fuertemente al psicoanálisis acusándolo de ser falocentrista, patriarcal e incluso machista. Por el otro, la orientación lacaniana sostiene un imposible -no hay relación sexual- que señala la no complementariedad, el desarreglo estructural que se produce más allá de cualquier espejismo identitario. Intentando ubicarnos a la altura del inconsciente de la época, como analistas no podemos más que celebrar los efectos subjetivantes que se manifiestan cada vez que un colectivo hasta entonces acallado logra apropiarse del espacio público y expresar su voz. En palabras de Jorge N. Reitter: “En estos discursos (lesbian & gay studies, teoría queer) no sólo se trata de nuevas ideas, nuevos modos de pensar, sino también de un fuerte acto de enunciación: sujetos que habían sido definidos por el discurso médico psiquiátrico como enfermos tomaron la palabra, se hicieron ⁹² Segato, Rita Laura (2010). Las estructuras elementales de la violencia: ensayos sobre género entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Prometeo libros.

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oír para ganarse un lugar como sujetos legítimos y con derechos. Al igual que los feminismos, los lesbian & gay studies nacen de una militancia, o sea de un movimiento encaminado a modificar las relaciones de poder y hacer una vida más posible para una cantidad enorme de personas en todo el mundo.”93 Será entonces nuestra tarea, reflexionar sobre en qué medida la práctica psicoanalítica podría ser interpelada por estos discursos, manteniendo un diálogo tenso que permita agujerear la teoría sin desviarnos de lo que el psicoanálisis tiene para decir no solamente limitándonos a denunciar los puntos ciegos de cada analista en particular -posición por demás adormecedora, que mantiene incuestionado al aparato conceptual que orienta nuestra clínica con el riesgo de convertirlo en un dogma-. De este intercambio se desprende una pregunta inevitable: ¿es el psicoanálisis heteronormativo? ¿Hay sesgos heteronormativos en nuestra praxis?94 Aunque los alcances de semejante interrogación excedan al recorte propuesto en el presente trabajo, esta será el telón de fondo sobre el cual releeremos el clásico historial de la “joven homosexual”, para repensar el manejo de la transferencia en este caso y que la transmisión freudiana se mantenga siempre como una letra viva. De un padre a otro Durante el año 1918 Sigmund Freud mantuvo una serie de entrevistas con una joven proveniente de la alta burguesía vienesa, la cual se inmortalizó en su célebre publicación titulada “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”. Así la presenta: ⁹³ Reitter, Jorge N. (2018). Edipo Gay. Heteronormatividad y psicoanálisis. Buenos Aires: Letra viva, pág. 38. ⁹⁴ Para profundizar este tema se recomienda la lectura de Reitter, Jorge N. (2018). Edipo Gay. Heteronormatividad y psicoanálisis. Buenos Aires: Letra viva.

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“Una muchacha de dieciocho años, bella e inteligente, de una familia de elevada posición social provoca el disgusto y el cuidado de sus padres por la ternura con que persigue a una dama `de la sociedad´, diez años mayor que ella. Los padres aseveran que esta dama, a pesar de su aristocrático apellido, no es más que una cocotte (…) Los padres no saben hasta dónde llegaron las cosas entre su hija y aquella dudosa dama, y si ya han pasado los límites de un entusiasmo tierno.”95 Un evento particular conformó la coyuntura dramática que empuja a los padres de la joven a consultar a Freud, el cual lo interpretó como un “intento de suicidio”. “Un día sucedió lo que en esas circunstancias tenía que ocurrir alguna vez: el padre topó por la calle con su hija en compañía de aquella dama que se le había hecho notoria. Pasó al lado de ellas con una mirada colérica que nada bueno anunciaba. Y tras eso, enseguida, la muchacha escapó y se precipitó por encima del muro a las vías del ferrocarril metropolitano que pasaba allí abajo.”96 Hasta aquí lo que Freud nos contó sobre ella. La novedad surgió en el 2000, cuando luego de varios años de haberse entrevistado con la -ya no tan joven- homosexual, Ines Rieder y Diana Voigt publicaron su biografía. Este texto constituye una verdadera joya, se trata de la vida de una lesbiana que vivió la totalidad del siglo XX (nació en el año 1900 y murió en 1999), cuyo testimonio puede descompletar una porción del saber psicoanalítico. A partir de él podemos conocer su versión de lo que Lacan denominó “el fracaso de un análisis”.

⁹⁵ Freud, Sigmund (2012). Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina. Buenos Aires: Amorrortu, tomo XVIII, pág. 141. ⁹⁶ Freud, Sigmund (2012). Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina. Buenos Aires: Amorrortu, tomo XVIII, pág. 142.

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Sidonie Csillag, alias Sidi (es el seudónimo que le brindan las autoras), asistía diariamente a las citas con Freud obligada por sus padres. Aguardaba ansiosa la llegada del verano para suspender el tratamiento, y luego de las sesiones solía encontrarse en un café con la baronesa Leonie von Puttkamer, la famosa “cocotte”, con quien hablaba pestes del Profesor y refutaba todas sus hipótesis. Sin embargo, sabía de la alta estima de su padre hacia él y estaba interesada en cumplir con el mandato familiar. Relata que la primera vez que lo saludó estaba tan nerviosa que hizo una reverencia e intentó besar su mano, pero Freud la rechazó con un gesto. A lo largo del historial, Freud explica en varias oportunidades que la demanda de los padres es imposible de satisfacer, ya que el psicoanálisis no puede eliminar la inversión sexual, dejando en claro además que la muchacha no era neurótica, no estaba de ninguna manera enferma y no demandaba auxilio alguno (la única condición para que el análisis pudiera demostrar su eficacia). Entonces, ¿por qué la tomó en tratamiento? Al parecer se trató de un asunto entre padres. Nos deja una pista en su historial: “…uno de nuestros colegas médicos, a raíz de un desliz parecido que hubo en su familia, expresaba con este dicho `¡Es una desgracia como cualquier otra!´”97. Y más tarde en la biografia de Sidonie: “Anna es toda su alegría. Desde hace medio año que se analiza con él. Parece que quiere seguir sus pasos y continuar su obra de vida. Sólo en el amor no le va bien, no hay hombres en su vida… casi como en el caso de la joven Csillag. Pero al pensamiento desagradable que se oculta detrás ni siquiera le permite salir a la luz”98. ⁹⁷ Freud, Sigmund (2012). Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualudad femenina. Buenos Aires: Amorrortu, pág. 143. ⁹⁸ Ines Rieder, Diana Voigt (2004). Sidonie Csillag, la “joven homosexual” de Freud. Buenos Aires: El cuenco del plata, pág. 70.

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En su libro “La sombra de tu perro”, Jean Allouch hace mención a los esfuerzos de Freud por unir a su hija Anna con la filósofa y escritora Lou Andreas-Salomé (por ejemplo, ambas fueron admitidas el mismo día en la Sociedad vienesa de psicoanálisis). Así terminó Sidi, de rehén entre dos padres; uno de los cuales rechazaba la homosexualidad de una hija, y otro que la alentaba. Si el padre fue quien demandaba, ¿por qué no lo citó a él? Tal vez no le hubiese venido mal al señor Antal Csillag recostarse un rato en el diván a interrogar qué lo aquejaba tanto de la elección sexual de su hija, pero Freud estaba entrampado en ese punto. Dirá Allouch al respecto: En efecto, Freud confirma la demanda del padre exactamente como se niega a poner en cuestión su propia demanda (a Anna, Lou y a otros más). En ambos casos, la demanda del padre debe tener la primera y la última palabra. Podemos percibir así que detrás de la figura del padre asoma la punta de la nariz del amo.”99 Todo indica que la joven Csillag quedó presa de una especularidad entre padres que poco tenía que ver con su padecimiento. Sin nombre y sin voz ¿Por qué Freud no le puso un nombre? Dora, Elizabeth von R., Anna O., Irma… todas ellas gozan de un nombre propio en la casuística freudiana. Sidonie en cambio, sólo es mencionada a partir de su orientación sexual. Tampoco figura ninguna cita textual en el historial; a pesar de que Freud comenta los sueños que tuvo la joven, no nos otorga el texto de los mismos. Finalmente, Freud desistió; interpretó que la paciente había ⁹⁹Allouch, Jean (2004). La sombra de tu perro –Discurso psicoanalítico– Discurso lesbiano. Buenos Aires: El cuenco del plata, pág. 21.

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transferido hacia él la desautorización al varón que arrastraba desde su desengaño con el padre (por haber tenido otro hijo con su madre) e interrumpió el tratamiento, con el consejo de que si en el futuro quisiera retomarlo… fuese con una analista mujer. Antes de despedirla, pronunció con una frase que brilla por su ausencia en el historial pero que Sidi recordará hasta sus últimos días: “No quisiera encontrarme en la vida con usted en calidad de enemigo”100. Con Lacan Lacan menciona el caso de la joven homosexual por primera vez en el Seminario 4 “La relación de objeto”. Rastreando las coordenadas del fracaso del análisis, dirá que Freud no distinguió la transferencia imaginaria de la simbólica. Se ocupa principalmente de los sueños que Sidonie Csillag le relató a Freud, sueños en los que se ve casada con un hombre, formando una familia, en definitiva, heteronormada. Freud le respondió que no se los creía, que eran hipócritas y tenían el objetivo de engañarlo como hacía con su padre. Luego de esta intervención cesaron los sueños y cesó el tratamiento. ¿Por qué Freud no se dejó engañar? ¿Por qué no consintió? ¿Por qué no se dejó besar la mano, que era justamente lo que la joven hacía con la baronesa? Implicado en lo personal, rompió la transferencia imaginaria con su interpretación101, la cual hubiese sido necesario sostener para dar lugar a otra cosa. Y como dice Sidi en su biografía “que de verdad le están mintiendo deliberadamente no lo considera posible”102. Es curioso que el descubridor del valor de los sueños como formación del inconsciente, no haya querido seguir escuchando los de su paciente.

¹⁰⁰ Ines Rieder, Diana Voigt (2004). Sidonie Csillag, la “joven homosexual” de Freud. Buenos Aires: El cuenco del plata, pág. 71. ¹⁰¹Allouch, Jean (2004). La sombra de tu perro – Discurso psicoanalítico – Discurso lesbiano. Buenos Aires: El cuenco del plata, pág. 54. ¹⁰² Ines Rieder, Diana Voigt (2004). Sidonie Csillag, la “joven homosexual” de Freud. Buenos Aires: El cuenco del plata, pág. 64.

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Una lección de amor Para Jean Allouch, la joven homosexual enseña existiendo. Su legado, según María Moreno, es “un testimonio histórico sobre la situación de los no alineados de Eros en la Viena del principio de siglo”. Dice al respecto: “Sidy intentaba crear sobre el cuerpo de la ciudad una nueva cartografía amorosa que se opusiera con besos, caricias y palabras de cortejo a la urgente lascivia victoriana, sirvienta del goce fálico. La muchacha se mostraba en público con la amiga `malafamada´ para sacar a la luz del día lo que los vieneses como su padre solían dejar en el secreto de la garçonnière: el objeto erótico degradado.”103 Allí reside la potencia de este texto biográfico, el cual recupera toda la dignidad de esta mujer, hace oír su voz y le otorga nada menos que un nombre, el que Freud nunca le puso. Por último, como analistas no somos ajenos a las implicancias políticas de ciertas lecturas. Cuentan Ines Rieder y Diana Voigt que los miembros de la International Psychoanalitic Association (IPA) recibieron el libro con entusiasmo, pero se negaron categóricamente a discutirlo en público. Parece que algunos maestros no están dispuestos a dejarse enseñar.

¹⁰³ Moreno, María (2018). Panfleto: erótica y feminismo. Buenos Aires: Literatura Random House, pág. 106.

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“De víctima a dueña de sus decisiones” Lucía Natalí García Introducción El presente escrito tiene la intención de repensar, formalizar y articular teóricamente el caso de Sabrina, una paciente de 40 años atendida en el CSMN1, quien solía sufrir episodios de violencia por parte de su madre y parejas. Se expone el viraje de la posición subjetiva que desemboca en un corrimiento del lugar de víctima. Desarrollo Sabrina realizó una admisión en el CSMN1. Se presentó sola refiriendo que se sentía “desbordada” y que le resultaba imposible dejar de llorar. Asimismo, expresó haber padecido ese día un episodio con sensación de ahogo, sudoración y hormigueo. En este sentido, es posible afirmar que el cuerpo es el territorio del síntoma, entendiendo a este como una forma de decir causada por un goce que impacta en el cuerpo. El síntoma se basta a sí mismo, es necesario que entre en transferencia para que quiera decir algo, es por ello que resulta necesario un analista y su presencia en la transferencia como elemento capaz de restaurar algo del equilibrio perdido en los momentos de estallido y brindando un efecto de alivio. Al indagar sobre qué la había llevado a consultar, manifestó que se sentía muy “sola familiarmente”. Se señaló el llamativo uso de esta frase. La paciente, sorprendida, respondió que, si bien tenía amigos, se sentía mal con su familia y sus relaciones de pareja, especialmente con su madre, quien la maltrataba incluso llegando a pegarle en la vía pública. Comentó que la semana anterior se había separado de su pareja. 115


En este momento se angustió nuevamente y desplegó distintas escenas de su relación signadas por el maltrato, desatención y desborde. La analista brindó una escucha instalando un interrogante acerca de su sufrimiento. Entonces, el primer movimiento consistió en apuntar a que algo de ese real se tramite a través de la palabra, que se vuelva relato en el que el sujeto pueda representarse, construir un sentido desde el sin-sentido. Lacan sostiene que “cada vez que la función de Sujeto Supuesto Saber pueda ser encarnada por quienquiera que fuese, analista o no (...) la transferencia queda desde entonces ya fundada”104. La analista se encuentra en el lugar de un Otro del que se espera alguna respuesta a esa pregunta que se articula para el Sujeto. El hecho de que se diera lugar a la posibilidad del relanzamiento de alguna pregunta permitió que se instalara una incipiente transferencia con la profesional de la admisión, quien luego continuó siendo quien dirigiera el tratamiento por consultorios externos. Refirió sentirse “angustiada”, “sin contención” desde el fallecimiento de su abuela, y con dificultades para finalizar su carrera de antropóloga (iniciada hace 20 años). Expresó que, desde que se separó de su pareja, se sintió “a la deriva”, que se encontraba sumamente desganada y que no podía parar de llorar, momento coincidente con su consulta. Relató una crianza “desbordada”, con dos padres “locos”. Estos se separaron a sus 3 años, luego de lo cual el padre prácticamente desapareció. Falleció 6 años después, “asesinado por la policía cuando intentaba matar a su hermano” en contexto de un brote psicótico. Sobre él, comenta que era adicto a metanfetaminas y psicótico, y que había cursado algunas internaciones en Cenareso. Por otro lado, definió a su madre como “manipuladora”, “explosiva”, “desbordada” y “border”, y sostuvo que esta la agredía verbal y ¹⁰⁴ Lacan, J. (1964). El Seminario, libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, pág. 81.

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hasta físicamente de manera regular, lo cual toleraba sin cuestionamientos. Con el tiempo, y luego de dedicar múltiples sesiones a su posición frente a su madre, se logra un pasaje de la queja y resignación a la pregunta acerca de si habría un equilibrio posible para mantener un vínculo con ella o debía distanciarse definitivamente. Poco a poco, la paciente logró imponer una distancia entre los dichos de la madre y lo que ella “realmente” era, que finalmente desembocó en una distancia definitiva: decidió que no estaba dispuesta a continuar tolerando malos tratos. En una ocasión, sorprendida, esbozó: “Tuve que cumplir 40 años para poder entender que lo que mi mamá dice de mí no es mi verdad”. En transferencia se logró que vislumbrara las determinaciones inconscientes vinculadas con cómo fue nombrada y con el lugar que ocupó en relación al deseo del Otro. La identificación es un mecanismo psíquico fundamental en la constitución de la subjetividad. La alienación como operación de causación subjetiva implica la identificación del sujeto a los significantes que vienen del campo del Otro. La identificación es inconsciente mientras que la desidentificación permite tomar consciencia de esta. Cuando el sujeto logra tomar consciencia con quién o con qué estaba identificado ese acto implica la separación de algún tipo de identificación. En este sentido, la eficacia de una cura se compone de efectos de desidentificación105. En el contexto familiar en el que transcurrió su infancia, su “salvación” fue su abuela, a quien describió como su “guía” y como una persona cariñosa. Sostenía que “nucleaba la familia” y que, sin ella, se había desmembrado: por un lado su tío, por otro, su madre y por otro, ella. Asimismo, la abuela intermediaba entre Sabrina y su madre cuando la última la maltrataba. Ante su ausencia, Sabrina sostenía que había perdido “toda perspectiva de futuro” y que ya no supo qué hacer con su vida ni con quién referenciarse. Las relaciones amorosas de la paciente habían sido siempre ¹⁰⁵ Lebovic, A. V. (2015). ¿Vos qué sos? La desidentificación, un final posible en el análisis de un niño (Doctoral dissertation).

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signadas por el maltrato y la dependencia. Denomina a su ex marido como “border”, “loco” y “violento”: llegó a quebrarle un brazo. Su última expareja era también adicto y violento. Relató un episodio en el que la agarró de los pelos y amenazó con un cuchillo. Sobre esta escena refiere: “Me puse en víctima para que no me lastime”; asocia: “Siempre fui una víctima, pero igual me lastimaron”. En este sentido, Lacan postula que “el significante, produciéndose en el lugar del Otro todavía no delimitado, hace surgir allí al sujeto del ser que no tiene todavía la palabra, pero el precio de coagularlo”106. Asimismo, se construyó en análisis que elegía parejas “locas” y “adictas” e intentaba repararlas: las acompañaba durante sus tratamientos psicológicos y trataba de ordenarlas, quedando en el lugar de víctima dentro de las mencionadas relaciones, en repetición de elecciones de hombres violentos tales como su madre. Localizar su posición subjetiva, sus determinaciones inconscientes, permitió que la paciente estuviera advertida de lo que condicionaba su accionar repetitivo para poder hacer otra cosa. Si entendemos a lo real como impactado por el lenguaje, entonces puede producirse una pérdida de goce a través del significante, de eso que insiste como un más allá del principio de placer. Por el momento, dejó de acudir a su expareja, a quien frecuentaba encontrándose siempre con situaciones violentas nuevamente. Se logró interrumpir la compulsión a la repetición de sus síntomas, al mantenimiento de su posición de goce. Para que esto tuviera lugar, debieron pasar varios meses de tratamiento; fue necesario que transcurriera tiempo, escucha y el establecimiento de un vínculo transferencial. Afortunadamente, en este caso no se necesitó acudir a organismos de protección de la mujer, ya que su posición subjetiva viró, permitiendo que se alejara del mencionado hombre y comenzara a hacer nuevas y diversas elecciones. Asimismo, su expareja aceptó su distanciamiento, por lo que no se ocasionaron nuevas situaciones de riesgo. ¹⁰⁶ Lacan, J. (1964). “Posición del inconsciente”. En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI. pág. 799.

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Sabrina se definía como una víctima inerme respecto de la crianza recibida sin vislumbrar ningún margen de acción de su parte. El goce va de la mano con el deseo del Otro, con el lugar en que se ubica en relación al Otro, de víctima en este caso, en palabras de la paciente. Al hablar de una modalidad de goce, se plantea un retorno, un hecho de repetición, ya que lo real no cesa de no escribirse y siempre vuelve al mismo lugar. Lo mismo que al plantear la fijación de la libido, se trata siempre de un goce escondido y repetido. Siempre nos encontramos con el problema de que el síntoma es una satisfacción fuera de sentido, paradójica107. Otro movimiento que se produjo en análisis con visibles efectos fue el pasaje de tristeza y lástima respecto de sus familiares al sentimiento de enojo. Esto permitió que se colocara en una posición más activa que posibilitó el cese de la sintomatología depresiva. De esta manera, comenzó a construir un lugar diverso al de víctima pasiva. Actualmente, Sabrina ha recibido su alta y ha propuesto ella misma volver a consultar de manera privada cuando lo necesitara. Ha remitido su sintomatología depresiva y se ha encaminado en un cambio de su posición subjetiva: de “víctima” a “dueña” de sus decisiones. Rechaza a los hombres que reproducen el patrón de relaciones mencionado y permanece soltera para dedicarse de lleno a su carrera universitaria, en la que ha logrado avanzar aprobando materias. Ubica nuevas “perspectivas de futuro”; puede prescindir de la “guía” o “referencia” de su abuela al construir metas propias y, por sobre todo, logró desligarse de los dichos de su madre y de la posición de víctima que adoptaba frente a ella. Es posible afirmar que mantiene una posición más activa respecto de su modo de goce, una posición advertida. ¹⁰⁷ Delgado, O. et al. (2013). La problemática de la pulsión y su ligadura en el fin del análisis. V Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. XX Jornadas de Investigación. Noveno Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2013.

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Libros

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Feminismos: intervenciones textuales Un itinerario posible del feminismo argentino a través de los prólogos feministas de Diana Maffía Danila Suárez Tomé Desde 2015 el movimiento feminista argentino se encuentra en un estado de concentración, potencia y popularidad inéditos en la historia de nuestro país. El motivo de la renovación de esta energía revolucionaria no es uno feliz. El 3 de junio de 2015 miles de mujeres marcharon en 80 ciudades bajo la consigna “ni una menos”: fue la primera marcha masiva del país como protesta frente a la violencia de género y los femicidios. La demanda era concreta: le pedían al Estado un plan de políticas públicas destinadas a erradicar la violencia machista. De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, durante 2018 en la región de América Latina y el Caribe al menos 2081 mujeres han sido víctimas de femicidio. Latinoamérica se convirtió en la región más letal para las mujeres, además de ser el continente más desigual del planeta. Esta coyuntura vuelve inevitable la irrupción de un grito firme contra la violencia de género que, además, se encuentra complejizada por otras numerosas violencias fruto de desigualdades que atraviesan de modo estructural a las poblaciones de la región. Argentina ha sido sede de una renovación de fuerzas de un movimiento que se volvió masivo. El grito por “ni una menos” se escuchó en Uruguay, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Chile, Paraguay, Guatemala, Costa Rica y Honduras, pero también en España, Italia, Portugal, Francia, entre otros países. Y en 2017, estas manifestaciones internacionales, fogueadas por las iniciativas de las feministas argentinas en un paro realizado el 19 de octubre 122


de 2016, pero también por las feministas polacas que se encontraban en las calles defendiendo su derecho al aborto, confluyeron en el Primer Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo. En esta jornada histórica para los feminismos participaron más de 50 países y 200 ciudades alrededor del mundo. Dentro de este contexto de masificación del movimiento feminista y de toma de conciencia de la necesidad de un compromiso social para enfrentar esta crisis de desigualdad y violencia, la demanda por la formación en temas de mujeres, género y diversidad sexual se volvió pujante, y así fue como empezaron a surgir cada vez más producciones feministas en todos los formatos y soportes. La necesidad de poder acceder a herramientas conceptuales y prácticas que nos permitan pensar nuestra realidad y lograr transformarla abrió el espacio para que la producción de ideas, narrativas y estéticas feministas dejara de ser una actividad de circulación limitada a espacios de militancia. El libro “Feminismos: intervenciones textuales” surge de la necesidad de fortalecer el ejercicio de genealogía feminista en un momento clave en el cual la marea verde concentra a feministas diversas y de todas las edades en luchas por derechos que todavía nos son negados. En este libro hemos trazado un itinerario posible del feminismo argentino a través de diversos prólogos feministas que Diana Maffía escribió en los últimos 25 años. Diana Maffía es una reconocida feminista argentina, que realizó la segunda tesis doctoral sobre feminismo en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, exactamente un siglo después de que Elvira López defendiera la primera sobre el movimiento feminista en 1901. Maffía también es Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, directora del Programa de Actualización en Género y Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Profesora Adjunta de Gnoseología y, desde 2016, también de la primera cátedra de Filosofía Feminista en la carrera de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires. Pero 123


su actividad en estos últimos 25 años no sólo ha sido la académica, sino que también se ha desempeñado como Defensora Adjunta en derechos humanos en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Diputada de la Ciudad de Buenos Aires y consejera académica del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Al día de la fecha se desempeña como directora del Observatorio de Género en la Justicia en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su compromiso activista dentro del feminismo también la condujo a la creación del Centro Cultural Tierra Violeta, un espacio pensado desde y para la diversidad. Este recorrido por su itinerario profesional (que no es exhaustivo ni pretende serlo) se plasma con transparencia en los prólogos recogidos en “Feminismos: intervenciones textuales”. Allí se puede ver cómo se entrelazan las diversas áreas en donde Diana Maffía, de la mano de numerosas compañeras de ruta, ha llevado su activismo: la academia, la legislatura, la justicia, la cultura. Con lo cual, el trabajo de compilación de estos prólogos ha sido un verdadero ejercicio de lectura de una historia posible (no la única, por supuesto) de los últimos 25 años de los avances que los feminismos han llevado adelante por los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual. El libro comienza con un prólogo de 1994 a una obra que recopila artículos sobre formación política de mujeres y análisis políticos con perspectiva de género al calor de la discusión por la Ley de Cupo Femenino sancionada en 1991. A partir de allí, los prólogos que le siguen serán verdaderas intervenciones textuales en momentos cruciales de conquista de derechos, como la Ley de Identidad de Género, y de hitos feministas, como el primer Encuentro Nacional de Mujeres, la Agenda de las Mujeres, y la primera discusión en el Congreso Nacional del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en 2018. En el camino, aparecen también temas siempre presentes en el movimiento feminista como la prostitución y la trata con fines de explotación sexual, la diversidad sexual, la lucha travesti-trans, la relación entre género y poder, las perspectivas feministas en el derecho para terminar con la justicia patriarcal, el feminismo en tiempos de redes sociales, entre otros. 124


“Feminismos: intervenciones textuales”, publicado en Buenos Aires por Red Editorial, es, en resumen, un libro que permite acceder a la prolífica escritura de Maffía y, a través de ella, ser testigos de una construcción genealógica de un feminismo que se sabe tanto interseccional como intergeneracional. Invitamos a las y los lectores a que se adentren en estos breves recortes de una historia que se abisma sobre el presente con el horizonte de un futuro que todavía tenemos la responsabilidad de conquistar, un futuro de emancipación social.

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En nombre propio Relatos de vida de mujeres que tuvieron internaciones psiquiátricas prolongadas y ahora viven en la comunidad Sara Ardila-Gómez El proceso de reforma de la atención en salud mental que se encuentra en curso en Argentina en el marco de la Ley Nacional de Salud Mental hace necesario el desarrollo de nuevas prácticas de atención y que los profesionales intervinientes deban modificar las formas tradicionales de interacción con los usuarios de servicios. Entre estos cambios, sin dudas, tiene especial importancia lo referido a la externación de personas que han tenido internaciones psiquiátricas prolongadas y pasan a vivir en la comunidad. En este sentido, conocer la experiencia de quienes han vivido los efectos de dicho proceso resulta de gran valor tanto para gestores y trabajadores de programas y servicios como para estudiantes de carreras relacionadas con la salud y la salud mental, pues les permite ver los efectos concretos que tienen en la vida de las personas los distintos modelos y formas de atención Es el principal objetivo de este libro, dar a conocer la experiencia en primera persona de 21 mujeres que fueron externadas mediante el Programa de Rehabilitación y Externación Asistida del Hospital José A. Esteves (PREA); conocer su relato sobre el antes de la internación, su estancia en el hospital y la recuperación de la vida tras ser externadas El texto es el resultado de una investigación llevada a cabo entre 2014 y 2016 con el apoyo de una beca posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) con 126


sede en la Universidad Nacional de Lanús y de un Proyecto UBACyT (de la Universidad de Buenos Aires) dirigido por la Prof. Alicia Stolkiner. Por otra parte, desde el marco de derechos humanos dado a nivel internacional por la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, y a nivel nacional por la Ley Nacional de Salud Mental, este libro busca materializar el derecho de las personas con padecimiento mental recuperando la posibilidad de contar y vivir su vida en sus propios términos. El texto cuenta con una introducción en la cual se describen la metodología de investigación, los fundamentos teóricos que guiaron dicho proceso y el contexto de producción del libro. Posteriormente, ofrece una descripción del PREA, programa desde el cual se externaron las protagonistas del libro. Los relatos, que son la parte central del libro, se organizan en cinco apartados temáticos, cada uno de los cuales resalta una dimensión de la vida de las mujeres del libro: la maternidad, la amistad, el trabajo, el amor, la curiosidad intelectual. Algunos de los relatos se acompañan con fotografías de una obra artística realizada por las protagonistas del libro, que consiste en una muñeca de tela sobre la cual se plasman y representan lo que recuperaron al salir del hospital. Un último apartado reúne las impresiones de los trabajadores del programa sobre los efectos que tuvo en ellos el ver, desde otra perspectiva y a través de los relatos, a las mujeres a quienes atienden. El libro es de acceso gratuito en su versión electrónica. El link de descarga es: https://investigacionesensaludmental.com/novedades-1

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Autores Dora Barrancos Investigadora, socióloga, historiadora, militante, escritora y feminista argentina.​ Formó parte del directorio de CONICET, ​hasta mayo de 2019, cuando renunció en protesta por la reducción presupuestaria que afectó gravemente a la institución. En la actualidad, dirige la Maestría y el Doctorvado en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes. En 2016, recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito de las Humanidades en la Argentina. Como historiadora, se ha dedicado a estudiar el desarrollo del feminismo en Argentina, los movimientos sociales de principios del siglo XX, las revoluciones llevadas a cabo por las mujeres, los movimientos socialistas y anarquistas, y el rol de la educación en la Historia argentina. ​ Recientemente publicó, en Descentrada, revista interdisciplinaria de feminismos y género (CInIG UNLP), un artículo donde recorre su vida personal y cómo se fue enlazando con su labor académica. Durante 2018 participó en los debates en torno a la legalización del aborto y expresó en las audiencias a favor proyecto de ley en el Senado de la Nación. ​Previamente apoyó la ley de identidad de género promovida por el gobierno, y la consideró una de las más progresistas del mundo. En los últimos años tuvo un reacercamiento al peronismo, al considerar que este tomó una serie de medidas civilistas: la ley de adopción, la legitimidad de la absoluta igualdad de los hijos legítimos e ilegítimos, así como el divorcio. Barrancos considera “que los gobiernos liberales no se ocuparon de esto y en cambio el peronismo avanza sobre los derechos civiles”.

Marta Dillon Activista lesbiana feminista, periodista y escritora, integrante del Colectivo NI Una Menos. Fue una de las fundadoras de la agrupación H.I.J.O.S. (hijos e hijas de desaparecidxs y víctimas del Terrorismo de Estado en Argentina). Es editora del suplemento feminista del diario Página 12, Las 12, que desde 1998 narra los

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conflictos sociales y debates culturales desde el protagonismo y perspectiva de mujeres, lesbianas, travestis y trans. Publicó, entre otros: Aparecida (Sudamericana), Corazones Cautivos, los días en la cárcel de mujeres (Norma) y Vivir con virus, relatos de la vida cotidiana (Norma y Edulp).

Gabriela Rodríguez Lic. Psicología. Practicante del psicoanálisis. Asociada a la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) Sección La Plata. Directora adjunta de la Revista Estrategias -Psicoanálisis y salud mental-. Autora de Lacan entre las feministas. La objeción de la mujer. Tres Haches, Buenos Aires, 2019; co-autora de Lecturas de “La Tercera”. Los campos del goce. Tres Haches, Buenos Aires, 2019 y de numerosos artículos en revistas especializadas.

Agustina Saubidet Docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires, especializada en abuso intrafamiliar (antropología, filosofía y psicoanálisis). Premio Facultad de Psicología 2018 por el ensayo: “La crítica antropológica al complejo de Edipo, sus aportes”. Actualmente se encuentra realizando el Doctorado en Psicología (Becaria UBACyT). Tema de tesis: “Françoise Héritier y Rita Segato, aportes y críticas al psicoanálisis, desde el feminismo de la diferencia”. Amante de la música, la literatura y la fotografía.

Gabriela Margall Universidad de Buenos Aires. Profesora de Historia de la Universidad de Buenos Aires y escritora. Desde el año 2006 publica novela histórica y romántica. En el año 2018 publicó junto a Gilda Manso la colección de tres volúmenes llamada La historia argentina contada por mujeres.

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Sara Ardila-Gómez Psicóloga, magíster en Psicología Social Comunitaria, doctora en Salud Mental Comunitaria y docente e investigadora de la Cátedra II de Salud Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

Danila Suárez Tomé Doctora en Filosofía y Profesora de Educación Media y Superior por la Universidad de Buenos Aires. Es docente de Gnoseología y Filosofía feminista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es docente de la Maestría en Estudios y Políticas de Género de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Es coordinadora de teoría de género en la Asociación Civil Economía Femini(s)ta. Fue becaria doctoral del CONICET y la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.

Lucía Natalí García Residente de Psicología Clínica del CSMN1.

Silvia Hofman Lic. En Psicología. Psicóloga del Centro de Salud Mental N°1 Dr. Hugo Rosarios. Coordinadora del Equipo de Género.

Sonia Julia Altube Integrante del Equipo de Género del Centro de Salud Mental Nº. 1. Integra la Red de Psicólogxs feministas. Maestranda en Estudios de Género (UCES).

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Irene Greiser Lic en Psicología. Psicoanalista . Miembro de la Escuela de Orientación lacaniana y de la Asociacion Mundial de Psicoanálisis. Ex directora y fundadora de la Carrera de Psicología Jurídica con orientación psicoanalítica del Colegio de Psicólogos de la ciudad de La Plata. Profesora invitada en la cátedra de Criminología de la carrera de especialización en Psicología Forense Uces. Docente colaboradora en el post Grado de Derecho de la Universidad de Lomas de Zamora. Docente disertante de seminarios de Extensión en Uba. Clínica de la Violencia. Psicoanálisis y Criminología. Docente del Instituto Clínico de Buenos Aires. Supervisora de equipos de Psicopatología, defensorías jurídicas y centros asistenciales y juzgados de familia. Asesora de equipos de encierro. Profesora invitada Seminarios Internacionales Colombia, Bogotá, Chile, Miami, Bolivia, Brasil en temáticas afines al psicoanálisis y el Derecho. Libros escritos: “Delito y trasgresión, abordaje psicoanalítico de la relación del sujeto con la ley”, Grama Ediciones; “Psicoanálisis sin diván”, Ed. Paidos; y “Sexualidades y Legalidades”, Ed. Paidos. Artículos publicados en medios: Infobae-Pagina 12-La Nación–Clarín. Autora de diversas publicaciones en Revistas de Psicoanálisis. Virtualia.

Daniela Vendramini Lic. en Psicología. Concurrente de 2do año del C. S. M. Nro 1, equipo niños. Actualmente cursando estudios de posgrado en el Instituto Clínico de Buenos Aires. GRUPO SOBRETODO Bárbara Alperowicz, Andrea Degiovanni, Débora Zilberman. Artistas invitadas: Claudia Cristiani, Verónica Vidal Maehara, Silvia Liberalotto, Nidia Bellene. Producción periodística: Guido Fernandez Cornide.

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Una performance es una muestra escénica presentada en un espacio Público dentro de un texto de Bellas Artes. Generalmente es de contenido social.

Bárbara Goldschtein, Agustina Lanzillotta y Lua Pons integrantes de BARDO, colectivo contracultural. Bardo contracultural, es un colectivo de artistas que se desempeñan en diferentes disciplinas: teatro, música, danza, escritura, audiovisuales. Realizan las varietés El Grito Cultural, con diferentes temáticas, itinerante por CABA. Realizaron funciones de Furias de cuerpos incendiados, en colegios, varietés, en el Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales y en Feliza. Durante las vacaciones de invierno estuvieron en la cartelera porteña con el infantil Les Payases, realizando funciones en El Método Kairos.

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“Es obvio que los valores de las mujeres difieren con frecuencia de los valores creados por el otro sexo y sin embargo son los valores masculinos los que predominan.” Virginia Woolf “Cada tic-tac es un segundo de la vida que pasa, huye y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es solo saberla vivir. Que cada uno lo resuelva como pueda.” Frida Kahlo

“No puede decirse, no puede escribirse, no puede pensarse; se vive, es todo.” Simone de Beauvoir


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