N°7. Fin ambiente: ecología y sociedad

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Revista MOVIMIENTO - - - Construcción Estudiantil en Movimiento

acá y conocen a los voluntarios, y la alcaldía nos ha llamado para celebrar el día de la madre, para traer adultos mayores del ancianato a ver, también el colegio departamental hace una jornada ambiental y nos han pedido ya en dos oportunidades que lo organicemos aquí. Esas son formas en las que nos hemos vinculado con nuestra biorregión; también nos han llegado muchas propuestas, a todas hemos dicho que sí, pero estamos a la espera de que pase. RM - ¿Crees que esta es una muy buena posibilidad para mejorar la calidad de vida y las condiciones ambientales? TA - Creo que esta es una posibilidad excelente para quien la necesite, algunos encontramos en ella cosas muy buenas, para otros puede que no lo sea. A mí me ha ayudado muchísimo en mi proceso, he aprendido mil cosas, espiritual, comunitaria, ambientalmente. Por ejemplo, estando aquí y con algunas de las charlas que se hacen, me di cuenta que a veces uno enjuicia todo el tiempo a las personas, algo de lo que no era consciente, y ahora que lo soy pues vivo más tranquila, entre otras muchas cosas. Todo es un proceso. RM - Cuéntanos un poco del manejo de residuos, recursos, qué hacen. Tatiana nos contó que, como todo, el proceso ambiental está en camino, han incursionado un poco en el manejo de las aguas lluvia hasta hace poco y están probando, hacen todo tipo de productos con lo que las cosechas van dando (conservas, cremas, jabones, postres, artesanías), tienen algunos baños al estilo de aprovechamiento orgánico, pero todavía están aprendiendo cómo manejar los residuos; aún no son totalmente sustentables en el agua porque la fuente primaria les llega de una finca distante de la cual dependen. En el tema energético, hasta ahora tienen una casa con paneles solares, pero reitera que es un proceso, aún investigan y aprenden porque ese tipo de energía no es nada económico. Las basuras y el agua las manejan en procesos responsables y organizados, de los que tienen dibujos en la aldea para que los visitantes lleguen y se vinculen con el proceso, diciendo que:

miento interior; la felicidad no es entonces el final de un camino, sino el arte de caminar.

Este fue uno de los elementos más gratificantes con los que nos encontramos en nuestra visita, con personas totalmente abiertas, amables y decididas a construir un proyecto en el que creen y por el que trabajan a diario. No hubo en ningún momento una intensión de convencer a nadie sobre la perfección de las ecoaldeas como forma de vida; al contrario, la formación que promueven en el interior de la ecoaldea, las relaciones que tejen y han aprendido a sanar, nos dieron la oportunidad de conocer una perspectiva totalmente abierta y sincera sobre lo que es y será un proceso en la búsqueda de mejores condiciones de existencia, y de una mirada integral de la vida en la que cada aspecto está profundamente unido al otro, y solo en el camino de búsqueda de esa forma de ser armónico, sostenible, sano, abierto, receptivo, se pueden generar mejores resultados comunitarios, ambientales, organizativos, económicos, familiares, de identidad, etc. El logro de las ecoaldeas no lo es de la inteligencia o el juicio, es más bien el logro del arrojo y cierta coherencia de seres que dan mucha prioridad a la libertad, la emoción, la creatividad y la espiritualidad en su vida cotidiana; estas son las grandes herramientas, según ellos, para construir las comunidades del futuro. En realidad, detrás del concepto de vida y ecología de las ecoaldeas hay un universo de propuestas que implican cambios de paradigmas y modelos mentales, siendo quizá el principal ver el ser ecológico no solamente como reciclar o sembrar árboles, sino como el ser que se compromete con la sanación de todas las relaciones: con las demás personas, con cada entidad de la naturaleza, con el ecosistema, con el ser interior y con la dimensión trascendente. A esta forma de pensamiento la llaman “ecología profunda”. Agradecemos a Tatiana por su tiempo, honestidad y apertura a Movimiento y a la aldea en su conjunto, que nos recibió con mucho cariño haciéndonos sentir parte del lugar.

Al usar del sanitario ecológico, la estación de lavado y la estación de reciclaje, actuamos con mayor responsabilidad para con el medio ambiente, reduciendo la contaminación y el consumo de agua; así también con la contaminación auditiva, invitamos a disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad, para que el ambiente sea agradable para todos.

Aprenden cada día y están en el camino constante de mejorar lo que han ido construyendo y encontrar nuevas salidas. Aldea Feliz tiene como uno de sus motores principales la felicidad, y la define como una fuerza interior de paz que hace que las circunstancias de la vida pasen de ser un problema o una atadura para convertirse en un camino alegre lleno de oportunidad, de aprendizaje y de creci-

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