Opinión
cha- exigirían cambios, acomodación de los equipos de investigación en términos de personas y medios, no siempre deseables por los afectados y, en consecuencia, difíciles de asumir. Reticencia a la que pudiera no haber escapado cierto escepticismo por los Servicios de la Administración, tal vez provocado por el desconocimiento de lo que se hacía en la puerta de al lado (léase, mismo Ministerio, incluso Dirección General), y no digamos en el mismo territorio (comunidad autónoma,
provincia, municipio). Vuelvo a preguntar quiénes son, o deben ser, los lectores del Cuaderno nº 39 de la colección Cuadernos de la Sociedad Española de Ciencias forestales. Animo a que los que no lo han sido todavía, adquieran el hábito de serlo. En todo caso, les pido disculpas por mi atrevimiento; y tolerancia por las peroratas de un ochentón, solo movido por haber trabajado con ilusión en el tajo de las Ciencias Forestales.
¿Interfaz o Interfase? David Caballero Valero Ingeniero de Montes david@meteogrid.com Como bien sabéis muchos de los que leéis MONTES, dedico la mayor parte de mi actividad profesional a la defensa contra incendios de las zonas urbanizadas en terreno forestal, lo que hemos venido llamando “interfaz urbano-forestal”. Además estudio y cultivo nuestra bella y riquísima lengua española, a la que nuestros antecesores forestales ilustres prestaban tanta atención y a los que es un placer leer de tanto en tanto. Y es precisamente esta conjunción, los incendios de interfaz y la lengua española, la que me empuja a escribir estas líneas. A lo largo de estos años he oído varias expresiones para referirse a este fenómeno: «interfaz», «interficie», «interfase», etc., a cada cual más exótica, pero creando confusión y dando la sensación a propios y extraños de que no somos capaces de encontrar un único término, inequívoco y acordado tal y como tienen los estadounidenses, franceses, etc., para un aspecto de los incendios forestales tan serio y relevante como este. El acabose ha sido leer la Ley de Montes 43/2003 (revisada en el 2015) y comprobar que se utiliza el vocablo «interfase», mientras que a la vez, en la Directriz Básica de Protección Civil 893/2013 se hace mención a la «interfaz». ¡Es que ni en las leyes nos ponemos de acuerdo! En el marco del proyecto europeo WUIWATCH (www.wuiwatch.org) hay una línea de trabajo para la unificación de términos y simbología, con lo cual es ahora el momento de reflexionar, estudiar, consultar y acordar lo referente a la interfaz. Por ello me he permitido la licencia de realizar una serie de gestiones (Real Academia Española) y consultar los diccionarios que tenemos a mano (Panhispánico de Dudas, RAE, Fundéu, etc.) así como someter la cuestión al debate en redes sociales y círculos del ramo; y creo que he conseguido argumentos razonablemente sólidos y suficientes para tomar una decisión al respecto. La primera consideración es que ya existe desde hace tiempo el término «interfaz» dentro de la expresión «interfaz urbano forestal» en el Diccionario de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF), como adaptación directa del inglés del término «interface» y la expresión «wildland-urban interface». Aquí se debería acabar la discusión, pero sigamos ahondando en otros argumentos. Según Fundéu BBVA, “puede utilizarse el término «interfaz» o «interfase» en función del significado. La primera Revista Montes. Número 127. 1er Trimestre 2017
alude a la conexión física y funcional entre dos aparatos o sistemas, y la segunda se usa en Física y Química para la superficie que separa dos fases o estados”. De acuerdo a esto, y de acuerdo a lo que supone el fenómeno de la interfaz urbano-forestal, en la que hay una intersección entre el ámbito urbano y el forestal, es razonable pensar que el término «interfaz» alude con más transparencia a esta zona de encuentro, a este ecotono particular ente casas y monte. Según el Diccionario Panhispánico de Dudas, “la voz inglesa «interface» […] se ha adaptado al español en la forma «interfaz» […] Su plural es «interfaces». Aunque no es infrecuente su uso en masculino, debe emplearse en femenino, ya que esta palabra incluye en su forma el sustantivo femenino «faz». Con este sentido no debe usarse la forma «interfase», que no responde ni a la pronunciación ni a la estructura semántica del étimo inglés, que se ha formado con el sustantivo «face», cuyo equivalente español es «faz», no «fase». Tampoco se aconseja usar con este significado el término «interficie»”. A la vista de ello tiene sentido que se utilice el vocablo «interfaz» como traducción correcta del término inglés «interface». Según la RAE (en consulta directa y específica sobre este tema), “«interfaz» (pl. «interfaces») traduce el término inglés «interface», e «interfase(s)» traduce «interphase». Parece que la expresión «interfaz urbano-forestal» está bastante asentada, también como «IUF», aunque en español es más transparente «zona de intersección urbano-forestal» o «ámbito/zona periurbano/a»”. Con ello se deduce que es incorrecto usar «interfase» en este contexto; que «interfaz» es aceptable y que sería más correcto el uso de «intersección» como término español específico. A la vista de todo ello uno puede concluir que lo correcto sería utilizar la expresión «intersección urbano-forestal» pero creo que, dado el nivel actual de aceptación y uso de otros términos, recomendarlo sería confundir más que aclarar. ¿Os imagináis hablar de los «incendios de intersección»? Yo desde luego que no, creo que nadie lo entendería. Por tanto, y con estos argumentos, sugiero que armonicemos, unifiquemos y acordemos el uso del término «interfaz» en la expresión específica (en femenino) «la interfaz urbano-forestal», escrita en minúsculas, con guión entre «urbano» y «forestal» y con la sigla «IUF» sin guión. A la vista de todo ello sería recomendable asimismo corregir el término en futuras revisiones de la Ley de Montes. – 39 –