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La moneda del billón de dólares
UN ECONOMISTA llamado Bart Simpson ya la recetó en 1998, en un capítulo titulado «The Problem With Trillions» de la temporada 9, como la panacea-paracetamol para las migrañas congresionales causadas por la morosidad federal; es la «One Trillion Dollar Coin».
Que el techo de deuda te acompañe
La alternativa está en boca de más gente de la que quisieran los economistas ortodoxos habida cuenta de que el Gobierno de EE.UU. alcanzó el pasado enero su límite de deuda legal, lo que llevó al Departamen-
One Trillion Dollar Coin,¿idea absurda o solución a la deuda de EE.UU.?
to del Tesoro a recurrir a «medidas extraordinarias» para pagar las cuentas. Para mitigar los excesos académicos de Bart y tranquilizar tanto a la opinión pública como a los mercados, la propia Janet Yellen ha tenido que desmarcarse del Tema. “Que la Constitución estadounidense permita crear esta moneda mágica que aliviaría la deuda no quiere decir que la Reserva Federal (Fed) tenga que aceptarlo”. Y por si cupiera duda agregó que «de ninguna manera debe darse por sentado que la Fed lo haría”, en una entrevista con The Wall Street Journal citada por EFE.
Theory and practice
La teoría de la «One Trillion Dollar Coin» dice esto: por una ley creada en 1996, el Departamento del Tesoro tiene la capacidad de acuñar «monedas de lingotes de platino», monedas de un billón de dólares, depositarlas en la Fed y luego retirar el dinero para pagar las cuentas del país. El momento en el que verdaderamente se empezó a habla de ella como alternativa fue durante la crisis del techo de deuda de 2011-durante la administración de Barack Obama (2009-2017) con la Cámara Baja controlada por los Republicanos. En aquella ocasión no se logró un acuerdo hasta que los demócratas accedieron a aprobar amplias restricciones al gasto.

Fecha límite
Con la fecha límite marcada en junio de 2023, Yellen no para de urgir al Congreso a que se ponga de acuerdo y a los republicanos a que no utilicen el techo de la deuda como moneda de cambio. Ante la frecuencia de esta situación, son numerosas las voces que piden soluciones permanentes o que mencionan, insidiosamente, herramientas radicales como la «One trillion dollar coin».
Los economistas (serios) hablan
El Nobel de Economía Paul Krugman se preguntaba en 2013 en The New York, con Obama de nuevo en problemas por el techo de la deuda: «¿Debería Obama estar dispuesto a imprimir una moneda de platino de 1 billón de dólares si los republicanos intentan obligar a EE.UU. a que entre en mora?». «Sí, absolutamente», respondía para sorpresa generalizada, pues para Krugman «después de todo, se enfrentará a una elección entre dos alternativas: una que es tonta pero benigna, la otra que es igualmente tonta pero a la vez vil y desastrosa». La teoría no sería, sin embargo, una solución permanente, pues no es más que «un truco contable para eludir el techo de la deuda». Otros economistas, señalados por EFE, como Kenneth Kuttner, profesor de la Universidad Williams College de Massachusetts, opinan que «duraría solo un
La
Como todos los años
tiempo» y «una vez que se alcanzara la línea de crédito nos encontraríamos en la misma situación». Además, hacer algo así sería «muy perjudicial para la independencia de la Reserva Federal», que la propia Yellen dirigió de 2014 a 2018.
A su vez, para Charles W. Calomiris, profesor de Columbia Business School, esta moneda «es un instrumento de deuda disfrazado y no una moneda real». «El objetivo de emitirla sería, más que proporcionar una moneda, eludir la ley y creo que el Tesoro no hará eso».
Y según Milton Marquis, profesor emérito de la Universidad del Estado de Florida, usarla sentaría «un precedente» y «derivaría un aspecto importante de la política fiscal hacia el Poder Ejecutivo, lo que alteraría el actual equilibrio de poder». Los futuros presidentes, de cualquier partido, se verían tentados a ejercer ese poder y podría derivar en más medidas de gasto despilfarrador sin fondos.
Recap; ¿qué es el límite de la deuda?
El límite de deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales existentes y poder pagar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares, los intereses sobre la deuda nacional, los reembolsos de impuestos y otros pagos.
Cada cierto tiempo, EE.UU. se asoma al impago de la deuda nacional porque, a diferencia de otros países, el Gobierno estadounidense solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente. Con la recién estrenada mayoría republicana en la Cámara de Representantes está previsto que los conservadores utilicen el límite de la deuda para lograr concesiones de los demócratas en otros asuntos, a cambio de sus votos para levantar el límite de endeudamiento, como sucede periódicamente; 78 veces desde 1960.
El fantasma del “Default”
EE.UU. nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional, pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de solvencia del país.