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¿Cómo empezar a gestionar los riesgos? (Segunda Parte)
Por Fernando G. Mariona - Abogado (*) Las responsabilidades de cada profesional:
ma de comunicación a la autoridad que corresponda y el tratamiento interno y externo. Señalar rápidamente a las personas responsables de los incidentes/accidentes o las situaciones de riesgo y buscar la forma de organizar muy velozmente reuniones de identificación análisis, evaluación y tratamiento del evento. Prepararse para la recuperación de los incidentes y accidentes, analizando las conductas y dictando normas y/o barreras para evitar la repetición. Participar en las diferentes actividades de identificación y de análisis de los riesgos; el director médico y el que hace las veces de “jefe” del servicio, no deberían estar ausentes de dichas reuniones; debería llevarse un libro de asistencias, del tema tratado y de los pasos a seguir en cada caso. Tomar conocimiento, en caso de que exista, del programa de gestión de los riesgos del acto médico propio a su sector (documentos, formación, comunicación del incidente, participación en las reuniones). Proponer el implemento, discutir, fundamentar y defender las modificaciones de prácticas establecidas en el seno de la institución o del sector de cada especialidad.
1.- En general, en el sistema de salud privado en nuestro país, son muy pocos los establecimientos asistenciales en los que los médicos, mal denominados de “staff”, tienen una relación de dependencia formal. Sin embargo, una buena parte de la Doctrina Jurídica de la Argentina, estima que todos son dependientes. Las distintas formas de organización de las instituciones médicas, no ayuda demasiado para poder demostrar lo contrario. En general poder probar la no-relación de dependencia resulta difícil por la falta de un adecuado orden administrativo y su correspondiente actualización. Son médicos, como han sido denominados infinidad de veces, “que vienen a trabajar de afuera”. Existen distintos “modelos” de organización que conspiran contra el establecimiento y el cumplimiento de lo que reiteradamente se ha denominado “Políticas y Procedimientos”. Estas responsabilidades del ejercicio profesional deberían asignarse a los médicos para el cumplimiento de las acciones cotidianas, dentro de cada establecimiento asistencial, poniéndolo en conocimiento en forma fehaciente, documentada. Ellas deberían ser:
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a) Aplicar y respetar las reglas de funcionamiento de cada sector de la institución, en caso de que existan. b) Disponer de la capacidad, el conocimiento y los medios para realizar, con toda seguridad, la actividad emprendida; los médicos son “certificados” formándose un legajo con sus datos personales, no siempre actualizados, copia del título, y una especie de “Hoja de Vida”. En las instituciones no se hace una evaluación periódica del resultado de la actividad de cada profesional dentro de la especialidad para la que fue “certificado”. Hoy los sistemas informáticos imperantes lo permitirían fácilmente. c) Conocer por escrito su responsabilidad como profesional con respecto a las conductas, formas, maneras, obligaciones, derechos, deberes respecto de los actos médicos a realizar, plasmados en los contratos de prestaciones de servicios que a veces suscriben.
3.- En el conjunto de las áreas de riesgo del acto médico de cada especialidad, la seguridad del paciente depende de la responsabilidad directa de la línea operacional. - Definir reglas institucionales que alienten a compartir la información sobre los riesgos individualizados de los actos médicos, sobre la base de la historia siniestral del establecimiento asistencial (epidemiología de los eventos). En sus principios y en sus métodos, la gestión de los riesgos de los actos médicos que ocurren dentro de la institución llevados adelante por “los médicos que vienen a trabajar de afuera”, se basa en la declaración y el análisis, identificación y evaluación de los accidentes o incidentes evitables, para tratar de impedir que se repitan, con un espíritu eminentemente recuperatorio y preventivo, nunca punitivo. Se debe alentar la institucionalización del “Reporte de incidentes interno”. Con una preocupación manifiesta por el interés colectivo, se organiza la transparencia y la búsqueda de las causas. La gestión de los riesgos de los actos médicos supone poder identificar, evaluar y analizar situaciones que integren fallas humanas. Esos errores deben involucrar a la vez las prácticas de los actores de primera línea (los médicos) que han generado directa o indirectamente un incidente o un accidente, la organización de una actividad para su
2.- Esa descripción y asignación de responsabilidades y la evaluación de su cumplimiento deberían pertenecer a las acciones institucionales de gestión de los riesgos de los actos médicos: (¿Who put the bell to the cat?). ✔ Capacitando y evaluando al profesional para que sepa reconocer las situaciones peligrosas y su for-
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