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alzaba la vista ni lo tenía en cuenta, sino que rastrillaba la paja, las astillas y el polvo del suelo. Entonces dijo Cristiana: Estoy segura de que conozco el significado de esto, pues es una figuración del hombre en este mundo, ¿no es así, buen señor? Intérprete: Has dicho la verdad, y su rastrillo muestra su índole carnal. Mientras lo veas prestar más atención a rastrillar pajas, astillas y el polvo del suelo que a lo que le dice quien llama desde lo alto con la corona celestial en la mano, piensa que el cielo es una fábula para algunos que solo consideran sustanciales las cosas mundanas. Con ello se te muestra también que el hombre no puede mirar sino hacia abajo, para que sepas que las cosas terrenales, cuando prevalecen en la conciencia de los hombres, apartan sus corazones de Dios115.

Tras el discurso de Roosevelt, el muckraker pasaría a ser el periodista benefactor de la sociedad, aquél que da a conocer al público las disfunciones del sistema con el objetivo de generar una respuesta que las enmiende. Desprovisto del fundamento teológico de las palabras de Bunyan, por tanto, el periodista y/o reformador social habría de apelar a los valores cristianos que hallaban refugio en la literatura (como ocurría, para Riis, con los versos de Lowell), prestar un servicio a la comunidad con tal de avivar el progreso, lo que indicaba que la secularización del puritanismo no era completa, o que la literatura americana, en la que, como hemos visto, se inscribe la obra de Riis, no se había desprendido o desentendido de su carácter original. Con este trasfondo histórico-literario se entiende que el movimiento muck sea considerado la antesala del periodismo de investigación. El comienzo de esta tendencia viene asociado al auge de la prensa de masas, a la época del new journalism* y a la irrupción del amarillismo. Al respecto, autores como Gloria García han apuntado que el movimiento no es sino la consecuencia del periodismo practicado por Pulitzer en el New York World, quien “había acometido desde el comienzo de su andadura en el World infinidad de denuncias contra la explotación en las fábricas, las vejaciones sufridas por las mujeres inmigrantes o la miseria de los suburbios, siempre bajo la forma del reportaje, haciendo de la denuncia una ‘buena historia’ cargada 115

Véase John Bunyan (2003). El progreso del peregrino, op. cit., pp. 229-230.

Las dos mitades de Jacob Riis

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